21; CONFUSIÓN

❧ PERFECT FAMILY

CONFUSIÓN

Desde que Jimin había llevado a Sunhee a su casa, Taehyung había tratado de hablar con ella, pero sólo lo ignoró, lo cual lo hizo seguir sintiéndose aún peor.
No sabía cómo hacer para volver a tener la misma relación con ella. La extrañaba demasiado a pesar de tenerla a su lado la mayoría de los días, pero es que no se sentía así, porque sólo se mantenía en silencio. Ya ni siquiera tarareaba las canciones cuando la llevaba al colegio, era como si estuviera apagada, lo cual cada día le preocupaba más porque temía que lo estuviera dejando de querer y ahora prefiriera a Crystal.
Temía que ella pudiera arrebatársela de su lado y que a quien quisiera como su padre fuese a Jungkook.
Se sentía enloquecer por los escenarios imaginarios que creaba su cabeza.

Tomó el cepillo del mueble para cepillar su cabello como hacía su esposa antes de que durmiera, pero cuando quiso sentarse en la cama, su hija se recostó cubriéndose con las mantas hasta el cuello, por lo que no pudo evitar sentirse decepcionado.

―¿No quieres que cepille tu cabello? ―preguntó con voz suave y ella lo ignoró― ¿Sunhee? ―ella negó con la cabeza por lo que dejó el cepillo en la mesa de noche, para luego rodear la cama y ponerse en cuclillas frente a ella―. Hey, ¿qué sucede? ―indagó acariciando su cabello―. ¿Por qué ya no me hablas, hija? ¿Por qué ya no quieres pasar tiempo conmigo?

Sabía que quizás no debería atacarla con sus preguntas inseguras, pero sentía que la situación lo sobrepasaba. Quería entender qué era lo que pasaba por la mente de su hija, y poder recuperar la relación que tenían.
La pequeña levantó la mirada dejándole notar en sus ojos cafés brillosos por las lágrimas, por la tristeza que cargaba.

―Extraño a mamá ―confesó con un hilo de voz.

―Cariño, has estado con ella hace unas pocas horas...

―Pero la extraño aquí, con nosotros, papá ―sollozó.

En ese momento sentía su corazón hecho pólvora. Iba a explotar en llanto, pero sabía que si lo hacía, provocaría más dolor en su hija. Aun así la entendía perfectamente porque él también la extrañaba. La extrañaba tanto que su pecho parecía arder.
Un nudo se formó en su garganta mientras limpiaba con los pulgares las lágrimas que rodaban por sus mejillas, sintiendo su visión volverse nublada por las lágrimas que intentaba retener.

―Yo también, cariño. Yo también ―su voz sonó tan débil volviéndose algo aguda, mientras bajaba la cabeza al sentir sus lágrimas brotar.

―Dile que vuelva, papá.

Este limpió sus lágrimas rápidamente con las mano empuñada, sorbiendo la nariz, para luego observar a su hija. Al negar con la cabeza ella volvió a sollozar, lo que le hacía querer largar los sollozos que retenía porque detestaba causarle ese dolor, pero ya no había manera que eso sucediera. Al menos para él.

―No puedo. No puedo...

―¡¿Por qué?! ¡¿Por qué eres malo con ella?! ―reprochó sentándose rápidamente.

―No es así...

―¡Si lo eres! Mamá debería estar aquí con nosotros, pero tú no quieres.

―Cariño...

―Vete. ¡Eres malo!

―Sunhee, no digas eso...

―¡Eres malo! ¡Muy malo! ¡Vete!

Taehyung no podía soportar aquellos gritos de su hija que querían destruirlo, por lo que salió rápidamente con su respiración pesada, tratando de reprimir el llanto que provocaba una punzada en su pecho.
Las palabras de Yoona cobraban sentido, pues Crystal se rompió frente a él rogándole sin importarle en absoluto que otra mujer estuviera a su lado, y su hija la extrañaba demasiado a pesar de verla, por lo que no quería imaginarse cuando la apartara por completo de su lado.

Ahogó un sollozo y tomó el celular que se encontraba en su pantalón. Al desbloquearlo y ver aún la foto de Crystal con Sunhee, cerró los ojos por un momento, limpiando rápidamente las lágrimas. En sus contactos buscó el número de ella, y al apretar llamar, inhaló y exhaló para que así su voz saliera con normalidad, sin temblar, ni aguda por el llanto que llevaba conteniendo.

¿T-Taehyung?

El volver a escuchar su voz hizo que su labio inferior temblara, pero aún así, tomó una bocanada de aire para calmarse.

―Crystal...

