16; EL AMANTE
❧ PERFECT FAMILY
EL AMANTEಌ
Aquella voz grave los hizo sobresaltar y cuando ambos voltearon con miedo, se encontraron con Taehyung, que los miraba amenazante con una ceja alzada.
―C-Cariño...―balbuceó intentando acercarse a su marido, pero este se alejó.
―¿Por qué carajos discuten a los gritos?
―No es nada...
―¡No quieras verme la cara de estúpido! ―alzó la voz provocando que se sobresaltara.
―¡No es nada! ―aseguró con los ojos cristalinos.
Ambos escucharon una risa burlona, lo que les hizo voltear a ver a Jungkook, que se tomaba el puente de la nariz. Parecía una situación realmente divertida para él, como si Taehyung no sintiera su sangre hervir, y Crystal no estuviese por desvanecerse en cualquier momento. Temblaba por los nervios, como también por el gran miedo de que fuese el momento donde lo perdería todo, porque sabía que así tenía que ser.
―¿Qué mierda es tan gracioso para ti, Jeon? ―cuestionó acercándose peligrosamente.
―Toda esta maldita situación. ¡Es de locos —exclamó extendiendo los brazos.
―¿Tú me dirás que está pasando entre ustedes? ―examinó mirándolo fijamente.
Jungkook sintió la mirada rogante de la mujer que estaba a punto de quebrar en llanto, por lo que volvió a enfrentar la mirada de Taehyung. Sentía ganas de explotar, de decirle toda la maldita verdad al rostro y que pasara lo que tuviera que pasar, porque a él no le importaba para nada aquel matrimonio que ya estaba acabado.
Sólo anhelaba recuperar a su primer amor, sin importar que una o más personas salieran lastimadas. Ya no estaba dispuesto a pensar en más nada que no fuese en su felicidad.
―Cariño, por favor, hablemos solos ―suplicó por lo bajo, y Taehyung la miró de reojo, pero volvió su vista al frente.
―Es momento de la verdad ―declaró el pelinegro.
―No...
―¿De qué maldita verdad hablas? ―preguntó desconcertado.
―Por favor...
―¡Habla!
―Déjame hablar contigo, Taehyung.
El castaño volteó a ver a su esposa, sintiendo sus latidos acelerados por las palabras de Jungkook, y más al ver a su esposa que estaba a punto de derrumbarse.
―Quiero la maldita verdad en este momento y tú no estás dispuesta a decírmela. Al parecer, últimamente, no dejas de decirme mentiras ―la observó de pies a cabeza con desprecio y volvió a ver a Jungkook―. Te escucho. Dilo.
―¿Qué has escuchado? ―frunció el ceño―. Para saber por dónde comenzar a contar.
―Que ella te tortura, que te vuelve loco y sigue haciendo no sé qué carajos...
―Perfecto ―humedeció sus labios y sonrió. Observó por un momento a Crystal que se cubría la boca mientras las lágrimas brotan por sus mejillas y negaba repetidamente con la cabeza por la desesperación―. Lo que sucede es que tu maravillosa esposa no deja de torturarme, y seguir recordándome que nuestros hijos se han peleado la vez que fuimos a tu casa. Daehyun le ha roto algo preciado que le has regalado a Sunhee ―explicó sorprendiendo a Crystal, que limpiaba sus lágrimas conmocionada―. Estoy cansado de que me lo recuerde y es por eso que he explotado. Además, ya le he repuesto aquello que le rompió, y no se ha dado cuenta aún, como tú tampoco.
Taehyung frunció el ceño como si no le creyera nada, pero Jungkook sonaba tan seguro que no sabía qué pensar. Volteó a ver a su esposa que limpiaba sus lágrimas y bajaba la mirada mientras asentía, por lo que se acercó a ella tomándola del brazo y levantando su barbilla.
―¿Si esa es la razón por qué no me has dicho nada?
