Capítulo 54: Moralidad distorsionada
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La gente suele cuestionar el perdón. Hay personas que aceptan haberla cagado, se disculpan públicamente o con quién personalmente lo hizo, y siguen en su vida. Sin embargo, hay otra gente que acepta el perdón, pero como una manera de tener puerta abierta y libertad de hacer lo mismo una y otra vez para tener la misma resolución. Básicamente se quedan impunes, sin consecuencias "reales".
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando alguien no acepta ser perdonado? Principalmente se niega así mismo de que merezca realmente ser perdonado por la gente a la que provocó e hizo algún daño severo o leve. Seguramente se negará a aceptarlo, aún teniendo la disculpa y el perdón necesario.
Ahora bien... ¿Qué actos se podrían perdonar realmente?
Mayormente los accidentes existen, y el perdón puede provenir de una situación muy leve o muy grave. Pongamos el ejemplo de romper un jarrón. Te lamentarías por algún rato, culparias a alguien probablemente o te harías el loco ocultando la evidencia. Sin embargo, el posible remordimiento te haría admitirlo. El perdón varía, aunque por ser algo material no tendría mucho significado.
Sin embargo... ¿Qué ocurre cuando matamos a una persona o más?
Principalmente, no es tan fácil el determinar la magnitud del asesinato. Puede ser algo directo, indirecto, o por accidente. Este último podría ser un homicidio culposo. A diferencia de romper algo material, que puedes comprar otro y solucionado, la vida humana no sirve cómo el supermercado. No es algo que puedan reemplazar así sin más.
Sunny fue perdonado por sus amigos al entender que no fue un asesinato que él mismo deseara. El perdón es un concepto muy grande, pero que todos tienen el mismo resultado: el peso que se quita de encima. Fue algo totalmente enfermo fingir que era un suicidio, pero la desesperación o sentimiento de protección del momento hizo que Basil protegiera a su mejor amigo.
Fue perdonado por ellos. Difícilmente, pero lo fue.
Ahora, en el caso de Rowan...
No era algo muy diferente, pero sí eran conceptos totalmente distintos. Principalmente la influencia de malas personas lo hizo orillar a su mejor amiga al suicidio a base de dolor emocional y manipulación psicológica. Se sintió horrible por un tiempo, pero nunca contó la verdadera historia a nadie, por lo que no hubo un perdón para él.
Su estado mental estuvo tan condenado desde ese tiempo que decidió acabar con la vida de sus dos influencias. Y así, cuál garrapatas, las eliminó de su cuerpo para sentirse mejor... No se sintió vacío, sintió que había vengado a su amiga y así mismo de lo malo.
¿En este caso, era válido perdonar a Rowan?
¿Era válido... perdonar a un asesino?
Ese impulso lo llevó a hacer un asesinato doble en el mismo día, con la intención de querer haberlo. No se sintió mal, se sintió... bien, en cierto aspecto.
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¿Podía perdonarse a un psicópata en potencia?
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Sunny observaba a su amigo, vuelto una bomba de emociones andante, que podría colapsar en cualquier segundo que pasaba. Quería hablar, pero su garganta se formó en un nudo. Sinceramente, Rowan se notaba... demasiado roto mentalmente para poder siquiera pensar en ser ayudado.
- ¿De qué estás hablando, Rowan? -. Abby nunca se consideró alguien quien tuviera miedo a algo. Sin embargo, en esta ocasión... su piel de gallina hizo caso omiso.
Este no era su hermano. Rowan no siempre resultó ser el hermano perfecto, pero era realmente agradable y la ayudaba en la mayor parte del tiempo con la escuela, aunque siempre saliera mal.
- Estoy hablando con la verdad, Abby. ¿Los asesinos como nosotros merecemos un frenar por nuestras acciones? -. Su dedo se quedó apuntando a Sunny. - ¿Merecemos siquiera una vida como esta? Hay gente que ni siquiera puede asistir a escuelas como nosotros, y sin corazones nobles e inocentes... ¿Realmente merecemos un perdón o es necesario un ultimátum? -.
El cuerpo de Sunny se tensó ante la mirada tan... llena de rabia e ira de Rowan. No podía siquiera saber si lo estaba diciendo en serio.
- ... Todos merecemos una vida buena, solamente no nacemos con las oportunidades... -. Sunny habló finalmente.
- Los asesinos no merecemos una "buena vida". ¿No lo entiendes? -. Rowan comenzó a divagar por el salón, al igual que Sunny, tomando la distancia. - ¿Piensas que Jack el destripador merecía una buena vida? Un asesino sin escrúpulos... que mataba prostitutas por la noche... ¿Te parece que alguien así merezca perdón? ¿Piedad? ¿Si lo tuviera en frente lo perdonarías? -.
- No. Alguien así es irredimible -. Sunny negó mientras continuaban conservando la distancia. - No sé que hiciste, pero yo te perdono. Todos cometemos errores. Es solo darnos cuenta de ellos -. Sus piernas empezaban a doler de a pocos.
La mirada de Rowan se endureció y miró, rabioso, a Sunny. Sus dientes se apretaron con rabia, mientras respiraba fuertemente. Incluso empujó fuera de su camino a una Abby totalmente confusa.
- ¡Es más fácil decir que me perdonas que hacerlo realmente! ¡Nadie sabe lo que he hecho, Sunny! ¡Maté a tres personas, Amanda, y a dos sanguijuelas! ¡¿Ahora me vas a perdonar, idiota?! -. De la frustración, pateó una mesa y la lanzó contra el suelo, provocando un ligero ruido.
