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Sunny estaba solo, acostado en el sillón mientras su madre seguía en el trabajo aún desgastando su sanidad mental y estresandose más seguramente. Sí, no sabía cuál era su trabajo, pero debía de ser uno muy exigente y tardado si la mantenía ocupada todas las horas del día. A veces, Sunny respetaba a su madre en eso, él no podría hacer eso ni aunque le pagaran... haber, fué una reflexión tonta porque si trabajas es para una paga; sin embargo, Sunny no había pensado bien en lo que dijo, solo pensó y lo soltó sin más. Así era la vida, a fin de cuentas, soltar y seguir, como un tira y afloja.

Conocer a Rowan estuvo bastante bien y era entretenido hablar con él. Si bien se parecía a Basil y eso le hacía una confusión existencial y mental, de carácter era como comprar una Coca-Cola pero que su interior fuese el de una Pepsi. Por fuera se ve a el mismo producto que has probado miles de veces lo cuál te provoca una diabetes total por todo el cuerpo debido a todos los azúcares que consumes, pero el sabor era algo completamente diferente. "No juzgues un libro por su portada", pensó

... Excepto One Piece, que se joda One Piece.

Sunny siempre se preguntó personalmente que sería en la vida antes de ser un asesino de hermanas. Si pintor, músico, dibujante..., bueno, eso ahora no iba al caso, el tema es que no sabe que hacer con su vida. Siempre fué un pensamiento en el cuál tuvo en cuenta toda su vida antes de hacerse un "Hikikomori" y crear un mundo imaginario dónde era un niño de 12 años aún con su grupo de amigos y Mari. La razón de crecer le aterraba y era una excusa para quedarse atrapado en aquellos tiempos dónde todo brillaba aún más, cuando ella no se había ido y él no cometió una estupidez atroz como el matar a su maldita hermana... Irónico, ¿no?

El pestillo de la puerta de casa se giró para el lado izquierdo de la casa y el rectángulo de madera pulido y encerado se deslizó para adentro, dejando a el individuo ingresar a la pequeña vivienda como lo era una habitación pequeña de un hotel. Sunny asomó su pequeña cabeza desarreglada por la cabeza del sofá, dejando ver a su madre, con una expresión de suficiencia, como si hubiese logrado un logro más importante como lo hubiese sido, no sé, conseguir la paz mundial y hacer que Rusia no esté en el borde de una guerra constantemente.

- Estoy en casa -. Anunció con notable emoción desplegada en su habla y voz.

- Enterado -. Continuó el pequeño y único hijo Suzuki.

- Veo que hiciste la compra, grácias hijo -. Agradeció, mientras dejaba el bolso y portafolios en la mesa de la sala de estar, para luego, sentarse junto a Sunny. - Usualmente no tardo tanto, quise hacer algo antes de venir que, por suerte, pudieron aprobar -.

- ¿Y qué es? -. Cuestionó, impacientando su curiosidad infinita, como si se tratase de un felino.

- Pues verás, Sunny, ¿quieres volver a la escuela? -. Soltó, sin importar la situación tan poco convincente y creada tan artificialmente, como si alguien se hubiese quedado sin ideas.

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Sunny se quedó estático, mientras "Algo" parecía sonreír con el ojo, cerrandolo en una curvatura de... bah, detalles matemáticos que no vienen a cuenta, solo sonrió con el ojo. Parecería tierno, pero es un trauma de su hermana muerta, así que no lo era. Sunny miró a su madre con una mueca inentendible en su totalidad, sintiéndose decepcionado, curioso, inseguro y sorprendido.

Estaba decepcionado porque, bueno, era molesto tener que abandonar sus actividades y rutinas diarias de ir a la cama, comer, dormir y repetir ciclo para despertarse a la mañana e irse a una escuela secundaria a la cuál está atrasado en todo.

Estaba curioso por saber cómo iba a ser su nueva escuela y si Rowan iba a estar en ella, por algún casual. Estados Unidos no es pequeño, pero el mundo sí, y como sabe sobre su suerte tan desafortunada y grande, estaría en ese colegio sí o sí.

Estaba inseguro ya que sería su primera vez en la escuela donde Mari no estaría allí con él. No lo podría defender de los malos, no podría pedirle consejos, ayuda con la tarea y, sobretodo, pedirle unos brazos en los cuales llorar... Extrañaba a Mari.

