Capítulo I
A KyungSoo le habían dicho toda la vida que él era una extrañeza de su especie y que nunca iba a encontrar un compañero que lo quisiera realmente.
KyungSoo pensaba que tal vez era cierto, porque la naturaleza de la criatura que vivía en su interior era exigente, sobre todo en los alfas, monstruos dominantes desde la cuna que serían los encargados de darle una familia, estabilidad, una buena vida e hijos a cambio de belleza, perfección física en sus dos formas y amor y cuidados para con ellos.
KyungSoo podía cumplir fácilmente con lo segundo, porque era un omega y en su naturaleza estaba aquél deseo de complacer a su futura pareja, cuidar a sus crías y ser alguien que enorgulleciera a la familia; honorable, respetado y educado. Él había sido bien criado por sus padres, era un buen chico, un gran amigo y tenía un corazón cálido. Los niños lo amaban, sus amigos lo adoraban, y si bien su forma común era bonita y agradable a la vista, su verdadera naturaleza era extraña y anormal.
A los alfas no le gustaban los dragones pequeños, y el suyo era el dragón más pequeño jamás visto, y, por si fuera poco, portaba extrañas escamas de un color blanco mármol poco destacable entre las gamas atractivas de verdes esmeraldas, azules zafiros, amarillos resplandecientes, dorados o incluso negros azabaches de los demás dragones omegas.
Dados sus instintos y costumbres más antiguas, los dragones alfas suelen cortejar a los omegas más hermosos, fértiles y de gran inteligencia, valientes, imponentes y aguerridos a la hora de defender a sus crías. Siendo atraídos por los colores vibrantes debido a la conexión y el arraigamiento que tienen los más afierados de su especie hacia los tesoros y las cosas valiosas y de gran hermosura, los alfas buscaban en la contraparte animal de sus parejas algo igual de maravilloso, atractivo y satisfactorio visualmente. Ellos deseaban que sus compañeros resplandecieran con sus escamas preciosas y majestuosas para poder presumirlas con orgulloso entre los demás alfas luego de un duro cortejo; cosas de posesión, territorialidad y ver quién mea más lejos, costumbres de machos todopoderosos e instinto animal básico y cavernícola que KyungSoo veía con diversión.
Lamentablemente, él no contaba con las características necesarias para encandilar a algún posible prospecto a futuro compañero, no era ni alto ni imponente para causar miedo a las posibles amenazas hacia sus hijos y no era llamativo con sus escamas blancas perladas tan extrañas y nada comunes entre los de su especie colorida y hermosa.
KyungSoo era un bicho raro que había nacido para fracasar y estar solo, anhelando algo que jamás tendría, sintiendo a su omega triste ante el nulo cariño de algún alfa hacia él. Era un poco duro y difícil sobrellevar esa carga y conocimiento después de ser criado y tener el objetivo principal de formar una familia y un compañero asegurado, pero KyungSoo se creía lo suficientemente fuerte como para seguir adelante sin nada de eso, trabajando duramente con sus niños y sonriendo con anhelo al ver aquellas familias felices y unidas que poseían todo lo que él jamás tendría.
Era algo triste y lo sentía injusto, pero así eran las cosas y él no podía hacer nada para cambiarlo, sólo podía vivir sabiendo que era una buena persona, que era aguerrido y que podría superar esa etapa de melancolía que ya era parte de su omega. Sólo debía darle tiempo al tiempo y todo estaría mejor... o al menos eso esperaba.
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- ̗̀❀࿐྄ྀ ◦ *_❏❦Perfect Dragon❦❐_*
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—¡KyungSoo! ¡Hola, KyungSoo!
El nombrado se volvió luego de entregar al último de sus niños a su madre sonriente y feliz por tenerlo de nuevo entre sus brazos y vio aparecer a su mejor amigo portando una sonrisa gigante y cuadrada, tan brillante como el halo de la luna en una noche oscura y tan refrescante como una limonada fría en un día especialmente caluroso.