Al darse cuenta que había salido débil y algo aguda, cerró los ojos lamentándose al dejar notar que se encontraba en ese momento igual de roto que ella.

¿Sunhee está bien? ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien, Taehyung?

El volver a sentir cómo se preocupaba por él hacía su corazón brincar, pero luego recordaba que estaba con Jungkook, que en cuanto la echó de su casa no dudó en estar con él, por lo que tragó con dificultad a causa del nudo en su garganta.

Mañana a las siete te esperamos Sunhee y yo en Belle Vie. Necesito hablar contigo.

¿Será la última vez que la vea?

Mañana habláremos al respecto sobre...nuestro divorcio.

T-Taehyung...

No la dejó hablar. No quería seguir escuchándola porque eso lo debilitaba de gran manera y sentía que volvería a caer. Al colgar la llamada no pudo soportarlo más y quebró en llanto, comenzando a dirigirse hacia su habitación, ya que no quería que su hija llegara a escucharlo al estar frente a su habitación.

Caminaba lentamente sintiendo un penetrante dolor en su alma. Al estar en su habitación se recostó sobre la cama pasando su mano por el lado donde se recostaba su esposa. En cuanto llegó a la almohada la hizo un costado permitiendo que cayera al suelo, y al ver el camisón de seda rojo lo tomó entre sus manos, llevándolo a su pecho, aferrándose a el con fuerza.
Le había entregado su mejor versión, pues siempre creyó que ella sería la mujer con la que envejecería, pero eso jamás iba a pasar.

Alguna vez había reído tanto, era tan feliz, que no podía entender en qué momento pasó que ahora estaba tan destrozado. Sollozaba desconsoladamente, preguntándose porqué era tan masoquista, porqué no dejaba de pensar en ella, porqué tenía que seguir viendo las fotografías, porqué no podía sacarla de su cabeza y seguir con su vida. Pero es que no sabía cómo sacarla de su mente, de su corazón, de su cuerpo, de su vida. O quizás era que realmente no quería hacerlo.



























Jungkook se encontraba recostado con Crystal en sus brazos, la cual sollozaba silenciosamente mientras él trataba de consolarla. Detestaba saber que Taehyung estaba haciéndola sufrir de esa manera, utilizando a su propia hija. Por más que intentaba ponerse en su lugar, no lo lograba, porque a pesar de que encontró a su exesposa en la cama con otro, jamás cruzó por su cabeza arrebatarle a Daehyun, ya que no sería capaz de causarle un dolor tan grande a él tanto como a ella. Mientras que entre él y Crystal no había sucedido nada físico cuando seguía con Taehyung, por lo que pensaba que quizás perdió la cabeza con aquel rencor.

―Mañana quizás puedas convencerlo ―murmuró antes de dejar un beso en la coronilla de su cabeza―. Además, Sunhee va a estar con ustedes, así que no creo que se atreva a gritarte que ya no podrás verla.

―Es que ya no puedo reconocerlo porque ha cambiado tanto ―replicó sollozando.

―Si quiere quitarte a Sunhee, no podrá porque no estás sola. Voy a ayudarte.

―Gracias, Jungkook ―sorbió su nariz, aferrándose aún más a él.

Este acariciaba su cabello nuevamente, aliviado de que estuviera más tranquila y se sintiera apoyada. Jamás se esperó volver con ella de esa manera. Había creído que las cosas saldrían mejor y podrían vivir tranquilamente, pero Taehyung no les estaba haciendo las cosas para nada fácil, lo cual hacía que aumentara su rabia.
Sólo quería vivir tranquilamente con su hijo y ahora con Crystal, porque de cierta manera ella tenía que completar su felicidad, pero ahora que las cosas no habían salido como esperaba, sentía que su tranquilidad había sido arrebatada y su felicidad había disminuido.

En ese momento no podía evitar perderse en los recuerdos de ocho años atrás, de la última vez que había visto a Crystal.

La boda de Sunmi y Jungkook era en el gran jardín trasero de la casa de ella, y los cientos de invitados ya se encontraban en sus respectivos lugares. Las sillas estaban cubiertas por telas blancas con adornos florales encima y el camino al altar tenía una alfombra blanca. Donde estaba ubicado Jungkook que llevaba un traje blanco, había un arco de rosas blancas y rosas.
Este volteó tragando con dificultad al ver a Sunmi con su gran vestido blanco, las mangas caían por debajo de sus hombros con algunos diseños, su cabello estaba recogido dejando más a la vista su rostro. Notaba lo emocionada que estaba por su gran sonrisa y sus ojos cafés que brillaban de ilusión.

