Capítulo XI

En el amanecer del quinto día de celo y apareamiento, KyungSoo pudo ser capaz de despertar sin sentirse acalorado y necesitado sexualmente. El celo estaba a punto de desaparecer y él sentía cómo la normalidad física comenzaba a asentarse en su cuerpo dolorido.

No había salido de la cueva en todo ese tiempo; JongIn se encargó personalmente de llevar alimentos para los dos, cambiar las mantas y almohadas arruinadas y atender sus necesidades primitivas sin ningún tipo de quejas, de hecho, siempre estaba sonriendo para él y eso era realmente perfecto y agradable, además de tranquilizador. Se duchaban en la caída de agua de la montaña y utilizaban el baño del lugar para cubrir sus obligaciones fisiológicas, luego se acostaban en las mantas limpias y con buen aroma y tenían sexo hasta que KyungSoo se agotara o llegara a la inconsciencia.

Habían sido días agotadores y muy intensos. Ambos fueron dominados por sus partes animales para poder aguantar tanta actividad y desgaste físico en tan corto tiempo; los músculos dolían al estirarse y sentía una punzada incómoda en la espalda baja, además de numerosos chupetones cubriendo todo su torso, hombros, espalda, muslos y nalgas siendo perfectamente visibles para cualquiera. Estaba agotado, pero muy satisfecho con lo que había conseguido.

Ahora, estando más consciente y unido nuevamente a su parte humana y racional, se sentía feliz y lleno de calidez al ver la marca que había aparecido tras compartir su sangre con JongIn, justo sobre su muñeca. Eran detalles grabados en su piel en forma de un tatuaje de tinta negra, palabras del antiguo idioma que los definía como una sola alma y un solo ser y que comprobaba que realmente eran pareja destinada. Una marca de pertenencia y exposición orgullosa a los demás, la muestra de honor que rodearía su apellido eternamente. Era muy lindo, se sentía bien saberse únicamente de JongIn.

Dioses, creía que volaba junto a las nubes en su forma humana, y eso era espectacular.

Sonrió tontamente a su tatuaje antes de llevar la mirada al rostro sereno de un durmiente JongIn, que lo acorralaba entre sus brazos con excesivo cuidado y cariño, y suspiró silenciosamente antes de subir una mano y acariciar con el índice la suave piel de su cara, pasando por su mejilla, la línea de su mandíbula, la barbilla, sus labios hinchados, la nariz pequeña y su frente lisa. Delineó la forma de sus ojos cerrados con delicadeza y se inclinó para dejar un beso amoroso sobre su pómulo.

Su corazón dio un vuelco al notar la sonrisa apareciendo en la boca del alfa al separarse de su cara y los colores subieron a sus propias mejillas cuando los preciosos ojos de su pareja se posaron perezosamente sobre él. JongIn gimió gravemente, un sonido sensual que le erizó la piel por completo, y lo abrazó con más fuerza, atrayéndolo a su cuerpo desnudo para sentir sin ningún problema su calidez, su anatomía grande cubriendo la suya y una erección mañanera rozando su muslo. La nariz de JongIn se posó sobre su cabeza e inhaló largamente, consiguiendo su olor entre las hebras suaves y desordenadas.

—Buen día, mi cielo, ¿cómo te sientes hoy?

El calor aumentó en sus pómulos ante el apodo cariñoso y una sonrisa boba salió a relucir, empequeñeciendo inmediatamente entre los brazos y el pecho firme del menor.

—Mucho mejor. El celo está a punto de desaparecer.

—¿Ya no duele?

—No, sólo siento una muy ligera molestia y un poco de calor, pero no duele como antes. Gracias por atenderme, Jong.

JongIn se alejó al oír esto último y subió una mano para posarla sobre su rostro cuidadosamente. Acarició su mejilla regordeta y colorada con cariño y un beso fue depositado suavemente sobre su frente.

—No tienes que agradecerlo, Soo. Eres mi pareja, voy a hacer esto siempre a partir de ahora. Jamás permitiría que sufrieras algún dolor a causa de tu celo.