Así era BaekHyun: agradable, perfecto, adecuado. Todo lo que un omega debía ser, un chico estupendo y siempre tan feliz y brillante que resultaba ser cegador. Era como una pieza de oro que combinaba muy bien con el color dorado de sus escamas resplandecientes a la luz del sol; sin duda, un chico afortunado que tendrá un alfa excepcional.
No pudo evitar devolverle la sonrisa y apretar su mano una vez esta fue rodeada por la de BaekHyun en un gesto amistoso y animado. El aroma a fresas inundó su olfato con fuerza y eso fue suficiente para saber cuán grande era la emoción de ese pequeño chico hermoso.
—Hola, BaekHyunnie. ¿Qué tal estuvo tu día con tu grupo? ¿Los niños no te dieron problemas? A veces cuesta un poco acostumbrarse los primeros días —él negó con prisa, sin dejar de sonreír o dejar de lado aquel bonito resplandor en sus ojos cafés, y KyungSoo comenzó a caminar de regreso a su aula de clases para ordenarlo todo y acomodarlo antes de irse a casa—.
—No, de hecho; no me dieron problemas, han sido todos muy tranquilos y adorables; me sentí muy cómodo. Fue un primer día de trabajo agradable —contestó, siguiéndole el paso de cerca, y el mayor comenzó a recoger las hojas con dibujos de sus niños y las crayolas de cera esparcidas por todas partes. BaekHyun lo ayudó al no tener nada más que hacer—.
—Eso es bueno. Has sido afortunado al toparte con un grupo tan bien portado en tu primer año. Recuérdalos con amor, porque no siempre será así —le aconsejó con una sonrisa y BaekHyun asintió, tomando sus palabras de buena maner—.
—Lo sé, he sido suertudo a la primera. ¡Oh, mira! ¡Es un dibujo tuyo! —exclamó con emoción al tomar una hoja de papel donde estaba plasmado de forma irregular e inexperta la figura de un dragón, uno blanco y pequeño en comparación a los demás dragones ahí retratados, y KyungSoo sonrió con cariño al tomar el dibujo y observarlo mejor—
Sobre los cuatro dragones estaban los nombres de cada uno, chuecos, con las letras grandes y pequeñas en un pulso tembloroso, pero indudablemente hermoso y cautivador. Mamá, papá, tío, profesor Soo. Además, junto a ellos estaba un pequeño niño con su respectivo nombre. RaeOn.
Oh, el pequeño Eon, uno de sus niños más queridos y apreciados ante la dulzura, cariño y amor que profesaba sin reproches ni dudas. Él era hermoso, obediente y muy cálido. KyungSoo lo adoraba y tenía una buena relación con su madre, una mujer amable y atenta que jamás había hecho comentario alguno sobre su condición especial. Los Kim eran una buena familia y KyungSoo los apreciaba profundamente.
—Es lindo, ¿cierto? Eon suele dibujarme desde que empezó el curso. Dice que soy un dragón bonito porque parezco nieve y nubes —dijo con cariño antes de dejar el dibujo infantil entre tantos otros que tenía cuidadosamente en la mano para no arruinarlos, y BaekHyun le regaló una sonrisa dulce antes de dejar los dibujos que él mismo había cargado en sus brazos dentro de una carpeta que luego guardaría en su estante—.
KyungSoo hizo lo propio con su cargamento y colocó las crayolas en una cajita de madera que él mismo había hecho para guardar los útiles escolares destinados a sus niños, cerró el estante, colocó el candado de seguridad y luego procedió a acomodar las sillitas y mesitas desordenadas.
—Pues ese bebé tiene toda la razón. Eres un lindo dragón, Soo, lo que pasa es que la gente tradicional no está lista para los cambios bruscos y las cualidades nuevas en las personas.
—Los alfas entran también en esa categoría de "gente tradicional", Baek, y no debes preocuparte por esas cosas. Estoy bien, le doy clases a los niños del clan, tengo un trabajo agradable, una casa bonita en un lindo risco y mis alas son funcionales a pesar de ser pequeñas. No puedo pedir nada más siendo como soy, es suficiente para mí.
