Extra #3: Funeral ( 2/2)

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El funeral había terminado hace un gran rato. Abby no lloró, o más bien, no encontró motivo para llorar a mares. Algunas pequeñas lágrimas se escaparon, pero sólo era eso, nada más. Hero y Aubrey se quedaron con ella mientras tanto.

Beth, su madre, se mantenía en aquélla coraza dura incapaz de llorar. Desde que la conoció, en ningún momento la notó derramar lagrima alguna. Siempre se mostraba como alguien fuerte, y aquí lo demostró con creces. Le tenía un gran afecto a los dos, pero la realidad es que no eran realmente sus hijos aunque los quisiera de esa manera. Sin embargo, algo que nadie en el exterior sabía, es que ella se sentía un tanto… vacía.

Saber que no vas a ver más a alguien quien cuidaste y criaste durante tanto tiempo es duro.

Aún recuerda a Abby llegar por la noche junto a la policía a la puerta de la casa. Ella recientemente se había recuperado de aquella intoxicación gracias a la ayuda de Abby. Ahora, verla allí, empapada por la lluvia y con dos agentes de policía le hacía dar mala espina.

La chica saltó a los brazos de Beth y le dió un muy helado abrazo, siendo correspondido sin rechistar.

— ¿Qué ocurrió, oficiales? —. Uno de los oficiales se adelantó.

— Buenas noches, señora. La jóven Woods nos llamó para informar de un incidente. Si bien nos llamó hace bastante tiempo atrás, tuvimos que cerrar el caso tomando sus declaraciones. Señora, lamento informarle que… Rowan Woods fue asesinado —.

Esa noticia le había caído como un balde de agua fría esa noche, literalmente hablando.  El abrazo frío de Abby y la noticia repentina la habían dejado paralizada en ese momento.

Aunque no lo demostrara por fuera, por dentro se sentía frustrada y responsable con el resultado de las cosas…

Aún cuando Abby dormía, ella se quedaba en su cuarto, inundando sus pulmones de cáncer con los cigarrillos. Aún no le daba algo similar, pero toser ocasionalmente era bastante normal hasta ese punto. Sin embargo, no se dejó derrumbar por la muerte de Rowan, incluso cuando escuchaba a Abby balbucear dormida sobre todo lo que hizo… Le dió igual aquello.

Rowan manchó SU propio destino, SU propia vida… Pero aún le tenía un poco de cariño, aún si la hacía enojar por las idioteces que hacía o las malas notas que traía…

Ese era el trabajo de madre, ¿no? … Claro, ¿se podría considerar una realmente? Bah, no importaba.

— ¿Estás realmente bien? Quiero decir, no creo que haya sido realmente bonito ver a tu hermano siendo enterrado… —. Dijo Aubrey, usando un gran vestido negro que la hacía resaltar. Por poco y parecía un vampiro.

— Sí, estoy bien, aunque… Será un tanto difícil superar esto —. Abby se giró, mirando hacia otra dirección, no queriendo que ellos la vieran. Sus ojos estaban un poco rojos.

— … Sí, siempre es difícil superar éste tipo de cosas —. Hero se rascó la cabeza, a la par que observaba aquella tumba con el nombre de Rowan grabado en ella. — … Si Kel pasara por esto, no sé cómo me lo tomaría, pero supongo que no lo manejaría muy bien… —.

Entrecerrando los ojos, Hero recordaba los momentos que pasaba con Mari en Farawaytown; eran buenos tiempos. Reían, jugaban, se divertían, era todo perfecto… Y fue eso, justamente, lo que los llevó a la debacle. La amaba tanto, pero… Las palabras de Abby resonaron en su mente.

"… No puedes dejar ir las cosas tan fácilmente, ¿no?".

"Me estás cansando con Mari esto, Mari lo otro… ¡¿No sabes que puedes decidir tú mismo tu camino?!".

Sí, siempre fue así.

Nunca supo dejar ir las cosas como si nada. Era algo esencial para él, algo importante, y tan rápido se vino, así de rápido se esfumó en el aire que soplaba en aquél bendito árbol.

