73

Han pasado dos días desde que Jenny se fue de la casa luego de nuestra discusión. Me siento tan mal de haberla orillado a confesar lo que sentía. En verdad soy de lo peor. Por eso... ella se ha ido.

Quizás sea lo mejor...

Ella puede ser feliz con alguien que en verdad pueda amarla, ¿no?

Alguien que no tenga miedo en expresarse, que no dude, que la proteja, que la haga brillar y que le dé lo que tanto desea.

Entonces... ¿Por qué estoy llorando? No, estoy en medio del trabajo. No puedo ponerme a pensar en mi vida personal ahora, por más mierda que esté el asunto.

De pronto, suena mi teléfono. Es un número desconocido.

—¿Bueno? —contesto.

—Nora... quiero que vengas a mi departamento.

Esta voz... ¿Saiko?

—Eres Saiko, ¿no? ¿Por qué debería ir a tu departamento?

—Es obvio, ¿no? Jenny ha estado conmigo.

No... entiendo.

—¿Por qué me dices esto? —pregunto, confundida.

—Nos iremos en unas cinco horas a Japón, pensé que al menos te gustaría despedirte de ella.

No sé si es está burlando de mí, me está restregando en la cara su victoria o... algo pasó con Jenny. No lo sé, no debería confiar en ella. Sin embargo... si es por Jennifer...

—... Dame la dirección.

*****

—¿Qué haces aquí, Nora? ¿Cómo me encontraste?

—Aunque no lo creas, Saiko me llamó y dio la dirección, yo... quería hablar contigo —confieso y noto las maletas—. Veo que tenía razón, te irás a Japón con ella. ¿En serio te vas a ir con ella? —pregunto mientras me acerco.

—... Sí.

—¿Será como cuando te fuiste a Londres?

—No, ahí estaba en un solo lugar. Con Saiko, viviremos en Japón, pero viajaremos a donde ella tenga que ir.

—¿Eso te gusta? Yo creí que no.

—No, pero es algo que debo hacer para estar a su lado.

—... ¿Por qué?

—Así es cuando amas a alguien, la seguiría hasta el fin del mundo.

Me hierve la sangre de pensar que... Saiko y ella...

—¿La amas a ella?

—... Eso quiero hacer algún día.

La conozco tan bien que sé cuando está dudado y lo está haciendo ahora.

Lo mejor es que se vaya, pero...

—Jenny, no te tienes que ir si no quieres. Puedes quedarte... conmigo.

—¿Por qué?

—Porque tú eres mi...

Porque tú eres mi príncipe. Eso quiero decirle.

—Mejor amiga, lo sé —interrumpe—. Lo he oído por muchos años, pero ya no pienso serlo más.

—¿Por qué? ¿Por qué ya no quieres ser mi amiga?

¿Ya no me quieres?

¿Ya no me amas?

Esa idea... me aterra mucho.

—No es que no quiera ser tu amiga, es que... yo... ya no aguanto... No, no voy a andarme con rodeos otra vez. —La noto tomar valor—. Te lo diré por tercera vez, pero seré lo más clara posible. Mis sentimientos por ti son más que los de una amiga o una hermana. — Me da una sonrisa como jamás lo había hecho, tan sincera y pura—. Nora Sanders, te amo como mujer.

Antes de que pudiera pesar en algo más, me besa.

Con ese único beso, siento que todas las ideas terribles que estuvieron en mi mente en estos últimos meses hubieran desaparecido. Había experimentado lo que besar antes, pero este es el primero que encuentro tan dulce y con ligero sabor a manzana por mi labial; tierno y cálido; tan apasionado como jamás me habían besado.

Pensé muchas veces como sería besar a una mujer, no es diferente a un hombre. Incluso podría presumir de que Jenny besa mucho mejor que cualquier otro chico con el que había salido o tal vez pienso así porque anhelaba tanto sus labios ahora que los siento me saben a gloria.

La noto que quiere alejarse, tal vez ya se dio cuenta de lo que hizo. Sin embargo, yo ya no quiero ni puedo parar y yo la tomo de la muñeca, mi cuerpo pide a gritos que me vuelva a besar.

—Jenny, no te vayas —suplico en una voz baja y sensual.

¿Qué me has hecho? Mi cuerpo se siente acalorado y caliente ahora que estoy perdiendo la cabeza.

¡Te necesito tanto ahora, Jennifer Park!

¿Por qué no habíamos hecho esto antes? Hubiéramos evitado tantos problemas.

Jenny se queda sorprendida. No quiero que se aleje, no quiero que deje de mirarme, no quiero dejar de verla.

¡MALDITA SEA, JENNIFER PARK!

¡BÉSAME UNA VEZ MÁS!

Sin pensarlo más, me siento capaz de empujarla contra la pared cerca de nosotras y no parar. Si tan solo un beso era suficiente como para volverme así de loca, no me imagino que me pasaría si aquellos sueños se volvieran a realidad.

Sí, soñé muchas cosas más de lo que llegué a contar, pero esos deseos serán solo míos. (Lo siento por no contarles)

Mi Jennifer.

Mía.

Mi dulce amiga.

Quiero que me tomes...

Llévame...

Hazme olvidar todo.

Ámame...

Bésame...

Mímame...

Hazme... lo que quieras...

Sin embargo, en medio de éxtasis, la realidad regresa a mi mente unos segundos.