Ambos compartieron una sonrisa prometedora, amorosa y preciosa, y sus narices se encontraron para protagonizar un dulce y adorable beso esquimal, calmado, pausado y lleno de ternura. JongIn se inclinó un poco más y KyungSoo cerró los ojos cuando los labios cálidos y suaves del menor se posaron sobre los suyos lentamente, acariciando su labio inferior con mimo, atrapándolo entre los suyos y provocando ligeros chasquidos que resonaron en sus oídos y le aceleraron el corazón. JongIn lo tomó de la nuca con amabilidad y giró el rostro para una mayor comodidad, KyungSoo suspiró contra su boca atenta y dejó caer su mano contra su pectoral izquierdo, que guardaba en su interior a un alocado corazón corriendo al mismo ritmo que el suyo. Fascinante.

JongIn se alejó tan suavemente como se acercó en un inicio y sonrió con calma y tranquilidad, como si se encontrara en una absoluta paz física y mental en ese momento, y KyungSoo colocó un besito juguetón sobre su barbilla.

—Pensé que rechazarías mi beso porque aún no nos hemos lavado los dientes —admitió, ligeramente divertido, y KyungSoo rió por lo bajo, bajó su mano por su costado, acariciando la suave piel morena en el camino hasta posarse en su delgada cintura, y luego negó con la cabeza, obsequiándole posteriormente un piquito—.

—Ya no importa si es contigo, además, nos hemos besado así por estos cuatro días. Supongo que puedo acostumbrarme a ello.

—Oh, sería bueno que lo hicieras, después de todo, tengo planeado despertar a tu lado y besarte sobre la cama en las mañanas duramente muchos años más.

KyungSoo sonrió ampliamente, sin mostrar los dientes, pero sintiéndose feliz y tranquilo.

—Eso suena realmente bien —comentó en voz baja y pronto se encontraron compartiendo un nuevo beso, esta vez un poco más prolongado y sugerente que el primero. KyungSoo gimió por lo bajo cuando la lengua húmeda y afilada de JongIn abandonó su boca entreabierta y mordió la esquina de su labio inferior al notar la mirada apasionada en los ojos de JongIn. Acarició su cuello con la punta de su nariz y besó uno de sus pezones antes de mordisquearlo suavemente; JongIn le acarició el cabello y lo dejó hacer sin decir nada—. JongIn... ¿podemos hacer el amor una vez más? —preguntó en voz baja contra su húmedo pezón café y JongIn le alzó el rostro con amabilidad y una sonrisa sincera que caló profundamente en su corazón—

Verlo sonreír era una completa maravilla y un obvio deleite para él.

—No tienes que preguntarlo, Soo.

Sus labios volvieron a encontrarse y sus cuerpos se unieron íntimamente una vez más, sin embargo, a diferencia de todas las veces anteriores, en esta ocasión ambos se tomaron más tiempo para explorarse, para sentirse plenamente, para halagarse y acariciarse a conciencia, para besar delicadamente cada trozo de piel desnuda, susurrar palabras de amor en los oídos atentos y moverse con lentitud, sincronizados y entregados al completo.

JongIn memorizó y atesoró los gestos llenos de placer y deleite de KyungSoo, cómo se retorcía bajo su cuerpo al acariciar su próstata con su glande, la manera en que su boca se abría con éxtasis y los dedos de sus pies se curvaban debido a la fricción de sus crestas con sus húmedas paredes internas. Lo amó con profundidad, con plenitud, lo adoró con cada célula de su ser. Se encantó por su cuerpo, por sus gemidos, por sus ruegos, por sus "te amo" entrecortados y su nombre saliendo gravemente de sus labios rojos e hinchados; JongIn atesoró cada segundo, y cuando ambos llegaron al orgasmo y quedaron unidos por un tiempo más, él en su interior y KyungSoo acariciando su cabello húmedo mientras se recuperaba lentamente, supo que esa primera unión como humanos, haciendo el amor suave y dulcemente, había sido maravillosa e inolvidable.

KyungSoo alzó la mirada, notablemente cansado pero satisfecho, cuando sintió la observación fija de JongIn sobre su rostro y sonrió al recibir un beso fugaz y dulce sobre su hormigueante boca.

—Te amo —murmuró el alfa contra sus labios curvados y KyungSoo amplió su sonrisa y le devolvió el beso con entusiasmo y cariño sincero—.

—Te amo también.

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Kris miró con aire ausente a Lóngshān desde Tōtem. Había acabado el entrenamiento con los miembros de EXO y se encontraba abstraído en sus pensamientos, solo en el campo de batalla.