Su vista se tornó borrosa al escuchar la melodía y verla acercarse junto a su padre. Sin poder contenerlo rompió en llanto cubriéndose los labios con la mano, escuchando como algunas personas hablaban de lo emocionado que debía estar para llorar, cuando la verdad era que lloraba porque no era lo que quería en su vida.
Deseaba más que nada tomar a Crystal que estaba ubicada en uno de los asientos junto a Taehyung, y correr lejos de allí, huir juntos, pero sabía que no tenía nada de dinero para hacerlo.

El señor Choi le entregó la mano de su hija a Jungkook, mirándolo amenazante, por lo que desvió la mirada, encontrándose con la de ella que limpiaba sus lágrimas con su otra mano.

―No llores, mi amor ―murmuró con una sonrisa.

Este volteó ignorando sus palabras para escuchar las del Juez de Paz, sintiendo cada minuto como el dolor y miedo iba aumentando. Se reclamaba por su error sin prestar nada de atención, porque los recuerdos lo invadían, lo que le hacía querer romper en llanto y detener la boda de una vez.

―Jeon Jungkook...―alzó la voz al repetir la pregunta, lo que le hizo sobresaltar sintiendo como Sunmi apretaba su mano―. ¿Acepta como esposa a Choi Sunmi, para amarla y respetarla, desde hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe?

Al escuchar su voz volteó a ver hacia los invitados, buscando con la mirada a Crystal. Cuando la encontró observo sus ojos brillosos por las lágrimas acumuladas, que le permitían saber que era por el dolor que sentía al ver su boda. Sentía como el oxígeno abandonaba sus pulmones y deseaba poder aferrarse a ella, pedirle disculpas por su gran error, decirle que ella era a quien amaba.
Escuchó un carraspeo de garganta proveniente del señor Choi, como también sintió un apretón en sus manos y volvió su mirada a Sunmi, que le rogaba con la mirada que aceptara.
Tembloroso volteó a ver al Juez de Paz, que parecía frustrado por tardar en contestar.

―S-Sí, acepto ―su voz salió débil, pero aún así audible.

Ella sonrió aliviada sin dejar de ver sus oscuros ojos cristalinos que parecían rogarle que lo dejara huir, pero ella no estaba dispuesta a eso por su embarazo. Y quizás, porque estaba desarrollando sentimientos por él.

―Choi Sunmi, ¿acepta como esposo a Jeon Jungkook, para amarlo y respetarlo, desde hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe?

―¡Sí, acepto! ―exclamó con una sonrisa.

En ese momento, Jungkook dejó de escuchar lo que hablaba el Juez de Paz, sintiendo su mundo dar vueltas porque creía que su vida estaba acabada. Mientras que Sunmi rodeó sus anchos hombros con los brazos, juntando sus labios, escuchando como los demás aplaudían y celebraban.

Los minutos pasaban y Jungkook se encontraba sentado junto a su esposa, ambos con copas de champagne, mientras Choi Dongyul decía unas palabras para darle la bienvenida como parte de la familia al pelinegro.
Este sentía la falsedad en sus palabras, pero aún así levantó la copa en cuanto terminó de hablar y le agradeció con una falsa sonrisa, sintiendo un beso en su mejilla por parte de Sunmi.

Al ver a su ahora esposa conversando con sus amigas, decidió levantarse dejando su chaqueta en la silla. Dobló las mangas de su camisa hasta su antebrazos, y pasó los dedos por su cabello desordenando sus rizos que habían echado hacia atrás, para estar presentable según las palabras de su suegro.
Caminaba lentamente mirando a todas las personas que estaban allí, conversando, pasando un buen momento cuando él debería estar siendo el más feliz. Pero era todo lo contrario.

En aquel día se sentía más miserable que nunca.

―Jungkook, felicidades ―al escuchar esa voz grave, sintió paralizarse por un momento.

Al voltear se encontró con Taehyung, que llevaba un chaleco negro, una camisa blanca con corbata negra y diseños rojos, pantalón negro y zapatos del mismo color. Tenía su cabello rizado echado hacia atrás con algunos mechones que caían por su frente, y las mangas de su camisa blanca estaban dobladas hasta sus antebrazos.

―Taehyung, sinceramente, no creí que vinieran todos, pero no debería sorprenderme porque lo hicieron para tener de qué hablar.

―Sabes que yo no vengo por eso.

―Viniste con Crystal ―mencionó amargo y pasó la lengua por el interior de su mejilla.

―Tú me dijiste que intentara conquistarla.

―Pero tú dijiste que no lo harías, que no serías capaz ―refutó acercándose con sus facciones endurecidas. Taehyung hizo un paso hacia atrás, sintiéndose intimidado por su amenazante mirada.