Sunny simplemente se quedó estático, mirando a su mejor amigo, ahora, consumido por... demasiadas cosas, tantas, que no podía resumirlas. Era una mierda insegura andante, que necesita buscar pela de todos los modos posibles.
Abby se quedó de piedra, mirando a su hermano. ¿Realmente era... verdad? No, tiene que estar mintiendo, era una mala pesadilla, ¿no?
Mentía, ¿no?
- ¡No quería hacerlo, pero ellos me obligaron a hacerlo, no tuve elección! ¡Maté a los tres, soy una basura de ser humano, ¿entiendes?! -. Se rascó el cuello.
- ¡Todos tienen opción en algo, solamente te saliste de contról! -.
- ¡DEJA DE HABLAR COMO SI LO SUPIERAS TODO! -. Una silla fue lanzada a Sunny, pero por su peso, terminó cayendo a medio camino, provocando que el metal hiciera un ruido chirriante.
- ¡¿Esto es todo de lo que vas a hablar, Rowan?! ¡¿Me vas a restregar en la cara lo arrepentido que estás por haber matado gente y que no aguantas más?! ¡Pueden ayudarte, sólo tenemos que encontrar el psiquiátrico adecuado! -.
Eso ahora sí hizo estallar a Rowan, quién comenzó a correr hacia la dirección de Sunny. Sin poder reaccionar del todo, fue tomado del cuello y estampado contra el escritorio del profesor, estando cara a cara.
- No te pienses que alguien como yo puede salvarse, Sunny. ¡Nadie puede! -.
Rowan fue alejado abruptamente por un golpe en la cara por parte de Abby. Estaba... sollozando por las cosas que Rowan decía. El mismo se tambaleó para atrás, tomando su naríz. Gotas de sangre cayeron al suelo, pero no le importó. Se alejó unos pasos, recordando tomar la distancia.
- Todos al final me terminan abandonado. Mamá, papá, los abuelos, las amistades... ¡Todas te abandonan! ¡No hay nadie quien se preocupe realmente por sus amigos! ¡Incluso alguien como tú, Sunny, nos abandonó! -.
- ¡Rowan, para con esta mierda, ¿no entiendes?! -. Abby reclamó, limpiando las lágrimas de sus ojos mientras que el chico trataba de recuperar el aire. - ¡Nadie te va a abandonar, vamos a ayudarte, necesitas ayuda real! -.
Sus palabras no llegaron a ningún lado. Parecía que entraron en un oído y salieron por el otro. Tomó una silla y la lanzó con fuerza.
Abby pudo notar el objeto ser lanzado hacia ella, sólo para ser alejada de ahí gracias a Sunny. Se tocó levemente el cuello, teniendo una ligera marca roja, similar a un hematoma grave.
- Abby... Vete. Déjame lidiar con Rowan. De mientras vete y llama a la policía. Yo... voy a tratar de ayudarlo. No esperes mucho -.
La joven miró con duda a Sunny. Un Rowan que casi lo terminaba ahorcando le hizo un hematoma sin ir siquiera con intención real de matarlo. ¿Dejarlo a él y Rowan solos sería lo ideal...?
- Yo puedo con él... Si le pasa algo muy malo, no me culpes, por favor -.
Eso era algo que no quería que ocurriera, pero teniendo en cuenta cómo estaba yendo la cosa... Realmente podría pasar algo así.
...
Asintiendo con la cabeza, Abby se retiró corriendo lo mayor que sus piernas le permitían. Llamar a los policías y paramédicos era lo primordial. Una cabina de teléfono debía de estar cerca de por allí.
- Bien, Rowan, solo tú y yo. ¿Te parece bien? -. Sunny comentó, viendo a su trastornado amigo.
- Es perfecto. ¡Asesino contra asesino, que interesante! -. Delirante. Así lo podía catalogar Sunny con solo una mirada.
Su cuello aún dolía, teniendo el hematoma de sus manos tan frías marcadas en su piel tan poco cuidada. Sunny observó con cuidado a su amigo, sintiendo la necesidad de hacerlo entrar en razón...
... Y saber toda la verdad tras su paranoia y delirios psicóticos. No pensaba con claridad y era una contradicción andante.
- Voy a hacerte entrar en razón, aún si tengo que... hacerlo a las malas -. Rowan no pudo evitar reírse de Sunny. - ¿Qué es tan gracioso? -.
- ¿TÚ piensas ganar a alguien como YO? Sunny, me hice el capitán del equipo de fútbol americano hace tiempo. No hay forma de que pierda en un combate físico -.
Oh, sí, olvidó eso...
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No supo cuando ni cómo, pero Sunny terminó rodando en el suelo de la escuela, seguido de escucharse la quebradiza de una ventana consigo. Básicamente, Sunny fue lanzado por la ventana del salón, haciendo que ruede por el suelo, ligeramente surtido y dañado por el golpe.
- ¡Te lo dije, no puedes! ¡Los asesinos como nosotros no merecen sentir pena, remordimiento o perdón! ¡Y voy a demostrartelo, abriendote los ojos! -.
Sunny, a duras penas, se levantó, sacando restos de vidrio de su espalda. Su espalda crujió ante el dolor de caer al suelo.
Esto era una lucha de ideales y moralidad.
Sunny, quien pensaba que todos merecen una segunda oportunidad en la vida para poder cambiar para bien, vivir plenamente y ser perdonados por sus actos.
Rowan, quién argumentaba que los asesinos como ellos no merecían tener pena, basando su punto de vista en que el perdón no servía de nada.
Quizás nadie tiene la razón, los dos son puntos de vista válidos. Sin embargo, sólo uno puede prevalecer sobre el otro.
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