Extra #1: Viejas vivencias de Abby
~ ¡Buenas, buenas! ~
~ Extrañaba escribir esta historia tanto... Pero bueno, esto serán una serie de Extras que darán más contenido y responderán ciertas incoherencias que dejé en la historia, además de dar mejor desarrollo a personajes que no pude desarrollar mejor de lo que quise hacer. Cabe aclarar que estos Extras ocurren en un punto no tan importante de la historia. Claro, algunos cuantos, otro avisaré cuando ocurre ~.
~ Sin más que decir, empecemos ~.
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Abby Woods se tambaleaba hasta su cuarto. Había sido un día duro de colegio, y no quería aguantar a su hermano Rowan alardeando que tenía un nuevo amigo. Un tal Sunny. Aún recuerda a ese "pirata" moderno al que intentó asaltar cuando tuvo la primer oportunidad. Se veía bastante idiota, con muchas compras encima, así que debía de tener bastante dinero en sus tontos bolsillos. Para mala fortuna de ella, tuvo que meterse Rowan en medio para evitar ese asalto que ayudaría a la sociedad a no depender de gente rica.
Aún recuerda la vez que leyó ese cuento de "Robin Hood". Fue tan genial verlo robar el dinero a los ricos y dárselo a los pobres que ella mismo se sintió identificada… De hecho, aún recuerda ese día, cuando la adoptaron.
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[ Años atrás ]
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Era un día normal. Las nubes se movían con desdén hacia un extremo del mundo lentamente. El orfanato siempre había sido un lugar tranquilo, pero últimamente había sido visitada por una gente realmente miserable que quería demoler este lugar para colocar una carretera nueva. ¡No es como si tuvieran más de veinte carreteras nuevas en este último mes!
Sinceramente, su estupidez rozaba el límite.
Apesar de ser pequeña por ese entonces, era un poco consciente del mundo y sus alrededores, debido a que ella fue educada muy bien junto a los demás niños allí.
Era una zona ciertamente agradable y cálida en la que estar día tras día. No le importaba ser adoptada, en lo más mínimo, pero si le afectaba que los demás la dejaran atrás. Se sentía ciertamente mal.
Reposando bajo una pila de almohadas y siendo alumbrada por una linterna de mano, leía el libro que sus pequeñas manos podían tener mínimamente. Sonreía, leyendo inocentemente el libro.
— ¡Robin Hood es increíble! ¡Quiero ser como él! —. Expresó con un deseo infantil en su tono. Algo que más tarde haría.
Salió de la pila de almohadas y se dirigió con prisa abajo, para mostrarles el libro a sus "hermanos" e inculcarles la filosofía de Robin. ¡Sería increíble!
Sin embargo, a pesar de ser ese su destino principal, la vida cíclica tuvo otra idea en su mente. Una de sus cuidadoras estaba soportando los gritos de un señor regordete, bastante feo de cara que traía a más gente con él. Abby se escondió en una esquina, apoyando aquél libro en su pecho.
— ¡Te he estado diciendo que voy a comprar este lugar! —. Exclamó con un tono agresivo y arrogante en su cara. La cuidadora simplemente frunció la mirada.
— No voy a aceptar dinero sucio, ¿sabes? —. El señor regordete simplemente apretó los dientes, enfadado. — ¡Y no voy a dejar que compres éste sitio, los niños huérfanos necesitan un lugar y usted los va a arrojar a la calle como si nada por una tonta carretera! —.
— ¡Las carreteras no son tontas, es la maravilla del mundo moderno! —. Se rió con fuerza y de manera forzosa. — Además, ¿quién quiere a niños que ni sus padres los quieren? Si hubiera usado protección, no estarían sufriendo aquí la vergüenza de vivir —.
En eso último Abby tenía que estar de acuerdo. Había mucha gente que tenía hijos a montones y no podían cuidarlos. Entonces, ¿por qué tenían hijos si, irremediablemente, iban a terminar abandonados en una iglesia o orfanato? Simplemente no tenía sentido aquello.
A ella realmente no le importaban sus orígenes, ni de donde venga su sangre. Solamente sabía que había sido abandonada en este lugar y eso era todo. No le importaba.
No queriendo escuchar una estúpida conversación entre ese gordo y su cuidadora, salió de allí a hurtadillas. Iba a rogar de que no hiciera una estupidez como la de vender este lugar a esos viejos verdes.
…
Lorenzo observó el orfanato desde fuera para ver si adoptar a otro niño. No tenían mucho dinero, pero tenían el suficiente como para abastecerse junto al poder monetarios de sus padres en la casa conjunta. Sin embargo, sabía que no sería suficiente. La educación de Rowan era importante, pero se llevaba bastante de su bolsillo.