―Yo...sé como eres respecto a Sunhee, cómo la cuidas, cómo la consientes ―respondió con la voz temblorosa, sorbiendo la nariz―. No quería que supieras que Daehyun había roto aquel vestido de princesa que le habías regalado y es su favorito, porque sabía que formaría una pelea entre ustedes dos. Quería que siguieran llevándose bien, pero parece que de todas maneras ya no es así.
Su esposo volteó a ver a Jungkook, que tenía la mirada baja como si estuviese pensando, pero al sentir la mirada del castaño, la levantó rápidamente.
―Vete.
Este pasó la lengua por el interior de su mejilla, enfrentando su mirada, para luego comenzar a caminar hacia donde se encontraban los demás, no sin antes dedicarle una mirada a Crystal. Parecía estar realmente aliviada, por lo que sentía una punzada en su pecho al darse cuenta que sólo la había ayudado a continuar con ese matrimonio. Pero es que se veía tan afectada que no sabía cómo iba a tolerar verla derrumbada y odiándolo por decirle toda la verdad a Taehyung.
Se sentía demasiado débil ante ella, y lo detestaba tanto, como también se detestaba él por seguir enamorado de ella, cuando la vida le seguía poniendo situaciones que le decían a gritos que no estaban destinados a estar juntos. Aún así, era tan terco que no lo aceptaba, y aunque debía forzar las situaciones, iba a buscar la forma para volver a estar juntos y demostrarle que sí estaban destinados a estarlo.
Taehyung lo observó irse y volteó a ver nuevamente a su esposa, sin saber cómo sentirse al respecto, pues todo era tan extraño que no sabía si era por su inseguridad o había algo más realmente.
―No entiendo nada, Crystal.
―Lamento habértelo ocultado ―murmuró con voz débil.
―¡Maldición! Siento que estoy enloqueciendo ―masculló pasando los dedos por su cabello, tirando de este―. ¿Por qué te has puesto de esa forma?
―Ya te dije las razones.
―¡Mierda!
Su esposa al verlo de esa forma quería romper en llanto porque sabía que era todo por su culpa, sabía que se merecía la verdad, pero si se lo decía estaba segura de que lo perdería. Quería aferrarse a él, sentirse segura de que la amaba y no iba a dejarla nunca, a pesar de su error, pero cada día lo sentía más distanciado y eso lograba lastimar su corazón.
―No me dejes, Taehyung ―rompió en llanto, cubriéndose el rostro.
El castaño frunció el ceño y la observó preocupado sin saber qué hacer al respecto, pero sentía como su corazón se encogía.
―¿Qué sucede?
―Tengo miedo porque cada día estás más distanciado ―confesó y sorbió su nariz, mientras él lo observaba por un momento―. Sé que estás preparándote para dejarme...
Quiso decir algo al respecto, pero escuchó unos pasos apresurados, y al voltear, se encontró con su hija que corrió a abrazarlo.
―Estaba buscándolos y Jungkook me dijo dónde encontrarlos ―mencionó y él la cargó en sus brazos.
―¿Por qué nos buscabas?
―Es que están preparándose para irse y yo quiero ir a dormir ―sonrió tiernamente, provocando que también lo hiciera su padre que acomodó un mechón de su cabello, ya que se había salido de su trenza. Sunhee volteó a ver a su madre que limpiaba sus lágrimas y frunció el ceño―. ¿Por qué lloras, mami?
―No es nada ―le regaló una sonrisa tranquilizadora que sólo duró un instante.
―Tú siempre me dices que nunca se llora por nada cuando no quiero decirte.
―Tu mamá está llorando de felicidad.
―¿De felicidad? ―preguntó frunciendo el ceño―. ¿Se puede llorar por algo feliz?
―Claro que sí.
―¿Y qué es lo que la hace feliz? —indagó mientras Taehyung se acercó más a su esposa, pasando el brazo libre por su espalda para acercarla a ellos y así responder.
―Nosotros ―sonrió―. Tu mamá llora de felicidad porque sabe que tú y yo la amamos mucho ―explicó antes de dejar un beso en la coronilla de la cabeza de su esposa―. Nunca voy a dejarte, mi amor ―aseguró por lo bajo en su oído, provocando que ella rompiera en llanto nuevamente―. Vamos a darle un fuerte abrazo y muchos besos a mamá, ¿sí?
