Extra #2: Funeral ( 1/2)

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Abby se mantuvo al margen de la situación en su cuarto. Hoy era el día del entierro del psicópata de su hermano, que murió a manos de Sunny. Su amigo se mantenía en el hospital, recuperándose de sus heridas de manera normal y tranquila para alguien como Sunny. Sin embargo, al ser tachado por la policía como su asesino, no permitían que recibiera visitas.

Eso se debía, más que nada, por "preservación de pruebas" y "las leyes del hospital". Jodanse, en serio. Entendía que las visitas pudieran estar limitadas y todo eso, pero no era realmente justo que ellos literalmente mantuvieran a Sunny sin nadie allí. Diablos, ni siquiera dejaban a la Sra. Suzuki acercarse a su propio hijo.

Ciertamente no le deseaba eso a nadie, en ningún momento de su vida.

— ¿Cómo diablos se hacía una corbata…? —. Sus cejas se cerraron con molestia, mientras trataba de atar la corbata correctamente. No salió bien.

Antes de que estuviera por media hora batallando por acomodar la misma, Beth apareció detrás de ella e hizo el trabajo por ella. Sin su característico cigarrillo en su boca y vestida para a la situación, comenzó a hablar con ella.

— ¿Estás bien…? —. La pregunta tomó por sorpresa a la jóven, quien se encogió de hombros.

— … No lo sé. Rowan estaba… loco en ese entonces. No en extraña que haya acabado así, y con lo que hizo lo tiene merecido, pero… —. Beth la sintió temblar. — M-Morir es aterrador… Ya no lo volveré a ver, y todo es mí culpa… —.

— No hay culpables. Y si los hay, ya habrán pagado su condena. Sin embargo, no es necesario culparse. Cuando alguien cercano termina pasando por esto, o algo malo le pasa, nuestra primer reacción es culparnos por todo… Abby, no hagas eso otra vez, ¿entendido? —.

Las palabras de su "madre" la hizo sentirse un poco más confusa, mientras que la miró de reojo arriba. La mujer mayor podía notar los ojos rojizos de la pequeña frente a ella.

— ¿Por qué… morimos? —.

— Así es el ciclo de la vida. Nacemos, conocemos el mundo, vivimos, experimentamos emociones, cosas… Y luego, la edad crece. Eso es algo que nunca podremos bajar bajo ningún costo. Luego, morimos a una edad temprana o una muy longeva… —.

El ciclo de la vida…

Las manos de Beth se detuvieron, logrando armar la corbata de Abby. La mujer mayor se puso frente a la jóven y se arrodilló, sonriendo ligeramente.

— No los conocí muy bien, pero sabía que ustedes dos eran ciertamente algo locos. Tú robabas a gente pensando que eran de clase alta, y Rowan me envenenó con cosas raras estando en cama por un rato —.

— ¿Cómo es que tú…? —.

— Ayer. Hablabas dormida. Tienes ese ámbito muy arraigado desde pequeña, supongo —. Se encogió de hombros, mientras le restaba importancia. — … Aunque Rowan haya hecho mucha mierda, ustedes dos son los hijos que nunca tuve y los crié… muy mal. Así que, la mayoría de la culpa, puede recaer en mí. Puedes desquitarte conmigo, si quieres —.

Abby la observó a los ojos. Podía notar la mirada triste que tenía a la par de nostálgica. Ciertamente, ella fue más una madre de lo que fue su anterior familia. Lorenzo solamente la había adoptado con un interés que, hasta ahora, no entendía y su madre, Charlotte, si bien le tuvo cariño, ese mismo se esfumó cuando los abandonó desde muy pequeños. Entendía que no pudiera tener a dos hijos para cuidar, pero siempre podía pedirle ayuda a alguien…

Beth, si bien tenía sus cosas cuestionables como ser dura en sus palabras y fumar semanalmente, tenía su cariño dividido para los dos. Nunca fue alguien que se expresara abiertamente a esos dos, pero ahora…

Beth se veía muy triste. Su madre se veía triste, nostálgica y arrepentida por no haberlos educado mejor.

No es su culpa.

— … Hipócrita —.

