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Llevábamos menos de dos semanas en los Angeles y ya todo se estaba complicado.
A lo mejor no fue una buena idea venir.
Shawn está en un coma severo gracias a ese accidente que tuvo hace algunas noches. La boda se suspendió y mi tía no hace nada más que llorar todo el tiempo.
No debe ser fácil para ella.
Llegó a los Angeles con todas las expectativas y sueños de cumplir su boda soñada. Entonces sucede esto.
No es la única que está pasándola mal, ya que yo también estoy muy asustada y preocupada por el.
Todos lo estámos...
En otras novedades, la familia Jackson hará una pequeña reunión y mi padre quiere presentarme a la familia. Estoy un poco nerviosa por eso ya que prácticamente soy una extraña para ellos.
Nose como vestir, nose como actuar...
Por poco También no sabes respirar Chicago.
Y llegó la conciencia a joderme el día.
Solo tengo algunas horas para alistarme y como buena niña responsable que soy... Me encuentro acostada mirando una serie de televisión.
Blanket entro a la habitación acostándose a mi lado—¿Que estás haciendo hermana vaga?
Lo fulmine con la mirada y el me miró burlón—Estoy viendo la televisión.
Durante los pocos días que llevo aquí se ha desarrollado una gran amistad entre Blanket y yo hasta el punto de insultarnos mutuamente solo porque nos divierte. Los demás siempre nos observan de forma extraña cada vez que nos peleamos por quién juega primero a la consola de videojuegos. El al principio se mostraba un poco tímido pero logra indagar un poco en su vida y resulta que tenemos muchas cosas en común, esas cosas hicieron que nos unieramos hasta el punto de llevarnos de maravilla.
—En los pocos días que llevo conociéndote... Me he dado cuenta de muchas cosas y se que estás nerviosa—Lo miro—Y no tienes porque estarlo.
—No puedo evitarlo—Me incorporé en la cama—Soy una extraña para la familia y nose como actuar ante eso.
—Solo se tú Chicago. Lo has Sido con nosotros estos días y eso es genial ¿Sabes porque?—Negue con la cabeza—Porque te queremos tal y como eres... No debes actuar de una diferente forma, así como eres está genial incluso cuando eres una total molestia en las mañanas.
Yo rei al escuchar lo último pero por un lado el tenía razón. Debía ser yo y no estar asustada... Pero el miedo me invade haciéndome sentir insuficiente. Queriendo poder encajar y fingir ser perfecta.
—Creo que debo empezar a alistarme—Me levanté de la cama.
—Yo igual—Blanket se levantó y a paso apresurado se dirigió a su habitación.
Procedí a tomar una ducha un poco larga, disfrutaba tanto la hora del baño y el agua caliente junto al jabón me relajan muchísimo. Salí de la ducha y coloque en mi cuerpo un conjunto deportivo junto a unos tenis. Cepille mi cabello dejándolo suelto y coloque en una mochila mi teléfono junto a otras cosas.
Baje las escaleras y vi a mi mamá con un lindo vestido junto a París que al igual que yo tenía puesto un conjunto deportivo.
—¡Te ves hermosa mami!—Las abrace a ambas—¡Igual tu París!
Ambas agredecieron y tomamos asiento en la estancia mientras esperábamos a mi padre y hermanos.
Prince, Blanket y mi padre bajaron. Blanket al igual que París y yo portaba un conjunto deportivo mientras que Prince y mi padre obtaron por algo más formal.
Mi tía Lisa se encontraba en el hospital cuidando de Shawn quien seguía en aquel coma desde hace ya algunos días. Mi padre la invitó a la reunión pero ella prefirió no ir y quedarse con Shawn.
La entendía perfectamente, no creo que tenga ánimos de ir a una reunión sabiendo que su prometido estaba en un coma sin poder despertar, quería quedarse cuidandolo y mi padre la entendió perfectamente.
Nos subimos al auto y este comenzó a andar. El ambiente era muy cómodo, escuchábamos música y charlabamos de cosas sin sentido.
Mire por la ventana y divisé un gran portón con una "J" en el medio de este. El portón se abrió dejando ver una enorme casa que a simple vista se veía muy lujosa.
Empecé a sentir algo extraño en mi estómago y mis manos comenzaron a sudar.
Llegaron los nervios...
Malditos nervios, siempre me hacen hacer cosas vergonzosas y espero que eso no suceda está noche.
Trato de controlarme ya que lo menos que quiero ahora es vomitar. Baje del auto junto a mi mamá que me daba una sonrisa reconfortante y mis hermanos saludaban cordialmente a los demás.
