15

Ni me tomé el tiempo de cambiarme de ropa o arreglarme. De todas las personas en el mundo, él es la persona que más quisiera evitar. Sin embargo, tengo ganas de escuchar lo que me quiere decir. Si es algo que me irrite, juro que le voy a golpear hasta que me canse. No estoy para juegos estúpidos.

Por fin lo veo, está sentado en una banca frente a los columpios. Me sorprende que no hay nadie cerca de nosotros, tampoco está Nora. Mejor. No quiero que me vea explotar si eso llegara a pasar.

Cuando Philip nota mi presencia, me sonríe. No sé qué le veían las chicas, no confió en él.

—Dime que es lo que quieres —me pongo a la defensiva.

—Tranquila, Jennifer. —Se hace a un lado—. Solo toma asiento. Hay mucho de qué hablar.

Lo hago, pero me siento lo más a la orilla y lejano posible de él.

—Lamento llamarte, pero quería hablar contigo luego de nuestro pequeño "malentendido" del otro día.

—¿Cómo conseguiste mi número?

—Lo tomé del celular de Nora. Debo admitir que no me gustó hacerlo a espaldas de ella, pero supongo que no la hubieras querido aquí en este momento.

Mierda. Este tipo es bueno para intuir.

—Sé directo y habla.

—Quiero que me escuches con mucha atención, sobre todo porque sé lo mucho que Nora te aprecia. Eres... alguien de quien ella no paraba de hablar. —Cruza los brazos—. Me llegó a irritar bastante, la verdad.

—Me alegro.

Mi comentario no le hace gracia, pero sigue.

—Tu actitud me dice que me odias y no te culpo. Debes estar suponiendo que yo soy un cobarde por no haber actuado y defendido a Nora en esos días.

—Sí.

—Ahí te equivocas, linda. Pero a la vez no. —Suspira—. Debes saber que yo era alguien considerado "perfecto" por todo el mundo: mis amigos, mis compañeros, las chicas, los profesores y, sobre todo, mi familia. Yo fui el más pequeño de cuatro hermanos: uno con 30, otro con 27 y uno más con 25. Todos ya eran exitosos y seguían la carrera de la familia. A mí jamás me interesó. Yo quería ser algo más, quería ser diferente. Siempre odié que el mundo me impusiera mi camino, pero no podía escapar. Quería que me miraran con orgullo, así que decidí solo seguir las normas.

Sigue hablando.

—Me convertí en alguien que no era, alguien "perfecto": me mataba estudiando, me esforzaba por convivir y me ofrecía para dar una buena imagen, incluso salía con una chica que muchos consideraban "ideal". No me sentía feliz con nada: odiaba estudiar cosas tan estresantes, odiaba a muchos que solo se me acercaban por interés y esa chica no me generaba nada. Tal vez por eso la engañé, quería romper, por una vez, las normas y la forma que debía ser. Quería ser libre por una vez.

Me da lástima escucharlo, pero... no me gusta cómo ha justificado una infidelidad. Sigo escuchando.

—Entonces conocí a Nora un día que estaba tan estresado y no me fijé al andar por la biblioteca. Claro, había conocido chicas más guapas, pero ella lucía tan inocente al resto. Eso me cautivó. Me volví su amigo, pero, sin darme cuenta, con ella podía liberarme de mi rutina. Si estaba estresado, ella me escuchaba, Si me equivocaba, ella me apoyaba. Si lloraba, ella me dejaba seguir. A Nora le mostré todo lo que siempre me guardaba y mis secretos más íntimos, por eso le pedí que no le dijera a nadie lo que pasó entre ambos. No quería que nadie supiera lo podrido que estaba realmente.

Por eso... ella jamás habló de él. Sigue hablando.

—Entonces comenzaron los rumores, la gente no puede ver algo bueno sin que tenga ganas de destruirlo. La empezaron a molestar, sobre todo, mi exnovia. —Volteo a verme—. ¿Sabes por qué no la defendí públicamente? Hubo dos razones, la primera fue por miedo. ¿Qué podía hacer yo? ¿Qué tal si perdía todo lo que construí? Así mi ayuda sería inútil, solo empeoraría las cosas.

