17; REGRESO INESPERADO

❧ PERFECT FAMILY

REGRESO INESPERADO ಌ

―Vaya, hasta que al fin te has dado cuenta, maldito imbécil ―dijo burlón, limpiando la sangre que caía por su labio mientras se levantaba soltando un quejido.

―¡Hijo de puta!

―¡Papá, no! ―gritó Sunhee, al borde de las lágrimas queriendo acercarse, pero fue tomada por una de las mujeres que se encontraban allí.

Daehyun rompió en llanto, gritando al ver a Taehyung abalanzarse sobre su padre, cayendo ambos al suelo mientras este lo golpeaba una y otra vez en el rostro. Tenía la intención de acercarse a ayudar a su padre, pero lo tomaron del hombro desesperándolo aún más.

Jungkook sentía los puños de Taehyung, golpearlo con fuerza al haberse desprevenido, pero aún así, no se quedó atrás porque era fuerte. Más fuerte que él y sabía cómo defenderse a la perfección por las cantidades de peleas en las que había estado en el pasado.
Puso su brazo bloqueando el golpe que iba directo a su nariz, y lo golpeó en el mentón tan fuerte que provocó que cayera al suelo. No escuchaban los gritos de las personas que pedían que se detuvieran sin atreverse a intervenir, hasta que Minjoon se acercó, pero Jungkook que estaba arrodillado, lo empujó con la intención de acercarse al castaño que estaba en el suelo gimiendo de dolor.

Sin dudar se puso sobre Taehyung, que lo observaba aún con la mano en el mentón y el pelinegro lo golpeó en el ojo, hasta que lo tomaron de los brazos.
Los de seguridad del colegio fueron llamados por las madres, que a pesar de haber estado entretenidas con la pelea porque tendrían de qué hablar, no pudieron seguir soportando ver a los niños llorar y gritar asustados como también desesperados.

Ambos fueron levantados y tomados de los brazos. Jungkook lo observaba furioso con su respiración pesada y sangre esparcida por su labio y mentón, teniendo rojizo en el pómulo derecho que era notable que pronto tendría un hematoma. Taehyung lo observaba de la misma manera, pero sus ojos cristalinos.

―¡Suéltenme! ―ordenó enfurecido queriendo volver a golpearlo, Jungkook.

Taehyung volvió a la realidad, escuchando los sollozos desconsolados de su hija. Al voltear y ver su rostro enrojecido, como también húmedo por las lágrimas, sintió su corazón destrozado al jamás haberse detenido a pensar en ella, en lo asustada que debía estar.

―¡Suéltenme! ―forcejeó desesperado―. No lo golpearé. ¡Necesito estar con mi hija! ¡Que me suelten, maldición!

Los dos hombres de seguridad lo soltaron y este corrió hacia la pequeña, envolviéndola en sus brazos, sintiendo como se aferraba a él con miedo, tanto así que temblaba.

―Estoy aquí. Lo siento. Lo siento...

―T-Tengo mucho miedo. ¡Quiero a mamá! ―exclamó sollozando desconsoladamente.

―Lo siento tanto ―su voz se quebró, lo que no le permitió seguir hablando.

En ese momento, Taehyung rompió en llanto, cubriéndose el rostro con una de las manos para que así nadie de los estaban presentes pudiera verlo, porque ya habían tenido suficiente show. No era capaz de soportar ver a su hija de aquella manera por su reacción violenta por el rencor.
El escuchar que quería a su madre por primera vez estando él presente, lo destruía porque la odiaba. La odiaba porque acababa de terminar de romper su corazón, y no lograba reconocerla. Hasta comenzaba a temer que su hija ahora la prefiriera a ella, y Crystal pudiera apartarla de su lado para unirla a Jungkook.

El pelinegro logró zafarse del agarre bruscamente y corrió hacia su hijo que se aferró a él, los guardias al ver eso decidieron dejarlo.

―¡Ésto es un colegio de niños! ¡Aquí vienen sus hijos! ¡¿Cómo pueden ser capaces de actuar así siendo hombres adultos, y en presencia de sus hijos?! ―gritó uno de los de seguridad―. ¡Váyanse antes de que llame a la policía!