… Pero tenía razón, tanto ella como Sunny, la pandilla, sus compañeros de medicina y sus padres le insistían que tenía que seguir adelante con las cosas, no era sano quedarse aferrado a sedimentos del pasado y recordad algo que, irremediablemente, solamente le haría recordar una herida pasada.

No era masoquista para que le gustara sentir dolor emocional ni físico. Sólo… era complicado.

Y supongo que…

— ¡Abby, tranquila, aquí está tu compañera Aubrey! —. Aubrey, contra todo pronóstico, solamente la atrajo a un abrazo de oso, provocando que la misma luche por respirar un poco. Hero solamente sonrió de lado.

Supongo que era bueno pasar este tipo de situaciones estando acompañado por amigos.

Desde que Mari había muerto, había llevado el duelo a su manera; siendo totalmente un imbécil. Sus padres lo animaban y Kel trataba de levantarlo de la cama para que hiciera sus cosas, pero él no quería ayuda de nadie.

Y así, fue cómo nunca pudo superar ese hecho del todo. Si bien sus cercanos lo trataban de ayudar, progresivamente los iba alejando hasta que, un día, decidió que no era el momento de ser así.

Luego, pasó lo que tenía que pasar… Se "mejoró" y siguió con su vida. Aunque se veía bien por fuera…, seguía siendo un desastre emocional andante.

Abby también lo estaba siendo, y pasando por lo mismo.

Hero podía ver a Abby, liberándose del abrazo de oso de Aubrey y sonreír, mientras lloraba un poco por los sucesos que ocurrieron y el peso que estaba cargando.

Llorar no es signo de debilidad, no, al contrario… Es signo de libertad.

Llorar nos limpia del dolor y el estrés. Los que no quieren vernos llorar, es porque ellos mismos no se lo permiten. Una tontería que acapara el verdadero significado de algo totalmente diferente.

Llorar no nos hace más débiles. Nos hace más fuerte.

Supongo que yo también debo de seguir adelante, Mari. No te olvidaré. Olvidar tu nombre es sinónimo de "morir" definitivamente al ser olvidada.

Te apreciaré por lo que fuiste realmente…

Un bello recuerdo.

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Hero se quedó mirando al cielo mientras sonreía un poco. Abby le pasó una mano por la cara, lo cuál no le afectó en lo absoluto.

— ¿Es normal que le ocurra algo así? —. Preguntó Abby, mientras que Aubrey simplemente negaba la cabeza, un tanto divertida pero preocupada por el paradero de Sunny. — Supongo que no lo es…, ¡despierta, Henry! —. Jalando una de sus orejas, lo sacó del trance en el que estaba metido.

— Auch, auch, duele… —.

— La próxima vez no te quedes mirando al cielo por media hora. Da miedo —.

Aubrey ciertamente los miró un tanto intrigada. ¿En tan poco tiempo lograron congeniar exitosamente dos personas totalmente distintas entre sí…? Ella diría que los "polos opuestos se atraen", pero realmente no es tan así en este caso.

Se conocieron recientemente, por lo que obviamente conocen la punta del iceberg de cada uno. Congeniaron porque, seguramente, encontraron un espejo en el cuál reflejarse.

Huh, bastante poético, ¿no?

— ¿Abby? —. Una voz masculina, ciertamente desconocida para los tres allí, llamó su atención.

La silueta de aquél hombre la hizo sentirse… molesta. Lorenzo, quien antes los había abandonado sin razón aparente, se encontraba frente a sus narices. No tan lejos, su madre, Charlotte, miraba con cierta inexpresividad en su rostro.

Ella no estaba feliz de verlos, y su madre tampoco. Su padre se mantenía estoico. Aunque se pusiera a sonreír en un momento como este, sabía la verdadera naturaleza de su padre.

Está fingiendo. Después de todo, fingir las apariencias era algo que sabían hacer todo el tiempo.

— ¿Qué diablos haces aquí? —. Preguntó con cierta rabia encarnada.

