55. Un secreto más
Hermione mentiría si no dijera que la idea de dejarlo ahí y cerrar la puerta como si no hubiera visto nada pasó por su cabeza.
Incluso estuvo a punto de hacerlo, pero lo que se lo impidió fue que ahora Draco tenía la mitad de su cuerpo dentro del departamento, así que no había manera de que su fuerza pudiera ayudarla.
Además, estaba un poco pasmada. Era la primera vez que lo veía después de casi tres años, no tenía ni la más mínima idea de qué hacer.
Nunca se había puesto a pensar en cómo reaccionaría si alguna vez lo volviera a ver porque creyó que ya nunca lo haría. Pero ahora él estaba de vuelta, y el que estuviera ebrio e inconsciente fuera de su departamento no era el mejor escenario que ella habría imaginado para un reencuentro.
Hermione regresó la mirada al interior del lugar para mirar el reloj que estaba en la pared y encontró que Amelia no volvería hasta dentro de unas horas más, así que ella tenía tiempo para hacer algo con Draco antes de que llegara y lo sacara a patadas.
Lo pensó muchas veces, incluso se concentró en los cientos de razones que le gritaban que era mala idea, pero no pudo resistirse y se agachó para tomarlo de los brazos y arrastrarlo dentro.
Esto era una muy mala idea.
Usó todas sus fuerzas para meter todo su cuerpo en el departamento y luego cerró la puerta. Dejó salir un suspiro cansado y después recurrió a su varita.
Usó un Levicorpus para hacer levitar su cuerpo y llevarlo hasta la habitación de huéspedes, una donde normalmente dormía Ginny cuando estaba en Londres.
Trató de no golpear su cuerpo con ninguna pared y luego lo dejó sobre la cama, observándolo hundirse en el colchón y profundamente dormido, ajeno a que ella estaba justo delante de él.
Malfoy estaba hecho un desatre. Llevaba un pantalón negro, pero estaba sucio, como si se hubiera caído varias veces; su camisa blanca de manga larga estaba casi peor. Y su cabello, lo que siempre cuidaba de él, estaba despeinado y sin gel. De milagro todavía traía puestos sus zapatos.
Todo eso sin mencionar la apariencia de su rostro. Seguía siendo igual de guapo, por supuesto... Pero tenía ojeras, un rostro sucio y enrojecido y un labio partido.
Fuera lo que fuera, no estaba en sus mejores condiciones.
El teléfono fijo sonando fue lo que la distrajo. Miró a Malfoy para asegurarse de que él seguía durmiendo y luego salió de la habitación y caminó hasta la mesita de noche y lo tomó.
—¿Sí?
—Hermione, necesito hablar contigo. Ahora.
Era Nick. Ella desvío la mirada hacia la puerta donde Draco dormía e hizo una mueca.
—¿Estás en Londres?
—No, sigo en Estados Unidos. No puedo hacer aparición de un continente a otro, tendré que tomar un vuelo y luego aparecerme, pero quiero hablar contigo apenas llegue.
Él se escuchaba inquieto, no desesperado, pero sí como si algo le molestara y necesitara decirlo de una vez.
—Nick, ¿pasa algo? —preguntó, y guardó silencio durante varios segundos porque él no dijo nada—. ¿Nick?
—Estaré en tu departamento en unas horas, tal vez mañana por la mañana.
Ella no quiso seguir metiéndose en el tema, al menos no por teléfono.
—Está bien, te esperaré aquí.
Silencio.
Y luego:
—¿Hermione?
—¿Sí?
—Te quiero.
Ella no respondió al instante, lo cual era malo porque siempre lo hacía cuando Nick le decía que la quería, pero escuchar esas palabras mientras era consciente de que Draco estaba en el mismo lugar que ella con solo una pared de distancia, fue algo que la distrajo.
Sin embargo, no dudó de sus sentimientos cuando le dijo «también te quiero» antes de colgar.
