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Octubre. Año 2012.

Me sorprendió mucho ver lo bien que Jenny y Matty empezaron a llevarse bien. Creo que Jenny tiene ese toque de llevarse bien con los niños. Yo también me llevo bien con ellos, pero me cuesta acercarme a Matty ahora que me aleje de su padre. No lo culpo. Matty amaba a su padre y que de pronto sus padres se alejaran así, no debió ser fácil para él. Al final, terminé haciendo lo mismo que mi madre hizo conmigo, aunque en mi caso, Philip sí era un idiota.

Entro a casa y me encuentro a Jenny en la mesa con su computadora, haciendo su trabajo. Creo que es la primera vez que me doy cuenta de la intensa mirada que tiene cuando está concentrada en algo.

—¿No es tarde para que estés trabajando? —pregunto mientras me voy acercando a ella.

Por la impresión en su rostro, la asusté un poco.

—Nora, no esperaba verte a esta hora, pensé que te quedarías toda la noche en el hospital. —Se levanta de inmediato de la mesa.

—Por suerte, me cubrieron esta noche. Quería llegar temprano para estar en casa.

Con Matty y con ella.

—¿Quieres algo de café? —me pregunta mientras me ofrece una silla y va hacia la cocina.

—Por favor.

Mientras ella se va, miro un poco en su laptop. Creo que estaba retocando la fotografías con Photoshop, la iluminación y saturación y esas cosas. Todavía me impresiona su trabajo como la primera vez que lo vi, ella tiene un alma tan sensible para estas cosas. Después de unos minutos, ella regresa con dos tazas y nos quedamos sentadas en el comedor.

—Gracias por el café.

—Hace frío, ¿No quieres una manta?

—No, está bien. —Tomo un sorbo de café—. ¿Sabes? Quiero agradecerte por lo que hiciste por Matty y por mí. No podría haberme acercado a Matty sin tu ayuda.

—Él es muy parecido a ti, ¿Sabes? Obstinados cuando se lo proponen. —Suspira—. También, saco mucho de tus rasgos. Cuando lo vi por primera vez, me llamó la atención y sentía algo familiar en él.

—¿Esperabas que me convirtiera en madre?

—Definitivamente no. —Sonríe un poco—. Aunque... me hubiera gustado verte embarazada.

—¿Qué? —Arqueo una ceja.

Jenny se pone roja de la cara. Para mí era muy común verla así, pero ahora que sé que es por vergüenza y no por timidez, creo que me parece mucho más adorable que antes.

—M-Me refiero a que me hubiera gustado verte desde el inicio y apoyarte en esas cosas: comprar cosas de bebé, consentirte y mimarte como mamá primeriza, darte los antojos que quisieras y esas cosas.

Jenny debe ver tan linda haciendo eso.

—Lo malo es que estábamos molestas en ese tiempo.

Oh. Mierda. Incomodé el ambiente.

—... De haber sabido que estabas embarazada, yo hubiera regresado a ti.

La miro a los ojos, ¿Cómo puede decir algo tan sincero de esa forma?

—¿Lo dices en serio?

Asiente.

—Descubrí que me gustan los niños —Sonríe—. No sé, tal vez, si tengo un instinto materno en mi interior.

La idea de imaginarme a Jenny siendo una adorable madre me estremece el corazón.

—Serías una buena madre —Suspiro—. Mejor que yo, eso es seguro.

—No te subestimes —Acerca su mano a la mía—. Se necesita mucho valor para alejarse de una relación así, muchas mujeres prefieren quedarse solo para que el niño no se quede "sin padre". Estoy muy segura de que cuando Matty crezca y madure, entenderá el porqué lo hiciste.

—Pero en lo que llega ese día... tendré que sentir su desprecio un poco.

—Ya, ya —Me da palmadas en la espalda—. Todo saldrá bien. Confía.

Las palabras de Jenny siempre me han llenado de esa seguridad que muchas veces me falta. En verdad que ella es muy especial en mi vida.

*****

Noviembre. Año 2012.

—Jenny, ¿Estás adentro?

Entro a su habitación, pensé que estaba aquí porque dejo la televisión encendida, pero tal parece que no. Me acerco para apagar la pantalla y no puedo evitar notar un poco el lugar. Aquí antes era la habitación de mi madre, pero luego de las remodelaciones y con las cosas de mi mejor amiga ya instaladas, este espacio ya no tanto miedo como una vez lo fue.