BaekHyun se quedó en silencio por un segundo, un segundo lleno de tensión ligera porque sus pequeños ojos preocupados se habían pasado sobre él y KyungSoo no estaba dispuesto a ahondar en ese tema, no de nuevo, no cuando ya había tenido suficiente de él desde que había cumplido los dieciséis años y hubo pasado por su primer cambio consciente. No necesitaba rememorar lo patética que era su vida, ni su singularidad, ni su inutilidad por no cumplir con la función más importante de un omega según sus instintos y la sociedad cambiaformas misma. KyungSoo no necesitaba recordar que no iba a tener un hijo ni poseer algún alfa debido a sus diferencias, KyungSoo no necesitaba nada de eso cuando comenzaba a aceptar su realidad y continuaba con su vida lo mejor posible, con su omega y dragón destrozados, sí, pero dispuestos a trabajar en sus pedazos rotos y sobrevivir en ese mundo donde él no encajaba.
BaekHyun suspiró largamente, acabando con aquella aura deprimente que los había invadido en un momento donde antes todo había sido agradable y fluido, y se acercó a su amigo para darle un par de palmaditas en el hombro y obsequiarle una nueva sonrisa, cariñosa y sincera. KyungSoo la correspondió y dejó que el menor lo abrazara cálidamente, lo que, de cierta forma, lo hizo sentir seguro y protegido. El efecto Baek, sin duda alguna.
Ese pequeño tonto iba a ser un gran padre.
—Lo siento, sé que no te gusta hablar de este tema, no lo traeré a colación de nuevo.
—No lo sientas, nada de esto es tu culpa y no haces mal al querer hacerme sentir mejor. Eres un gran amigo, sólo soy yo siendo demasiado tonto y obstinado.
—De eso tienes demasiado.
—Lo sé.
Ambos rieron suavemente y luego se separaron para obsequiarse un par de sonrisas. KyungSoo le alborotó el cabello a BaekHyun y luego tomó su bolso, el cual descansaba sobre su escritorio, para luego salir del salón de clases y emprender su rumbo fuera del centro institucional para menores.
—¿Y entonces? ¿Me dirás por qué llegaste a mi aula gritando y estando tan feliz? Sé que me quieres, pero no creo que sea por ese querer el hecho de que estuvieras tan entusiasmado antes —cuestionó mientras salían de la escuela, despidiéndose con sonrisas de sus compañeros de trabajo (o al menos KyungSoo lo hizo, BaekHyun aún era nuevo y no conocía a nadie), y el mayor se detuvo para inhalar el aroma agradable y divino de la naturaleza meciéndose con el ligero viento circulante a su alrededor—.
Las escuelas para los dragones estaban ubicadas en la inmensa Lóngshān; con la de educación inicial y kínder a los pies de las montañas, los de clase media en el centro y las universidades y educación especializada en las puntas, garantizaban a la población de dragones del clan Diamond la seguridad necesaria para evitar accidentes de vuelo en los niños, quienes eran llevados por sus padres en sus formas bestiales. Ahí los pequeños podrían entretenerse y hacer sus juegos tranquilamente sin correr el riesgo de morir por no poder volar; a los dieciséis años subían de nivel educacional y, por lo tanto, podrían llegar a su institución respectiva haciendo uso de sus nuevas capacidades. Para los adultos (entre diecinueve y veinte años) ya era más fácil y dominaban el vuelo, por lo que podían estar en el lugar más alto de la montaña sin ningún problema.
Con respecto a las viviendas establecidas de las familias del clan, se dividían a lo largo y ancho de Lóngshān, en construcciones magníficas aprendidas de sus ancestros, los primeros dragones, y construidas de tal manera que no representara una amenaza para las crías. Normalmente eran hechas con la misma piedra de la montaña para asegurar la resistencia que todo dragón necesitaba, y éstas tenían la peculiaridad de estar construidas hacia adentro, internas en la montaña como si se tratasen de cuevas, con grandes pilares sosteniéndola, luces suficientes para mantener el lugar iluminado y el amueblado necesario para no parecer hombres y mujeres de las cavernas.