Estuvo a punto de salir a tomar aire con tal de no recordar que Malfoy estaba ahí, pero el aroma a alcohol comenzaba a impregnarse en el departamento, así que debía hacer algo antes de que Amelia llegara.
Odió al mundo por ponerla en una situación tan difícil, pero luego se encontró a sí misma yendo a la cocina por una cazo con agua limpia y un trapo. Si al menos un baño rápido y ligero le quitaba esa peste de encima, podía intentarlo.
Abrió la puerta con cuidado para asegurarse que él seguía durmiendo y luego se adentró con las cosas, arrugando la nariz al percibir el olor a ebriedad.
Caminó hacia la mesita más cercana para dejar el cazo y el trapo y luego atrajo la silla del escritorio para acercarse a la orilla de la cama.
Hermione estaba cuidando de un Draco borracho, de nuevo. Era imposible que todos los recuerdos vinieran a ella terriblemente frescos, pero también era molesto.
Lo miró.
Draco dormía tan profundamente que Hermione estaba segura de que ni con un balde de agua helada podría despertarse.
Suspiró profundo y luego empapó el trapo con el agua, repitiéndose mentalmente que entre más rápido lo hiciera, más rápido podría salir de esa habitación.
Tragó saliva y después levantó su camisa para tallar el trapo en su estómago. No podía evitarlo, pero sus manos temblaban ligeramente.
Viajó por casi todo su cuerpo en menos de diez minutos, dejando por último su rostro. La sección que más la ponía nerviosa, teniendo la sensación de que en el cualquier momento podría despertar.
Remojó nuevamente el trapo y lo pasó por el rostro de Malfoy limpiando cada imperfección. Una vez hecho, arrojó el utensilio lejos de su vista y suspiró dejándose caer en el respaldo de la silla.
Después de unos segundos, alzó sus manos para cubrirlo con la sábana, pero al momento de ponerla encima, los ojos de Hermione viajaron hasta la mano que más tenía cercana.
Ella se aseguró de que él no estuviera despierto antes de tomarla entre sus manos. Se odiaba porque estuviera haciendo eso, sabía que lo único que debía hacer era salir de esa habitación, esperar hasta que despertara y luego pedirle que se fuera.
Sin embargo, después de tanto tiempo, ella descubrió que aún tenía esa calidez al mirarlo.
Era horrible.
Y se odió aún más cuando un escalofrío recorrió su cuerpo al recorrer la piel de su mano.
Respiró profundo, sintiéndose tonta por estar haciendo eso e intentó alejar su mano, pero al momento de hacerlo los dedos de Malfoy se aferraron a los suyos.
El corazón de Hermione comenzó a latir demasiado rápido, sintiendo que podía salir de su pecho. Levantó la cabeza, esperando ver sus ojos grisáceos, pero se sorprendió ligeramente al darse cuenta que él seguía dormido.
Bajó su mirada de nuevo hasta su mano y con la otra se zafó del agarre de Draco. Apenas lo hizo, se levantó de su silla y tomó las cosas para salir lo más rápido posible de la habitación, cerrando la puerta tras ella.
Hermione sintió que respiraba de nuevo cuando se alejó de la habitación. Intentó llamar a Amelia desde el teléfono fijo, pero no contestó, así que se dio por vencida y se alejó a la cocina.
Necesitaba concentrarse en otra cosa que no fuera Malfoy. ¿Qué mejor que hacer una sopa? No debía mostrar tan buena hospitalidad, lo sabía, pero necesitaba la distracción.
Hizo la sopa más elaborada de su vida, aunque no porque él mereciera lo mejor, sino porque era una manera donde ella tardaría más y estaría pensando en ingredientes y no en cierta persona.
También intentó pensar en Nick, tal vez él sería una buena distracción; pero cuando pensaba en él, recordaba su voz inquieta por el teléfono y eso hacía que ella se inquietara.
La sopa fue su única salida, y justo cuando la probó —decidiendo que estaba en su punto perfecto— y se dio la vuelta, dio un salto y soltó la cuchara al suelo.