— ¿Eh? —. Beth se quedó confusa, aún viendo a una Abby lagrimeando.

Secando sus lágrimas, sonrió ligeramente. — "No hay culpables. Y si los hay, ya habrán pagado su condena". ¡Tampoco te culpes, mamá! ¡No es tu culpa tampoco! —.

Abriendo ligeramente los ojos de la sorpresa, Beth simplemente le devolvió la sonrisa. Cariñosamente se acercó y le revolvió el cabello mientras iba a la salida del cuarto.

— Te espero fuera. Nos vendrá a buscar un Taxi —.

Cerrando la puerta detrás suya, la mujer se quedó en silencio por unos segundos que parecieron eternos para ella. Sacó una caja de cigarrillos y se colocó aquél tubo de nicotina en la boca. El encendedor le dió el fuego y ella pensó en encender un cigarro ahora mismo…

… No, no era el momento.

Apagando el encendedor, lanzó el cigarro en la basura cerca de ella y simplemente respiró hondamente.

— … Mamá, ¿eh? … No siempre me llama así, jaja —. Sonrió un poco, limpiando una lágrima traicionera.

Quizás no fue una figura materna tan mala después de todo…

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— ¿Puedo saber qué haces aquí, exactamente? —. Preguntó Abby, mientras veía a la persona frente a ella.

Era temprano, así que el funeral todavía no se llevaría a cabo. Todavía no iba a comenzar luego de unas tres o dos horas, y se pensaba que iban a ser ellas dos, pero esta situación no la veía venir bajo ningún motivo.

— ¿Es un amigo tuyo, Abby? —. Preguntó Beth, ciertamente curiosa.

— Eh… —. La mirada de Abby miró al jóven frente a ella. — No, no lo conozco —.

— Lamento no haber dicho que iba a venir, jeje. Mí culpa —.

Hero se disculpó ante su aparición repentina. Estaba bien vestido, tanto que parecía que estuviera en una funeral… Ah, cierto, esto era un funeral después de todo.

— Eso no responde mí pregunta. Además, sé que eres amigo de Sunny, pero ni siquiera sé tu nombre… —.

— ¡Oh, cierto, lamento eso! Me llamo Henry Rodríguez, pero me dicen Hero. Un gusto —. Extendió su mano que fue correspondida por la jóven.

— Abby Woods. Aún sigues sin responder mi otra incógnita —. Rápidamente dejó de darle la mano, para cruzar los brazos.

El hermano mayor se mantuvo ciertamente nervioso, rascando su cabeza un poco ante la insistencia de su aparición a un lugar en el que no estaba realmente invitado. Simplemente, suspiró un poco.

— Aubrey me trajo con ella. Es imposible decirle que no a esa chica —. Aún recuerda la amenaza que le escribió en una bota.

— ¿Y dónde está ella? —. Preguntó, curiosa.

— Rezando, seguramente. "Aunque no le agrade personalmente este tal Rowan, rezará porque su alma llegué al cielo". Al menos eso me dijo. Por cierto, lamento la pérdida de ambas. Aunque no tuve la oportunidad de conocerlo realmente, Sunny se llevaba bien con él hasta… Bueno, ya saben —.

— No hables más, me quedó claro —. Abby se mantuvo con cara de póker, haciendo que Hero se sintiera ciertamente nervioso.

Y así, comenzaron a intercambiar palabras.

Beth observó a ambos jóvenes mientras hablaban. Ciertamente, se sentía fuera de la ocasión y, lentamente, abandonó el lugar para que los dos se empezaran a conocer más a fondo, teniendo en cuenta que nunca se habían visto antes.

— ¿Eran así de idiotas por esas épocas? —. Abby preguntó con cierta gracia, sentada en un banco observando el paisaje pacífico de las tumbas.

Los árboles se iban meciendo encima de ellos, mientras que Hero y ella hablaban, bastante tranquilos y conociéndose más a fondo.

— Je, sí, éramos unos completos idiotas… Aunque la muerte de Mari nos separó definitivamente… —. Suspiró un poco.

— Sí, Sunny nos contó eso y su… secreto, ya sabes —.