Sus cuerpos estaban preparados y capacitados para soportar altas y bajas temperaturas, por lo que el frío dentro de Lóngshān no les afectaba en lo más mínimo. Eran personas normalmente tranquilas que se sentían a gusto en ambientes familiares y amorosos, sin embargo, cuando había que luchar por preservar el territorio, robos de tesoros o por órdenes del líder del Clan, entonces los alfas se convertían en criaturas despiadadas y sanguinarias, todo para preservar su especie, su familia y el honor de los dragones intactos.
BaekHyun se sentó en una roca cercana, una donde solían jugar los pequeños en medio de sus carreras y travesuras, y KyungSoo lo acompañó cuando este le dejó un lugar sobre la misma. Ambos quedaron con medio trasero en el aire, pero no importaba realmente. La compañía era agradable, el lugar era especialmente tranquilo y amplio y hacía un buen clima. No podían quejarse por absolutamente nada.
—Se dice que dentro de una semana llegarán los guerreros del Clan. Han enviado un informe al Líder diciendo que han resultado victoriosos y vienen con el motín y los prisioneros, todos humanos, para variar, y, debido a la operación exitosa y la pronta llegada de la ceremonia de la luna, tienen planeado adelantarla para hacerla concordar con la llegada de los guerreros y así tener doble celebración. Yo sólo quería saber si asistirías también. Sé que tus padres estarán ahí para ayudar en la organización y que todo salga bien, como siempre, al igual que MinSeok, Lu Han y ZiTao, que estarán en sus respectivas búsquedas, pero de ti no sé nada aún.
La ceremonia de la luna era una especie de ritual donde se reunían los dragones solteros, ya fueran jóvenes o mayores, alfas u omegas, con la única finalidad de buscar pareja. Entre tantas variedades de dragones omegas que podían exponer libremente sus encantos más llamativos y majestuosos, y alfas interesados en formalizar una familia con el hombre o la mujer ideal, se iniciaba el cortejo de forma efectiva. Era una ceremonia ancestral tan antigua como el primer dragón... y KyungSoo nunca había asistido a una.
No había necesidad para eso porque él no tenía nada de qué alardear ni impresionaría a algún alfa con su mínimo tamaño y el inexistente color de piedras preciosas y oro puro en sus escamas; lo único que conseguiría asistiendo a ese tipo de eventos era sentirse humillado, dolido y más melancólico que de costumbre, y no, gracias, no quería nada de esa mierda en su vida.
—BaekHyun...
—¡Ya lo sé, ya lo sé! Pero, ¡hey! No es necesario que vayas con intenciones de conseguirte un alfa, yo no lo haré, sólo quisiera que estés ahí para hacerme compañía y pasar un rato juntos. Son divertidas las maneras que tienen los omegas para llamar la atención de los alfas y será la primera vez de los chicos, ¿por qué no vamos? Pasaremos un rato agradable. La gente que curiosea en la ceremonia también se divierte. Es cuestión de pasar un buen momento y mantener el ánimo a flote, ¿qué dices? ¿sí, sí, sí, sí, sí, sí, síiiiiiiiiii?
KyungSoo soltó una pequeña risa y lo empujó un poco para que se apartara de su rostro, ya que se había acercado demasiado con cada nuevo "¿sí?" y le resultaba incómodo, luego miró hacia el cielo, a las grandes y blancas nubes paseándose tranquilamente por el firmamento, llegando de nuevos lugares y partiendo a otros tantos que él desconocía, antes de dejar escapar un suave suspiro y mirarlo de reojo.
Su expresión de lagarto moribundo tocó su corazón, así que chasqueó la lengua y dejó un golpecito en su frente.
—Lo pensaré, ¿de acuerdo?
—¡Síiiiiiiiiiiiiii! ¡Eres el mejor, Do KyungSoo! —exclamó con alegría, poniéndose de pie en un salto y KyungSoo lo imitó, más tranquilo y con una pequeña sonrisa que era opacada totalmente por la bella figura cuadrada que formaba la boca delgada de su mejor amigo. BaekHyun era realmente un chico hermoso—
—Aún no digo que sí, recuérdalo... ¿y por qué razón no vas a buscar un alfa? Ya estás en edad y tu dragón es precioso —se alejaron un poco, el menor con su imborrable sonrisa alegre y complacida, y dejaron las mochilas a una distancia prudencial—.