Jenny es muy sobria en el decorado de su habitación, casi todo es de color beige, café claro y blanco. Hay un par de plantas cerca de la ventana y muchas fotografías pegadas en la pared. Por lo que veo, muchas son de sus viajes y trabajos. Como siempre capturando la belleza que puede traer algo tan común. Esa es mi Jenny.

También hay muchos de sus años en Londres. Ella evita muchos detalles de su estadía, solo se limita a contarme anécdotas del trabajo o de aquellas mujeres que conoció. ¿No me estará ocultado algo? ¿Tal vez... salió con alguien?

... La idea de verla con alguien más... me... incómoda un poco. Sé que suena egoísta, pero... no me imagino a Jenny siendo tan atenta y dulce con alguien más. Ahora que soy consiente de lo que ella sintió una vez por mí... la idea de verla cerca de otra chica es... molesto.

En verdad que soy una tonta.

Ella ya me dijo que "me amaba", ósea que ya no.

Mientras que yo... yo... yo...

No. Debo detenerme aquí, no puedo hacerle eso a ella.

Hay que quedarse fuera de ese límite y ser únicamente amigas.

—¿Nora? ¿Qué haces en mi habitación?

La repentina voz de Jenny me asusta.

—Hola, te estaba buscando —respondo, como si me hubiera atrapado haciendo algo grave—. Dejaste encendida la televisión de tu habitación.

—Salí por algunas botanas, ¿Quieres ver una película conmigo?

Sonrío.

—Me encantaría, Jenny.

*****

No puedo dormir, por más que trate. Así que me levanto y camino hacia la cocina para tomar algo de agua. Mientras camino por el pasillo, noto que la habitación de Jenny está abierta. Al mirar por el pequeño espacio entre la puerta y el marco, me encuentro con ella ya dormida sobre su escritorio. Abro la puerta con cuidado y camino hacia ella sin hacer ruido. Miro su computadora y me doy cuenta de que ella estaba trabajando.

Debe estar muy cansada.

Voy a su cama y tomo una manta para cubrirla por la espalada. Siempre he pensado que Jenny es muy fuerte, pero cuando está dormida, se ve tan vulnerable y pequeña que me da mucha ternura. Me quedo mirando un poco y no puedo evitar sonreír al comprobar una vez más lo bella que ahora está.

Admito que jamás me he sentido traída por una mujer, pero con Jenny no puedo evitar mirarla y contemplarla. Me encanta su cabello, su piel, su figura y sus labios. Debo admitir que le tengo cierta envidia por esas cualidades, pero siento mucha más admiración.

Jenny...

Quisiera poder verla así siempre.

De pronto ella se mueve y abre los ojos.

—¿Nora? —habla adormilada—. ¿Qué hora son?

—Como la una de la mañana. Deberías ir a cama o te vas a lastimar la espalda.

—Tú deberías hacer lo mismo —Se levanta de la silla—. ¿Por qué también estás despierta?

—No podía dormir e iba por agua, ¿Quieres también?

—No... solo me iré a cama —Se da la media vuelta—. Buenas noches.

Antes de que se pudiera alejar un poco más, la tomo del brazo y me inclino para darle un beso en la mejilla.

—Buenas noches, Jenny —susurro y me voy de su habitación.

No sé qué reacción tuvo, pero yo estoy algo sorprendida de atreverme a darle un beso. Espera... ahora que lo pienso... jamás lo habíamos hecho. Sé que las amigas se despiden

de beso, pero con ella... jamás lo había hecho hasta ahora.

¿Será por eso... que mi cara se siente tan roja ahora?

*****

Marzo. Año 2013.

Pronto será el cumpleaños de Matty y decidí hacerle una fiesta de cumpleaños. Estamos en el supermercado, comprando todo para la fiesta y me sorprende todo lo calculado que Jenny tiene para la fiesta: los mejores dulces, la decoración, el pastel encargado y hasta la música. Ella está totalmente encantada de hacerlo a pesar de tener sus cosas y su trabajo.

Cuando la veo metiendo las cosas al carrito mientras yo voy empujando, no puedo evitar sentirme como un matrimonio comprando la despensa.

—Esposas... —susurro.

Jenny voltea inmediatamente hacia mí y yo me quedo helada.

—¿Dijiste algo, Nora?

—No, nada. —Me pongo nerviosa—. No fue nada.

Jenny me mira con la ceja levantada mientras regresa su atención en la lista de compras, mientras que yo me siento aliviada de que no haya prestado atención a mis disparates.

Sin embargo, sigo pensando aquello. Lucimos como un matrimonio.

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