Capítulo XVIII
Nuevo comienzo
JongIn sonrió a su reflejo en el espejo pulido. Se veía bien, elegante, juvenil y formal. Su cuerpo alto y bien formado se encontraba excelentemente encajado en aquel traje a medida color negro. La corbata del mismo color estaba muy bien colocada, con un nudo perfecto imponiéndose. El broche personalizado brillaba con sus piedritas preciosas al sol con cada movimiento. Los zapatos negros se hallaban bien pulidos, lustrosos, y el cabello un poco largo estaba perfectamente peinado hacia atrás, con un par de delgados mechones cayendo sobre su frente, masculino y atractivo.
El reloj alrededor de su muñeca marcaban las doce veintitrés de la tarde. Aún tenía un momento para sí mismo, terminar de prepararse y tomar un trago de whisky para envalentonarse. De hecho, eso fue precisamente lo que hizo.
El alcohol pasó con fuerza y ardor por su garganta, quemando durante un par de segundos, por lo que su cara se arrugó en un gesto compungido que hablaba de su inexperiencia como bebedor, y luego dejó el vaso vacío en su sitio, como si nada hubiera ocurrido. Suspiró, sintiendo con dicha como su corazón corría a toda marcha en su pecho y su alfa se retorcía con nada más que orgullo y frenesí, y oleadas de su aroma personal salieron de sus poros al exterior. Estaba ansioso, se encontraba emocionado. Su humano estaba feliz, rebosante de brillo y alegría, su contraparte animal no hacía más que enorgullecerse de su trabajo en conjunto. Era un ser lleno de armonía y luz propia en ese instante.
Hubieron tres toques rítmicos en la puerta y luego esta se abrió para dejarle ver el rostro curioso de su hermano mayor. JongIn sonrió de inmediato al ver a InSung con su esmoquin azul y su pelo bien arreglado. Se veía increíblemente guapo; cosa de genes, seguramente.
InSung imitó su sonrisa y cerró la puerta detrás de su amplio cuerpo musculoso, se cruzó de brazos y caminó hacia él con alegría mal retenida, los ojos brillando, expectantes y dichosos.
—Oye, te ves bien. No has enloquecido —fueron sus palabras al estar frente a frente y JongIn bufó, divertido, antes de negar con la cabeza—.
—Por supuesto que no; estoy seguro de que todo saldrá bien. Por otra parte, tú también te ves bien.
—Claro que sí, ¡soy un Kim! Los Kim somos guapos, está en nuestra sangre —alabó, animado, y JongIn rió por lo bajo para después sentarse en el mueble a su disposición. InSung lo siguió un momento después—. ¿Estás nervioso? —preguntó más tranquilo el mayor después de un par de minutos en silencio y JongIn formó una sonrisa suave y pequeña con la vista fija en sus manos unidas—
—Supongo que sí, sólo un poco. Es todo tan abrumador e increíble que no puedo hacer más que sentir nervios.
InSung asintió y luego sonrió grande, rodeó sus hombros con su brazo y dejó un par de palmaditas en la extremidad derecha.
—Por supuesto que sí, después de todo, te estás casando con tu compañero hoy, después de tanto tiempo. Es normal que sientas un poco de nervios, pero no te preocupes, KyungSoo no va a huir si eso es lo que temes.
JongIn volvió a reír y negó una vez más.
—No temo que me deje plantado en el altar, InSung, es sólo que hay muchas expectativas respecto al futuro, a lo que ocurrirá de aquí en adelante. Hemos pasado por tanto, han pasado tantos años desde que nos distanciamos... es simplemente sorprendente para mí saber que, a pesar de todo, KyungSoo sigue estando aquí, conmigo, aceptándome, teniendo un huevo nuestro y ahora a punto de casarnos para pasar toda la vida juntos formalmente. Quiero compensar todos sus malos ratos y malas experiencias siendo un gran alfa para él y un buen padre para nuestro hijo, así que no sentir nervios sabiendo eso es un poco difícil.
