Capítulo 48: Ciudad
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Entre la vegetación tan viva y nítida que pasaba fervientemente rápido por la ventana, los primeros vestigios de los edificios altos se comenzaron a notar a la distancia. Hero miró de reojo al dormilón de su hermano, notando que era de los pocos ( por no decir el único) despiertos ahí, lo cuál tenía todo el sentido del mundo; era el conductor a fin de cuentas. No podía tomarse un descanso en cualquier momento del día. Mayormente paraban a un lado de la carretera cuando se hacía de noche y descansaban allí.
Desearía no ser el único con capacidades para conducir...
Por el rabillo del ojo, un cártel lo recibió con la cantidad de kilómetros que faltaban. Unos 20 kilómetros aproximadamente. Hero suspiró audiblemente, mientras conducía lo más tranquilo que podía.
No es que no quisiera conducir, al contrario, le encanta... El problema era la temperatura. No era bueno que el volante estuviera un poco caliente y lo distrajera algunas veces...
Hero odiaba el calor intenso.
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Un bocinazo despertó a los durmientes de la pandilla. Kel se frotó los ojos con su puño, tratando de adaptar su vista al entorno tan soleado de afuera. Basil, Sunny y Aubrey se despertaron de sus sueños de un sobresalto. Sunny pudo jurar que se golpeó la cabeza un poco con el techo del vehículo.
- ¿Qué diablos? -. Gimoteó Aubrey, mientras olvidaba el hecho de que estaba pegada al hombro de Sunny.
- Ya estamos cerca de la ciudad. Necesitaré ayuda de Sunny, porque no tengo idea de dónde vives. Sólo conozco el hospital de este lugar -. Hero miró por el retrovisor a los chicos. - ¿Y desde cuándo duermen juntos ustedes dos? -. Tarareó con cierta diversión el mayor.
Sunny se confundió ante lo dicho por Hero. Un ligero movimiento de Aubrey lo sacó de sus dudas y preguntas. Su cabello color chicle, combinado con el color anaranjado del exterior la hacía ver increíblemente bien. Eso, y porque también le hacía cosquillas en la mayor parte del brazo y del cuello. Aubrey y él se miraron a los ojos un momento que pareció durar más que un minuto entero.
A los segundos de mirarse, y suponiendo lo que pasó, ambos se separaron en un tono ciertamente rojizo en su rostro.
- Veo que le gusta usarte de almohada. En el auto fue lo mismo -. Hero siguió burlándose de los dos chicos totalmente densos y sin tener idea de los sentimientos del otro.
- C-Cállate si no quieres que te fulmine con mí bate -. Hero se quedó callado el resto del camino.
Aunque le gustaba Aubrey, debía de admitir que era buena metiendo miedo...
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El gran edificio se cernía sobre ellos. Sunny miró a el hotel con sus ojos ciertamente entrecerrados y dió un suspiro. Hace tiempo que no venía aquí, a su casa.
- ¡Vaya casa que tienes! -. Comentó Kel, con ciertas estrellas saliendo de sus ojos.
- Es un hotel, Kel -. La emoción del hermano menor se apagó momentáneamente, para encenderse nuevamente.
- ¡Sigue siendo genial! -.
- Para ti todo es genial, ¿no? -. Basil sonrió con cierta gracia. Kel simplemente pasó su brazo sobre el cuello de Basil, dándole un medio abrazo.
- ¡Vamos a embarcarnos en esta nueva aventura, muchachos! -. Con un puño cerrado al aire, dió por iniciado el nuevo trayecto de la pandilla.
Siendo arrastrado en contra de su voluntad, Kel entró al hotel con un Basil tratando de liberarse fervientemente de la fuerza de Kel. No era tan fuerte como los de Aubrey, pero ciertamente tenía su fuerza.
Sunny, Aubrey y Hero los vieron, con caras de acantilado. Kel siempre tenía la dicha de querer adelantarse y liderar el camino que no conocía en lo absoluto en todo momento.
- ¿Cuál es el piso? -.
- Piso número 3. Habitación 143 -. Número curioso.
- Bien. Vamos antes de que Kel ocasione un desastre -.
Hero se les adelantó en el camino para el interior, dejando a la joven pareja sólos, en la entrada del edificio. Aubrey parecía emocionada. Era normal, ¡ella nunca tuvo la oportunidad de ir a la ciudad! Esta es su primera vez.
- ¿Hey, Aubrey? -. La mencionada se volteó a verlo. - ... ¿Por qué siempre dormimos juntos? -.
Una pregunta que, sin contexto, sería muy rara. En todo el trayecto desde que Hero los despertó a ambos, se percató de ese pequeño detalle.
Desde pequeños, y algunas ocasiones en esta edad, dormían juntos. Recuerda cuando estaban haciendo la casa del árbol, y los dos, contra su voluntad, fueron a dormir uno pegado al otro. Basil y Mari se habían burlado mucho de ellos en ese momentos.
¿Pero cuál era la razón de esto? Quizás ella dormía mejor estando acompañada de alguien que sola, o simplemente fue puramente casualidad... Claro, TODAS las veces que durmieron pegados era una casualidad, ¿no?
Probablemente.
- ... -. Aubrey lo observó, sin saber que responder. Un tinte rosa cubrieron sus mejillas, que se extendió por toda su cara. Rápidamente ella se adelantó, ignorando la pregunta que Sunny le hizo.
Quiso detenerla, pero supuso que lo mejor era ir con los chicos. Bien pensado, Aubrey. No contestar una preguntar para adelantarse y resguardarse del calor infernal que la estrella gigante brindaba al mundo...