Malfoy estaba de pie en la entrada de la cocina, tenía una expresión adormilada, pero al mismo tiempo parecía confundido y tal vez un poco sorprendido.
—¡Dios, Malfoy! —se quejó y luego se agachó por la cuchara—. Podrías haber hecho un maldito ruido.
—¿Cómo demonios llegué aquí?
Su pregunta la confundió, porque era exactamente lo que ella quería preguntarle.
—Tenemos la misma duda.
—Yo... ¿No se suponía que aquí vivía Blacke?
Hermione alzó una ceja.
—¿Amelia? Sí. Pero ¡sorpresa! Vivimos juntas.
Ella se acercó hasta la alacena y la abrió para sacar un plato hondo. Tomó uno y luego comenzó a servir la sopa en él. Ignoró a Draco en todo momento, pero era muy consciente de que él estaba siguiendo cada uno de sus movimientos.
Dejó la sopa en la barra y respiró hondo antes de girarse y mirarlo.
—Ahí tienes, eso te ayudará. Cómela toda, y cuando termines, regresas por el mismo lugar donde viniste.
No esperó una respuesta, se acercó hasta la salida; lo que fue una mala idea porque solo había una y él estaba en ella, así que apenas pasó por su lado, la tomó del brazo para detenerla.
Ella suspiró, pero no lo miró.
—Escucha, Malfoy, comprendo, estabas buscando a Amelia y terminaste ebrio e inconsciente fuera de nuestro departamento. Solo termina la maldita sopa y lárgate. No hay necesidad de entablar una conversación porque...
—Te estaba buscando a ti.
Hermione calló de golpe. Suspiró y luego se deshizo de su agarre.
—Sí, bueno, no me importa.
—¿Por qué no?
—¿Por qué debería? —replicó, alzó la mirada para encontrar sus ojos y estos la estaban mirando fijamente. Por alguna razón, eso la distrajo, así que se alejó con rapidez.
—Granger —llamó.
—Sólo cómete la sopa, ¿bien?
—¡No vine hasta acá por una maldita sopa!
—¡Tardé dos horas en hacerla!
Él se giró para mirarla directamente y luego negó con la cabeza.
—Tampoco vine hasta acá para discutir sobre el tiempo que tardaste haciendo una sopa.
Hermione bufó.
—¿Entonces por qué viniste?
Draco se llevó las manos a su cabello y lo arrastró con frustración, resoplando como si intentara guardar su paciencia, y eso solo la molestó más.
—Vine porque tienes a un jodido parásito cerca de ti. Demasiado cerca, diría yo.
Ella guardó silencio, solo mirándolo, y cuando él la miró a los ojos y le transmitió su molestia, comprendió el verdadero por qué del que estuviera aquí.
—Estás bromeando —dijo, e incluso soltó una risa a propósito. Malfoy no respondió, así que ella continuó—: Entonces, me estás diciendo que desapareces durante casi tres años, dejándome saber nada de ti y luego, justo cuando mi relación con Nick se hace oficial, tú decides que es el momento correcto para volver solo por tus celos.
Él apretó los labios en una sola línea y suspiró.
—No son celos, Granger. Es solo... advertencia, tal vez precaución.
—¿Te gustaría que dijera que creo eso?
—Bueno, piensa lo que quieras. Solo necesito que escuches lo que tengo que decirte, tal vez eso te haga...
—¿Por qué te crees con el derecho a pedirme algo? —interrumpió, y antes de que él respondiera, ella agitó su mano hacia la salida—. Lárgate ya antes de que regrese Amelia, yo me puedo controlar pero no estoy segura de si me gustaría controlarla a ella.
Malfoy bufó.
—Nunca entendí por qué creías que le temía a Blacke.
—¡Solo vete!