Sus palabras salieron tranquilas y pacíficas a pesar de la bola de sentimientos anudada en su garganta y el tic inevitable en su pierna derecha. JongIn siempre trataría de mostrarse calmado bajo presión, era su zona de confort y mejor as; sin embargo, su hermano no era tonto y reconocía todas y cada una de las señales que hablaban de intranquilidad y expectación de su parte, por lo que rió por lo bajo y asintió, afectivo.
—Realmente has dejado de ser un niño para convertirte en un hombre, ¿cierto? Los años pasan rápido en verdad —dijo más para sí mismo que para JongIn antes de tomarlo de la mano y darle un apretón fraternal, cumpliendo con la imagen y rol de apoyo absoluto que su posición como hermano mayor requería—. Yo siempre he creído que las cosas pasan por una razón, Jong; ya sea el distanciamiento de dos compañeros, la incertidumbre, la tristeza, las preguntas constantes que rondan tu cabeza, las dudas, el desazón, la pérdida momentánea de la esperanza... todo eso tiene un fin, y es prepararnos para lo que viene.
»La vida es un sube y baja, es una montaña rusa de emociones. No sabes lo que te esperará mañana, pero ella se asegura de haberte lanzado bastante mierda el día anterior para que puedas afrotar la super mierda que podría venir en camino. Ustedes han pasado momentos difíciles, sí, pero los han afrontado juntos y están preparados para continuar hacia adelante después de todo eso. Si en el camino viene mierda, bueno, ¿qué mierda puede superar haber luchado contra tres clanes al mismo tiempo? No creo que nada se le compare, así que creo estarán bien, sea lo que sea que el destino les tenga deparado para luego.
Giró el rostro brillante, y sonriente, miró al menor, que no hacía más que oírlo con atención y una curva divertida y agradecida en los labios rechonchos.
—KyungSoo es un gran hombre, es listo, fuerte y muy valiente, pero también tiene un corazón transparente y generoso. Él confía en ti profundamente, JongIn, también te ama con cada gota de su ser. Ustedes están hechos el uno para el otro, así que no debes preocuparte por nada. Si el futuro es lo que te inquieta, entonces recuerda esto: el pasado es enseñanzas y momentos que olvidaremos continuamente, el futuro es incierto, una masa grisácea y densa que no podemos descubrir, así que, por ello, disfrutemos el presente, un punto accesible y que puede deleitarnos enormemente con cada mínima acción. Disfruta el ahora, tu día especial, JongIn, que mañana es el futuro.
InSung le dio un par de palmaditas en el hombro, una vez más, y JongIn lo empujó ligeramente, sintiéndose significativamente más liviano, con el corazón menos acelerado y el nudo aflojándose en su garganta. Ese, sin dudas, era el efecto InSung: llevar paz y seguridad a cualquier alma alterada. Su hermano era increíble.
Lo miró de reojo con una ceja arqueada y la sombra de una burla entrante en la comisura alzada de su boca e InSung se cruzó de brazos, esperando el ataque.
—Realmente esa es una muy buena charla motivacional. ¿La sacaste de Google?
—Por supuesto que sí.
Ambos rieron tranquilamente, cómodos el uno con el otro, sin presiones y libres de resentimientos o culpas. JongIn no rompió su sonrisa cuando miró al suelo de madera con los dedos de ambas manos entrelazadas ni se sintió incómodo al murmurar lo suficientemente alto para que sus palabras fueran escuchadas por el más alto y pálido de los dos.
—No lo había dicho antes, pero gracias por haber cuidado de KyungSoo y haberlo protegido, In, gracias por cuidar mi corazón también y apoyarme siempre. Tu esfuerzo y el sacrificio de tus sentimientos por mi felicidad valen mucho para mí. Eres realmente un gran hermano mayor.
InSung lo miró de reojo y un par de segundos después soltó un bufido con cierto aire resignado a su alrededor.