Sunhee asintió emocionada para inclinarse un poco y así envolver los pequeños brazos en su cuerpo, mientras dejaba besos en su cabeza.
―Te sigo amando, Crystal ―volvió a murmurar y soltó un suspiro.
―No me dejen, por favor ―pidió sollozando.
―Nunca vamos a hacerlo, mamá ―aseguró Sunhee.
―Nunca ―recalcó Taehyung.
Crystal despertó sintiendo los fuertes brazos de su esposo alrededor y cómo su respiración chocaba contra su cuello, provocando que se estremeciera. En aquel momento sentía tanta paz que no quería que se acabara, que llegara a su fin, pero sabía que tenía que pasar porque Taehyung debía llevar a Sunhee al colegio y luego ir a su trabajo.
Volteó para ver sus ojos cafés que brillaban cuando se reflejaba en ellos, haciéndole sentir que el cielo la envolvía en sus brazos, y su sonrisa cuadrada le hacía saber que siempre iba a ser su hogar, el cual siempre soñó encontrar.
Sentía que estaban en un sueño donde avanzaban como habían prometido luego de su error. Nada la hacía más feliz que saber que iban a cumplirlo, que iba a seguir a su lado dispuesto a luchar por su matrimonio, que en verdad la había perdonado aunque quizás no debía.
―Quiero quedarme así por siempre ―murmuró con una sonrisa, sintiéndose maravillada por la belleza de su esposo.
―Y yo ―la estrechó más en sus brazos, aspirando su dulce aroma―. Pero tenemos que cuidar a Sunhee y llevarla al colegio.
―Taehyung, quiero más que nada que luchemos por nuestro matrimonio ―expresó acariciando su mejilla―. Por favor, perdóname y no te des por vencido.
―Diablos, realmente lamento como reaccioné el sábado ―mencionó haciendo una mueca―. Creo que me obsesioné con lo que pasó y no me permitía pensar con claridad, pero quiero seguir contigo. Quiero continuar con nuestro matrimonio.
―Ya no pensemos en cómo discutimos, pensemos en lo que pasó luego, como me hiciste el amor y nos juramos intentarlo ―juntó sus labios en un pequeño beso.
Al ver la sonrisa de su esposa, provocó la suya, porque sentía que tenía la mirada más hermosa. Era una mirada transparente que le aseguraba que lo amaba, y lo hacía confiar plenamente.
Le encantaba mirarla cuando ella no lo veía, le fascinaba ver sus ojos oceánicos, grandes y bellos, perderse en ellos.
Juntó sus labios, pero esta vez en un profundo y apasionado beso donde ella era sumisa a su lengua, como también a sus labios. Succionó y mordió su labio inferior escuchándola gemir, por lo que se apegó más a ella gruñendo al sentir la fricción. Bajó los besos húmedos por su cuello hasta llegar a su hombro, haciendo a un lado el tirante de su camisón, y subió para observar sus ojos, lo que hizo que su esposa mordiera su labio inferior al notar la lujuria en sus ojos cafés que provocaba que se sofocara.
Quiso volver a juntar sus labios, pero unos pasos apresurados detrás de la puerta y los golpes, los hizo sobresaltar.
―¡Me deberías haber despertado hace quince minutos, papá!
―Mierda ―se sentó rápidamente―. ¡Ve a cambiarte, Sunhee! ¡El desayuno está listo!
Cuando escuchó los pasos alejarse, suspiró aliviado mientras se levantaba, sintiendo la intensa mirada de su esposa en su prominente erección que cubría el bóxer blanco. Volteó a verla y no pudo evitar sonreír divertido.
―Cuando vuelva podrás ayudarme con ésto ―aseguró acercándose para dejar un beso en sus labios―. Iré a darme una ducha rápida.
―Quizás decida sumarme...