El Líder lo había citado el día anterior para ordenarle explícitamente comenzar a evacuar a los omegas con huevos, los ancianos y los niños, ya que, al parecer, pronto llegarían los guerreros de los otros clanes para desarrollar el enfrentamiento y no quería poner en riesgo la vida de algún inocente. Utilizarían los grandes espacios de Lóngshān para entrenar a aquellos hombres y mujeres dispuestos a unirse en la lucha, pues ellos solos no podrían vencer a tantos enemigos, a pesar de sus habilidades y experiencia en batalla, y refugiarían al resto en las tierras dominadas por el hermano del Líder, un hombre justo que había accedido a cederles el espacio para su gente temporalmente debido a la problemática.

Tuvo que informar a ChanYeol sobre lo que estaba ocurriendo ante las sugerencias de JongDae y SeHun y el aumento de la presión sobre sus hombros, por lo cual el tipo había pospuesto el cortejo y unión con su omega para centrarse en los entrenamientos, a pesar de su propia naturaleza y la ansiedad sobre la seguridad de BaekHyun. ChanYeol era alguien determinado que conseguía lo que quería, así que fue bueno ver el gran desenvolvimiento del alfa en sus enfrentamientos con él o con algún otro miembro de EXO.

JongIn era arena de otro costal. No lo había visto desde hace seis días ya que, gracias a la información proporcionada por BaekHyun, se había emparejado con KyungSoo, y alejarlo del chiquillo en esta etapa tan importante de su naturaleza era algo prácticamente imposible, mucho más teniendo en cuenta todos los años de separación entre ambos y la necesidad de mantenerse cerca y recompensar el tiempo perdido. Suponía que contaría con él en dos días más, y cuando eso ocurriera, lo pondría al día con lo que estaba pasando actualmente y sería más duro con él y con su desempeño físico para proteger al Clan.

Su nariz inhaló una gran cantidad de oxígeno invadido con el aroma fresco de las fresas silvestres y una mano cálida y conocida se paseó por su espalda, relajando sus músculos casi de inmediato debido al suave toque. Giró el cuello y miró el rostro atractivo de su pareja, que se mantenía firme y con una expresión preocupada en sus filosas facciones exóticas; Kris formó una sonrisa agradecida y suave y no tardó en envolver el cuerpo de ZiTao entre sus brazos, cuidadoso y amable para no lastimarlo ahora que su vientre comenzaba a hincharse debido a su carga interna.

Se inclinó hacia su rostro y besó dulcemente su frente y su sien, sus manos repartieron pequeñas caricias en su cintura y sus omóplatos y ZiTao apoyó la barbilla en su pecho, con la mirada clavada en su mandíbula y posteriormente en sus ojos.

—¿Aún te encuentras atormentado? —preguntó, su voz siendo suave como muy pocas veces, le acarició el oído con delicadeza y atención, sirviendo como un calmante inmediato para su agitado ser desconsolado—

—¿Cómo no estarlo con toda esta situación, Zi-Zi? —susurró en respuesta y el pequeño hizo una mueca con sus labios antes de dejar un beso sobre su pectoral duro—

—No debes permitir que esto te supere, YiFan; eres un líder maravilloso e increíble, un hombre sumamente fuerte y mi completo orgullo; vas a superar esto y saldremos victoriosos de este altercado —rehuyó la mirada del menor por un segundo, justo un momento antes de que ZiTao le tomara el rostro para volver a enfocarse y ser enfocado por su observación determinada—. Escucha, no somos un Clan débil y lo sabes, la mayoría de nuestros miembros son luchadores muy fuertes que podrán dar batalla, muchos poseen la habilidad de hacer fuego, todos ustedes tienen habilidades especiales que nos servirá de apoyo... no pienses negativamente ni te estreses, YiFan. Debes mantenerte lo más positivo posible, con la mente en blanco y no dejarte vencer por pensamientos pesimistas que a la larga van a afectar tu rendimiento. Estoy justo aquí, apoyándote y siendo fuerte, llevo a nuestro hijo en mi interior y no tengo miedo de nuestro futuro. Sé que todo saldrá bien, así que confía en ti mismo un poco más y mírate como lo hago yo, grandote.