—¡Quiero hablar contigo! —rebatió. Salió de la cocina y comenzó a caminar hasta Hermione, pero ella conocía la táctica, así que se alejó tan rápido como le fue posible y puso un sillón como distancia entre ambos. Malfoy rodó los ojos—. Eres tan infantil.
Hermione lo miró, molesta.
—Entonces, ¿no estás aquí por Nick?
—Sí y no.
—¿Y eso debería dejarme tranquila? Ha pasado mucho tiempo, Malfoy. Creí que a estas alturas ya me habrías su...
—¡Ni se te ocurra decirlo! «Superar» es mi jodida palabra prohibida —Se detuvo y la miró fijamente, luego la apuntó con un dedo, algo molesto—. Te superé tan rápido como pude, juré no volver a pensar en ti, prometí dejar todo atrás. Por ti. Porque sabía que tenías razón y que merecías algo mejor. Así que no me vengas con esa mierda porque yo sí te superé.
De alguna manera, escucharlo de su propia boca se sintió como una cuchillada en su pecho. Aunque se mantuvo con la mirada molesta hacia él.
—¿Entonces qué haces aquí?
—Bueno, por algo «superar» es mi palabra prohibida. Nunca la cumplo del todo. Estaba todo tan bien e incluso había dejado de recordarnos, pero entonces llega Nicholas Jodido Blythe con su nueva novia Hermione Granger a recorrer todo Reino Unido, y entonces mi plan de no interferir en tu vida se va por el coño.
—¡Genial, no me importa! —gritó y luego apuntó de nuevo hacia la puerta—. ¡Ahora largo!
—Podría mirarte con cualquier persona, Granger. ¡Demonios, incluso con el maldito de Weasley! Cualquier persona, ¡excepto él! —Draco intentó rodear el sillón para llegar a ella, pero Hermione también lo hizo, y eso lo hizo resoplar—. Si me habría llegado una invitación de tu boda con un maldito vagabundo, habría estado feliz por ti de solo saber que tú eras feliz. ¡Pero Blythe!
—¡Nick me hace feliz!
—¡Es todo una maldita ilusión! ¡No es él mismo ni siquiera contigo! Su verdadero yo está encerrado en alguna parte y cuando salga lo único que hará será dañarte.
Hermione resopló.
—Qué ironía que tu verdadero yo nunca esté encerrado y lo único que haga sea dañarme, ¿no?
—¡Eres tan necia, Granger!
—¡Y tú tan idiota! Te he dicho dos veces que te larges de mi departamento y me has ignorado, no pienso decirlo una tercera vez.
Draco gruñó, se dio la vuelta y caminó lejos, dándole tiempo libre a Hermione de su caminata alrededor del sillón para que no pudiera alcanzarla.
—Estoy tan ebrio que no sé cómo sigo de pie —dijo él de repente, regresando a mirarla—. ¿Y sabes cuál fue la razón? Que juré haberte superado, pero cuando supe de Blythe y tú, mi única reacción fue dejar a la chica que había estado ayudándome todo este tiempo. Por ti, de nuevo y por siempre, porque creí que tú necesitabas de mi ayuda para saber en lo que te estabas metiendo. Y entonces la lastimé. ¡Joder! ¿Sabes algo? Ella estaba por presentarme a sus padres, y todo se sentía tan bien, excepto que tú seguías escondida en algún rincón de mi mente.
»Y eso es una mierda porque tú pareces estar muy centrada en Blythe, y no sé cómo hacer para que te des cuenta de que él no es tan bueno como crees. Lo que significa que, si no lo logro, habré lastimado a esa chica para nada, y no pienso dejar que eso suceda.
Hermione lo miró como si estuviera diciendo puras estupideces. Ciertamente, así era.
Dejó a flote su expresión indignada y luego se apuntó a sí misma.
—¿Entonces tu bienestar emocional depende de no hacer el vano con esa chica incluso si eso depende de mi felicidad?
Él volvió a gruñir.