Taehyung cargó a su hija para levantarse lentamente con algo de dificultad, ya que seguía sintiéndose temblar de impotencia. Aún así, empezó a caminar hacia su coche, pero volteó a ver a Jungkook que llevaba de la mano a su hijo, el cual limpiaba sus lágrimas y trataba de calmar sus sollozos.

―No te quiero cerca de mi hija.

―Crystal y yo nos amábamos, y tú te aprovechaste de la situación —masculló intentando mantener la calma.

―No me importa lo que hagas con ella. ¿La quieres? Es tuya ―asintió alzando una ceja―. Pero aléjate de Sunhee. No permitiré que vuelvas a acercarte otra vez a mi hija.

Al notar cómo los de seguridad se acercaron amenazantes, Jungkook observó a Taehyung. Soltó una risilla cínica y le guiñó el ojo, para luego caminar junto a su hijo que había vuelto a sollozar.

―¿Por qué dicen eso de mamá? ―preguntó entre sollozos, Sunhee, por lo que su padre abrió los ojos a la par dándose cuenta del error.

―No es nada, cariño ―respondió ayudándole a sentarse en el asiento trasero, para luego limpiarle sus lágrimas―. Por favor, perdóname.

―No quiero verte de nuevo así. Tengo mucho miedo.

―No pasará, pero escucha ―levantó su barbilla―. No te acerques a Daehyun, ni mucho menos a Jungkook.

―Él te golpeó...

―Por esa razón, princesa. No es un buen hombre.

―N-No volveré a acercarme. Lo siento, papá ―se aferró sollozando―. Daehyun ya no está invitado a casa.

Taehyung se separó limpiando sus lágrimas y dejó un beso en su frente, sintiendo sus ojos picar por las lágrimas, pero aún así cerró la puerta y rodeó el coche para subirse.


























Taehyung estaba sentado en un banco junto a su hija frente al piano, como hacían algunas veces le estaba enseñando pacientemente a tocarlo. Al principio no pudo evitar reír por sus movimientos dudosos y torpes, estaba distrayéndose, pero los recuerdos volvieron a atacar su mente inesperadamente, transformando la dulce melodía en una agresiva como descuidada, al punto que su hija volteó a verlo preocupada.

―¡Papá...!

―Lo siento, princesa. ¿Quieres seguir practicando tú? ―negó con la cabeza, por lo que este suspiró pensando―. Ya sé, te pondré la televisión.

Se levantó suspirando y encendió la televisión, buscando alguna película animada mientras ella se sentaba en el sofá gris que estaba en frente. Cuando vio que estaban dando Mulán,
la película favorita de su hija, sonrió dejando el control remoto a un lado de ella.

―¿La verás conmigo?

Al ver su mirada de ilusión, deseó poder aceptar, pero no sabía cuánto más iba a poder mantener la calma. Ese fue el motivo por el cual llamó a Jimin para informarle que no volvería a presentarse a la empresa, aunque sea hasta el día siguiente, porque había sucedido algo con su familia.
Se llevó algunos reproches, pero su amigo al escucharlo tan alterado, no dudó en aceptar pidiéndole que luego le contara lo que estaba sucediendo.

―Debo hacer unas cosas arriba.

―Está bien.

―Por favor, vuelve a prometerme que no permitirás que Jungkook quiera ganarse tu cariño ―pidió sentándose a su lado, mirándola desesperado

―Él te hizo daño, papá. Ya no me agrada, y Daehyun tampoco. Ya no volveré a ser su amiga.

―Te amo, hija ―murmuró antes de dejar un beso en su frente, para luego levantarse.

―Yo más, papá.

―Si vuelve mamá, dile que suba, ¿sí? ―dijo antes de comenzar a subir el volumen de la televisión.

―Papá, está muy fuerte...

―Si escuchas ruidos, tú sólo quédate aquí y sube más el volumen. No tienes nada de qué preocuparte, ¿está bien, princesa?

―Pero...

Taehyung comenzó a caminar hacia la escalera, sintiendo un gran nudo en su garganta mientras empuñaba las manos con fuerza al punto de que sus nudillos se volvían blancos. No era siquiera capaz de notar que su hija estaba arrodillada en el sofá, con las manos apoyadas en el respaldo y mirándolo preocupada.

