CAPITULO 21




CLARENCE



Me encontraba boca arriba, esperando la ambulancia que me llevaría al hospital. Las gotas de lluvia caían en mi rostro pero no permanecían por tanto tiempo. El suelo frio en el que me encontraba estaba húmedo por la lluvia que caía sobre nosotros.

Escuchaba los gritos y jadeos de Samantha que pedían ayuda, escuchaba a William gritándome para que reaccionara y lo ayudará con la búsqueda. Estaba en shock, quería correr y buscar a Hanna, pero mi cuerpo no era mío en éste momento, mi cuerpo no reaccionaba.

¡No la veo, no sé dónde está! — gritaba William desde lo más profundo de su garganta, después de un rato lo escuchaba a lo lejos sollozar — ¡Hanna! — seguía gritando desesperadamente.

Sentí una fuerte presión en el pecho, algo no estaba bien con Hanna...

Otro sueño.

Desperté agitado y sudoroso gracias a esa realidad interpretada en sueños. Unos golpes azotaban con fuerza la puerta principal de mi apartamento.

— ¡Ah! — grité, era domingo por la mañana, y la verdad es que ayer Samadhi no me dejó descansar para nada.

Claro, Samadhi no podía resistirse a mí y a mis encantos, que me pidió fuera un rato antes de que llegara Sara a quedarse en su casa. Su madre se había ido de nuevo, algo que no me agradaba, pues comenzaba a darme cuenta que se quedaba con frecuencia sola.

Recordar todas las escenas de ayer hace que quiera llamarla y pedirle que venga a recostarse un rato conmigo en la cama, y no precisamente para dormir.

Los golpes volvieron azotar la puerta con fuerza. ¡¿Donde diablos está Lucas?!

A duras penas me levanto de la cama, enojado después de haber visto el reloj marcando apenas las siete de la mañana. Llego al pequeño pasillo y abro la puerta, para encontrarme con la persona más desagradable de este mundo.

— Brad — digo con un tono seco —. Que grata sorpresa — claro, con sarcasmo.

— Lo sé hermano — responde. Me tallo los ojos un poco y miro la comisura de su labio que aún se encuentra morado.

— Fue un buen golpe — le hago saber, mostrándole una sonrisa mientras le señalo con la mirada que puede entrar.

— Fue un buen beso — responde. Ni siquiera me molesto en voltear a verlo, sé perfectamente bien la cara de satisfacción que está haciendo.

¡Imbécil!

— ¿Qué quieres Brad? Comienzan a picarme los nudillos — le hago saber. No me gustan las visitas inesperadas, mucho menos la visita de Brad.

— Nada, solamente venía a decirte que me mudaré justo frente a tu departamento.

Con una mierda. Volteé a verlo, no con sorpresa en mi rostro, aunque si lo estaba. Estaba sorprendido ¿de verdad mi padre cumplía todos sus caprichos?

— Felicidades, ¿quieres que te haga una piñata? ¿una fiesta? — respondí con sarcasmo, estaba claro que su plan era molestar un rato.

— No, solo venía a decirte que terminé con Sony, y como veo que solo quieres a Samadhi para un rato, o más bien que lo tuyo con cualquier chica es solo pasar el rato, quería decirte que no te preocuparas hermano, a mí sí me gusta recoger las sobras — dijo eso último dándome unas palmadas en el hombro.

¡Maldito imbécil! Ya pareciera que yo le iba a dar la satisfacción de ligarse a Samadhi.

Huyó como suele hacerlo, salió tranquilamente del apartamento sin esperar mi respuesta. Claro, lo mío no eran las palabrerías, si no los golpes que le daría con fuerza.

— No me provoques Brad, yo no respondo.

Cerré de un portazo la puerta principal. Decidí meterme a bañar, pues gracias a su maldita visita hasta el sueño se me había quitado.

Era domingo, y como acostumbrábamos: Lucas, Gerard, Leonard y yo, iríamos un rato a surfear a la playa. Tomé el móvil para llamar a Samadhi, pues ya las había invitado el día anterior a ella y su nueva amiga Sara.

¿Hola? — respondió con una dulce voz adormilada.

