29

Octubre. Año 2012

Luego de esa conversación entre nosotras, Nora habló con Matty. No fue sencillo, tuvieron que pasar por dos intentos fallidos para llegar al tercer intento donde él cooperó. Está más que claro que no le dijo toda la verdad a un niño de esa edad, solo le dijo lo necesario para que entienda que sus padres ya no estarán juntos. Con los días, me ha sorprendido como Matty ha ido comprendiendo y aceptando la situación.

En resumen, las cosas entre ellos todavía están lejos de ser felices, pero los dos están esforzándose lo mejor que pueden y me alegra que sea así.

Hoy, Nora y yo estamos tratando de comunicarnos con Philip, pero sigue sin contestar. Le fue difícil a Nora, pero terminó aceptando que tiene que hablar nuevamente con él solo para poder llegar a un acuerdo por su hijo.

Acabamos de llamar al hospital, pero la respuesta que nos dieron nos dejó impactadas, ellos nos dijeron que Philip renunció ayer y no tienen idea de su localización actual.

—¿No puedes llamar a sus padres? Tal vez ellos sepan —pregunto.

Ambas estamos en la sala de la casa, con café y galletas sobre la pequeña mesa en medio de la sala.

—Lo dudo —responde con tristeza—. En el tiempo que estuve con él, solo nos vinieron a ver una vez para decirnos que jamás nos acercáramos, porque para ellos no existimos.

—¿No saben que Matthew existe?

—Lo saben, pero no les importa. —Bajó la mirada—. No quiero recodarlo. Fue... horrible.

De pronto, siento como Nora recarga su cabeza en mi hombro derecho mientras está abrazada a sus piernas.

—Además, nadie les ganaría a tus padres como unos buenos abuelos —sigue hablando—. Estaban maravillados cuando vieron a Matty.

El día que me mudé a esta casa, mis padres conocieron a Matty y casi se lo estaban comiendo a besos.

—Jamás los había visto tan consentidores y dulces, ni siquiera fueron tan empalagosos conmigo.

—Fue gracioso cuando tu madre dijo que amaría que fuera su nieto —dijo Nora entre risas.

—Es que a mi madre le urgen nietos —bromeo.

—¿A ti te gustaría tener hijos, Jenny?

Levanto la mirada.

—No puedo negar que sí. Cuando estuve en Inglaterra, conocí a una familia que me dejó muy en claro lo que deseo para mí. —Sonrió—. Formar una familia amorosa.

—Qué hermoso deseo. —Se recarga más en mí, pero pronto veo como se entristece—. Eso significa que te irás cuando encuentres a alguien, ¿No?

—Bueno, eso fue parte de nuestro acuerdo: "Si una de nosotras se enamora, se acabó."

Cuando volteo, Nora se aleja y se cubre su cara entre sus piernas.

—¿Podrías... prometerme una cosa? —pregunta en voz baja—. Dime que... siempre estarás conmigo.

Sus palabras me impresionan tanto que volteo a verla de inmediato con la boca abierta, mientras tanto veo como ella se pone roja y aparta la mirada.

—Fue mi egoísta de mi parte, ¿Verdad? —Estaba temblando un poco—. Olvida lo que le dije.

Aunque sé que lo dijo porque su amor hacia mí es solo una amistad o una hermandad, mi corazón está latiendo rápidamente. Mis sentimientos por ella deben ser esos, me prometí a mí misma no ilusionarme con ella y así será.

—No te preocupes por eso. —Sonrío levemente—. Yo jamás te abandonaré, Nora.

Ella no deja de mirarme a los ojos y yo a ella. A pesar de todo, jamás dejaré de pensar en los preciosos que son. Sin embargo, pronto baja la cabeza hacia sus manos y la veo encogerse un poco.

—Jenny, tú eres como un prín...

—¡Mamá! ¡Mamá! —grita Matty desde el patio y mientras se acercaba a nosotras—. ¡Mamá! ¡Mi pelota se fue al jardín de vecino!

—¿Otra vez, amor? —Nora frunce el ceño y se levanta del sillón detrás de su hijo.

Mientras los veo irse, me quedo en el sillón. ¿En verdad habrá sido bueno estar con mi antiguo amor? Mi corazón no deja de latir. Duele. No sé... estoy llorando. No. Basta.

No debe pasar... esto.

Nora... es... solo una amiga.

*****

Debo admitir que una de las festividades que extrañaba la forma de celebrarse era Halloween, ya que al menos en esta zona los vecinos se esfuerzan por adornar al máximo sus casas y el ambiente se siente lleno de fiesta. Además de que ese toque otoñal lo es todo. Nora y yo nos pasamos todo un día adornando la casa y el patio, fue muy divertido.

Hoy, la noche de Halloween, estoy acompañando a Matty por dulces. Él está disfrazado de Drácula. Fue de esos niños que amó la película que vimos recientemente en el cine, Hotel Transilvania. Nora, por otro lado, se quedó en la casa, ya que sentía un poco enferma.

También llevo mi cámara en la mano para tomarle fotos a Matty a petición de Nora, además de que quiero ver si encuentro algo interesante que captar. No sé, es mi instinto de fotógrafa.

—Jenny —me habla Matty—, ¿Es divertido esa cosa? Siempre la llevas. —Señala la cámara.

—Sí, para mí la fotografía es muy divertida.

—¿Puedo intentarlo?

Me pone nerviosa que alguien toque mi cámara, pero introducir a la nueva generación a este hermoso arte me llena de alegría. Me inclino hacia él mientras le entrego la cámara con cuidado.