... Sí, quizás lo mejor era ir dentro.
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La gran puerta impedía su paso a la casa de Sunny. El joven Suzuki se rascó ligeramente la barbilla, mientras pensaba en cómo entrar a la casa. Era un día dónde su madre trabajaba, no tenía las llaves y, seguramente, se ganaría un regaño de su madre por no haberle avisado en lo más mínimo que llegaría a casa. Se encogió de hombros, restándole importancia a las consecuencias posteriores.
Sunny ciertamente tenía un problema grave sobre avisar de cosas importantes. No era un grave problema bajo su punto de vista, pero recordó que tenía a sus amigos aquí.
Sí, quizás la cagó.
- ... -. Mirando debajo de la puerta, comenzó a revisar con sus manos la rejilla para ver si conseguía una llave de respuesto.
- ¿Qué se supone que haces? -. Cuestionó Aubrey.
Cruzado de brazos, Sunny miró a la chica con una sonrisa levemente nerviosa.
- Bueno... Me olvidé de avisar que vendría aquí, así que no tengo la llave -.
- Oh... -. Hero pareció sonreír un poco. Esa sonrisa ciertamente no era una de felicidad.
Aubrey lo agarró de la oreja con suavidad y tiró de ella. Sunny sintió sus suaves dedos tirando de su piel, con ciertos escalofríos.
- ¡Eres un olvidadizo! ¿Ahora cómo entraremos? -.
Basil se adelantó. Se acercó a la puerta y giró el pomo. Sin ningún esfuerzo y con sorpresa, dejó la puerta abierta. Sunny pareció poner los ojos en blanco.
- ¿Por qué estará abierto...? -. Se preguntó Sunny. Su madre siempre dejaba la puerta cerrada.
Ante la duda, ninguno pareció realmente preocupado. Entraron a la casa.
Todo estaba relativamente ordenado, justo como Sunny recordaba haberla dejado antes del incidente. Sus piernas crujieron un poco, ya que aún no se acostumbraba demasiado a la caminata o mantenerse demasiado tiempo parado. No le tomó demasiada importancia.
No había nada fuera de lugar a simple vista en el comedor. Mientras que los chicos se maravillaban por el departamento, Sunny revisó cada habitación de su hogar.
No encontró nada fuera de lo común. Quizás lo encontraría más tarde cuando pudiera verlo todo más a detalle. Por suerte, no había nada fuera de lo común.
- ¡Hey, Sunny! -. La voz de Kel lo llamó desde la sala.
Dejando lo que estaba haciendo en ese momento, se dirigió a darle la atención a su grupo.
- ¿Sí, Kel? -.
- ¡Es una gran casa! -. Sunny sonrió para sus adentros.
- Esto, eh, gracias supongo. Creo que mí mamá se olvidó de cerrar la puerta cuando salió al trabajo. No pasa muy seguido, pero es una probabilidad -. Comentó Sunny.
No había encontrado nada fuera de lo común en su bello y nuevo hogar.
... ¿Y si hacían otra pijamada?
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- Y este es el espejo -. Hero observó el espejo, ciertamente confuso. ¿Cómo pudo caer en una estafa tan obvia como esta alguien como Sunny?
- ... Es un espejo común y corriente -. Contestó Hero.
- Sí, te estafaron muy fuerte -. Una mano se puso a reposar en el hombro de Sunny. Basil ayudaba mucho con sus palabras. - ¿Y qué te había dicho? -.
- Era un espejo nuevo y sin usar, fabricado en Italia en el 1990. Fue rescatada de una casa de un Da vinci. Al menos eso dijo -. Sunny, en serio, ¿cómo caíste en una estafa tan OBVIA?
- ... Sunny. Primero que nada, Da Vinci murió en el 1519, y los espejos planos se hicieron en el 1835. Por ende, no tiene sentido que Da Vinci tuviera un espejo adelantado a su época. Además, si pasas por frente de un espejo, ¡ya lo estás usando! -. Hero y Basil se sintieron mal por el joven Suzuki.
- ... -. Sunny solamente pudo jadear, con un dolor en el pecho. Era cierto, ¡¿cómo pudo olvidar esos detalles?!
Esos dólares que se gastó fueron... Los peores dólares gastados de la historia...
Se agachó, agarrándose y aferrándose al único punto bueno de esto... Era una anécdota ciertamente divertida para contar, más no para recordar.
...
Aubrey se paseó por el departamento Suzuki, mientras que Kel se desparramaba cual perro en el sofá del salón. La chica ojeaba el lugar con sus ojos ciertamente curiosos.
Habían algunas fotografías de Sunny con ese tal Rowan colgadas en una pared. Parecía que habían ido a pescar a algún lugar cerca de aquí. Se les notaban felices a decir verdad en esa foto.
Un ojeo más excesivo la hizo ver algunas otras fotografías. Eran él y la pandillas. Si bien esas fotos no abundaban verdaderamente en el departamento, era bueno saber que Sunny, en todo ese tiempo de alejamiento, no se olvidó de sus antiguas amistades a pesar de ellos haber estado molestos con él por esas épocas.
... Lo que también se dió cuenta, es que habían dos de ella y Sunny también colgadas. No recuerda que Basil hubiese puesto ninguna en el álbum, así que debían de ser ajenas al álbum grupal...
De todas formas... ¡¿Por qué diablos colgaría fotos de ellos dos en su casa?!
...
¿Quizás la extrañaba más que a los otros tres chicos?
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Hm...
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