—Hace muchos años yo estuve en tu lugar Chi—Mi mamá me susurro—No tengas nervios... Te entiendo perfectamente pero todo saldrá bien, solo se tu.
Ya era la segunda persona en el día que me decía que fuera yo misma... Pero nose si pueda llegar a ser eso.
Mi padre se acercó a mí y tomo mi mano—No debes estar nerviosa linda, ellos te amaran así como te amo yo.
—Gracias padre—Lo abrace y el a mi.
Ese comentario hizo que mis nervios ya no fueran tan intensos pero aún así seguía estando algo nerviosa. Algo muy extraño es que tenía sueño y eso que había dormido toda la tarde.
Que vaga eres Chicago ¿No te cansas de solo dormir?
Coloque los ojos en blanco—¡Cállate conciencia! Como si tú hicieras algo muy productivo.
—¿Uh?—Escuche su voz y vi como me miraba un tanto confundido por lo que había dicho.
¡Mierda lo dije en voz alta!
—Nada—Dije fingiendo que no sabía pensado en voz alta.
El río mientras comenzamos a caminar por el lugar, me fue mostrando todo el lugar y fue un recorrido muy largo ya que el lugar era muy grande.
—Bien pequeña ahora que ya conocés los alrededores de la casa, es hora que conozcas a las personas que viven en ella. Conocerás a la familia, tu familia.
¡Ay que nervios!
Senti algo en mi estómago y respire profundamente.
Por el amor de Dios ni se te ocurra vomitar en este momento Chicago.
Me muerdo el labio con nerviosismo, no puedo creer que conoceré a la familia Jackson ¡La familia Jackson!
Entramos a la gran casa, es simplemente hermosa, muy amplia y enorme. Me perderé aquí sin duda alguna.
Poco a poco algunas personas comenzaron a saludar a mi padre y hermanos, ellos igual y entonces escuché un grito agudo.
Escuché pasos acercándose a nosotros, y lo que pude ver fue una mujer muy hermosa abrazando con fuerza a mi papá.
Era Janet, su hermana.
Dios... ¿Que le digo?
¿Que tal nada?
Si conciencia, nada está perfecto.
Bueno por lo menos está vez no pensé en voz alta.
—¡Michael te extrañé mucho!—Janet lo abrazaba mientras que tenía su cabeza en el pecho de mi padre.
—Y yo a ti hermanita—El la abrazaba de la misma forma tan alegre.
Se que ellos son muy unidos y me alegro que hallan podido verse de nuevo.
—¡Michael volviste!—Rebbie la hermana mayor de mi padre lo abrazo y el correspondió de la misma manera. Muy alegre.
Todas las miradas se dirigieron a mi e inmediatamente me puse nerviosa. No es algo común ser hija única 12 años de tu vida, luego descubres que tienes un papá y hermanos, viajas a otro país y tienes una nueva vida. Prácticamente soy una total Extraña para ellos.
—Familia, ella es mi hija. Chicago espero y la reciban como se lo merece, con mucho amor y cariño—Beso mi cabeza.
—¡Pero claro que sí!—Janet se acercó junto a Rebbie quien me daba una bonita sonrisa—¡Es un gusto poder conocerte al fin sobrina! Tu padre no para de hablar de ti y lo hermosa que eres—Janet hablo.
—Y no se equivoca ¡Eres muy hermosa Chicago!—Ambas me abrazaron fuertemente y correspondi.
Poco a poco comencé a tener calor y el aire abandonaba mi cuerpo.
¡Me moriré en un abrazo!
Así no quería morir, tengo que conocer a Harry Styles y a Cole Sprouse.
¡Tengo que ir a la torre Eiffel!
—Bien tías tranquilas, van a asfixiar a mi pobre hermanita—Blanket salió a mi rescate.
Gracias a Dios, ya me estaba ahogando.
Y Blanket a salvado a Chicago Jones de la muerte, así que ella todavía tendrá una oportunidad ir a Torre Eiffel.
Pero que graciosa estás el día de hoy conciencia.
Lose niña, lose.
—Lo sentimos—Janet soltó una risita—Es la emocion del momento—Llevo su mirada atrás de mi y sus ojos se iluminaron justo como cuando a un bebé le regalan un juguete—¡Vane! Por Dios chica te he extrañado tanto.
Janet abrazo a mi mamá muy emocionada, ellas ya se conocían desde hace años pero cortaron la comunicación cuando mi mamá se separó definitivamente de mi padre.
Supongo que quería dejar el pasado a un lado y seguir adelante.
Deje de observarlas cuando ví que un chico de tres morena y cabello un tanto rizado se acercó a mi—Tu debes de ser Chicago—Asenti—Soy Jermajesty, es un gusto poder conocerte al final París no deja de hablar de ti.