Así que, pensó, ¿por qué no adoptar a alguien y que el estado pueda mantenerlos para darle educación a sus hijos? Prácticamente, el estado podría hacer eso. Francamente, era una idea arriesgada y más por las crisis actuales, pero hey, hay que intentarlo.
No perdían nada con ello.
Su esposa no estaba allí, ya que se quiso quedar en casa para poder cuidar mejor a Rowan. No es que no le importara su propio hijo, pero de vez en cuando era simplemente odioso haber tenido uno desde tan joven. Pero bueno, no podía decirlo abiertamente. No quería hacer que Rowan estuviera triste.
Entró al lugar y saludó a la encargada, quién le devolvió el mismo. Caminó por el orfanato, observando a algún que otro niño para adoptar. Le serviría cualquiera, pero quería a uno tranquilo. Ya tenía suficiente con alguien hiperactivo como Rowan. Simplemente era buscar otro más para que le haga compañía. Nada más.
Su mirada se centró en una Abby que, abiertamente, se ponía a expresar las ideas de Robin Hood a unos chicos que escuchaban atentos.
No sabía por qué, pero pensó que esa niña podía ser una sectaria… Claro, luego se rió de su propia imaginación tan estúpida. Pero podía decir que ella no parecía del tipo problemática.
Era perfecta.
— Eh, disculpe, señorita —. Una encargada que volvía a su oficina lo observó, atenta. — ¿Cómo se llama la niña de allí? —. Apuntó con la mirada a Abby, quién sonreía ampliamente contando grandes cosas de Robin Hood.
— Oh, esa niña se llama Abby Claire García. Está aquí desde hace unos años. ¿Le interesa, señor? —.
Lorenzo simplemente sonrió levemente al verla allí, promulgando la palabra de robar a los ricos y dárselo a los pobres.
Sí, eso podría ser un poquito problemático.
…
Ahora los dos se encontraban en una habitación, aparentemente presentándose.
— Inicio yo. Me llamo Lorenzo, Abby. Un gusto —.
— Abby. Sólo basta con decirte mí nombre —. Ella parecía rechazar tanto su segundo nombre como su apellido. Bueno, no podía importarle menos hasta este punto.
— Entiendo. Vamos al grano, quiero adoptarte —
Silencio fue lo que inundó el lugar. Lorenzo, manteniendo su sonrisa, sudó un poco ante la inexpresividad de Abby. La misma solamente parpadeó un par de veces antes de hablar.
— ¿Por qué yo, exactamente hablando? —. Para ser una niña, era ciertamente perspicaz, aún teniendo la misma edad de Rowan.
— Me pareciste la más apta para ser mí hija. Eso es todo —. Abby ladeó con la cabeza, dudosa.
— ¿En serio…? —.
No confiaba demasiado en este hombre. Es decir, era el único que, en años, preguntó por adoptarla. Esto o era muy bueno o muy malo. Y pensaba fervientemente que era algo intermedio.
— Hablo en serio. ¿Qué tal si me hablas un poco de ti? Me gustaría conocerte antes de poder adoptarte, aunque si no quieres, no voy a obligarte —.
Esas pequeñas palabras, provenientes de un adulto que tuvo un hijo a edad temprana, despertó la curiosidad interna de la pequeña.
¿Era bueno aceptarlo…?
… No perdía nada en intentarlo, realmente.
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Al final, fue adoptada por Lorenzo y presentada a su hermano, Rowan Woods. Esa pudo ser la mejor/peor desición de su vida.
El orfanato donde tanto se había criado fue, finalmente, comprado mediante supuestas amenazas para poner una insignificante carretera que nunca se usó hasta días más tarde de su inauguración.
Nunca supo qué les ocurrió a sus antigüos compañeros de orfanato, pero rezaba porque estuvieran bien y que tuvieran un futuro brillante en el futuro próximo.
Pero su odio por la gente rica se incrementó con los años. Ellos no merecían ser personas con esa cantidad absurda de dinero…
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[ Actualidad ]
Cuando sus padres los abandonaron a ellos dos, Abby había llevado su inspiración de robar a gente y usar su dinero para "cosas más importantes". Claro, comprar un refresco para ella porque en casa no había era una razón demasiado coherente. ¡Se estaba muriendo!
Si bien no disfrutaba de robar, su mente le hacía entrever que eran "ricos", los mismos que hicieron dar de baja su tan querido hogar e hicieron que sus antigüos compañeros se perdieran con un futuro, probablemente, con un nulo brillo.
Aunque sabía que la gente rica era jodidamente egocéntrica, no sabía diferenciar entre alguien de clase alta a uno de clase media para asaltar y quitarle sus bienes. Curiosamente, nunca la denunciaron o persiguieron ninguna fuerza de la ley.