— Vine por el funeral de Rowan. Nada más, pero veo que ya terminó… —. Sin mucho interés, miró el lugar donde yacía la tumba con su nombre.

Parecía que ni siquiera quería verla a ella. Tampoco su madre, que se mantenía en silencio. Hero y Aubrey se quedaron al lado de Abby; este asunto no les incumbe personalmente, pero no la iban a dejar sola.

— Llegó tarde, señor Lorenzo. Demasiado tarde —. La jóven Woods se cruzó de brazos, aún ciertamente molesta.

— Tampoco es que nos importe mucho. Sólo vamos a despedirnos de nuestro único hijo —.

Ese fue un golpe bajo, incluso para alguien como ella. Lorenzo y Charlotte pasaron de largo hacia la tumba de Rowan, mientras que Abby se mantenía con la vista puesta hacia el suelo. Una mano reconfortante le dió unas palmadas en la espalda.

— Gracias, Henry. Lo necesitaba —.

— No hay de qué —. Una sonrisa comprensiva se formaba en su rostro.

—  ¿Vamos con Beth? No me agradan estos tipos… Siento que son la clase de gente más perturbada y malvada que existe —. Aubrey simplemente se frotó los hombros, un poco incómoda por la presencia de los dos padres de Rowan y Abby, al igual por las fuertes ráfagas de viento que empezaban a azotar el lugar.

Su cabeza aún maquinaba a velocidades ciertamente rápidas, tratando de descubrir el por qué se encontraban aquí de todas formas. Ellos no pudieron contactarlos durante demasiado tiempo y aparecían así como si nada. No tenía lógica.

De un momento a otro, los dos adultos se acercaron a una Abby ciertamente pensante.

— No me importa mucho, pero quiero darte nuestro pésame. Debió de ser duro que tu hermano muriera… Nos vamos —.

No parecía importarles esto. Sólo vinieron porque fueron avisados, nada más.

Ese tipo de personas desinteresadas de las cosas que ellos mismos provocaron son de lo peor.

Si ella pudiera, los golpearía…

Pero no valía la pena. Ya sufrirían las consecuencias de sus acciones en algún momento.

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Ya había pasado un rato desde ese "reencuentro", aunque ella no lo llamaría de esa manera, más bien, sería una visita desagradable. Nada más.

Ahora mismo, se encontraba en el vehículo con Beth y sus dos nuevos… ¿Amigos? No sabía si llamarlos así. El único amigo que tuvo hace mucho tiempo fue Amanda, la que terminó muy mal… Ahora, Sunny fue su segundo amigo, estando ahora en un hospital, ¿por qué todos terminaban tan mal cuando se hacían amigos…?

Bah, da igual.

— Abby —. Hero la llamó. Aubrey se encontraba "dormida" en la parte de adelante del auto, mientras que Beth conducía totalmente concentrada en el camino.

— ¿Hm? —.

— Tengo curiosidad, es todo. ¿Qué es lo que quieres estudiar? No soy bueno adivinando cosas —.

La mirada se centró en Hero, quien preguntó con una genuina curiosidad en su mirada. Abby simplemente se mantuvo neutral antes de soltar una ligera sonrisa. Apoyó la palma de su mano sobre su barbilla y miró por la ventana.

— … No somos tan diferentes. Tú vas a ser médico, aunque no te guste realmente aquello, pero no se puede evitar. No siempre se puede hacer lo que uno quiere realmente ser… Sin embargo, siento que mucha gente pudo haberse salvado si alguien pudiera ayudarlos… —.

Su vista se fijó en un grupo de niños que corrían por el parque, pareciendo totalmente felices. Su sonrisa se ensanchó un poco, mientras otro le tendía una mano para levantar a uno que cayó en la arena.