—¡Y como podría dejar de hablar de ella si es fantástica!—Paris llegó a nosotros y me abrazo mientras que yo sonreía.
—¿Les parece si vamos a la parte de afuera?—El nos preguntó— hay mucha comida y música.
Al escuchar la palabra comida mis ojos se iluminaron—Si hay comida yo me apunto, por la comida soy capas hasta de secuestrar al presidente de la Nación.
Ambos rieron por mi comentario y yo igual—Me gusta el humor de esta chica—Jermajesty habla.
París, Jermajesty y yo nos dirigimos a la parte de afuera.
La reunión llevaba en pie algunas horas, conocí a las demás personas de la familia y hablé con algunas por un corto periodo de tiempo.
Mi madre hablaba amenamente con las hermanas de mi padre y mis hermanos estaban por allí conversando con las personas de su edad. Mi padre me presentaba personas y personas pero no sentía confianza con ellos. No había señales de los demás hermanos de mi padre y sus padres.
Entraba y salia de la casa pero aún así siempre terminaba en el mismo sofá junto a Jermajesty. El y yo simplemente nos llevamos de Maravilla, no tuve que fingir ni nada por el estilo y eso está genial.
—¿Está reunión se está tornando un poco aburrida no crees?—Me preguntó.
—Si está un poco aburrido—Admiti.
—¿Quieres ir al cuarto de juegos a jugar algo o ver una película?
Asentí con la cabeza.
subimos las escaleras hasta el segundo piso.
Al llegar todo está muy lindo, las puertas de las habitaciones eran de color blanco, todo muy hermoso.
Entramos al que se supone que es el cuarto de juegos. Muchos tipos de juegos como de mesa y consolas habían en este lugar.
Vimos a París levantándose de un sofá que había en el lugar, ella nos dijo que iría a afuera a hablar con una chica la cual no recuerdo el nombre.
—¿Quieres ver una película o prefieres jugar con la consola?
—Amo jugar con la consola—Dije con ánimos.
—¡Entonces juguemos con la consola!—Dijo alegremente.
-¡Me la cuidas eh—Le dijo a Jermajesty—Adios hermanita nos vemos en un rato.
—Adiós—dije.
París salió de la habitación Jermajesty colocó el juego en la consola y tomo con sus manos dos controles.
—Eres una chica, así que te daré el control morado—Me lo entrego.
—Claro muchas gracias— dije.
— De nada—El dijo que iría un momento al baño y salió del cuarto de juegos.
Bien... Es hora de acomodarme aquí. Pero siento que me falta algo.
¡Demonios, la mochila!
Te pueden robar y ni siquiera te das cuenta niña.
¡Cállate conciencia no ayudas!
Salí de la habitación y baje las escaleras al llegar abajo ví a una chica sosteniendo mi mochila mientras me miraba.
—¿Es tuyo cierto?—Asenti—Toma.
Me lo entrego y yo lo sostuve con mis manos para luego colgarlo en mi espalda.
—Creo que no nos dieron tiempo para presentarnos. Mi nombre es Eloisa—Sonrio.
—Mi nombre es Chicago—Extendi mi mano y ella la suya para estrecharla en forma de saludo.
—Lindo nombre, nunca he oido de alguien que se llame así.
—Bueno... Mi mamá quería un nombre fuera de lo común y aquí estoy.
Ella río y yo también— Un gusto conocerte, se que tienes que ir con Jermajesty pero espero que podamos conocernos mejor.
—lo mismo digo— sonreí y subí las escaleras para adentrarme en aquel cuarto de juegos.
Que chica tan amable, me callo bien.
A los minutos llegó Jermajesty del baño y empezamos la partida, jugábamos un juego de matanza común y corriente.
Movía mis dedos sobre los botones del control y escuché la voz del juego que decía que la partida había finalizado.
Chicago 2, Jermajesty 0
—¿Perdí otra vez?—Dijo lamentandose mientras gruñía—¡No puedo creer que me halla vencido una niña de 12 años!
—¡En tu cara jackson!—Hice un pequeño bailecito celebrando mi segunda victoria.
—¿En dónde aprendiste a jugar?—Pregunto.
—Con mi mejor amiga, ambas amamos los juegos de consola y ella es mejor que yo pero he aprendido con el pasar del tiempo.
Recordé a Alexis y una sensación de tristeza invadió mi cuerpo.
La extrañaba tanto...
Su móvil empezó a sonar y el contesto, al minuto colgó la llamada—Debemos bajar a la reunión, el tío Michael te está buscando—Dijo refiriéndose a mi padre—Al parecer ya llegaron los abuelos y tíos.