—Mira, este es el lente y hay que tener mucho cuidado de que no se golpee. —Explico—. De este lado está la pantalla que nos muestra la imagen que ve la lente y apretando este botón, guardamos la imagen y hacemos una fotografía. ¿Entiendes?

—¡Sí! —Luce entusiasmado.

Nos acercamos a una calabaza encendida que estaba en la calle y la vemos en la pantalla de la cámara.

—¿Ves la rueda de aquí? Con esto controlamos que tan clara u oscura queremos la imagen.

—¿Qué hay de la rueda de con letras de aquí?

—Son los modos de la cámara. Ahora está en "Automático" para ti, yo siempre la uso en "Manual". —Enfocamos la calabaza—. Cuando veas la imagen clara, dale al botón para tomar foto.

Luego de unos segundos, logramos una imagen clara y Matty le da al botón. Miramos la foto.

—¡Está muy bien, Matty! Muy buen primero intento.

Chocamos las manos, como dos cómplices.

—¡Me gustó! ¿Me enseñas más?

Vaya que le brillan los ojos. Qué adorable.

—Claro que sí.

*****

Noviembre. Año 2012.

Hoy es una tarde lluviosa mientras estoy en el autobús de regreso a casa. La sesión de fotografía de este día fue agotadora, pero en cuanto llegue a casa mandaré las fotos por correo y eso será todo.

En verdad siento que me voy a desmayar de cansancio y hambre.

Por fin bajo y camino con el paraguas en la mano hasta llegar al pórtico de la casa. Las luces están encendidas, hoy descanso Nora. En cuanto llegue a la puerta y antes de tocar el timbre, Nora me abre la puerta y esboza una sonrisa grande.

—Bienvenida a casa, Jenny. —Su voz era muy cálida.

Mientras me quitó la chamarra y cuelgo el paraguas, puedo distinguir un olor exquisito a chocolate.

—Huele muy bien. —Caminamos hacia el comedor.

—¿En serio? Hice pastel de chocolate de una receta que vi en una revista.

—¿Dejaste la cocina hecha un desastre? —bromeo.

—Sí, pero ya limpié. ¿Quieres probar luego de comida?

—¡Claro! Sabes que amo el chocolate.

—Por eso lo hice de ese sabor, es tu favorito —lo dice de una manera tan alegre que me pone nerviosa.

Tiene el cabello sujetado por una liga, así que puedo ver su rostro y su cuello. No había notado lo bonito que era.

—E-Este, ¿Puedo mandar unas fotos antes de comer? —Toso un poco para aclarar mi garganta—. Son urgentes.

—Adelante, mientras pongo la mesa para los tres.

—Iré a mi habitación.

Subo las escaleras rápidamente y una vez estoy dentro, puedo respirar profundamente. Mierda, me arde la cara y estoy temblando. Sé que puede sonar muy cliché de los años 50, pero tener a alguien que te espera en casa, cocine algo pensando en ti y te reciba con una gran sonrisa, es... lindo. Cuando ella regrese un día cansada, haré lo mismo.

Por ahora, debo terminar mi trabajo. No puedo hacerlos esperar para comer juntos. Abro mi computadora portátil, selecciono las fotos que ya habíamos acordado usar y las mando a mi superior de inmediato. Entonces ahí es cuando veo un correo sin leer de uno de los compañeros.

X: Jenny, ¿Recuerdas del concurso de fotografía para la nueva galería de arte de la ciudad que te comenté ayer? Tal vez te interese participar, los ganadores serán exhibidos en la apertura el mes de abril.

En el correo venía adjunto el archivo de la convocatoria. Decía que el tema eran las emociones humanas y que se aceptaban fotografías tomadas incluso de hace 15 años. El plazo era hasta finales de este año.

Luego me podré a buscar alguna, quizás tenga algo por ahí.

*****

Después de la comida y de tomar un baño, camino de regreso a mi habitación. Al pasar por el cuarto de Matty veo que está entreabierta la puerta y puedo ver a Nora y Matty. Él está acostando, mientras ella está sentada a su lado con un libro de cuentos.

—"Entonces el lobo gritó: ¡Soplaré y soplaré, tu casa derrumbaré!" —Sopla—. Sin embargo, el lobo no pudo derrumbar la casa de ladrillos de los cochinitos. Así que se rindió y fin.

—Te falta cuando se quema la cola, Mamá —dijo Matty.

—Oye, ¿Quién está contando el cuento? —Nora lucia feliz—. Además, mi papá decía que es interesante cambiar los finales para no hacerlos predecibles o monótonos.

Es... la primera vez que le escucho hablar de su padre.

—Mamá, ¿Puedo preguntarte algo? —lo dice con un tono triste—. ¿Papá... ya no me quiere? Dijiste que él vendría a verme pronto.

Nora se ve angustiada.

—Papá está ocupado, pero pronto lo hará —miente y se nota que le duele hacerlo.

—¿Cuándo?

—No lo sé, pero lo hará. —Acaricia su cabeza—. Lo prometo.

—... Está bien. —No luce contento con esa respuesta.

—Nos vemos mañana, ¿De acuerdo?

Antes de que salga, me alejo para entrar a mi habitación. Me siento tan culpable de no haber actuado en su momento contra Philip, le ha hecho mucho daño esas dos personas y continúa haciéndolo al ignorarlos.

Espero sea algo importante para que lo haga.

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