—No es tan fácil —dijo, y aprovechando su indignación, logró rodear el sillón para quedar frente a ella—. ¿Sabes por qué? Porque yo no merecía a esa chica, se lo dije y eso la lastimó. Yo la lastimé. E incluso cuando antes eso me habría valido mierda, ahora me hace sentir mierda. No merezco a muchas personas, Granger. Incluyéndote a ti, pero la diferencia es que contigo sí estoy dispuesto a luchar para merecerte.
Hermione no dijo nada, solo se cruzó de brazos y alzó la barbilla para conservar su orgullo. Estaba tratando de ignorar los ridículos latidos de su corazón.
—¿Por qué debería creerte?
Él suspiró.
—Porque en un principio vine hacia acá solo con la intención de hacerte saber dónde te estabas metiendo. Como dije, hice mi vida al igual que tú hiciste la tuya, y no planeaba meterme en ella, pero el problema es que siempre me hago creer cosas que no son porque la primera cosa que llegó a mi mente cuando te miré fue lo mucho que quiero volver a besarte.
Ella respiró hondo antes de hablar, lejana a que estaba comenzando a temblar imperceptiblemente.
—Bueno, no sé si lo recuerdas, pero estoy con Nick ahora. Y olvido algo... ¡oh, sí! Tienes esposa.
Draco guardó silencio, estupefacto, como si apenas hubiera recordado ese detalle. Y entonces desvió la mirada de ella, frunció el ceño y luego volvió a sus ojos.
—¿Crees que... estoy casado?
—Eso fue lo que dijo El Profeta tan solo unos meses después de que terminamos. Creo que eso contradice todo lo que me acabas de decir porque parece que sí lograste superarme. Entonces es genial porque eso facilita las cosas para ambos... Ahora largo.
Pero Draco no se movió ni un centímetro.
—No estoy casado —dijo, y ella frunció el ceño, aún molesta—. Fue todo un plan para deshacerme de mi padre. Te dije una vez que el creer en el amor no significa que quisiera el matrimonio, y sigo manteniendo eso. Nunca voy a casarme. Astoria es solo una amiga.
Hermione se quedó callada, la mitad de ella procesando la información que había creído cierta durante tanto tiempo y que ahora sabía había sido solo un engaño; y la otra mitad estaba pasmada en la frase de «nunca voy a casarme», porque por alguna razón eso la dejó incómoda.
—No me importan tus razones, Malfoy —dijo al fin—. Estoy bastante bien ahora y...
—¿En serio? ¿Podrías decirme lo mismo si estoy justo frente a ti y me miras a los ojos?
—Podría decir lo mismo porque es exactamente lo que siento —confirmó, y luego fue ella quien se acercó a él—. ¿Por qué volviste? ¿Qué te hizo creer que aparecer fuera de mi departamento y que decir unas cuantas palabras de arrepentimiento me harían volver a tus brazos? Tú y yo no funcionamos, ya deberías haberlo entendido.
Draco también se acercó, pero esta vez ella no sintió nada ante la cercanía. Y eso la hizo sentirse más segura.
—Volví porque una vez mi madre me dijo que jamás me rindiera ante lo que quería.
—Creo que ya se te hizo muy tarde para seguir los consejos de tu mami, ¿no crees, Malfoy?
Él la miró como si no la reconociera.
—¿Por qué no te das cuenta de esto? Blythe te cambió y ni siquiera lo has notado. Esta no eres tú.
Hermione carcajeó sin gracia, alzando las manos con impaciencia.
—¿Y quién sí soy yo? ¿Esa chica que te creyó cuando tú dijiste que no la lastimarías?
—¡No, joder, no! Solo... Eres diferente ahora. Eres otra tú.
—Muy bien —replicó y se encogió de hombros—. Mi otra yo era muy estúpida.
Él guardó silencio, solo mirando sus ojos de par en par como si intentara encontrar los rastros de aquella Hermione de la que él se enamoró.
Eso la hizo sentir peor.
