Octubre. Año 2000

Tan solo han pasado unas semanas desde que comenzaron las clases del último año y sin ella aquí, me he dado cuenta de que se me había olvidado lo solitaria que ha sido siempre mi vida escolar. En parte también ha sido culpa mía. No me ha interesado acercarme a alguien para ser su amiga y hasta me resulta un poco molesta esa idea. Incluso ella fue la que tuvo que dar el primer paso para que hubiera algo entre nosotras.

Ahora estoy sin mucho ánimo y caminando hacia el único lugar que sé que solo está lleno cuando los exámenes se acercan: la biblioteca escolar. Cuando entro, la encargada me mira con recelo. Quizás está pensando si permitirme entrar o no. No la culpo, ya que después de lo que ocurrió el año pasado, me sorprende que no me tengan botada del lugar.

Como sea, solo voy a pasear y ver qué puedo leer. Al detenerme en uno de los pasillos más alejados de la escuela, no puedo evitar recordar "mi primer beso". Ese instante en que sus labios se juntaron con los míos, confirmé algo de mí que ya sospechaba hace unos años.

A mí solo me gustan las chicas.

Lo he estado pensando desde que tengo 13 años y veía a las demás chicas de mi edad hablar y emocionarse por chicos como los Backstreet Boys o NSYNC, incluso con actores como Luck Perry, Leonardo DiCaprio o Johnny Depp. Los veía y no, nada. Sí, son guapos, pero no me "atraen". Pasé mucho tiempo pensando que tal vez era alguien "rara", hasta esa tarde cuando me besó.

Me sentí emocionada, con un "hormigueo" por todo el cuerpo y mis mejillas rojas. Con ese beso confirmé el porqué sentía a las chicas más bonitas o porque me ponía un poco nerviosa en la presencia de alguien tan guapa como... ella.

No. Debería detenerme aquí. ¿Voy a estar así el resto del año? ¿Solamente pensando en el pasado y en ella? Vaya tontería.

Debo seguir adelante.

Mientras me asomo por los libros, por un pequeño espacio que me permite ver al otro lado del pasillo, veo un par de piernas que están dando pequeños saltos. Levanto la mirada para ver la cara de esa persona y...

Siento... una extraña sensación que me recorre por todo el cuerpo. Me empieza a apretar el pecho mientras me quedo inmóvil y con la vista en ella. Es una chica de complexión delgada; de piel blanca; un cabello rubio que le llega la mitad de la espalda y totalmente lacio.

Ver cómo trata de tomar el libro más alto se me hace tan adorable, pero a la vez desesperante. Estaba por acercarme para ayudarla, pero ella lo logra alcanzar y se voltea hacia mi dirección. Del susto, me hice hacia atrás, pero pronto me di cuenta de que ella se quedó leyendo el libro y no me había notado.

Ahora puedo ver su rostro detenidamente: sus mejillas son rosadas, sus labios están pintados con ligero rímel color rosa y sus ojos azules están centrados en la lectura. Jamás había visto tan hermosa sonrisa al leer.

De hecho, jamás la he visto. Debe ser alguien nueva.

¿Debería presentarme? Supongo, ¿No? Pero... ¿Cómo? Es más, siento como mis manos y mis piernas empiezan a temblar. Estoy muy nerviosa.

Ay no. Está empezando a caminar, ya está a punto de llegar al final del pasillo. Quizás si me apresuro, puedo alcanzarla y...

Antes de que pudiera dar tan solo un paso, miro lo que acababa de suceder. Ella tener la mirada fija en el libro, chocó con un chico que iba corriendo y estaba por dar vuelta hacia el pasillo. Así ambos terminaron en el suelo.

Creo que... ya he visto a ese chico antes, pero no recuerdo su nombre ahora. Es de cabello corto, además de rubio y lacio como ella, pero más oscuro; su piel está un poco más bronceada y sus ojos son marrones; es alto y delgado, pero con buen físico y está usando ropa bastante a la moda.

Pronto él se levanta y le ofrece la mano para ayudarla. Cuando la miro a ella, puedo notar un leve sonrojo y su atenta mirada en aquel chico. Ambos conversan un poco y se alejan muy felices, incluso puedo ver que ella se está sonrojando.

Creo que ya sé por dónde va el asunto.

Supongo que... esto es la señal para detenerme.

No debo ilusionarme con algo imposible.

Sí, esto se acaba aquí.