El castaño caminaba hacia la habitación, sintiendo su corazón desgarrarse. Al entrar dio un portazo para acercarse a la fotografía que tenían sobre un mueble, donde salían en su boda. La tomó con sus manos temblorosas y al ver la gran sonrisa de su esposa, no pudo evitar reír cínico, sintiendo sus ojos picar por las lágrimas retenidas, por la rabia y el gran dolor que sentía.
Un grito desgarrador escapó de sus labios mientras la tiraba lejos de él, escuchando el sonido de los vidrios romperse al impactar contra el suelo. Sin poder evitarlo más, quebró en llanto tirando las colonias y joyerías que se encontraban sobre el mueble, porque no soportaba ver nada que le perteneciera o le recordara a su esposa.



























Crystal entró a su casa luego de haber recibido un mensaje de su esposo, haciéndole saber que necesitaba hablar algo importante con ella. Rápidamente no pudo evitar decepcionarse, pues estaba segura de que iba a decirle que debía viajar y ella necesitaba pasar más tiempo con él. Recuperar el perdido.
Al entrar y ver a su hija cubriéndose las orejas mientras temblaba, se preocupó, por lo que no dudó en acercarse rápidamente, y Sunhee se aferró aliviada a ella.

―Princesa, ¿qué sucede?

―Había mucho ruido arriba y escuché un grito que me asustó ―explicó nerviosa, separándose―. Tengo miedo, mamá.

―Tú tranquila, ¿sí? ―acarició su cabello―. Iré a ver qué sucede. Mira la película.

―No me dejes...―pidió tomando su mano, sorprendiéndola.

―Tengo que ver qué sucede. Todo estará bien.

―¿Lo prometes?

―Lo prometo ―sonrió de manera tranquilizadora.

Crystal comenzó a subir las escaleras sintiendo nervios, pues no comprendía qué era lo que sucedía para que su hija se encontrara así. Temía que algo haya sucedido en la empresa que provocó que Taehyung enloqueciera, por lo que se frustraba porque ya había pasado alguna que otra vez, y le daba vueltas al asunto por días, algunas veces causando discusiones.

Al estar cerca de la habitación y no escuchar nada, sólo silencio, se alivió de gran manera porque significaba que ya había logrado calmarse o que se solucionó.
Cuando estuvo frente a la puerta, tomó una bocanada de aire sin saber porqué se sentía tan nerviosa. Pues, ya se habían encontrado antes en esa situación, pero se convencía en que quizás era porque vio a su hija asustada y eso nunca antes había pasado, ya que Taehyung sabía controlarse, más que nada cuando Sunhee estaba cerca.
Empuñó las manos por un momento y sacudió su cabeza tratando de quitar esos nervios, para luego abrir la puerta.

En el momento en que lo hizo, sus ojos se abrieron a la par por la sorpresa y miedo. La habitación era un completo desastre, fotografías en el suelo, al igual que colonias, joyerías, floreros y demás objetos, hasta el colchón de la cama estaba algo corrido con las mantas que caían al suelo.
Unos sollozos casi silenciosos llamaron su atención, que buscaba con la mirada de dónde provenían, hasta que logró divisar las piernas de Taehyung.
Se acercó a paso lento encontrándose con él sentado a un lado de uno de los muebles, cubriéndose con una de las manos el rostro mientras la otra la tenía en su cabello, tirando de este por momentos.

―Cariño...―se acercó rápidamente―. Hey, cariño, ¿qué sucede?

Se puso en cuclillas tomando sus manos, pero en ese momento, Taehyung las bajó rápidamente y la observó con sus ojos enrojecidos que se oscurecieron al verla, permitiéndole ver la rabia que había en ellos, por lo que se estremeció. Pero al ver un hematoma en uno de sus ojos, se preocupó.

―T-Taehyung, ¿quién te golpeó?

―Quiero escuchar de tu propia boca el nombre de tu amante, Crystal ―habló entre dientes.

―¿Q-Qué?

―¡Dilo! Quiero escucharte decirlo.

―Dijimos que dejaríamos el pasado atrás ―recalcó con voz temblorosa.

―¡Eso fue antes de enterarme quién es el imbécil con el que te revuelcas! ¡Él me golpeó! ¡Se atrevió a hacerlo como si no se acostara contigo en mi ausencia! ―vociferó tomándola bruscamente de los brazos mientras ella lo miraba boquiabierta y asustada―. ¡¿Por qué no me lo dices?! ¡Vamos, dilo!

―N-No...