―En otra ocasión lo aceptaría, pero si pasa, Sunhee no irá al colegio.
Crystal no pudo evitar soltar una risilla divertida mientras observaba cómo entraba al baño. Llevó la mano a su frente soltando un suspiro de alivio al saber que ya volvió todo a la normalidad con su esposo.
Taehyung conducía con tranquilidad con una sonrisa en el rostro, moviendo su cabeza al ritmo de la canción y escuchando el tarareo de su hija que por momentos acompañaba. Estaba muchísimo mejor que antes que las cosas se pusieran mal entre ellos, pues sí era cierto que estaba bien sin saber que su esposa no, pero no se sentía tan unido a ella como se sentía ahora que la paz había vuelto a su vida.
Sólo deseaba poder viajar de una vez junto a su esposa e hija, pasar unos días en familia lejos de Seúl, donde disfrutaran y la paz siguiera abundando.
La canción cambió y escuchó a la pequeña quejarse, por lo que soltó una risilla por lo bajo, mirándola por el espejo retrovisor. En ese momento volvió a ver ese peluche de unicornio que su hija parecía amar demasiado, ya que lo había visto varias veces en sus brazos como ahora, por lo que la curiosidad volvió.
―¿Y ese peluche?
―Se llama Twinkle.
―¿Qué clase de nombre es ese? ―preguntó riendo.
―No te rías. Se lo puse junto a Jungkooki...Jungkook.
En ese momento, Taehyung al ver que habían llegado al colegio, estacionó rápidamente, para luego voltear a ver a su hija que se quitaba el cinturón de seguridad.
―Espera. Estamos hablando.
―¿Qué sucede, papá? Se me hará tarde...
―¿Cuándo fue eso? ¿Por qué estabas con él?
―Jungkook nos llevó a Daehyun y a mí al parque de diversiones por el cumpleaños de mami. ¡La pasamos increíble! ―exclamó extendiendo los brazos mientras sonreía―. Quiero volver a ir con ellos porque son muy divertidos.
Taehyung sentía que el oxígeno había abandonado sus pulmones mientras toda la felicidad parecía esfumarse con rapidez, siendo reemplazada por la rabia, por los celos, por las inseguridades.
―¿Qué hicieron luego? ―inquirió alzando una ceja.
―Luego de jugar, ellos se fueron por un largo rato y cuando volvieron le dimos el regalo a mami. Al principio se enojó porque Jungkook me ayudó a pagarlo, pero luego comenzó a llorar y nos abrazó...
―¿Q-Qué regalo, Sunhee?
―¿Mami no te dijo nada? ―preguntó decepcionada―. Si no te lo ha dicho es porque no le ha gustado...
―Dime qué regalo, hija, por favor ―ordenó tembloroso.
―Es un hermoso brazalete, pero creo que a ella no le parece hermoso.
En ese momento un jadeo escapó de los labios del castaño mientras se pasaba la mano por el rostro al recordar el brazalete que había visto en la mesa de noche que tenía su inicial. Aquel brazalete que ella le dijo que sólo fue un regalo de Hyeyoon, por lo que no dudó en creerlo, ya que era la única persona que podría pagar algo como eso.
―¿Es un brazalete con su inicial?
―¡Sí! ¿Lo has visto? ¿A ti te ha gustado?
―¿Cuántas veces han salido, Sunhee? ―interrogó volteando a verla nuevamente, sintiéndose temblar de impotencia.
―¡Miles! Jungkook nos ha llevado a tomar helado, batidos, nos ha llevado a comer, también al parque...
―Es mejor que entres ―la interrumpió abriendo la puerta rápidamente, haciendo que su hija lo mirara desconcertada.
Se bajó del coche y la ayudó a hacerlo, para luego comenzar a cruzar la calle a pasos rápidos, lo que hizo que su hija tuviera que correr para poder seguir largos pasos.
―¿Estás molesto, papá? ―preguntó angustiada, llamando su atención cuando llegaron a la entrada donde algunos padres se encontraban despidiéndose de sus hijos―. ¿Hice algo mal?