—Deja de mirarme así —dijo—. Lo haces como si estuviera rota y necesitaras arreglarme. No te necesito, Malfoy.
—Por supuesto que no, pero tampoco necesitas a...
La puerta del departamento se abrió de un tirón y ambos se giraron para mirar a quien había entrado.
A Hermione se le congeló la sangre.
Nick.
—Oh, Merlín. Claro, lo sabía —dijo él, y entonces su quijada se apretó antes de azotar la puerta detrás de él, provocando un salto en Hermione ante el ruido.
—Nick, ¿qué haces aquí? Se supone que...
—Ahora no, Hermione —dijo, más no la miró porque tenía su mirada fija en Malfoy, y cuando este se puso delante de ella, Nick soltó una risa cruel—. Claro, ponte frente a ella, como si fuera a lastimarla...
Malfoy se encogió de hombros, neutro.
—Nada es seguro contigo, Blythe —masculló lentamente—. ¿Debo recordarlo?
La falsa diversión desapareció del rostro de Nick, y entonces la miró por fin. Alzó una mano hacia ella.
—Hermione, ven aquí.
Ella no se movió, pero aunque lo hubiera hecho no hubiera podido, porque Draco se interpuso entre ambos como si estuviera dispuesto a cualquier cosa excepto a dejarla ir con él.
Malfoy parecía tener miedo de algo... Algo muy escondido en la persona que tenía delante suyo.
—Hermione... —intentó Nick de nuevo, ablandando su tono de voz hacia ella.
—No irá a ninguna parte —advirtió Draco.
Nick sonrió.
—Qué curioso que llevas apenas unas horas en Londres y ya te crees con el derecho de decidir por ella. ¿Sabes por qué nuestra relación funciona tan bien? Porque yo sí soy consciente de la brillante mente que ella tiene y la dejo hacer lo que quiere, sin pedirle que haga lo que yo quiero. Cosa que tú hacías. Tenías tanto control sobre ella que...
—No hablen de mí como si no estuviera aquí —interrumpió Hermione, comenzando a molestarse también ahora con Nick.
Pero ambos la ignoraron.
—¿Sabes por qué mi relación con ella no funcionó? —rebatió Draco, y Nick le alzó una ceja—. Porque yo le mentí, porque no valoré mi tiempo y dejé lo peor para el final. Cosa que tú haces.
Hermione frunció el ceño, intentó salir de detrás de Draco, pero el tomó su muñeca para impedirlo. Ella estuvo a punto de protestar, pero cuando alzó la mirada hacia Nick y lo encontró con los puños apretados y totalmente rojo, entendió por qué Malfoy estaba un poco cauteloso frente a él.
Nick estaba al borde un arranque y no debían provocarlo.
Ella llevaba casi un año con él y había logrado mantener su rabia a la raya, así que técnicamente esta sería la primera vez; pero no estaba segura de qué tan malo podría ser.
—No te atrevas, Malfoy —siseó Nick, mirándolo fijamente y ausente a que Hermione seguía ahí—. Atravesé todo un continente para venir a hablarlo con ella, precisamente porque sabía que tú vendrías.
Draco le dio una sonrisa de boca cerrada.
—Supongo que Pansy te lo contó, ¿no es cierto? —preguntó—. Con Jane ahora parece tan Hufflepuff, siempre queriendo que todos tengan una parte justa. Ella sabía que iba a venir y te lo hizo saber a ti para estar a mano con ambos.
—Pansy siempre tuvo su parte Hufflepuff, es solo que nunca te diste cuenta.
—¡No hables como si no la conociera! —gritó Malfoy, y Hermione chilló para hacerle saber que le estaba apretando la muñeca.
Él se giró a mirarla, y esa distracción fue lo que Nick necesitó para acercarse y tomar la mano de Hermione. Deshizo el agarre de Malfoy y en pocos segundos ella estaba de su lado ahora. Eso la hizo sentirse como una pelota, así que también se deshizo de él y gruñó antes de alejarse unos centímetros, ignorando la mirada preocupada de Draco.