―¡Te atreviste a llevar a nuestra propia hija a sus encuentros! ¡A Sunhee, maldita...!

―¡No lo digas! ―su voz se rompió y lo empujó logrando zafarse de su agarre―. Yo no estuve de esa manera con él, ¡lo juro, Taehyung! ¡A quien amo es a ti! ―aseguró intentando tomar el rostro de su marido entre sus manos, pero la esquivó.

―¿Realmente crees que voy a creerte algo como eso? ―preguntó riendo cínico―. ¡Se atrevió a entrar a mi casa, y estuvieron juntos frente a mis narices más de una vez! ¡Me vieron la cara de imbécil!

―No digas eso...

―¡Vamos! ¡Di su maldito nombre! ―exigió tomándola de los brazos para sacudirla―. ¡Confiesa que es Jeon Jungkook! ¡Dilo, Crystal! ¡Dilo...!

―¡Sí, es él! ―afirmó soltándose y rompiendo en llanto―. Es Jungkook.

Al escucharla admitirlo, no pudo evitar volver a romper en llanto, porque una parte de él tenía la ilusión que todo fuera una vil mentira de parte de Jungkook, a pesar de haber visto sus tatuajes, de haber escuchado cómo le decía Crys como solía hacerlo en el instituto.
Todo fue demasiado obvio, pero el castaño sólo quería ignorarlo. Quería creer que todo era una mentira para volver a ser los que eran, porque no sabía cómo aceptar que su esposa, la mujer que amaba con su vida se atrevió a traicionarlo de esa forma con alguien de su pasado, sin importarle en absoluto sus sentimientos, como si nunca lo hubiera amado en verdad.
Su corazón estaba hecho añicos, y no sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer. Se sentía enloquecer por la desesperación y tristeza.

―¡¿Cómo pudiste hacerme algo así?! Nunca me amaste en verdad, ¿cierto? ―preguntó dolido y su voz se  quebró―. O dejaste de hacerlo hace un tiempo.

―¡No! ―dijo rápidamente, tomándolo del rostro, por más que él quisiera zafarse de su agarre y no fuese capaz de mirarla―. Yo te amo y tú me amas a mí. Sólo quiero que volvamos a ser la familia perfecta...

―¡Hoy dejé de hacerlo! ―declaró separándose―. Ya no te amo. Sólo me produces asco. No puedo creer con la clase de persona que he estado y la que es madre de mi hija.

―No digas eso, por favor ―suplicó sollozando, cubriéndose el rostro con las manos.

―¡¿Cómo pudiste ser capaz de llevar a nuestra hija a tus encuentros?! ¡¿Acaso nunca pensaste que ella podría decírmelo?! ¡¿Nunca pensaste en el daño que nos ocasionarías?! ―cuestionó enfurecido―. ¡Tú arruinaste esta familia! ¡Tú nos destruiste!

―¡Por favor, perdóname!

Taehyung la tomó de los brazos ejerciendo algo de fuerza, provocando que ella gimiera de dolor y sollozara, pero aún así lo observara.

―Jamás voy a perdonarte. Si Sunhee supiera lo que realmente hacías, créeme que ella tampoco sería capaz de perdonarte, porque lo que has hecho no tiene perdón de Dios ―escupió soltándola bruscamente, provocando que cayera al suelo y sollozando desconsoladamente―. Me da asco pensar en las veces que estuve contigo luego de que te hayas atrevido a estar con él. No puedo siquiera mirarte...

―Perdóname...

―Quiero que te largues de esta casa.

―¡¿Qué?! ―lo miró asustada―. Por favor, no...

―¿Acaso tengo que hacerlo yo? ―cuestionó riendo cínico―. Esta es mi casa. Yo la  pagué. ¡Quiero que te largues!

―No me hagas ésto. ¿A dónde iré?

―Para que veas que no soy una mierda como tú, a pesar de que todo me pertenezca, te permitiré quedarte en el departamento que compré. El que tanto te gustaba, ¿recuerdas?

―¡Quiero estar aquí! Contigo y Sunhee.

―Nos dividiremos los días para que puedas ver a nuestra hija.

―¡Pero quiero estar con ambos!

―¡Eso lo hubieras pensado antes de revolcarte con Jungkook! Te amé por diez malditos años que tiraste a la basura ―tomó una bocanada de aire, tratando de mantener la calma al escuchar sus sollozos―. Tienes hasta la medianoche para irte, y si te atreves a seguir aquí, créeme que no dudaré en tirar todas tus porquerías afuera con tal de que te largues de una maldita vez.