―No ―suspiró frustrado, dándose cuenta que no había estado reaccionando bien, por lo que se puso en cuclillas frente a ella―. Tú no has hecho nada malo, princesa.
―Entonces, ¿por qué arrugas tu frente? Pareces más viejo ―ella soltó una risilla mientras él intentaba hacerlo.
―¿Puedo hacerte una pregunta?
―Claro.
―¿A quien prefieres? ¿A Jungkook o a mí? ―examinó mirándolo desesperado, tomando las manos pequeñas de su hija.
―¡¿Cómo puedes preguntarme eso?! ¡Siempre voy a elegir a mi papá! ―aseguró aferrándose a él.
―¿A pesar de que no soy tan divertido como Jungkook?
―Tú eres millones, pero millones de veces más divertido ―exclamó con una sonrisa―. Te amo mucho, mucho, mucho.
―¡Hasta el infinito y más allá! ―dijeron al unísono para luego separarse y ella tomó su rostro entre sus manos, apretando un poco sus mejillas.
―Promete que siempre me elegirás.
―Lo prometo, pero ya no estés triste o enojado, papá.
―Ya no lo estaré.
―Buenos días. Lamento interrumpir, pero su hija debe entrar ―informó acercándose la maestra.
―Sí, lo siento.
Se señaló mejilla donde su hija depositó un pequeño beso haciéndole sonreír, y ella tomó la mano de la maestra, volteando a ver a su padre para mover su otra mano, despidiéndose, por lo que Taehyung hizo lo mismo, pero sintiendo una punzada en el pecho al recordar sus palabras.
Kim Taehyung se encontraba en su oficina. Cada hora parecía torturarse más al recordar las palabras de su hija y sentía su sangre hervir, por los escenarios imaginarios que llegaba a crear su cabeza.
Se repetía que debía mantenerse tranquilo, que por lo sucedido su mente necesitaba darle un rostro a ese hombre, pero que si se tratara sobre él, entonces, su esposa no hubiese dudado en decírselo. Se repetía que si seguía pensando de esa manera iba a arruinar las cosas nuevamente con ella, así que debía confiar y seguir luchando para mantener a su familia unida. Pero se le dificultaba con cada segundo, tanto así, que comenzó a desajustar su corbata porque sentía que entre esas cuatro paredes de su oficina se estaba asfixiando.
Cuando se levantó porque ya no podía soportarlo más, la puerta se abrió sorprendiéndolo por completo al ver a una mujer rubia con vasos de café en sus manos.
―¿Yoona? ―preguntó asombrado, abriendo sus ojos a la par.
―Buenas tardes. Un café para el señor Kim ―habló divertida, acercándose con confianza, dejando el vaso de café frente a él.
―Lo siento, pero no me gusta el café ―mencionó haciendo una mueca.
―Oh...―hizo un mohín con sus labios, lo cual se le hizo tierno, por lo que una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
―De todas maneras, gracias, pero ¿qué haces aquí?
―Quiero disculparme por la última que nos vimos...
―¿Disculparte tú? Eso debería hacerlo yo, Yoona. Reaccioné como un imbécil y te pido una disculpa ―suspiró.
―Está bien. Te perdono ―sonrió.
―¿Cómo entraste?
― Pedí hablar con mi paciente Kim Taehyung, con el que tengo un turno ahora a las tres ―explicó divertido y él la mira confundido, más cuando estiró su mano―. Soy tu psicóloga Jang Yoona, mucho gusto.
―¿Psicóloga? ―ella asintió y soltó una carcajada―. Vaya que debo tener cara de necesitarlo para que te lo crea sin consultarme.
―Quizás ya no tienes grandes ojeras, pero sigues teniendo cara de amargado ―bromeó haciéndolo reír.
―Gracias por venir, Yoona―rodeó el escritorio para acercarse―. Siento que si no estuvieras aquí, ya hubiese enloquecido.
―De nada, supuesto paciente Kim.