— ¿Así tan rápido? ¡Con nosotros tardó años en decírnoslo! —. Hero simplemente de rascó la mejilla mientras hablaba. — … Aunque creo eso es bueno. Si se abrió más rápido con ustedes, significa que superó ese pequeño trauma de Mari… —.

— … Aún no la superas, ¿verdad? —.

Las palabras de Abby lo tomaron desprevenido, por lo que la miró de reojo mientras sonreía un poco. Luego se rió ligeramente y miró su mano, ciertamente melancólico.

— … Aunque lo trate de ocultar, sí, lo hago. Es de las pocas mujeres que llegué a amar. Aún no la puedo dejar atrás —.

— … Ciertamente es triste. Siento pena por ti, Henry, ¿por qué crees que no puedes superarla…? —.

La mente de Hero se quedó parada por unos pequeños momentos. Su vista se quedó fija en su mano mientras pensaba en aquello.

¿Podía ser el trauma de verla morir y no poder dejar de ver atrás constantemente? Probablemente era eso. ¿Podía ser también que era alguien quien no dejaba ir las cosas tan fácilmente…? Ciertamente, no lo sabía. Se metió tanto en su vida, en su corazón, en su mente, simplemente no podía olvidarla así como así. Era el amor de su vida.

Sunny la mató, sí, pero lo perdonó por sus actos, a fin de cuentas. No podía vivir siempre odiando a alguien toda su vida. Eso no sería algo bueno.

— … —. No pudo responder a aquella pregunta.

— … No puedes dejar ir las cosas tan fácilmente, ¿no? —. Las manos de Abby simplemente se mantenían en sus bolsillos. — Entiendo ese sentimiento. No eres ajeno a ello —. Abby simplemente sonrió un poco, mientras su cabello se movía con el viento. — ¿Eres feliz, Henry? —.

Nuevamente, sin respuesta para la jóven Abby. Henry, pasado unos segundos, se limitó a sonreír un poco, mirándola a los ojos. Los dos comenzaron a reír un poco ante la pregunta.

— Sí, supongo que lo soy, aunque los estudios me quitan más tiempo del que debería —.

— Ah, cierto, ¿qué estudias? —. La pregunta hizo que Hero solamente se rascara el cabello.

— Medicina. Mi familia quiere que sea un gran doctor y eso. En un inicio me gustaba cocinar, aún mantengo el toque realmente. Mí sueño era abrir un restaurante junto a Mari, pero cuando se fue… Perdí la batalla, ¿sabes? La inspiración se fué, y volví a la medicina. Es duro —.

— Me estás cansando con Mari esto, Mari lo otro… ¡¿No sabes que puedes decidir tú mismo tu camino?! —.

Abby se levantó del asiento y encaró a Hero, mientras que el mismo se encogía en su lugar. Ciertamente tenía algo de razón, pero aunque trató de hacerlo, simplemente sus padres no estaban de acuerdo con ello y mandaban cualquier opción que le gustara fuera de discusión.

Ahora, estaba esta chica que conoció hace un par de horas decirle algo que ya intentó bastante tiempo atrás. Aún con Mari o sin ella, sus padres se mantenían en contra. ¿Cómo se suponía que fuera feliz con una vida así de complicada…?

— … Ese silencio responde mi pregunta… Por cierto, ¿por qué te dicen "Hero" a todo esto? —.

— Un sándwich que me gusta mucho. Nada especial… —.

— Oh, entiendo… Oye, no tiene nada que ver, pero… ¿salvar gente se siente bien, Henry? —.

El viento movió un poco los árboles, mientras que los dos continuaban sentados en aquella banca, hablando sin parar y conociéndose el uno al otro.

— … En lo personal, sí. Me siento a gusto, sabiendo que pude ayudar en algo a otra persona. Es una satisfacción personal… ¿Y tú sabes qué vas a estudiar? —.

Abby se mantuvo mirando al cielo, aparentemente sonriente mientras se volteaba a ver a Hero, sentado a su lado. Manteniendo su sonrisa, comenzó a reír ligeramente.

Sí, algo así… En ella también se salva gente —.

Un futuro sangriento.

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