—Creo que es hora de que te vayas, Malfoy —dijo Nick, pero él seguía mirando a Hermione—. Vine aquí para decirle yo.
Draco lo miró y sonrió con falsedad.
—¿Cómo te sentirías si dijera que yo también planeaba decírselo y entonces llegan Pansy y tú para arruinarlo? Creo que contárselo yo antes sería una buena manera para quedar a mano, ¿no, Blythe?
Hermione alzó la mirada hacia el azabache.
—Nick... —llamó cautelosamente—. ¿De qué está hablando?
—De nada —respondió con rapidez, la tomó de la mano e intentó hacerla caminar hasta la puerta—. Solo vamos a caminar y te lo explicaré todo.
—Oh, ¿y en serio crees que permitiré que tú tengas tu final feliz después de todo lo que has hecho? —abatió Malfoy, y antes de que alguno pudiera prevenirlo, tomó el brazo de Hermione para detenerla.
Y eso fue lo que la hizo explotar.
—¡Por Merlín, suéltenme ambos! —gritó y luego de un tirón se zafó de los dos agarres—. ¿Qué demonios les hace actuar como si yo no estuviera aquí? ¡Tengo oídos, tengo ojos, y por supuesto una brillante mente! Están escondiéndome algo, de nuevo. Así que, sea quien sea, me lo van a contar ya.
Nick y Draco guardaron silencio, Hermione solo esperó a que alguno hablara. Pasó un minuto entero, y entonces ella se impacientó.
Alzó la mirada hacia Malfoy.
—Tú, ¿por qué dices que Nick tuvo que ver con Pansy para arruinar las cosas?
—Porque...
—Puedo contártelo yo mismo —atajó Nick.
Hermione bufó.
—¿En serio? Porque fue exactamente lo que pedí hace unos segundos y solo te quedaste callado —dijo. Lo miró directamente y luego negó con una mirada triste—. Me escondes algo, Nick. Creí que los mejores amigos no se tenían secretos.
—Hermione...
—Blythe fue quien instó a Pansy a contarte la verdad —interrumpió Malfoy—. Él quería que las cosas entre tú y yo terminaran de una vez para tomar la parte de su trato.
Nick se giró hacia Draco con la expresión más rabiosa del mundo, como si estuviera dispuesto a matarlo ahí mismo. Fue mero instinto el que Hermione se pusiera delante de él, aunque apenas fue una distracción para detener al azabche porque siguió intentando llegar a Malfoy.
—¡Nick! ¡Nick! —intentó—. ¡Detente!
—Oh, ¿quieres que siga? —canturreó Draco, su tono de voz goteando de crueldad y tal vez un poco de ebriedad—. ¿Debo contarle la historia completa entonces?
—¡Te lo advierto, Malfoy!
—Todo comenzó aquel día donde...
—¡Malfoy! —gritó Nick, y cuando Hermione soltó un chillido, él se detuvo, pero siguió mirando a Draco—. ¡Te lo suplico!
Ella intentó recuperar su respiración normal, mirando a Nick y rezando internamente para que lograra calmar su temperamento. Sin embargo, Malfoy no ayudaba.
—¿Me lo suplicas? —preguntó, y había un tono de voz extraño en él—. Qué ironía, ¿no hice lo mismo yo acaso? Déjame recordarte cuál fue tu respuesta, Blythe... Oh, cierto, dijiste: «suplícame de rodillas y tal vez lo piense».
Nick apretó tanto la quijada que Hermione se preguntó si eso dolería tanto como se lo imaginaba.
—Nick... —musitó, intentando regresarlo a la realidad, a ella—. Nick, por favor...
—¿Adivina qué, Blythe? —dijo Malfoy—. Ni siquiera arrodillándote te salvarás de esta... Iba a decirle, ¿sabes? —Ella miró para encima de su hombro y Draco también ya la miraba—. Iba a decírtelo, Hermione, tan solo unos días más... Pero este chico al cual llamas tu razón para ser feliz fue la razón por la que te quitó la felicidad en un principio.