Oh... Vaya.
Ambos salimos del cuarto de juegos y bajamos a la reunión pude ver cómo mi padre me había señas para que fuera con el y le hice caso.
Al llegar a su lado ví como una señora un poco mayor se acercaba a nosotros... Entonces la reconocí enseguida.
Katherine Jackson, la matriarca de la familia Jackson.
Y mi abuela.
—Princesa, quiero presentarte a tu abuela—Yo lleve mi mirada hacia ella y me sonrió dulcemente.
—Oh princesita, hace mucho tiempo deseaba conocerte—Ella tomo mis manos.
—Yo... También—Dije un poco nerviosa.
—¡Hijo pero si es tan hermosa! Me alegra tanto saber que tenemos a una nueva integrante en la familia y yo ¡Una nieta!—Rei levemente por su comentario y mi padre negaba con la cabeza de forma divertida.
—Entonces tu eres Chicago—Escuche una voz un tanto ronca y fría.
Mire al hombre que se encontraba alado de Katherine alto de piel morena y con un sombrero negro.
Si antes estaba nerviosa ahora lo estoy más.
Porque sabía perfectamente quien era ese hombre y de lo que era capas.
Joe Jackson.
—¡No es hermosa Joe!—Katherine hablo.
—Si, lo es—Miro a padre y este lo miraba sin expresión alguna—Es muy hermosa, te felicito muchacho a ti y a Vanessa por tan hermosa niña.
—Gracias Joe—No hubo respuesta y un silencio incómodo comenzó a formarse en el ambiente.
—Chicago princesa, Rebbie empezará a servir el postre ¿ Quieres ir y comer un poco?—Katherine me preguntó.
—Si, Claro—Dije amablemente.
Ya conocía perfectamente esa jugada ya que mi mamá la usaba conmigo cuando era pequeña. Me compraba con comida para que me fuera y no escuchará las conversaciones de adultos.
Y este era uno de esos momentos que ellos no querían que yo presenciará.
Además yo tampoco quería escuchar lo que iban a decir, claro que eso no quiere decir que no tenga curiosidad por saber.
Rebbie llegó y la acompañe a la cocina, allí ví a un hombre no tan mayor de tes morena.
—¿Y está niña tan linda quien es Rebbie?—El preguntó.
— Marlon ella es Chicago, la hija de Michael—El me miró—Te pido que no comiences con tus comentarios y ayudes con la comida.
¿Comentarios?
—¡Pero como crees hermanita!—Ella lo miro con los ojos entrecerrados.
¡Claro el es Marlon! Uno de los hermanos de mi papá.
—Ire por lo que falta, ya regreso Chicago... El poste estaré servido en unos minutos—Ella salió por un pasillo y yo me quedo allí con Marlon.
—Chicago es un lindo nombre aunque un tanto peculiar, te pareces mucho a él pero también a tu padre.
Yo no dije nada solo me límite a asentir con la cabeza.
El simplemente no me genera confianza.
—¿Cómo te ha tratado la familia?—El Preguntó.
—Emm Bien—Dije.
—Me alegro por ello, solo no te confíes... No todos son tan amables como parecen.
—¿A qué refieres con eso?—Entonces la Chicago curiosa sale a la luz.
—Me refiero Chicago a qué no todos aquí son lo que parecen... Incluyendo a tus mismos padres—Al pasar por mi costado se detiene y susurra—La maldad proviene de quién menos te lo esperás.
—Bien Max es hora de darle nuestro toque a esta habitación... ¿Me ayudas?
El ladro en respuesta a lo que yo digo que es un si.
—Bueno, manos a la obra.
Me encontraba dándole vida a mi nueva habitación, ya tanto blanco y gris me estaba enfermando.
Acomode algunas de mis cosas en mi habitación lo que hizo que la habitación se viera un poco más colorida, no había terminado pero tenía que pedirle algunas cosas a mi padre. El me dijo que podía pedir lo que yo quisiera, claro que no le pediré mucho .... No quiero abusar de su generosidad.
Después de terminar el día de hoy, me di una larga ducha y me coloque la pijama.
Suspiré mientras me movía al otro lado de la cama, Max salto a la cama y se colocó a mi lado colocando su cabeza en la almohada.
El día de hoy había sido un tanto extraño... Pero lo que me dijo Marlon en aquella cocina hizo que se convirtiera más raro aún.
No le había dicho nada a nadie sobre lo que el me dijo y prefería olvidarme del tema.
—Vamos a dormir Max.
El hizo un ruido mientras cerraba los ojos.
Yo también cerré mis ojos y me quedé dormida al instante.
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