―Sé lo que dije, pero aceptó tener una cita conmigo, y yo... Sabes que estoy perdidamente enamorado ―replicó desviando la mirada.

Jungkook quería decir algo al respecto, pero vio a Crystal acercarse tímidamente, por lo que Taehyung volteó a verla, sintiéndose realmente incómodo por la mirada del pelinegro.
La observaba de pies a cabeza, admirando como le quedaba aquel vestido rosado y su cabello recogido. Cuando sus miradas se conectaron notó sus ojos oceánicos que trataban de ocultar la tristeza.

―Te ves hermosa, Crys ―admitió sin importarle que el de cabello ceniza se encontrara allí y estuvieran intentando algo.

Ella quería decir algo al respecto, pero Sunmi se acercó y se aferró a él, llamando su atención.

―Se ven muy bien juntos ―comentó Taehyung, notando la incomodidad en el pelinegro.

―Lo sabemos ―respondió Sunmi―. Por cierto, lamento lo del último tiempo, Crystal. Él siempre me rogaba que le diera una oportunidad, pero sabes que estaba con un idiota, hasta que decidí aceptarlo ―sonrió y dejó un beso en la mejilla de su esposo―. No dudó en aprovechar la oportunidad de estar conmigo, porque siempre estuvo tan enamorado de mí como yo de él aunque intentara negarlo. Decidimos adelantar todos nuestros planes por el gran amor que nos tenemos. Vamos a estar juntos por siempre, ¿no es así, mi amor?

Jungkook tragó con dificultad observando como la castaña desviaba la mirada cristalina, lo que hizo que detestara de gran manera a la mujer que estaba colgada de él, derrochando felicidad.

―Ya, ¿quién se acuerda de lo que sucedió hace unas semanas? ―preguntó Taehyung, pasando la mano por la cintura de la castaña.

―Espera, ¿ahora están juntos?

Este miraba nervioso a Crystal, pues no quería decir algo para incomodarla porque llevaban teniendo unas pocas citas, pero aún no le había propuesto una relación porque quería sentirse seguro de que iba a aceptar, aunque veía que se sentía realmente cómoda a su lado.

―Sí, estamos juntos ―asintió la castaña apoyando su mano en el pecho de él, que la miraba sorprendido, y no pudo evitar sonreír ilusionado.

―Vaya, hacen una linda pareja, ¿cierto amor?

El pelinegro al ver la mano de Taehyung en la cintura de ella y como se miraban con una sonrisa, sintió que su rabia aumentaba, como también su odio por él. A pesar de que acababa de casarse, eso no quitaba que estuviera perdidamente enamorado de Crystal, y que sintiera celos al verla con otro hombre.

―Quizás.

―Por cierto, felicidades. Espero que sean muy felices ―habló Crystal con una falsa sonrisa―. Hacen una gran pareja.

―Gracias, espero que ustedes también sean felices como lo somos nosotros ―sonrió.

Jungkook no pudo soportar seguir viéndolo así, por lo que decidió voltear para comenzar a caminar, escuchando el llamado de Sunmi. Pero luego escuchó que siguió hablando con ellos, por lo que siguió alejándose para buscar quizás a algún amigo, si era que podía llamarlos así.

Al ver a Hoseok hablando con Jimin que tenía su brazo alrededor de la cintura de Hyeyoon, decidió acercarse llamando la atención de los presentes.

―Vaya, felicidades, Jungkook ―Jimin palmeó su hombro―. Fue una gran boda.

―Cierto, aunque no te ves como alguien recién casado ―comentó Hyeyoon―. Digo, te falta algo de felicidad.

Esta al sentir el apretón de su novio, soltó un quejido, volteando a verlo molesta mientras él la miraba con seriedad, haciéndole saber que debía callarse.

―Ay, JK ,JK, no puedo creer que te hayas casado tan pronto ―mencionó Hoseok, pasando su brazo por los hombros de este para comenzar a caminar―. Sólo llevas unas semanas con ella, y hasta recuerdo que me decías que estabas perdidamente enamorado de Crystal, ¿qué pasó? ¿Cómo de la nada te enamoraste de Sunmi, y decidiste casarte tan pronto? ―inquirió desconcertado, frunciendo el ceño.

El pelinegro miró a Sunmi, que conversaba con su madre animadamente, y al voltear a verlo por sentir su mirada, le guiñó el ojo, a lo que él desvió la mirada.
Sabía que era realmente hermosa y tierna cuando se lo proponía, que a pesar de que no lo demostrara mucho, tenía buenos sentimientos, pero sentía demasiado imposible enamorarse de ella, porque quien se había instalado en sus pensamientos era Crystal. Su corazón le pertenecía sólo a ella.