—¿No lo ibas a dejar estar, verdad? Niño idiota. Esto es algo que haría una y otra vez con tal de verte feliz, y a él también. Te amo, me importas muchísimo, JongIn, soy tu hermano, así que ni siquiera tienes que agradecerme por algo así. Ahora mismo estás pagando tu deuda por llevarte al amor de mi vida: lo estás haciendo el hombre más feliz del mundo, lo llevas a la luna y lo haces brillar como la gran estrella que realmente es. Estamos a mano, no hay nada que decir al respecto. Sólo sigue siempre por ese camino, síguelo haciendo feliz, y de esa manera mi corazón estará tranquilo y satisfecho eternamente.
—Lo haré, no tienes ni que dudarlo, hermano.
—Lo sé, porque él es tu tesoro también, Jong.
Fue bastante agradable haber cerrado aquella cuenta pendiente, ese ciclo que si bien no fue conflictivo o causó una fractura en su relación fraternal con el mayor, sirvió como depuración a la inquietud latente en su corazón respecto a InSung y KyungSoo. Era una página que no iba a ser arrancada de su vida, ni de la de su pareja y mucho menos de la de su hermano, estaría siempre ahí, bien cuidada entre otras tantas páginas con experiencias y sentimientos vividos y experimentados y que ellos mirarían con cariño y afecto.
El amor no se borra, el amor evoluciona, se transforma y se atesora. Posteriormente eso ocurriría con InSung y sus sentimientos, ambos lo sabían, y por ello podían estar perfectamente tranquilos.
Un toque fuerte y firme en la puerta los sacó de sus pensamientos ligeros y la cabeza de Kris asomándose en la habitación los hizo girar y mirarlo con sorpresa. El tipo se veía bien, como si se tratase de una celebridad, con su traje azul oscuro libre de corbata o moño y el pelo claro bien peinado hacia atrás. Su gran presencia llenó la habitación vacía (a excepción de ellos dos) y sus manos se hundieron en los bolsillos de sus pantalones a medida, tranquilo e inalterado, mostrando su imagen de líder impecable y alfa imperturbable.
—Oigan, los están esperando abajo a ambos. ZiTao me dijo que KyungSoo ya está listo, así que ya debes bajar para recibirlo, JongIn.
Sus palabras provocaron que los hermanos cruzaran una última mirada y que el mayor de los Kim se pusiera de pie, entusiasmado y vibrando de alegría. Aceptó la mano que extendió en su dirección para ayudarlo a levantarse y luego acomodó su saco y su cabello ya bien peinado en un acto reflejo para atraer la calma nuevamente a su ser. Kris le palmeó la espalda con camaradería, para después sumirse en miradas colectivas que hablaban de emoción, orgullo y felicidad genuina.
—Ha llegado la hora.
.
.
El punto de encuentro era, en realidad, la parte trasera de la casita del acantilado de KyungSoo. Su familia y la de su pareja se dedicó a adornar y acondicionar todo el lugar para recibir a los novios y a algunos invitados especiales, construyendo un arco adornado con enredaderas y flores blancas al final de un camino de rosas blancas y rosadas. Los asientos estaban perfectamente acomodados, tanto del lado derecho como del izquierdo, con cintas blancas y azules pastel adornándolas con exquisita delicadeza y ternura, y en ellas, reunidos y conversando con entusiasmo, animados ante el evento a punto de realizarse, se encontraban sus seres más queridos.
ZiTao y su huevo estaban junto a la familia de KyungSoo, sonriendo con cariño en su dirección; sus suegros uno junto al otro, luciendo encantados y enamorados, tan distintos el uno del otro, se hallaban tomados de la mano, fotografiando el lugar y al mismo JongIn cuando apareció en el altar. BaekHyun también estaba ahí, hermoso, bien peinado y envuelto en un bonito traje rosado que hacía que su piel resaltara agradablemente, con su huevo bajo su cuidado y atenciones temporales. El chico le hizo un guiño exagerado que le hizo sonreír y luego siguió susurrándose alguna cosa con Lu Han, la pareja de SeHun. Aparte de ellos estaba también MinSeok, vestido de verde, y un par de compañeros de trabajo de KyungSoo, entre ellos, un muy contento y complacido YiXing.