De pronto, todo el cúmulo de miedos e inseguridades regresa mi mente y corazón. Yo jamás podría hacerla feliz, tendría miedo de expresar mi amor por ella. Sé lo que pasa cuando eso pasa, lo he visto. Recordar toda la cruel realidad de la sociedad y la sensación de miedo que he sentido toda mi vida me llenan de terror.

¿Qué estoy haciendo?

¿Qué me le estoy haciendo?

No puedo jugar así.

No puedo hacerle esto a Jenny, no dos veces.

Ella debe alejarse de mí.

Pero sé que no hará...

Entonces... debo hacerlo por ella... debo hacerlo fácil para ella...

Paro y empujo a Jenny, bruscamente, lejos de mí. Me di cuenta de que yo estaba temblando mucho. Sabía lo que tenía que hacer, pero no quería hacerlo, pero era lo mejor.

—No... Yo no...

—¿Está mal... besarte?

—Sí... lo siento... no... no soy... lo siento... yo... no...

"Yo no soy lo suficientemente fuerte como para poder afrontar lo que significa salir contigo." Eso es lo que quiero decir, pero no puedo.

—Lamento lo que hice.

No puedo ser fuerte, no quiero salir de mi burbuja y sufrir una vez más toda esa mierda que me acompaña desde niña y que jamás te he contado.

Lo siento.

Lo siento tanto, Jennifer.

—Yo... realmente... lo siento, lo mejor que... me olvides.

—Entonces será mejor que te vayas —dijo fríamente y no la culpo.

Su voz fue tan contúndete que siento como se me destroza el corazón. Entonces fui a la puerta y miré una vez más a Jenny.

Esto ha sido una de las cosas más dolorosas que he tenido que hacer.

Pero es lo mejor.

O eso quiero creer.

Una vez cierro la puerta, puedo escuchar los llantos de Jennifer. Acabo de romperle el corazón, me odio a mí misma.

No merezco que alguien como ella me ame.

Cuando llego a las escaleras, me encuentro a Saiko sentada.

—¿Siempre estuviste aquí? —le pregunto.

—Nunca me fui y escuché todo. —Se levanta y camina hacia mí, lo siguiente que siento, fue una bofetada—. Eres una maldita perra. ¿Cómo pudiste besarla y jugar así con ella?

No tenía ni cómo defenderme, tenía razón.

—Ahora vete de su vida y jamás regreses. Déjala en paz.

Se aleja de mí y se va hacia su departamento. Yo me acerco y subo al elevador, en cuanto las puertas se cerraron, comienzo a llorar amargamente una vez más y con la mejilla todavía enrojecida.

*****

Tenía que haber regresado y haberme quedado en el hospital.

Pero estoy en el aeropuerto, tratando de buscar a Jennifer.

Lo sé, soy una idiota, pero tengo que decirle.

Al menos tengo que decirle que...

La veo, pero ella está en la pista, subiendo al avión. Yo estoy en el edificio, mirando desde la ventana. Creo que ella también me ha visto, pero sigue su camino. Me quedo para ver despegar al avión y alejarse por el hermoso cielo que hace hoy en Los Ángeles.

Ya jamás podré decirle...

—Yo también te amo, Jennifer Park. Te amo como mi mejor amiga y como mujer —murmuro entre llantos.

Que tarde fue para admitirlo de una vez.

Soy... un completo desastre.

Al menos... ya serás libre.

Sé feliz, por favor.

Mi mejor amiga...

Mi amor...

*****

Septiembre. Año 2013

Ya pronto se cumplirán cuatro meses de que Jennifer se fue a Japón. Miro mi casa, parece que se ha muerto otra vez. Extraño las mañanas y tardes con quien platicar. Miro su habitación, vacía. Lo único que dejó fue un viejo álbum de fotografías debajo de la cama. A veces he venido a verlas para sentirla cerca.

Matty muchas veces me pregunta por ella, siempre le respondo que ella se fue de viaje de trabajo. Aunque Ray me hace compañía, no es lo mismo.

Jamás será lo mismo.

De pronto, suena el timbre la casa. Bajo y me encuentro a Ray en la puerta. Luce mucho más serio de lo habitual.

—Buenas tardes, Ray. ¿Sucedió algo? ¿Por qué tienes esa expresión? —pregunto, preocupada.

Parece que toma algo de aire para poder hablar.

—Nora, promete que vas a conservar la calma cuando te diga esto.

—¿Qué ha pasado? Ray, di algo —hablo, ya un poco desesperada.

—Hoy me hablaron de la prisión y... Philip solicitó hablar contigo.

—¿Philip? ¿Quiere hablar conmigo? —No puedo creerlo—. Lo siento, pero...

—Lo sé —interrumpe—, pero creo que deberías hacerlo, Nora.

—¿Por qué dices eso?

—Es que... no sé cómo explicarlo —parece conflictuado—. Lo fui a ver y en verdad... luce mal.

—¿Mal?

Asiente.

—Siento que esto es algo que debes ver por ti misma, créeme.

La expresión de Ray me deja confundida, pero algo me dice que debo hacerle caso.

—Está bien, iré a verlo.

-Fin de Parte III-

*****

¡Por fin! Ya hemos terminado con la tercera parte la historia y por fin damos paso hacia el final. (Llevo bastante llegar a este punto jajaja)

Quiero agradecerles a todos por más de 750k lecturas en Wattpad. Ya nos falta muy poco para llegar al millón de lecturas. 

¡Gracias por leer!

Atte.: Finnale2412

P.D: (La siguiente imagen tiene un spoiler. Recuerden seguirme en Instagram para ver arte oficial, algunos reels y posts relacionados a esta y otras historias, además de un poco del día a día)

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