Hermione dejó a Nick y se giró hacia él.
—¡No hagas esto, Malfoy! ¡No te dejes como si tú fueras la víctima! Eres igual de culpable que yo por permitir que llegáramos tan lejos cuando nos hacíamos mal.
Draco la miró y luego negó con la cabeza, soltando un largo suspiro.
—No fue tu culpa, Granger —dijo—. Fue solo mía —Alzó la mirada hacia Nick—. Y de él.
—Malfoy...
Este se encogió de hombros, como si ya estuviera cansado.
—Él lo supo desde un principio —dijo, y Hermione sabía que se refería a Nick—. Yo estaba lleno de rabia hacia ti, pero era consciente de que mi propósito estaba lejos de cumplirse. Eras demasiado brillante para enamorarte de mí y luego dejarme destruirte, cualquier cosa que yo pudiera hacer, tú siempre estarías un paso adelante... Blythe sabía eso, y cuando tú lo conociste supe que todo estaría perdido porque sería más fácil confiar en él que en mí. Pansy intervino también, Blythe hacía todo lo que ella dijera en esos momentos, así que le dijo que no se acercara a ti, al menos no con otras intenciones.
»Él se negó al principio, dijo que no quería ser parte. Pero luego de unos días llegó y nos dijo que aceptaba, pero que te necesitaba rota para luego él convertirse en tu soporte. Cualquier cosa que yo hiciera, debía terminar muy mal. Blythe para ese entonces ya debía tener tu confianza, y luego estaría para ti cuando estuvieras en tu peor momento. Exactamente como cuando volvió contigo de nuevo. Él permitió que yo hiciera tantas mierdas solo para tenerte como seguro de vida al final, Granger. Así que perdóname por ser la persona más egoísta del mundo, pero no creo que merezcas pasar el resto de tu vida con él.
Hermione miró a Draco, completamente atónita y en silencio, ajena a que sus ojos estaban picando.
Con lentitud, alzó la mirada hacia Nick, y se encontró con que él estaba igual de pasmado que ella, parecía lejano.
Lo miró con la esperanza de que le dijera que todo eso era una mentira, pero Nick solo la miró en silencio.
Y después de unos segundos, comprendió que tenía junto a ella a las dos peores personas del mundo.
—Son unos... —Ni siquiera pudo encontrar la palabra perfecta para describirlos. Aguantó sus ganas de llorar y tragó saliva—. Váyanse. Ahora, y no vuelvan.
Draco intentó avanzar hacia ella, pero Hermione se alejó como si su piel le repeliera.
—Gran...
—¡LARGO!
Él también tragó saliva.
—Lo siento, Hermione.
Ella lo miró fijamente y entonces carcajeó. Miró a Nick y luego de nuevo a él, y odió al mundo por haberla emparejado con las dos personas que solo la habían utilizado como un medio para un fin.
Se sentía sucia y usada.
—¿Lo sientes? —repitió—. Por supuesto que no, Malfoy. No tienes ni la más remota idea de cómo se siente que dos perdonas que tú creías amar hayan hecho un trato entre ellas solo para conseguir lo que querían contigo. No digas que lo sientes porque no es así. Me siento como un maldito objeto.
———
Bueno, tal vez no recuerden, tal vez sí, pero en la otra versión, todo esto pasaba diferente:
Hermione se iba a casar con Nick, y entonces Draco aparecía borracho en la iglesia para impedir la boda y contar frente a todos lo que Nick hizo, lo que provocaría que ella cancelara la boda y que se fuera sin querer saber nada de ninguno.
Con esta edición, me puse a pensar y: POR QUÉ CREÍ QUE HERMIONE SE CASABA A LOS 22 AÑOS?! Tuve que cambiar mucho para quitar eso pero lo logré jeje.
—nico🐑
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