―Simplemente...me enamoré.

―¿Te funciona bien la cabeza? Porque tú no hubieras rechazado la beca deportiva por nada. Mucho menos por una mujer ―aseguró mirándolo desconcertado―. Mira, entiendo que es jodidamente caliente, que por lo que decía su exnovio es demasiado buena en la cama, pero carajo, tú no lo dejarías todo por ella, ni te casarías a las semanas, a no ser que...te tengan de las pelotas ―volteó a ver detenidamente a Sunmi―. Jungkook, ¡está embarazada!

―Cállate ―ordenó asustado.

―Claro que sí. Tú en cada fiesta nos dabas condones para no equivocarnos, ¿qué pasó contigo? ―cuestionó riendo―. Ahora estarás atado de por vida a esa mujer y a un maldito bebé, imbécil...

―¡Cállate, hijo de puta! ―exigió tomándolo bruscamente de la chaqueta, provocando que este lo mirara asustado.

―Hey, ya basta ―lo tomaron con fuerza del brazo haciendo que soltara a Hoseok.

Este acomodó su chaqueta volteando a sus costados, sintiéndose avergonzado por las miradas, por lo que decidió marcharse de aquella fiesta, mientras que Jungkook sentía su respiración pesada y como aún la rabia hacía hervir su sangre. Pues, estaba seguro que gracias a él y a sus amigoa se encontraba en esa situación ya que le habían dado del vaso equivocado, y ahora comenzaba a pensar si lo había hecho adrede o no.

―¿Qué rayos crees que haces, Jeon? Se supone que debe ser el día más feliz para mi hija, y tú pareces empeñado en provocar lo contrario ―habló amenazante―. No creas que aún no puedo dejarte en la calle. Puedo hacer que te divorcies de mi hija en un segundo...

―Papá, basta ―intervino, Sunmi.

―No lo olvides ―murmuró antes de marcharse.

Jungkook pasó la lengua por el interior de su mejilla a la vez que empuñaba las manos, hasta que su esposa tomó su rostro entre sus manos, mirándolo preocupada.

―No le hagas caso a mi padre. Este es uno de los días más felices ―aseguró con una sonrisa―. Prometo que voy a lograr que te enamores de mí, como yo lo estoy de ti.

Juntó sus labios en un pequeño beso y este asintió suspirando, hasta que sintió una penetrante mirada. Al voltear se encontró con Crystal, que miraba aquella escena dolida, lo cual provocó una punzada en su pecho.

Volvió a la realidad al sentir que Crystal dejó un beso en sus labios, por lo que él sonrió y la tomó del rostro juntando sus labios en un beso hambriento. Al sentir su lengua deslizarse sobre la suya, la tomó de la cintura queriendo colocarla sobre él, pero ella se alejó.

―Lo siento. No puedo, con todo ésto que está pasando...

―Lo sé. Todo va a salir bien, ¿sí?

―Tengo miedo ―confesó bajando la cabeza.

―Tú tranquila. Van a poder conversar bien, y se dará cuenta que si sigue actuando así, sólo va a lograr hacerle daño a Sunhee ―dejó un beso sobre sus labios y la abrazó.

El pelinegro no dejaba de pensar en la situación en la que estaban. Trataba de repetirse que al fin estaba con el amor de su vida y que podrían continuar con su historia, pero la confusión se apoderaba de él aunque no lo quisiera.
¿Realmente había hecho bien? ¿Acaso estaba comenzando a arrepentirse? ¿Seguía verdaderamente enamorado de ella o tan sólo seguía aferrado al pasado? Aquellas preguntas no salían de su cabeza, provocando que su corazón se encogiera al pensar en todo lo que sucedió en el último tiempo para que ahora pudiera tenerla entre sus brazos como tanto había deseado, porque la culpa lo estaba invadiendo al no ser sólo una persona la que salió dañada entre tanto caos. Pues, él jamás tuvo en cuenta que sus hijos podrían salir realmente afectados, y lo peor era que, ese caos aún no acababa, haciéndole temer cómo podría acabar todo.

¡Hola!

¿Creen que Jungkook se arrepienta? ¿Taehyung y Crystal van a poder hablar con tranquilidad y resolver sus problemas?

Decidí dividir el capítulo porque se me hizo demasiado extenso y me dio flojera JASJSJSJj
Así que queda otro capítulo más, el final y el epílogo

Espero que les haya gustado, no se olviden se votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top