Su corazón se sintió cálido ante sus palabras, su mirada, su contacto y su cercanía. Su aroma tranquilizó a su bestia ansiosa, le dio el regreso a la realidad que necesitaba, iluminó el enfoque correcto en el que debía centrar su atención, todo con las palabras adecuadas y la sinceridad en su mirada.

Kris subió una de sus manos al rostro suave y bronceado de su omega y formó una sonrisa dulce para él, acariciando su mejilla sonrojada con el pulgar. ZiTao era tan importante y tan especial para él desde que apareció en su vida, siendo tan único, tan llamativo y anhelado para su alfa. Era su centro, el único que podía sacarlo de su mierda sin temor a ofenderlo o hacerle frente. Era su complemento, el omega perfecto para un hombre como él.

Tan fuerte, tan decidido y determinado, con una madurez y sensibilidad de hierro... ZiTao era lo que estaba bien en su vida. Había llegado para iluminar su mundo y darle la paz que su alma necesitaba. Él había llegado en el momento indicado, había entrado en su vida para ponerlo todo de cabeza y hacerlo un hombre pleno y capaz, más fuerte y valiente que antes. ZiTao era el mejor regalo que el destino pudo haberle obsequiado.

—¿Qué podría hacer sin ti ahora que te tengo? Aún no entiendo cómo pude vivir todo este tiempo antes de conocerte —los pómulos del pequeño se colorearon con más fuerza debido a sus palabras, pero no esquivó su mirada y sonrió abiertamente para él, dejando caer su rostro sobre su palma abierta en su mejilla—.

—Oh, seguramente lo hacías bien, después de todo, no tenías que cargar  con tantos regaños ni sermones —dijo él, divertido, y Kris negó con las esquinas de sus labios tirando hacia arriba—.

—Amo tus regaños y sermones, me hacen volver nuevamente a mis cinco sentidos.

ZiTao apoyó sus manos en su pecho y se acercó a su cuerpo todo lo que su pequeña pancita inflada le permitió, para luego ponerse de puntillas y dejar un toquecito amoroso con la punta de su nariz sobre la ajena.

—Y yo te amo a ti, YiFan.

El vuelco en su corazón fue real y potente. Su alfa se reavivó con grandeza y satisfacción al notar las pupilas brillantes de su compañero, animado, en vida nuevamente, y él no pudo hacer más que suspirar con el pecho hinchado de orgullo e inclinarse para besarlo en la boca, suave y cariñosamente.

Está bien, ZiTao tenía razón. Debía ser fuerte y confiar más en sí mismo, por su bienestar, por el de su gente y su Líder, por sus hombres y su familia. Por su pareja y su futura cría.

Kris iba a dar todo de sí en esta lucha y regresarían a salvo para ver crecer a su hijo o hija en su hogar intacto e inalterado, de eso estaba seguro.

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KyungSoo volvió a trabajar tres días después de la desaparición de su celo, sabiendo que ya no podría posponer más su regreso a la escuela y que debía cumplir con sus obligaciones. Había sido un poco complicado alejarse de JongIn luego del reciente emparejamiento, su omega se había vuelto un poco caprichoso y no quería dejar ir a su alfa ni separarse de su lado, pero fue capaz de poner todo su autocontrol en práctica al salir de su hogar ese lunes y no devolverse para tirarse en los brazos de su pareja una vez más.

Dejar ir a JongIn a sus entrenamientos fue el paso más complicado de todo, pero nada se volvió más ligero al llegar a la escuela. Todos los profesores y maestras lo habían mirado sin ningún tipo de disimulo al poner un pie en la institución. Algunos representantes de sus alumnos tampoco lo dejaron pasar desapercibido, y una que otra vez fue objeto de cuchicheos en los pasillos porque, por supuesto, nadie podía creer que realmente Do KyungSoo y Kim JongIn eran ahora una pareja consolidada bajo todos los reglamentos y condiciones de su especie.

Su corazón se había sentido un poco oprimido cuando alcanzó a oír palabras llenas de desazón y tristeza cuando sus colegas hablaban de JongIn, afirmando lo desdichado que sería al desperdiciar su vida y apellido unido a alguien tan insignificante y poco destacado como él. Fue doloroso oír aquello, no puede negarlo, pero trató de dar su mayor esfuerzo para no poner demasiada atención a las palabras ponzoñosas de unas cuantas personas que no sabían absolutamente nada de su vida, de la de JongIn o lo que ellos compartieron siendo jóvenes y adultos.