— Hora de levantarse bella durmiente — musité. Samadhi cada vez me fascinaba más, que no quería dejar de escucharla.

No quiero, el deporte no es lo mío — la voz ya se le escuchaba un poco más clara.

— Vamos Sam, mueve ese delicioso trasero, que en media hora paso por las dos.

Colgué, para que no siguiera negándose a mi petición de ir a surfear. Ella no sabía, claro, pero eso no me quitaba la emoción de que nos hiciera compañía.


(***)


Leo pasó por nosotros en su esplendorosa Jeep Wrangler. Era espaciosa, pero no para más de cinco personas.

— ¿Cómo rayos vamos a caber todos ahí? — pregunté.

— ¡Si cabemos! — respondió entusiasmado, pues había invitado a su amigo el moreno con el que estaba en la fiesta de Sony, al parecer estaban saliendo. Su nombre era Stephan.

Le hice un gesto de desagrado. Era obvio que no cabíamos todos ahí.

— Yo llevo el Cadillac, Gerard y las chicas se van conmigo — ah no hermano, Samadhi se va conmigo.

— Mejor que Gerard se vaya con ellos, nosotros dos en el Cadillac — declaré.

Asintió, y todos nos dirigimos a los vehículos respectivos.

— Si y mi camioneta hasta el tope de cosas ¿no? — se quejó Leo. Ninguno de nosotros tenia camioneta, la de él era única opción para llevar comida y sobre todo, las tablas de surf.

Después de un rato llegamos a casa de Samadhi, quien ya nos esperaba fuera de la acera de su casa.

— Vaya, sí que es puntual tu chica — comenta Lucas.

— No es mi chica — le hice saber.

¿No lo era? ¿O sí? Solo llevamos dos días saliendo, y claro hemos estado follando desde que la hice mía por primera vez, pero solo eso ¿no?

No quería que se mal interpretara nuestra relación, sin embargo, ninguno de los dos ha dejado en claro que tipo de relación mantendremos. Y no es que me agrade tocar el tema. No solía tener citas dos veces con la misma chica, no era lo mío. Nunca ha sido lo mío, pero desde que conocí a Samadhi, ha sido todo lo contrario, eh tenido que ir tras ella como un perrito faldero solo por quedar bien. ¡Mierda! Yo no era así. Su cercanía me ponía por completo mal, y no solo porque me excitase lo bien que siempre olía, ni mucho menos lo bien que se veía, no. Era algo más, los malditos celos afloraban si alguien más la miraba, o cuando alguien más se le acercaba. 

Lucas soltó un bufido, sacándome de mis inoportunos pensamientos.

— ¿No crees que ya es tiempo de abrirse a alguien Clar? — Lucas con sus estupideces — Creo que deberías derribar por completo el muro que te impide ser feliz.

— Cállate Lucas, no sabes que mierda dices — él conoce todo de mí, hasta de mis malditos sentimientos. Sabe hasta cuándo voy al puto baño, y como hago.

— Solo digo que por lo visto, Samadhi es diferente a las demás chicas con quienes has salido. Y digo salir, por no decir follar eh, hermano — suelto un bufido, pues su conversación me aburre. O simplemente es un pretexto para que no lo mencione más.

— Eso solo lo decido yo, Lucas.

— Como veas — soltó un silbido mirando hacia afuera —, ¿Y esa belleza? — preguntó justo cuando vio a Sara, era un poco más alta que Sam, cabello castaño hasta los hombros, curvas y ojos claros.

Hice caso omiso a su pregunta, y baje del coche por la puerta del copiloto.

— Hola belleza — me acerqué a Samadhi para depositar un beso en sus labios. Estaba que me moría por besarlos — Hola Sara.

Samadhi se veía adorable con su vestido playero blanco, dejando ver su traje de baño color amarillo por debajo. ¡Dios! Me moría por tocarla. Se veía muy provocativa. Me la comía y la desnudaba con la mirada.

— Hola impuntual — me miró con ojos de diversión y desagrado.

— ¡Oh vamos!, sabes que te encanta que llegue tarde — dije, sabiendo que era todo lo contrario. Enarco una ceja, habíamos llegado dos horas después de lo acordado.

— Hola bellezas — se acercó Lucas con nosotros, depositó un beso en la mejilla de Sam y después uno en la de Sara.