Él sonrió y se apoyó en el escritorio, observándola atentamente. Yoona llevaba una falda de tubo negra que le llegaba por encima de las rodillas, dejando un poco a la vista sus largas piernas, también llevaba una chaqueta negra, camisa blanca, tacones negros y su cabello miel suelto.
―¿Cómo llevas lo que hablamos? ―indagó acercándose y le dio un sorbo al café. Al verlo dudar, habló rápidamente―. No tenemos que hablar sobre eso si no quieres.
―Creí que lo llevaba más que bien y que podía olvidar lo sucedido, seguir con la familia perfecta, pero... no.
―Ya te dije lo que opino al respecto cuando algo así pasa.
―Es que podría seguir así de bien si quizás no me hubiese enterado de algo más ―confesó frustrado, negando repetidamente con la cabeza―. Me gustaría poder decir "al carajo, no me merezco todo ésto" e irme, pero soy un maldito imbécil que sigue perdidamente enamorado. Soy un imbécil que tiene miedo de estar sin esa persona, porque ya no logro recordar quién era antes de ella.
Taehyung se sentía realmente lastimado, no lograba comprender en qué momento su esposa comenzó a llenarlo de más mentiras, en qué momento dejó de confiar en él, en qué momento dejó de importarle seguir sobrellevando el matrimonio que el castaño creía que también era feliz. Pero ahora llegaba a pensar que, quizás, esa fue otras de sus mentiras y que sólo buscaba endulzarlo para que no desconfiara.
Se sentía desesperado con un gran dolor en su pecho que parecía extenderse por todo su cuerpo de a poco, y hasta una pequeña parte de él le empezaba a gritar que quizás Yoona tenía razón, y el simple hecho de creer eso llegaba a asustarlo porque significaba que, probablemente, estaba viendo el verdadero rostro de su mujer que ya no era capaz de seguir fingiendo por más que quisiera.
―Deberías reconsiderarlo. Ir por lo más sano antes de acabar peor.
―No podré hacerlo hasta llegar al fondo de la situación. Ese es el maldito problema, y quizás soy un masoquista porque sé que va a destrozarme, pero necesito hacerlo ―levantó la mirada y presionó los labios por un momento mientras pensaba―. No entiendo porqué sintió la necesidad de buscar a alguien más, cuando yo era capaz de darle el mismo cielo si me lo pedía
―Para algunas personas nunca es suficiente.
―¿Acaso tiene algo de divertido ser infiel? ―preguntó frunciendo el ceño, mirándola desesperado, esperando alguna respuesta a su duda.
―No sabría responderte porque nunca lo fui, pero dudo mucho que sea así cuando sabes perfectamente que sólo lograrás lastimar a la persona que te ama.
―Siento que estoy ahogándome en la desesperación, Yoona —expresó con un hilo de voz.
Ella se acercó aún más, apoyando la mano en su hombro para así tratar de demostrarle de alguna forma su apoyo, sonriéndole a medias. No quería decir más sobre lo que pensaba, ya que temía que todo terminara como la última vez, porque ahora notaba que necesitaba a alguien a su lado por más que sólo lo acompañara en silencio.
Taehyung al observar atentamente sus ojos mieles que tenían un destello, sentía como se relajaba, por lo que empezó admirar cada centímetro de su rostro, sintiéndose encantado por ella sin darse cuenta de la cercanía. Llevó la mano temblorosa a la cintura de Yoona, que apoyó la otra mano en su hombro apegándose aún más, ambos con temor que son capaces de notarlo en sus orbes.
El castaño tenía la respiración pesada y sentía el aliento tibio a café de ella chocar contra sus esponjosos labios, por lo que su corazón golpeaba con fuerza al darse cuenta de lo que estaba a punto de pasar. Sabía que ambos deseaban que pasara, pero que no era correcto, y estaba realmente nervioso al pensar que iba a probar otros labios que no eran los de su esposa, que siempre habían logrado enloquecerlo con sus besos tan apasionados.
―No tienes que hacer lo mismo que ella ―mencionó por lo bajo, rozando sus labios sin ser capaz de separarse.