Su omega se encargó de bloquear toda aquella negatividad y se centró en la maravillosa marca tatuada sobre la piel de su muñeca. Eso sí valía su atención, su sonrisa y su felicidad y estabilidad.

RaeOn fue cariñoso al saludarlo. Le había llevado una manzana y una margarita como recibimiento y luego le había dado un fuerte abrazo afectivo. Las palabras posteriores que salieron de sus labios rosaditos fue justo lo que necesitaba para terminar de desechar las opiniones negativas de los demás:

—Me gusta mucho la idea de que seas mi tío, profesor Soo. Cuide mucho de mi tío JongIn, ¿está bien?

El niño era un amor y le había llenado el alma de enternecimiento y calidez, tanto que no pudo ser capaz de responderle con nada más que una sonrisa enorme y un asentimiento seguro y confiado. Él era un digno miembro de la familia Kim.

Impartió sus clases sin muchos contratiempos. Dejó deberes para los niños, jugó un rato con ellos y luego los alistó para que se retiraran a la hora de salida. Escoltó a RaeOn hasta que estuvo junto a su madre y ella lo recibió con una sonrisa que contrastaba fuertemente con las miradas de los demás miembros de su Clan.

—Hola, Soo, ¿qué tal el día? —le preguntó ella una vez tuvo a RaeOn en sus brazos y lo hubo saludado con su respectivo beso en la mejilla y un fuerte abrazo, y KyungSoo le obsequió una sonrisa ligera y tranquila—

—Estuvo bastante bien. Los niños no me han dado problemas; fue un día bastante tranquilo.

—Es bueno saber eso —ella se tomó un momento para mirarlo directamente a los ojos y colocó una de sus manos en su hombro, suave y cálidamente, en un toque agradable y amistoso sin perder la sonrisa dulce en sus labios—. No pude decirlo esta mañana debido a las prisas por ir al trabajo, pero Soo, me alegra que seas parte de la familia. Todos estamos felices y complacidos por tu unión con JongInnie; sabíamos que esto ocurriría tarde o temprano, y para nosotros es un verdadero gusto y honor que hayas aceptado al chico luego de esforzarse tanto para cortejarte. Sé muy feliz, y haz muy feliz a mi hermano también. Tengo la confianza en que lo dejaremos en buenas manos.

KyungSoo sonrió con vergüenza y gratitud, sus mejillas un poco coloradas debido a las amables y cálidas palabras de su cuñada, y tomó su mano sobre su hombro entre las suyas, la apretó delicadamente y prometió con solemnidad y seguridad, con el corazón acelerado y su omega feliz.

—Muchas gracias por tus palabras, Yuna, escucharlo de ti me hace sentir verdaderamente apreciado y querido. Te prometo que voy a proteger y hacer muy feliz a JongIn hasta donde la vida me deje. Él es mi razón para ser feliz, es mi pareja destinada, es lo más valioso que pude encontrar en mi vida, y jamás voy a permitir que sufra o le ocurra algo. Por otra parte, el honor es mío por ser recibido en una familia tan hermosa y cálida como la de ustedes. Muchas gracias por todo.

—Oh, por Dios, no tienes que agradecer nada, Soo. Eres la vida misma de JongIn, ¿cómo no te aceptaríamos sabiendo eso? Sería algo realmente imperdonable y vil para cualquiera de nosotros —repuso ella sin dejar de sonreír, con un brillo alegre en la mirada, y KyungSoo la soltó para que pudiera acomodar a RaeOn en su regazo—. Por cierto, deberías venir a comer a casa ahora que eres la pareja oficial de JongIn. Mamá estará feliz de recibirte nuevamente portando ahora este título tan importante —esto último lo dijo dando algunos toquesitos en sus tatuajes descubiertos y KyungSoo asintió animadamente—.

—¡Claro! Iré luego de ponerme al corriente con JongIn.

—¡Perfecto! Te estaremos esperando entonces. Oh, ahí viene el profesor BaekHyun y el director Zhang... supongo que es hora de irme. Hablaremos en otro momento, querido, ten cuidado al regresar a casa y saludas a JongIn de mi parte cuando esté contigo.