—Yo también tenía miedo y tenía mucho menos poder que tú, pero la defendí ese día. No podía quedarme más sin hacer nada.

—Entonces, ¿Por qué no lo hiciste antes? —Me mira con seriedad y eso me pone nerviosa, así que lo evito—. No creas que no te vi.

—¿Eh?

—Tú... siempre estabas cerca y mirabas todo, eras muy obvia. —Sonríe—. Nora es demasiado despistada y nunca se dio cuenta. Yo sí.

—¿EH? —Mierda. ¿Es enserio?

—Tú solo saltaste hasta que ya no pudiste soportar, ¿Por qué no antes? ¿Ves? Lo mismo me pasó a mí. Tenía miedo y no sabía qué hacer. Nadie sabe qué hacer en estos casos. Esos chicos no entienden nada y los adultos no hacían nada. ¿Acaso no es algo que te llena de impotencia?

Odio... que hable así. Me cuesta aceptar que sus palabras me están convenciendo.

—Aun así, solo pensaste en tu posición. Nunca en ella.

—Te equivocas de nuevo, Jennifer. Siempre pensé en ella, porque la segunda razón por la que nunca intervine fue porque ella me lo pidió.

—¿Qué?

—Ella sabía que podrían irse contra mí y una vez me dijo: "No me defiendas, por favor. Yo puedo soportarlo. Odiaría... volver a perder a alguien y sin hacer nada."

¿Nora... en serio hizo eso?

—... No te creo.

—Es la verdad. —Luce muy seguro—. Todo era un maldito infierno que terminó de explotar el día que Nora vino a mi casa a estudiar, mis padres y mis hermanos la trataron mal. Para el colmo, descubrí a las amigas de Isabella espiándonos. Me enteré de que le harían algo muy grave detrás de la escuela y por eso me reuní con Isabella. Con tal de proteger a Nora, yo acepté regresar con ella. Decidí sacrificarme con tal de salvarla. —Me mira de nuevo—. Si yo no hubiera hecho nada, Nora y tú no hubieran disfrutado de una vida pacífica el resto del año escolar.

Me quedo callada. No sé qué... decir, pero él sigue hablando.

—Me alejé de ella, ya que también era parte del acuerdo. Sin embargo, los días que pasé junto a Nora los tenía en mi corazón y eso me dio la fuerza para seguir adelante, me atreví a dar el paso más decisivo, enfrentarme a mis padres y estudiar la carrera de medicina. Me ayudó el poder que había construido para la beca, aunque tuviera que mudarme lejos de mis padres e independizarme antes. —Se señala—. Ahora soy libre, me visto y me muestro como soy. Nunca me he sentido tan bien siguiendo mis reglas.

Luce muy contento. Sigue hablando.

—En cuanto a Isabella, terminé con ella al asegurarme de que ya no sería una molestia para Nora y porque me tenía harto. Sí, salí con muchas mujeres estos años y me divertí bastante, pero jamás pude olvidarme de la inocente Nora Sanders y me alegró tanto saber que yo seguía también en su corazón a pesar de los años.

Su rostro muestra una felicidad... sincera, tal vez, los sentimientos de ellos son mutuos. Entonces yo no tengo nada que hacer, ¿Verdad? Perdí desde el principio.

—Por eso quiero pedirte un favor. Como eres su amiga, lo entenderás.

—¿Cuál?

—Aléjate de ella.

Me arrepiento de lo último que pensé. Este tipo...

—¿Cómo puedes pedirme eso? —Me enojo, bastante—. ¡No puedes interferir en las relaciones de Nora! ¡Soy su mejor amiga!

—No me has entendido, Jennifer. —Su expresión cambia a una más fría e intimidante—. Yo no te lo estoy pidiendo por qué seas su mejor amiga, te lo estoy pidiendo por qué eres estúpidamente obvia de que estás enamorada de ella.

Esas palabras bastaron para sentir un temblor en mis piernas, un fuerte mareo y ganas de correr lo más lejos que pueda. Bajo la mirada y me siento tan... descubierta. Igual o peor que si estuviera desnuda.