Por su parte se encontraba su hermana, madre y sobrino sentados en la primera fila, aplaudiendo, abrazándose y mirándolo con lágrimas retenidas. InSung se les unió luego de dejar un golpecito en su hombro y se dejó abrazar por Yuna casi inmediatamente. También estaban los chicos de EXO, todos bien vestidos y acomodados, felices por él, compartiendo ese momento importante en su vida como los hermanos de vida que eran para JongIn. Fuera de ellos, JongIn no tenía más amigos reales ni conocidos, así que con el tumulto de chicos revoltosos y ansiosos sobraba y bastaba.
Kris también lo dejó solo para sentarse en su lugar y JongIn terminó de acortar la distancia que lo separaba del hermoso altar. Sonrió a quien aguardaba ahí por ellos, esperando pacientemente el inicio de la ceremonia para unirlo a su KyungSoo legalmente, según las reglas humanas, y el hombre hermoso y de lindos rasgos delicados le dio un apretón amistoso en el brazo.
—¿Ansioso?
—No, ya no tanto, Líder JunMyeon. Gracias por hacer esto por KyungSoo y por mí —dijo con sincero aprecio y el hombre hizo un ademán para restarle importancia al asunto—.
—Ni lo menciones, es lo mínimo que podía hacer por ustedes; la verdad es que para mí es un honor poder casarlos este día; de igual forma, pienso que mi alfa también habría sido una buena elección —comentó esto último con cariño, enfocando su mirada amorosa en YiXing, que le dedicó una sonrisa afectuosa como respuesta; JongIn los miró con aprecio a ambos antes de responderle:—.
—Lo sé, pero el hecho de que nuestro Líder estuviera disponible para nosotros nos ha tentado muchísimo. Su compañero fue el de la idea inicial.
—No debería ni siquiera sorprenderme saber eso.
Ambos soltaron una risita y conversaron por un par de minutos más, hasta que el aviso ruidoso de BaekHyun los interrumpió para hacerles saber que KyungSoo ya estaba ahí. JongIn giró el cuerpo para recibir a su compañero y sintió la respiración siendo cortada de cuajo al ver a su omega ahí, al inicio del paso nupcial.
KyungSoo se veía sencillamente hermoso con su traje blanco e inmaculado abrazando su cuerpo perfectamente, haciéndole honor a su bella figura. El cabello sin recortar se hallaba bien peinado, hacia atrás y el fleco cayendo sobre su frente a la derecha, una coma muy hermosa; los zapatos blancos relucían bajo los rayos del sol y el sonrojo acalorado en conjunto con aquella sonrisa avergonzada le robaron cada mínima gota de cordura.
Tan hermoso. Tan suyo. JongIn sintió que lo amaba un poco más.
JongIn aguardó en su lugar con una sonrisa amplia en sus labios y el corazón agitado de amor en su pecho. Su alfa gruñía con orgullo, reclamando a KyungSoo como el tesoro más brillante y costoso del mundo, nada más cercano a la verdad; sentía el pecho hinchado por la ola de sentimientos chocando contra él con cada paso dado de parte del mayor, y, como no, también encontraba sus ojos comenzando a calentarse debido a las lágrimas retenidas. Era tan feliz, dioses, tanto. No podía pedir nada más en su vida que a ese pequeño y hermoso hombre y su huevo fuerte en los brazos de su "tío BaekHyun". Era un alfa completo, en toda la palabra.
Extendió una mano cuando el mayor llegó a él y KyungSoo le sonrió, todo ojos brillantes y amorosos en su dirección, tomando su palma con fuerza, sin dudarlo ni por un segundo. JongIn apreció su rostro brillante, sonrosado y juvenil y acarició tiernamente la mejilla ligeramente regordeta y tan suave como la seda. Colocó un beso dulce en su frente y KyungSoo suspiró con deleite y gozo.
—¿Estás listo, mi amor? —preguntó sin alejarse de su pequeño y curvilíneo cuerpo, aspirando su dulce aroma, y KyungSoo asintió y fue su turno de obsequiarle un beso, esta vez sobre su mejilla—
—Siempre listo, cielo —fue su segura respuesta antes de separarse y mirarse a los ojos, sumergidos en una bruma de espeso y agradable cariño inquebrantable, capaz de superar las dificultades y presentarse con la fuerza de un huracán ante ellos—.