—Ah, sí, claro, Yuna. Vayan con cuidado ustedes también —contestó con cortesía antes de verla partir y luego se volvió para recibir con cierta sorpresa al director de la institución—.

BaekHyun se encontraba un poco más atrás del alfa; le envió una sonrisa y KyungSoo la devolvió suavemente antes de poner su atención absoluta en el mayor. Habían hablado por teléfono antes, cuando KyungSoo le había explicado sus faltas al trabajo, y el alfa le había tranquilizado al decirle que todo estaba bien y que no había problema por ello, así que no estaba muy seguro del porqué él estaba ahí ahora mismo. Era extraño verlo fuera de su oficina o de la enfermería.

—KyungSoo, buenas tardes.

—Huh, buenas tardes, director Zhang.

El mayor sonrió con amabilidad, suave y tranquilo, lo suficientemente calmado y relajado como para provocar que sus hombros se destensaran notoriamente; parpadeó repetidas veces cuando el alfa extendió una cajita mediana y blanca hacia él y la tomó con cierta torpeza y sorpresa visible.

—Aquí. Felicidades por tu unión. Este es un detalle de parte de mi esposo y mía, espero que las disfrutes. ¡Vamos! Puedes abrirla —animó con entusiasmo y KyungSoo decidió obedecer, destapando la cajita de cartón y descubriendo en su interior numerosas galletitas que provocaron que su boca se hiciera agua—.

Olía dulce, delicioso, un aroma agradable que prometía un buen sabor y deleite. Era un detalle verdaderamente agradecido.

Sonrió para el alfa delante de él y se inclinó en una pequeña reverencia.

—Muchas gracias, señor Zhang. No era necesario.

—Oh, claro que sí. Siempre felicito a mis maestros cuando se unen con sus parejas, tú no serias la excepción a la regla.

—Y el señor Zhang también hace la primera revisión al omega para saber si hay un huevo fecundado ahí dentro —canturreó BaekHyun con entusiasmo, asomándose sobre el hombro del atractivo director con una confianza y poco respeto bastante conflictivos para KyungSoo; el pequeño miró de nuevo a su jefe, con los pómulos ardiendo y el corazón acelerando su paso y fuerza—.

—BaekHyun tiene razón, y por eso también he venido a verte personalmente, KyungSoo. ¿Quieres que compruebe tu estado? Puedo darte una respuesta inmediata debido a mi don.

Su omega soltó un chillido y su corazón dio un salto vertiginoso en su pecho, haciendo volteretas y maniobras mortales para jugar con su pulso y su salud cardíaca. Mordió la esquina de su labio inferior y bajó la mirada a su abdomen aún planito. Había una gran posibilidad de que un huevo comenzara a formarse dentro de él, pues en medio de su intimidad con JongIn, este se había anudado en su interior incontables veces, llenándolo completa y satisfactoriamente con su esperma de forma exitosa. La idea no era descabellada ni mucho menos, y la verdad es que de había sentido superficialmente curioso al respecto... Decidió no desaprovechar la oportunidad.

Sostuvo la cajita con galletas fuertemente entre sus manos y asintió para el mayor. BaekHyun dio un chillido lleno de entusiasmo y se acercó a él con felicidad, hiperactivo como él solo al estar tan emocionado, y el director lo imitó, más calmado y tranquilo pero con la misma sonrisa brillante y entusiasta de BaekHyun.

El rubor fue más fuerte cuando las manos del alfa se posaron suave y respetuosamente sobre su vientre y KyungSoo agradeció que nadie estuviera en ese lugar para verlos, demasiado abochornado como para querer exponerse de más y causar más revuelo y cuchicheos en sus compañeros de trabajo.

A YiXing lo envolvió un aura cálida, tranquilizadora y suave que rodeó por completo a KyungSoo y lo ayudó a calmar su ansiedad. Su cuerpo se relajó contra las manos del alfa y su bestia encontró tranquilidad con su presencia y el poder ajeno cubriéndolo. Un manto azulado se cernió sobre sus cuerpos y en su vientre se sintió un agradable calor que penetró su piel y llegó a su interior. KyungSoo suspiró y cerró los ojos hasta que todo hubo desaparecido y acabado no muchos segundos después, con la sensación de paz aún embargando su ser.