Estaba sorprendido debido a que, supuestamente, necesitaba un profesor en casa para poder saber aquellos temas, ¿así que como funcionaba la cosa? No sabía.

La idea de volver a la escuela era una insanidad total para alguien como él, tanto física como mentalmente. Sabía de muchos temas porque se los acordaba, pero no sabía si eso era suficiente para poder aprobarlo.

- ¿Como así? -.

- Bueno, tendrías que probar tus conocimientos para ver si pueden darte una oportunidad. Si no lo consigues, puedo conseguir un ciclo acelerado para que puedas ponerte al día y esas cosas. Tengo mis contactos, así que no preguntes donde saque eso -. La madre se enredó los brazos, con una sonrisa fanfarrona.

- Facebook -. Interrogó Sunny.

- Diantres -. La madre gruñó muy para sus adentros. Luego de eso, simplemente sonrió y se levantó del lugar. - Tú decides, cariño -.

Sunny se llevó una mano a la barbilla y la frotó sin usar fuerza, siendo más bien un masaje para concentrarse mejor y adentrar más su mente enfocando la decisión que iba a tomar. Sunny diría que no, ¿pero era eso lo que él quería? El miedo de hace años había empezado a florecer por la semilla de posibilidades que su madre acababa de plantar dentro de él y su mente. Su cerebro, que no maquinaba desde que él podía recordar, empezó a cuestionarse la idea de aceptar la escuela. Era nivel secundario, así que no era TAN difícil a diferencia de un nivel universitario, pero no era tan fácil como la primaría y eso lo sabía muy bien.

La posibilidad del no pasaba por un oído y salía por el otro, como una propuesta ignorada que cayó bajó los oídos sordos de un Hikikomori con traumas y trastorno de identidad. La idea del sí iba tomando más y más fuerza, para su propia frustración interna y social. ¿Socializar de nuevo? El grupo de amigos que tenía no era ni de él, era de Mari y Basil fué su único amigo junto a Kel que había logrado hacer en ese tiempo juntos, pero solo eso, apestaba socializando; sin embargo, pudo hacerse amigo de Rowan, con solo una interacción totalmente amena y sin mucho intercambio de palabra. Raro, muy raro y conveniente. Sí, conveniente era la palabra para describir toda su historia.

Sunny decidió dejar de usar su cabeza para pensar y quiso pensarlo más a la noche, allí no tendría que tener luces molestas en la cara y no tendría que escuchar a su estómago rugir como un oso luego de comerse una cabra y haberse quedado con hambre... Ahora que lo pensaba bien, no había comido desde hace mucho, en el hospital deben de haberle dado comida por la intravenosa. Hm, por eso no tenía tanta hambre por las especias que su madre le pidió para hacer una sopa. Ah, que rica es una sopa...

Pero se estaba yendo por las ramas, ya decidiría en la noche.

...

Era de noche y no se decidía bien aún. Si decía que no, podía decepcionar a su madre a Rowan y malgastaría su futuro haciéndose YouTuber o bebiendo en algún bar; no quería eso para nada. Si decía que sí, interrumpirá sus horas de sueño de 14 diarias y eso podría afectarlo de manera totalmente negativa..., claro, si negativa fuese no abrir el ojo dos centímetros más y alegar que no veía nada.

Sunny giró la cabeza, acurrucando su cabeza sobre la almohada mientras miraba a la pared y a "Algo", observándolo todo el tiempo.

- Mari, ¿qué habrías hecho tú? -. Sunny susurró en pregunta, mientras extendía su mano para tocar a "Algo", pero parecía que no podía, era como si la habitación se alejara más y más de él.

- ... -. "Algo" no respondió a la pregunta de Sunny, y solamente sonrió con su único ojo.

Sunny suspiró, cansado y asintió. - Es verdad, siempre quieres lo mejor para mí... -. Sunny bostezó, mientras se acurrucaba en su cama. - Descansa en paz, Mari. Dulces sueños. Te amo -.

Sunny declaró en voz baja, mientras "cerraba los ojos", quedándose acurrucado y dormido entre las cómodas y cálidas sábanas de su cama. "Algo" envolvió a Sunny entre sus "cabellos", pero pareciera como si fuera una especie de abrazo. Una ligera lágrima salió del ojo bueno de Sunny.

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