Sujetaron sus manos con fuerza y escuchando los sollozos de fondo y alguno que otro clic de una cámara, la pareja giró para enfrentar al sonriente Líder de Diamond.
—Hoy es un día sumamente especial —comenzó JunMyeon—, es el día en el que celebraremos la unión humana de estos dos hermanos de vida y de naturaleza; es el día que celebraremos el primer matrimonio luego de una batalla ardua y dura, lo que nos demuestra que siempre, después de la tormenta no queda más que la calma y la felicidad.
»Como Líder, me siento genuinamente agradecido y honrado de presenciar este compromiso formal y necesario. Como hombre y cambiaformas, no puedo hacer más que desearles felicidad y prosperidad en exceso en esta nueva etapa que se presenta ante ustedes.
JongIn giró el cuello y admiró el perfil perfecto de su compañero sonriente. Los grandes ojos de su omega brillaban como un par de estrellas juveniles y cautivadoras, los labios gorditos y rojos con sabor dulce y fresco se curvaban en una preciosa figura acorazonada que se robaba toda su atención, y su aroma agradable y adictivo salía en oleadas para cautivarlo un poco más, para enamorarlo más de lo que podría soportar.
Y es que había algo tan mágico en el hecho de estar ahí, juntos, con sus dedos entrelazados y los ojos empañados, con sus familiares y amigos reunidos en el mismo lugar donde ellos tantas veces jugaron de niños, donde se enamoraron, donde sus sentimientos evolucionaron hasta formar lo que eran hoy en día. Había algo genuinamente fascinante ver al KyungSoo adulto y completo sobre las memorias del KyungSoo infante correteando a su alrededor con la ropa sucia y las mejillas coloradas por el calor del verano. Era verdaderamente maravilloso notar como habían pasado de ser sólo dos niños unidos por los juegos a un par de adolescentes descubriendo sus sentires por primera vez y acabar ahí, como dos hombres reunidos una vez más para pasar toda la eternidad juntos, con un amor consumado y fortaleciéndose con cada nuevo día, demostrándose afecto libremente luego de tanto tiempo reprimiendo su amor para sí mismos.
Ya no tendrían que ocultar nunca más lo que sentían, ya no tenían que esperar para estar juntos, ya no había necesidad de pasar largas horas pensando en el contrario, anhelando un toque, una mirada y una sonrisa. No hacía falta la tristeza en sus vidas, no necesitaban vivir de recuerdos lejanos ni de deseos y fantasías aparentemente imposibles. Todo aquello había quedado atrás para siempre desde el mismo segundo en el que sus miradas se cruzaron después de casi cincuenta años, desde la primera sonrisa compartida y la primera caricia íntima y cariñosa sobre la piel ajena.
Habían pasado por tanto, habían esperado tantos años, pero al final aquí estaban, donde siempre pertenecieron, en el lugar donde deseaban estar para toda la eternidad y, por sobre todas las cosas, juntos.
KyungSoo giró la cabeza para mirarlo con sorpresa y curiosidad y luego apretó un poco más fuerte sus manos antes de soltar una sonrisa más amplia y afectuosa de sus adictivos labios.
—JongIn, debes empezar —susurró, dejando escapar una pequeña risita divertida, y JongIn parpadeó y miró alrededor de forma superficial—.
Todos esperaban sus palabras; JunMyeon lo observaba paciente, con ojos divertidos, mientras InSung soltaba una falsa tos que intentaba cubrir inútilmente una carcajada ruidosa y burlona. KyungSoo, por su parte, sólo se dedicó a mirarlo directamente a los ojos, igual de feliz, igual de cautivado y cálido que en el inicio, y entonces JongIn volvió a perderse en el infinito de su belleza y sumergirse en el mar de sus desbocados sentimientos.
—Lo siento, es sólo que te amo tanto, KyungSoo.