―Taehyung, no. No sucedió nada...

―Ahora me iré, porque si sigo aquí otro maldito segundo a tu lado, no dudaré en decirte todas las porquerías que se cruzan por mi cabeza respecto a ti ―masculló mirándola con desprecio―. Hazme el favor y vete antes de la medianoche.

Taehyung salió limpiando sus lágrimas y dando una portazo que hizo sobresaltar a Crystal. Sentía como su pecho se desgarraba de la ansiedad, su rostro se contrajo de dolor mientras sollozaba desconsoladamente, odiándose por haberse equivocado.
Para ella en ese momento Jungkook no era más que un error. Un terrible error por el que estaba pagando las consecuencias, que eran perder a la persona que amaba y temiendo perder también a su hija si llegaba a enterarse.
Un grito desgarrador escapó de sus labios y golpeó el suelo con sus manos, preguntándose porqué tuvo que equivocarse de esa manera. Rogaba que Taehyung volviera a entrar, que le dijera que la amaba y que estaba dispuesto a luchar, pero sabía que eso no iba a pasar, porque en sus ojos cafés donde se reflejaba la rabia y dolor, pudo notar que esta vez lo había perdido.




























Jungkook se encontraba sentado en el sofá, apoyando una pequeña bolsa de hielo en su labio roto con un hematoma y en su pómulo.
No podía creerse la manera en la que reaccionó Taehyung. Siempre lo vio como un idiota al que podían hacerle lo que fuese, porque sólo iba a sonreír y aceptar las disculpas al ser tan pacífico, pero se había dado cuenta que con los años cambió completamente, ya que hasta sus golpes eran duros y le dolían por momentos. Aún así, lo único que le preocupaba era cómo estaba Crystal ahora que su esposo se había enterado de la verdad, y se preguntaba cómo fue que lo hizo, si en realidad ella se lo había dicho, pero lo dudaba demasiado.

Tomó un sorbo del Whisky que se había servido en el vaso que estaba en la pequeña mesa de al frente, pero al sentir un ardor en su labio, soltó un gemido de dolor y maldijo mentalmente a Taehyung.

Al sentir una intensa mirada, giró la cabeza encontrándose con su hijo que estaba sentado cenando, algo que él decidió no hacer, ya que con toda la situación por la que pasó, no tenía apetito. Eso no le agradó a su hijo, pero aún así decidió comer solo.

―¿Qué sucede, Daehyun? ―preguntó curioso.

El niño corrió la silla hacia atrás para levantarse, y así caminar hacia él, observándolo con curiosidad, logrando hacerlo reír.

―Ya, dime.

―¿Te duelen los golpes, papá? ―preguntó preocupado.

Al ver sus ojos hinchados por haber llorado, no pudo evitar sentir su corazón encogerse y cómo la culpa lo invadía, pero es que la rabia lo había cegado en ese momento.

―No. Sabes que tienes un padre demasiado fuerte ―bromeó regalándole una sonrisa tranquilizadora.

―¿Papá...? ―murmuró inseguro y resopló.

―Hey, ¿qué sucede?

El pequeño rodeó la mesa y se sentó a su lado, presionando los labios como si dudara de lo que iba a preguntar, lo cual despertó más la curiosidad del pelinegro.

―Dime.

―¿Por qué hablaron de esa forma de la señora Crystal? ¿Pelearon por ella?

Aquella pregunta lo tomó por sorpresa, sentía sus latidos acelerarse y no sabía qué contestar, porque tampoco se detuvo a pensar en sus hijos al hablar de esa forma, y ahora se detestaba por eso, ya que parecía que no dejaba de equivocarse.
Pensaba en si debía mentirle o si era mejor ser sincero aunque sea una parte.

―¿Recuerdas que contamos que nos conocemos desde hace mucho tiempo? ―volteó a ver como asentía―. Bueno, estábamos muy enamorados el uno del otro.

―Pero... ¿Y mamá? ―arrugó el rostro por la confusión, por lo que este soltó una risilla debido a la ternura.

―Con mamá sólo compartía algunas clases, pero no habíamos hablado por el momento.