Miró a YiXing, que había guardado las manos en los bolsillos de su pantalón con una sonrisa tierna, y luego de un segundo eterno de tensión y ansiedad para BaekHyun, dijo en voz baja y agradable al oído:

—Felicitaciones, KyungSoo, hay un huevo fecundado terminando de formarse en tu interior. Tiene ya ocho días, así que le faltan doce más para que puedas ponerlo en tu forma animal y que la formación de la cría siga su curso natural fuera de tu cuerpo. Te aconsejo que comas muchas carnes y verduras y bebas líquidos sin mucha azúcar. Una buena alimentación fortalecerá la pequeña coraza protectora; por supuesto, nada de movimientos bruscos, irritación o ira, no hagas muchos esfuerzos ni entrenes por este tiempo para no dañar el huevo. El apoyo de JongIn y su presencia sería magnífica para tu dragón, así que está con él lo máximo posible. Puedo darte unos días de descanso si así lo deseas —dijo el alfa con dulzura y cariño, mientras KyungSoo procesaba la nueva información con los ojos ampliados y los labios temblorosos luchando por romperse en una enorme sonrisa—.

Bajó la mirada a sus pies, escuchando, divertido, las exclamaciones eufóricas y agudas de BaekHyun, que revoloteaba a su alrededor con entusiasmo, y subió una mano para llevarla a su vientre un poco duro con amor. Ahí tenía a su huevo, formándose y fortaleciéndose, un hijo de JongIn y suyo... pronto serían una familia completa.

Sus ojos de cristalizaron y rió para sí mismo, sintiéndose dichoso como no creía que pudiera llegar a ser; BaekHyun lo abrazó por su costado, un gesto fraternal lleno de apoyo y cariño sincero. Estaba recibiendo mucho más de lo que había esperado para sí mismo, y ahora que sentía que todo estaba encajando en el lugar adecuado y se veía como un dragón normal, como nunca antes se había sentido, formando su familia y teniendo una pareja, KyungSoo creía que eso era todo lo que necesitaba para tener una buena y próspera vida. No quería nada más de lo que ya tenía. Todo era perfecto.

Se secó los ojos y luego subió la mirada para enfocar su visión borrosa en su jefe, le sonrió lo mejor posible y negó con suavidad.

—N-no es necesario, señor Zhang. JongIn estará ocupado con sus entrenamientos, así que no estaremos juntos durante el día, por lo que vendré a trabajar como de costumbre. Muchas gracias por chequear mi estado y por darme tan buenas recomendaciones; voy a seguirlas al pie de la letra.

YiXing asintió con una sonrisa amable y dejó una caricia amistosa sobre su cabello antes de despedirse con buen humor.

Fue entonces cuando KyungSoo finalmente se permitió llorar un poco en el pecho de BaekHyun, aferrado a su camiseta mientras el niño le acariciaba el pelo y los hombros con cariño fraternal, diciendo cualquier tontería como "no llores, Soo, o el niño te saldrá arrugado" o, "¡vamos! Tenemos que celebrar que seré el mejor tío del mundo, no puedes estar así en este momento. ¡Piensa en todos los pañales olorosos que cambiaremos! No, mejor no lo hagas porque eso sí que dan ganas de llorar" que le arrancaron un par de sonrisas temblorosas.

Guió su mano a su vientre entre comentarios sin sentido del menor, un poco más sereno y notablemente emocionado y contento, y lo palpó con cariño y suavidad mientras sorbía su nariz un par de veces. La ilusión de un pequeño o pequeña igual a JongIn, sonriendo, haciendo su vida feliz y cálida hasta el último segundo fue atractiva y más real que nunca. Entonces, con la certeza y determinación nacientes, supo que él haría todo para mantener segura y saludable a su cría, que le daría todo de sí mismo, que estaría atento a ella como nunca antes lo había sido con nada más.

Iba a tener un bebé, la prueba viviente de su unión y amor por JongIn, el lazo que los juntaría de por vida, una bolita de esperanza que sería acogida por sus familiares y sus padres con el cariño más sincero y dulce del mundo. Finalmente, después de tanto tiempo, KyungSoo sería padre, y no habría nada en el mundo capaz de arrebatarle esa pizca adicional de felicidad.

Aún aferrado a BaekHyun, sonrió grandemente con el rostro escondido en su pecho y las caricias imparables sobre su cabello. El futuro jamás había sido tan emocionante y anhelado como ahora.

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