Escuchó un "aaaw" de su hermana y muchos clics de cámaras y KyungSoo se limitó a bajar la mirada, abrumado pero contento por sus palabras, y el color rojo intenso llenó sus pómulos como una sábana dulce y tierna que cubrió su corazón frágil. El mayor apretó los labios por un segundo y luego rió dulcemente, su grave voz de terciopelo acariciando sus oídos antes de subir el rostro una vez más para mirarlo a los ojos. Una de sus pequeñas manos entró en contacto con su mejilla y su pulgar acarició la piel bajo él con ternura y afecto.
—Está bien, eso es lo único que te pido que hagas: amarme.
—Y lo haré, mi amor, sin restricciones —prometió, seguro de sí mismo, antes de girarse hacia JunMyeon para tomar el anillo que aguardaba sobre una almohadilla blanca. Volvió a centrarse en KyungSoo y, mirándolo a los ojos, comenzó con sus promesas de unión—. Yo, Kim JongIn, te tomo a ti, Do KyungSoo, como mi compañero eterno, como mi otra mitad y el dueño absoluto de mi ser. Prometo estar aquí, para ti y contigo, cuando más me necesites, en los momentos difíciles y llevaderos, cuando la salud se nos escape en la vejez y el dinero sea poco o exorbitante. Estaré aquí para ayudarte, apoyarte, animarte y ser tu soporte. Estaré aquí para levantarte cuando tus paredes se derrumben y para traer la luz en tus momentos más oscuros, como tu compañero, como tu alfa, como tu hombre y tu mejor amigo. Estaré siempre aquí para ser tu lugar seguro y verte feliz hasta que el último suspiro de vida abandone mi boca. Hoy, bajo la mirada de nuestras familias y nuestro Líder, ¿me aceptas en todos los sentidos existentes?
Para KyungSoo, detener las lágrimas en ese punto fue una tarea imposible. Hileras de gotas saladas y brillantes corrieron por sus mejillas luego de escapar de sus preciosos y amplios ojos plagados de emociones incapaces de ser reprimidas. JongIn sonrió y las secó con mimo, limpiando su rostro con ayuda de sus pulgares, delicado, amoroso, como KyungSoo lo merecía.
Los labios le temblaron al recrear una sonrisa y una risita avergonzada salió de su pomposa boca mientras asentía sin reparos, dándole la respuesta que necesitaba.
—Sí, cariño, te acepto para toda la eternidad —JongIn, con el corazón desbocado y su alfa rugiendo, tomó la mano de KyungSoo con dulzura y deslizó el discreto y hermoso anillo en su dedo anular. La pieza calzó a la perfección y brilló alrededor del dígito como la clara muestra de una pertenencia y compañerismo acordado—.
El alfa guió la mano a su boca y posó sus labios sobre el dorso suave y delicado, luego besó su sien y su mejilla, borrando el último hilo de lágrimas contentas sobre la piel ruborizada, antes de que KyungSoo sorbiera su nariz y continuara con su parte, tomando la palabra y exponiendo sus promesas con voz clara y firme.
—Yo, Do KyungSoo, te tomo a ti, Kim JongIn, como mi compañero eterno, como mi otra mitad y el dueño absoluto de mi ser. Prometo estar aquí, para ti y contigo, cuando más me necesites, en los momentos difíciles y llevaderos, cuando la salud se nos escape en la vejez y el dinero sea poco o exorbitante. Estaré aquí para ayudarte, apoyarte, animarte y ser tu soporte. Estaré aquí para levantarte cuando tus paredes se derrumben y para traer la luz en tus momentos más oscuros, como tu compañero, como tu omega, como tu hombre, el padre de tus hijos y tu mejor amigo. Estaré siempre aquí para ser tu lugar seguro y verte feliz hasta que el último suspiro de vida abandone mi boca. Hoy, bajo la mirada de nuestras familias y nuestro Líder, ¿me aceptas en todos los sentidos existentes, cariño? —JongIn sonrió, orgulloso, y extendió una mano para él—
—Siempre, pequeño. Soy todo tuyo.