Pero cuando conoció a Sunny ese día y Rowan lo evitó…
Simplemente golpeó a su hermano tan fuerte en la cara. Fue reconfortante.
Sin embargo, una duda permaneció dentro de ella; ¿fue moralmente correcto lo que hacía diariamente o se estaba dejando llevar por su odio creciente a la gente con alto estatus social?
— … —. Abby observó su pared en la que se encontraba una foto de toda su familia.
Ella se veía feliz, pero dentro de ella simplemente tenía un odio real creciendo. Después de todo, en la familia Woods se priorizaba mantener las apariencias a fin de cuentas, ¿no?
…
Quizás debía de pensarlo más a profundidad.
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[ Al día siguiente ].
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— Lamento haberte asaltado, pirata —. Abby comentó ante el "pirata" y a Rowan en el patio del colegio vestidos formalmente para sus clases. Abby mirada a los dos que la veían con ciertos… sentimientos encontrados.
Rowan tenía la cara vendada al igual que las manos, mientras tenía una cara de póker. Seriamente la golpearía, ¿en serio se presentaba como si nada luego de haberlo golpeado en su cara…? Bueno, él haría lo mismo.
Sunny, por otro lado, se encontraba tan… desconectado por sus palabras, que no sabía qué decir. Omori tuvo que ocupar su lugar en esto, a fin de cuentas.
— ¿Por qué te disculpas? Quiero decir, pasó un día… No siento que sea realmente una disculpa sincera… ¿Y por qué me llamas "pirata"?—. Omori comentó con inexpresividad en su rostro.
— No sabía que podías ponerte así de serio, ¿eh? —. Rowan se rascó la mejilla levemente. — Auch —.
— … Me dí cuenta de mí error al hacer eso ayer. No espero que me perdones por eso, solamente quería quitarmelo de encima. Quizás me equivoqué en asaltarte —.
Omori simplemente levantó una ceja, inexpresivamente mientras se encogía de hombros.
— ¿Quizás…? —. La mirada entrecerrada de Omori lo decía todo. Ciertamente, se sentía desconcertado.
— ¡No jodas, ¿cómo que "quizás"?! —. Rowan se acercó a Abby y la tomó de los hombros para agitarla con fuerza.
Claro, Abby respondió, haciendo que ambos hagan fuerza en contra del otro. Omori solo los observaba, con cara de Póker.
Si fuese Abby, él se iría sin hacer una escena en el patio del colegio, pero estos dos eran ciertamente esos hermanos que se pelean con cualquier cosa.
Sin embargo…
Su mente le jugó una mala pasada. No había pasado tanto tiempo que se había separado de la pandilla y ya veía a su antíguo grupo allí, reflejados en estos dos… Se parecían a Aubrey y Kel en cierta parte de pelearse por cualquier cosa.
Podía jurar que Mari estaba allí… Pero, repito, sólo fue su mente jugándole una mala pasada.
Aunque su mente jugara inconscientemente con él, una idea surgió para Omori en la que Sunny debería de estar de acuerdo.
Prometió proteger al soñador, y con más amigos podría protegerlo de mejor manera. ¡No era una mala idea! Aunque era jodidamente malo socializando… Bueno, Sunny se encargaría de eso más adelante.
— Hey, Abby… Íbamos a ir al parque a divertirnos, ¿estás libre por la tarde? —.
Los dos hermanos detuvieron su riña, aunque era más bien por parte de Abby, quién estaba haciéndole una llave a su hermano, quien lloraba por piedad en ese momento. Aún no estaba tan fuerte…
La mirada desconcertada de la chica ciertamente fue lo primero de lo que se percató, al igual que la de Rowan, mezclada por el dolor de lo que Abby estaba haciendo.
— ¿Dónde está la trampa? —. Abby interrogó, aflojando su llave a su hermano.
— No la hay. Simplemente me gustaría que nos conociéramos mejor. Ya sabes, ser amigos, ¿te parece bien eso? —. Omori dió una ligera sonrisa. Para nada fue buena, ya que se notaba lo forzada que era.
Abby no pudo evitar reírse un poco, mientras dejaba a su hermano agonizando del dolor en el suelo. Con los brazos en jarra, se acercó a Omori, levemente sonriente.
— Omo… Ejem, Sunny Suzuki. Un gusto —. Tosió levemente para tapar su error. Extendió la mano, bajo la mirada de Abby.
— Abby Woods. ¡No lo olvides, pirata! —. Sonrió, mostrando ligeramente un colmillo pequeño mientras aceptaba el apretón de manos.
Y así, nació una rara unión y amistad.
Un futuro psicópata.
Una ex-ladrona con odio a los ricos.
Y un trastornado.
Excelente trío de amigos, ¿no creen?
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