―¿Por qué te enamoraste de la señora Crystal? Y si ella estaba enamorada de ti, ¿por qué no eran novios?

―Ella era muy hermosa, así como lo es ahora ―continuó tranquilo―. Me gustaba pasar tiempo con ella, hablar, me comprendía demasiado y nos hacíamos reír.

― ¿Sentías esas mariposas que dicen sentir en las películas cuando se enamoran? ―preguntó curioso, haciéndolo reír.

―Sí, hijo. Las sentía siempre cuando la veía ―asintió con una sonrisa―. Pero luego conocí mejor a tu madre y me enamoré, así fue cómo al poco tiempo naciste tú ―revolvió su cabello y el pequeño soltó una risilla.

―¿De quién estuviste más enamorado? ¿De mamá o la señora Crystal?

―No puedo responder eso.

―¿Por qué?

―Porque fueron amores completamente distintos, hijo ―explicó tranquilamente―. Con Crystal fue un amor adolescente y torpe, porque jamás había sentido algo así. Mientras que con tu mamá me casé, formamos una familia, y estuvimos años juntos.

―¿Y ahora? ¿Por qué pelearon por la señora Crystal, papá?

Jungkook soltó un suspiro y cerró los ojos por un momento mientras jugaba con sus dedos, pensando si era correcto decirle de sus sentimientos a su hijo. Pues, era tan sólo es un niño y podía llegar a no comprender, pero odiaba mentirle porque él realmente se esforzaba por entenderle.

―Volví a enamorarme de Crystal ―confesó nervioso, volteando a verlo.

Daehyun tenía sus ojos abiertos a la par y luego frunció el ceño, mirándolo confundido.

―¿Y mamá? ¿Qué sientes por ella?

―Siempre voy a tenerle un cariño muy especial, porque me ha dado una gran felicidad. Me ha dado a la persona que más amo en esa vida y ese eres tú, hijo ―expresó acariciando su cabello y el pequeño sonrió tiernamente―. Sabes que eres lo más importante, ¿cierto?

―Lo sé.

―¿No estás molesto conmigo? ―preguntó confundido y este negó con la cabeza.

―No lo entiendo, pero está bien. Supongo que son cosas que sólo los adultos pueden entender.

Jungkook no pudo evitar sonreír y envolver su pequeño cuerpo con sus fuertes brazos, dejando un beso en la coronilla de su cabeza. Sus ojos se cristalizaron al sentirse tan conmovido por la forma en que lo apoyaba.

―Siempre estarás primero para mí.

―Te amo, papá.

―Yo te amo más, campeón.

Daehyun se separó con su cabello revuelto, por lo que Jungkook pasó los dedos acomodándolo.

―Iré al baño.

―¿Ya has terminado de comer?

―Sí y tú también deberías comer ―lo señaló acusatoriamente.

―Sí, papá ―bromeó levantándose, escuchando la risilla de su hijo que caminaba hacia el baño.

Aún no lograba entender cómo su hijo no se había molestado por lo que le contó. No podía creerse que lo entendiera como si de un amigo se tratara, pero se sentía demasiado aliviado.
Cuando tomó el plato para dirigirse a la cocina, el sonido del timbre llamó su atención y arrugó el rostro, pues no esperaba a nadie.

Aún así se acercó tranquilamente a la puerta, para luego abrir llevándose una gran sorpresa. Sunmi.
Ella se encontraba frente a él con su cabello ondulado, chaqueta rosada, camiseta blanca, jean, zapatillas blancas.

Al verla quedó boquiabierto, pues debía admitir que lucía realmente bien, pero eso no quitaba que recordara el dolor que le causó. Sentía como su corazón dejaba de latir por un momento al notar que tenía una maleta negra.

―Jungkook, por favor, perdóname ―se aferró a él que no era capaz de reaccionar, aún menos al sentir como el aroma de su colonia a flores invadía sus fosas nasales―. Quiero volver al lado de ustedes ―declaró separándose por un momento, mirándolo con arrepentimiento―. Permíteme hacerlo.

El pelinegro quiso decir algo respecto a su regreso inesperado, pero para su sorpresa, Sunmi no dudó en juntar sus labios.

¡Hola!

¿Qué creen que pase ahora que ha regresado Sunmi? ¿Se lo esperaban? ¿Qué les pareció la reacción de Taehyung?

Espero que les haya gustado el capítulo, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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