—Por tu expresión, me lo confirmas. —Cruza los brazos—. Como te dije, ya sabía qué estabas mirando a Nora, pero de una forma en particular. Incluso me di cuenta de tu presencia el día que yo la conocí. Por eso te investigué y escuché los rumores: "Jennifer Park es lesbiana. Estuvo besándose con Wilson, la estudiante de intercambio, el año pasado." —Frunce el ceño—. Claro que no creí en los rumores, pero todo cambió cuando me alejé de Nora, porque nunca dejé de verla, pero ahora estabas tú, eras MUY obvia. Créeme, distingo la cara de una chica enamorada. Al reencontrarme con Nora y luego de oír lo que ha vivido contigo estos años, además de ver cómo actuaste el otro día, por fin estoy seguro de que fueron celos lo que sentiste.

—Es por eso... que la abrazaste frente a mí ese día, ¿No?

Sonríe. Solamente, sonríe. Este tipo... me da miedo.

—Eres muy brillante. —Se acerca a mí—. Aunque... si pensaste que ella algún día podría fijarse en ti de esa manera, en realidad debes ser muy estúpida. —Empieza a reírse—. ¡A Nora no le interesa las vaginas como a ti, lesbiana idiota!

Quiero golpearlo. Quiero hacerlo, pero... no puedo. Me siento... lastimada. Jamás he hablado con alguien sobre esto. Ni siquiera a alguien muy cercano. Que este imbécil se haya dado cuenta y se burle, me duele mucho. Quiero llorar.

—¿Qué... más te da si yo soy así?

—No me malentiendas, linda. —Se calma, pero sigue con su sonrisa burlona—. Me gustan. Es demasiado sexy ver como lo hacen. —De pronto, su mirada se oscurece—. Sin embargo, no me gusta la idea de que sea precisamente Nora la que te guste. ¿Lo entiendes? Tú a un rincón y ella al suyo, conmigo.

—¡Yo jamás voy a permitir que...!

Rápidamente, siento como me empuja contra la banca y me sostiene de las muñecas. A pesar de mis intentos, me tiene muy sujetada al punto de sentir dolor y lo peor es que no me deja de ver con esa sonrisa burlona.

—Entonces, hazlo —habla con una voz retadora—. Tú sabes lo que tienes que hacer. Vamos. Te reto a decirle que la amas y que prefieres que te elija a ti. Si lo hace, prometo irme y dejarlas en paz.

No puedo apartar la mirada. Qué coraje. Solo puedo llorar.

—No puedes. —Entrecierra sus ojos—. Yo soy el "príncipe" que ella sueña, yo soy su primer amor. No tú. Yo la necesito más que tú y ella a mí. Yo la hago MUCHO más feliz, si sabes a lo que me refiero.

—¿Por qué... haces esto?

—Tú quieres que ella te mire, ¿No? Pues yo si lo hago, te miro como la persona que me quiere quitar a la mujer que amo. Mi rival. —Inclina su cabeza—. Si fueras hombre, te estaría golpeando. Como eres mujer, solo te estoy dando una advertencia.

Me suelta y se aleja de mí. Yo, con torpeza, también me alejo de este loco.

—Yo le diré a Nora de esto.

—Bueno, yo le diré lo del mensaje.

—¿Cómo lo...?

—Realmente era una sospecha —me interrumpe—. Se lo mencioné y ella dijo que no recordaba algo así, pero ahora me lo acabas de confirmar. Eso fue muy tóxico de tu parte, linda. —Ríe.

—Nora me podrá perdonar.

—Puede que logres que ella sea aleje de mí, pero tú. ¿Podrá perdonarte por haber espiado en algo que no te incumbe cuando tú eres la persona en quien más confía? Además, te va a preguntar el por qué lo has hecho y realmente dudo que se sostenga la justificación de "Fue para protegerte de alguien que te dejó". Me pregunto, ¿Serás capaz de decirle lo que sientes? No, tú sabes que serás rechazada y ella... se alejará de ti. ¿Podrás soportarlo?

Yo... estoy que me revienta de la impotencia.

—Te odio —murmuro.

—Yo más —me responde mientras se aleja.

Quiero vomitar, quiero desmayarme. Quiero... desaparecer.

Odio no haberme acercado antes de que él lo hubiera hecho, tal vez así nos hubiéramos evitado encontrar con este maldito loco. 



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