Taehyung cerró los ojos, sintiendo nuevamente aquel roce que le hizo estremecer, pero tomó una bocanada de aire tembloroso mientras se separaba lentamente.
―Quizás también soy un maldito idiota.
—No creo que lo seas. Con sólo ver tus ojos, logro darme cuenta que realmente amas a tu familia y que eres un gran hombre ―aseguró intentando sonreír, pero le salió más una mueca―. No te conviertas en alguien que no eres.
―No quiero que pienses que buscaba utilizarte por el dolor que siento ―habló nervioso―. Realmente sentía o... siento ganas de besarte.
Yoona abrió los ojos a la par y tragó con dificultad mientras él se levantaba volviendo a acercarse. Acercó la mano lentamente a su rostro, llevando un mechón de cabello detrás de su oreja, notando cómo ella dejaba de respirar por un momento a causa de los nervios, pero aún así, dejó un pequeño beso sobre su mejilla, aspirando su aroma a vainilla que provocaba un cosquilleo en su estómago.
―Gracias por entenderme y no verme como un idiota.
―N-No es nada ―murmuró bajando la cabeza al sentir sus mejillas arder.
―No sé si es correcto, pero quiero seguir conociéndote, Yoona ―confesó buscando su mirada, y cuando ella la levantó observándolo sorprendida, sonrió a medias.
―Quizás si decides terminar tu matrimonio, podríamos conocernos. Eso sería lo correcto.
―Tienes razón ―asintió suspirando―. Pero no puedo mentirte. No sé lo que va a pasar. Cuando hable con ella, sabré si aún estoy dispuesto a seguir luchando o lo mejor es...eso ―murmuró con algo de dificultad―. ¿Puedo al menos tener tu número de celular?
―Eso sí.
Taehyung le entregó su celular y notó como su tímida sonrisa desapareció al ver el fondo de pantalla, por lo que desvió la mirada, pero cuando ella volvió a entregárselo con su número anotado, sonrió guardándolo en el bolsillo de su pantalón.
―Debo buscar a mi hija al colegio.
―Y yo volver al trabajo ―tomó una bocanada de aire para tratar de dejar ir sus nervios―. Espero que sea lo que sea que decidas, te haga sentir bien y recuperes la felicidad como también la calma, Taehyung.
―Al fin dices mi nombre ―mencionó con una tímida sonrisa―. Gracias, Yoona.
―Adiós.
―Adiós.
Al verla irse, soltó todo el aire que estuvo reteniendo sin saberlo, mientras llevaba las manos a su nuca sin poder evitar recordar cuando casi la besó.
―¿Qué carajos pasa contigo, Taehyung? ―se cubrió el rostro con las manos por un momento.
Al llegar al colegio se bajó del coche listo para caminar hacia la entrada, pero al ver a su hija riendo sintió cómo la culpa empezaba a carcomerlo. Se preguntaba cómo fue que estuvo dispuesto a serle infiel a su esposa, a no sólo provocarle un gran dolor a ella, sino también a su hija que seguramente lo miraría decepcionada porque sería el causante de que su familia se rompiera.
Un nudo se formó en su garganta por un momento y tragó con dificultad, para luego tomar aire y comenzar a caminar hacia donde estaba la pequeña que hablaba con el grupo de sus amigos, donde estaban Hana y Daehyun, ya que planeaban juntarse el lunes luego del colegio para divertirse.
Taehyung al verla reír y hablar sin parar, no pudo evitar sonreír porque nada disfrutaba más que verla emocionada, hasta que escuchó una voz masculina.
―¡Daehyun! ¡Vamos, campeón!
Al escuchar esa voz, volteó a ver de dónde provenía para encontrarse con Jungkook, que llevaba una camiseta blanca, pantalón negro y zapatos del mismo color, mientras su cabello oscuro caía por su frente.
―Papá, ¿el lunes puedo juntarme con ellos? Sunhee dice que podríamos ir a su casa luego de clases. Y también irá Minho ―comentó aferrándose a las correas de su mochila.