KyungSoo rió, feliz, complacido y aliviado, y deslizó su propio anillo en su dedo con cariño. JunMyeon apreció el gesto con un asentimiento ligero y luego se dirigió hacia ellos y los invitados.
—Bueno, no hay nada más qué decir. Como Líder y testigo superior, los declaro unidos en matrimonio. JongIn, puedes besar a tu esposo.
Sin embargo, no fue JongIn quien cortó la distancia entre ellos, fue KyungSoo poniéndose en puntillas y abrazándolo apretadamente por el cuello quien unió sus labios en un gentil y dulce beso. JongIn correspondió los movimientos suaves de sus labios de inmediato y lo envolvió apretadamente en sus brazos, sujetándolo por la cintura y acercando sus cuerpos hasta que ni siquiera el aire fue capaz de correr entre ellos.
Se entregaron entonces a la magia, a la dicha absoluta, al innegable amor y a su burbuja personal, donde nada más que ellos besándose y abrazándose existía, donde los aplausos y gritos extasiados estaban en un segundo plano junto a la explosión de arroz en su dirección. JongIn sujetó sus mejillas segundos después, cuando sus bocas hormigueantes se hubieron alejado, y compartieron una sonrisa al unísono, curvas preciosas y satisfechas partiendo los rostros brillantes y dichosos en dos.
Sus amigos y familia no tardaron en unírseles, animados y gritones como nadie más podría serlo, por lo que tuvieron que separarse de su abrazo; sin embargo, jamás soltaron sus manos o se alejaron demasiado uno del otro. BaekHyun los alcanzó con su huevo en sus manos, siendo seguido de cerca por un sonriente ChanYeol, que no tardó en rodear su cintura en un semiabrazo cariñoso que el omega no rompió, y JongIn tomó a su cría con una sonrisa, sintiendo la superficie caliente y escamada bajo sus palmas.
—Felicidades, chicos. Les deseo lo mejor. Cuídalo mucho, JongIn, te estoy dejando a mi mejor amigo en todo el mundo —susurró BaekHyun y JongIn asintió para luego verlo dándoles la espalda para exclamar una foto familiar—.
JongIn besó la cáscara dura de su huevo y se acercó más a KyungSoo cuando todos se estaban preparando para salir en la foto que YiXing junto a JunMyeon se ofreció a tomarles. Miró a su compañero con inconfundible amor y KyungSoo le devolvió la mirada, enternecido y alegre.
—Te amo —susurró únicamente para él, sosteniendo firmemente a su futura cría, y KyungSoo se puso de puntillas para besar sus labios una vez más—.
—También te amo, mi amor. Con todo mi corazón.
Hubo un clic de una cámara, y con él, la llegada de un nuevo comienzo.
⋆.ೃ࿔*:・Fin⋆.ೃ࿔*:・
[✍🏻]
Actualización de madrugada porque no puedo dormir y mañana estaré ocupada, ah~.
Bueno, ya hemos llegado al final de esta historia; espero sinceramente que les haya gustado tanto como a mí me ha encantado escribir cada capítulo durante meses enteros de abandonar, retomar, releer, ordenar, borrar, maldecir un par de veces y, finalmente, acabar con una sonrisa y el corazón cálido.
Este fic es realmente importante para mí; ahora mismo, releyendo cada capítulo con ustedes para corregir un par de errores, me doy cuenta de que no quiero que acabe, no deseo darle un broche final y definitivo. ¡Me está costando dejarlo ir! Jajaja. Soy una madre que ha sido abandonada por su hijo, pero una madre feliz y orgullosa por hacer un buen trabajo.
Gracias por todo, gracias por apoyarme y por leerme a través de este mundo, de este lugar fantasioso y perfecto alejado de la realidad; gracias por recompensar mi trabajo con sus votos, comentarios y lecturas, gracias por estar aquí. Al inicio no tenía muchas expectativas respecto a este fanfic, pero ahora mismo sé que cada día de escritura ha valido completamente la pena. ❤️
Finalmente, espero que tengan un buen día. Tomen mucha agüita, coman bien y cuídense si salen de sus casas. Nos vemos en el epílogo~ ✨
—MKS
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