— … Rowan podría haberse salvado, aunque eso sería alargar su sufrimiento mental y delirios. Pero aparte de él, ¿cuánta más gente podría salvarse mediante mi meta? Mucha, por no decir demasiada. Querer ayudar a la gente, aunque suene egoísta, es lo que quiero hacer… No para "recibir” algo a cambio, solamente… Me gusta ayudar a la gente. ¡Creo que Sunny tiene algo que ver con ello, a fin de cuentas, ese idiota con parche puede influenciar a cualquiera! —. Se rió ligeramente, mientras su vista se veía inmersa en el parque. — Me gustaría ser una cirujana. Siento que sería lo ideal para mí… —.

— ¡Es un gran sueño y tienes una meta bastante noble! —. Dijo Hero, mientras sonreía un poco.

— Lo sé, por eso, y aunque me saques unos años de más, me gustaría preguntarte algo… —.

Abby se giró para dirigir su mirada al confundido Hero. Apuntó con su dedo al mismo, tocando su frente mientras sonreía.

— ¡Me gustaría estudiar en la misma universidad que tú! —. Exclamó, provocando que Hero se quedara helado allí en su lugar.

— … ¿Eh? —.

— La carrera de médico dura siete años, y la de cirujano unos seis o siete también. Me gustaría, por lo menos, compartir universidad contigo, ya sabes… ¡Sería una experiencia solitaria estar sóla, jaja! —.

Mientras Abby se reía nerviosamente, Hero entendió ese sentimiento de soledad. Si bien tenía a sus compañeros de carrera, no negaría que extrañaba a sus conocidos en Farawaytown, por lo que tener a un conocido allí sería… Bonito.

Después de todo, no hacía mucho que se reintegró correctamente en el segundo año de la carrera. Desde la muerte de Mari, había pospuesto la carrera desperdiciando años preciosos para poder vivir, provocando que tuviera que repetir desde el primer año unas cuantas veces.

Por lo que tener una conocida más sería…

Bastante bueno.

— ¡Jaja, está bien, me gustaría verte allí! —.

— ¡¿En serio?! —.

— ¡Sí! —.

Mientras esos dos hablaban animadamente, en los dos asientos delanteros, las dos chicas tuvieron la misma reacción. Aubrey tenía una cara adormilada pero consciente, y Beth se mantuvo serena y tranquila, observando al frente.

— Algo va a suceder entre estos dos, y no me va a sorprender —. Susurraron las dos mujeres.

Ciertamente, no estaban tan erradas…

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En una habitación, ciertamente oscura solamente alumbrada por una lámpara de noche, la silueta de un hombre vistiendo un traje se hizo presente. Lorenzo sacó un papel con un número grabado en el. Sin mostrar expresión alguna, llamó con su teléfono de línea.

— ¿Hola? ¿Con quién hablo? —.

— Lorenzo —.

— Ah, Lorenzo, tan apático como siempre. ¿Te resultó útil la información de tu hijo fallecido? Lamento eso, de todas formas —.

— Sí, de hecho, me gustaría que le mandes un cheque al juez que tratará el caso del asesino de mí hijo —.

— ¿Estás seguro? Recuerda que sólo porque seas un empresario rico, no sé si vas a salir impune de una posible extorsión a un juez y cambiar el veredicto general del caso que se investiga —.

— Sí, sobre eso… Sé que mí hijo murió, pero que ese tal Suzuki lo asesinó en defensa propia. Me gustaría que le digas al juez que el juicio sea privado. Sólo los abogados, policías, jurado… Quiero ser el único que vea la cara de desesperación de ese tal Suzuki. Nadie puede asistir allí, ¿entendido? —.

— Básicamente, un juicio privado a base de un cheque, ¿correcto? —.

— Sí. En un caso convencional, no se le daría ese juicio. Bajo mis reglas, sí lo estará. Mándale un cheque de seis cifras cualquiera. Que no sea muy bajo —.

— Hm… ¿450.000$ está bien, señor? —.

— Sí, es perfecto. Ahora ve y haz lo que te dije. Necesito dormir y no quiero que me despierten temprano —.

Sin más discusión, la llamada se colgó, habiendo interferencia en ambos lados.

Sí, quizás Lorenzo no era tan buen tipo…

De hecho, creo que nunca lo fue…

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