―Claro, pero no sé si al señor Kim le va a gustar la idea ―respondió volteándolo a verlo con una sonrisa socarrona.
Eso provocó que sus facciones se endurecieran, hasta que sintió cómo su hija se aferraba a él.
No podía creerse que aún estando sus hijos allí, tratara de hacerle perder la paciencia, algo que intentaba con todas sus fuerzas controlar, ya que no quería hacer un show en el colegio y mucho menos con los niños presentes.
―Señor Kim, ¿podría ir a su casa el lunes luego de clases? ―preguntó tímido.
―Di que sí, papá ―Sunhee tiró de la manga de su camisa blanca.
Al ver el brillo de ilusión en la mirada de su hija, y la forma en la que sonreía tiernamente, no podía negarse para nada, por lo que volteó a ver a Daehyun, que lo miraba nervioso, lo que hizo que sonriera.
―Claro que tú puedes venir a casa. No es ninguna molestia para mí ―aclaró volteando a ver al pelinegro que alzó una ceja.
―Ha dicho que sí ―Daehyun murmuró llamando la atención de su padre.
―Está bien, hijo ―volteó a ver a Taehyung―. Por cierto, ¿cómo está Crys?
Jungkook sacudió el cabello de su hijo, y en eso, Taehyung, mientras aquella forma de decirle resonaba en su cabeza, no pudo evitar observar con atención su brazo derecho tatuado, lo que provocó que sintiera cómo su corazón daba un vuelco y la sangre abandonaba su cuerpo.
Esa manera de llamarle y esos tatuajes.
Jamás podría olvidar el día, el momento en que vio esa foto que lo destrozó, que fue como un golpe para hacerlo reaccionar que su esposa no era quién siempre creyó. La persona que amó y estuvo a su lado por años, estaba traicionándolo.
Los días se le hacían cada vez más voraces que el anterior, heridas difíciles de entender, cortadas fáciles de provocar, discusiones sin final, pensamientos que no dejaban de hundirlo. Lágrimas solían escapar, pero nunca se había desahogado como necesitó, simplemente, para él era más fácil reprimir todo lo que sentía.
Cada parte del cuerpo de Taehyung quedó paralizado, sintiendo una puñalada en su corazón, porque en ese momento se quitó la venda de sus ojos. Comenzó a recordar los momentos en los que estuvieron los tres, y cómo hasta frente a sus narices también pasaba todo. Siempre tuvo en frente al amante de su esposa, pero estaba demasiado enamorado, cegado, o nunca quiso darse cuenta para no seguir lastimándose.
En ese momento sentía cómo la ira lo invadía, por lo que se alejó de su hija, dirigiéndose peligrosamente hacia Jungkook. Lo tomó de la camiseta, provocando que abriera los ojos a la par, observándolo sorprendido.
―¡Fuiste tú! ¡Tú eres el amante de mi esposa!
Sin poder soportarlo más, empuñó una de sus manos, impactándola tan fuerte contra su rostro que cayó al suelo, y sus hijos no pudieron evitar chillar por el susto, pero era incapaz de escucharlos porque estaba cegado.
Jungkook llevó la mano a su labio inferior donde sintió como un líquido tibio caía, y para sorpresa de todos quienes se encontraban observándolos asustados, como también sorprendidos, este soltó una risotada cínica.
―Vaya, hasta que al fin te has dado cuenta, maldito idiota.
¡Hola!
AAAA AL FIN PASÓ LO QUE TANTO QUERÍAN, INCLUYÉNDOME JAJSJSJS
¿Qué creen que suceda ahora? ¿Taehyung será capaz de perdonar a Crystal? ¿Qué les pareció la reacción de Taehyung y la de Jungkook? ¿Qué piensan de la casi infidelidad de Taehyung? Muchas preguntas, lo sé, perdonen, pero quiero leerlos
Espero que les haya gustado el capítulo, la verdad me tomó como una semana escribirlo porque no sabía cómo ir desarrollándolo
No se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top