Negué, Lucas no perdía oportunidad.

Lucas ya conocía a Sara, o por lo menos entre mis vagos recuerdos, la había mencionado. "Una rata de biblioteca" es como la había llamado, gracias a que ella hizo que Lucas le pagara uno de los libros que él mismo había dañado.

Si la recuerdo, hace dos años exhibieron su vídeo. Pobre chica. Hanna me contó como ayudó a que eliminaran ese vídeo de todas las redes sociales, llegando al núcleo de quien lo hizo viral. Un hijo de puta fue quien lo subió a todas las plataformas de la universidad. Me repudiaba ese tipo de gente.

En fin, aquí se encontraba Lucas, tratando de ligársela ahora.

— Creo que no nos han presentado — le dice Lucas.

¡Qué patético hermano! ¿Es todo lo que tienes para ligar? No me decepciones. Eres del equipo Clar.

— No, pero te conozco, eres el chico al que le cobré un libro de la biblioteca.

Solté una minuciosa risa.

— Vaya si te acuerdas — respondió Lucas.

— Si, también recuerdo que me llamaste rata de biblioteca.

Sam y yo nos miramos, aguantando las ganas de reírnos por la expresión de Lucas.

— Lo siento hermano, al parecer te han pillado — le dije, dándole una palmada en el hombro.

— ¿Nos vamos? — preguntó Sam.

Asentí, y los cuatro subimos al auto. Samadhi y Sara en la parte de atrás.

Después de un rato llegamos a la playa donde ya se encontraba Leonard con Stephan y Gerard con Samantha.

Samantha. No me agradaba para nada su presencia aquí, pues no quería que Samadhi se incomodara. Lo único malo es que Samantha era parte del grupo, así que no había forma de excluirla.

Bajamos del coche y caminamos a la playa.

— ¡Samadhi, querida! — exclamó Leo al ver a Sam. Después la saludo con su doble beso habitual.

— Hola Leo, me da gusto verte — le responde Sam.

— Pero qué guapa te ves — le dice. Samadhi se sonroja por su comentario.

Le rodeo los hombros con uno de mis brazos. Claro que se ve hermosa, más bien diría deliciosa.

— ¡Vamos, que venimos a surfear! — nos gritó Gerard, quien ya estaba por adentrarse al mar, con Samantha por detrás.

— ¿Vienes? — le pregunté a Sam, pero se negó — Bien, regreso en un momento.

Deposité un casto beso en sus labios, y fui corriendo para poder recorrer las olas. El agua en este horario siempre se encontraba helada. Me encontraba nadando sobre la tabla de surf para adentrarme un poco más al mar y alcanzar algunas olas.

— Con que la haz traído — comentó Samantha, quien iba arriba de la tabla color blanca, justo a mi lado.

— Si Samantha — respondo tajante ante su inoportuno comentario.

— Pensé que lo tuyo era un: "te cojo y después ya no te conozco" — ¿Qué mierda?

— ¿A qué quieres llegar Samantha? — le pregunto.

— Ambos sabemos que tú y yo somos el uno para el otro, así tengas mil relaciones, nuestro pasado conecta y volvemos a estar juntos. Ella es solo un pasatiempo Clar, métetelo en la cabeza, nuestro destino es estar juntos, no tú con ella.

Samantha se adelantó, lo peor de todo es que siempre había sido así. Cada que salía con una chica solo para pasarla bien un rato, Samantha aparecía después. La incluyo en mi desastroso pasado, pues ella estaba ahí cuando sucedió todo.

Definitivamente yo no quería una relación, pues el abandono de mi madre, y la muerte de Hanna, la llevo tan clavada, que no permito sentir algo más y mucho menos si ese sentimiento es amor. Tal vez el abandono es a lo que en realidad le huyo, tal vez es el que Samadhi me abandone y me vuelvan a dejar solo.

Samantha tenía razón después de todo. El pasado siempre nos unía, pero tenía claro que mi vida a ella no.




¡Hola mis perfeccionistas!

Es un capitulo super corto, pero espero lo disfruten tanto como yo ♥

LAS AMO♥ Gracias infinitas por el apoyo a esta historia.


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