—Todavía soy muy joven para formar mi propia familia, ¡sólo tengo veinte años y apenas comencé a trabajar! Tal vez espere dos o tres años más antes de presentarme formalmente en la ceremonia como un omega disponible.
—Algo completamente razonable.
—Tengo la cabeza en su lugar, Soo —le guiñó un ojo y luego ambos censuraron su visión del mundo y se prepararon para el cambio físico—.
Pronto todo fueron huesos chasqueando y esqueletos alargándose y modificándose en proporciones absurdamente grandes a comparación de sus cuerpos humanos. De los dedos salieron fuertes garras negras, los cuellos se alargaron, escamas igual o más resistentes que el acero cubrieron los pesados y fuertes cuerpos. Un par de cuernos revistieron la cabeza de KyungSoo, dos grandes siendo seguidos por otros más pequeños, además de algunas púas alojadas en varias partes de su anatomía que le daban un aire intimidante y duro; las miradas se agudizaron al igual que los demás sentidos, y alas gigantescas se unieron a sus espaldas delgadas y estéticamente perfectas.
Era una imagen magestuosa e imponente, a pesar de ser un par de omegas jóvenes y sin crías, era genuinamente aterrador y fascinante para el ojo y perspectiva humana o cambiaformas más pequeños e inofensivos.
BaekHyun se acercó a él, sus pisadas creando estruendosos sonidos que hacían temblar la tierra y alertar a los conejos (naturales y cambiaformas), que salieron de sus madrigueras para mirarlos, y luego, en un arrebato juguetón, le mordió el cuello, aprovechándose de su tamaño superior. KyungSoo soltó un chillido colérico y le mordió el hocico, sacando provecho de que el menor no poseía púas en el rostro que le hicieran daño, y luego se alejó, abrió sus alas y tomó la mochila en una de sus uñas para poder transportarla.
BaekHyun chilló aún en tierra y KyungSoo se aventuró a surcar el cielo, donde ya volaban varios dragones coloridos, en un espectáculo visual que siempre era digno de ser admirado.
Mirando hacia atrás, KyungSoo parpadeó y agudizó la mirada, y es que BaekHyun resplandecía realmente hasta el punto de enceguecer sin problemas ante el contacto del sol sobre sus escamas como espejos; incluso para ellos, teniendo una visión especial por este tipo de situaciones, era algo difícil admirar la majestuosidad completa de BaekHyun ante el brillo perfecto y atractivo que desprendía su cuerpo gigante. Como un verdadero tesoro. Posiblemente el más hermoso y valioso de todos.
KyungSoo tenía al mejor amigo más bonito y valioso del mundo, y precisamente por esa razón debía cuidarlo y protegerlo de todo lo que pudiera hacerle daño. Se lo había prometido una vez hace muchos años, y no iba a romper ese juramento.
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Primero que nada quiero desearles un feliz año nuevo; espero que hayan pasado sus fiestas en familia, con los cuidados respectivos y comiendo muy felices. ♥️
Este primer capítulo es algo pequeño y más que nada introductorio e instructivo para que no se me pierdan mucho en el futuro.
Hace tiempo no escribía algo de dragones. La primera vez que lo hice fue un oneshot ChanBaek (que se encuentra como capítulo inicial en mi historia "Firelight", por si quieren leerlo) y luego de él quedé con ganas de más, pero no tenía idea de qué hacer hasta que llegó esto mientras comía (random, lo sé, ja ja). Tuve que sacarlo todo de mi cabeza antes de enloquecer, y leyendo todo el trabajo que he hecho hasta el final, he quedado complacida.
Las actualizaciones serán cada dos días, como siempre; la historia también será, en gran parte, demasiado romanticona y empalagosa (como yo, como me gustan) y tendrá no más de veinte capítulos. Finalmente, espero que les guste y disfruten de este pequeño dragón KyungSoo a mi lado. ♥️
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