Capítulo 23: Ascendiendo ( 7/11)

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Nunca se sabe cuando alguien finge lo que quiere ser ya que, no muchas veces, nos llegamos a enterar al conocer poco o nada a esa persona. Toda persona que Rowan conocía fingía algo que no era y eso le frustraba, ¿es que nadie podía ser sincero consigo mismo y aceptar su realidad? Bueno, no es que el hiciera lo ideal al esconder muchas cosas de su situación familiar tan decadente, pero ellos no tenían que ocultarlo a todo el mundo, y menos si eran conocidos.

Rowan sabía que algo escondía Amanda. La conocía por los insultos que le decían sus dos compañeros James y Michael cuando se juntaban, pero nunca la había visto ni interactuado con ella de manera presencial. Sentía como era ella, fría y seria con su ambiente. Se parecía a una bizarra combinación de sus dos padres en una versión miniatura, pero tampoco era algo increíble de ver. Parecidos siempre van a haber. Su actitud poco interesada tampoco le asombraba magistralmente hablando, y eso es debido a que, en general, todos los estudiantes de la secundaria tenían los mismos problemas; malos y despreocupados padres. De unos diez estudiantes que te encontraras, ocho tenían, mínimamente, algún problema con sus padres, infancia complicada o un duro trato por parte de ellos.

Los dos eran un ocho de diez, pero a este punto no tenía que ser sorpresa para nadie.

Desde que Rowan había ayudado a Amanda a recoger su desastre por el apuro que la misma tenía, no dejaba de ser buscado por la "chica hongo". Con solo mirarla diría: "oh, una acosadora", pero no era tan así. La realidad puede malinterpretarse con la forma en la que se hagan las acciones, a fin de cuentas.

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- Hey, Rowan, la "chica hongo" te busca -. Abby sacó a su hermano mayor de su intensa batalla para dibujar una mano. Ni con todo el esfuerzo y concentración del mundo podría dibujar decentemente una. La hoja estaba totalmente sucia por las líneas gruesas del lápiz, borradas inútilmente por una goma sucia. - Puedes ver tu mano como boceto y sigues fallando. En fin -.

- Esto es más complicado de lo que puedes llegar a creer. Necesito un boceto sólido para dibujar excelentemente el resto..., ¿y quién diablos es la "chica hongo"? -. El Woods mayor la miró, con un leve tick en el ojo. Abby se encogió de hombros, restándole importancia a lo primero.

- Ya sabes, Amanda, la albina que tiene de segundo nombre un hongo asiático. Vamos, todos la conocen -.

- Pues yo sólo la conocí ayer por un evento desafortunado. Lo demás relacionado no es asunto mío y no me interesa, en pocas palabras -. Expresó Rowan, levantándose de su asiento. Se dirigió a la puerta y salió, siendo observado por su hermana menor.

A las afueras de su salón lo esperaba la dichosa "chica hongo". Amanda lo observó, con su neutralidad de siempre y levantó su mano para ladearla levemente y saludarlo. Rowan imitó la acción y se puso al lado de ella, mirando ambos hacia adelante observando a los estudiantes ir y venir. Era receso, así que era normal que aquello sucediera a menudo.

- ¿Y por qué me mandaste a llamar? ¿Puedo saberlo? -. Rowan preguntó, intrigado y curioso cuánto menos. Su mirada no se despegaba para nada hacia el frente.

- Quería pasar un poco de tiempo con alguien, y no se me ocurrió mejor idea que contigo -. Explicó con una mirada relajada. No era mucho de relacionarse con gente, así que solo miraba hacia adelante. Un recuerdo fugaz apareció en su mente.

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- Oh, cierto, me tengo que ir. ¡Cuidado, porque no voy a estar allí para recoger tus cosas! -. Rowan se despidió rápidamente, mientras comenzaba a irse.

- ¡E-Espera! -. El chico árbol detuvo su andar y la miró por encima del hombro, para ver a la chica. Ella quería, al menos, saber cómo se llamaba su "salvador". - ¿Cómo te llamas? -.

Una risa despreocupada se oyó, proviniendo del chico. La joven, solo sintió una necesidad de sonreír junto a él. No sabía por qué, ya que no había una razón. Rowan se giró, y le sonrió, mostrando un colmillo.

- ¡Rowan Woods, el mejor amigo que se puede encontrar aquí! Un gusto -. Sonrió, mostrando su colmillo.

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Amigo era un concepto muy amplio. Amanda nunca tuvo amistades reales ya que, por su forma de ser y actuar, no era alguien quien fuese tomada en cuenta para las cosas. Nunca tuvo gente ajena a su familia que le apoyara realmente o jugara con ella, sólo ella era quién jugaba consigo misma. Ni siquiera tenía un amigo imaginario, lo cuál le pareció siempre absurdo. Sí, los niños tienen una gran imaginación, pero siempre notó innecesaria la adquisición de un amigo que nadie más que ella misma pudiera ver. Le parecía algo tonto.

No sabía por qué, pero desde que Rowan la ayudó y dijo su célebre frase ese día, la idea de ser su amiga se empezó a hacer más y más fuerte. No es que nadie más que él pueda ser su amigo, pero ella a veces se preguntaba lo que era la amistad verdaderamente hablando. Quizás fuese bueno empezar poco a poco.

- Oh, entiendo, es razonable supongo -. Rowan se encogió de hombros con una sonrisa amplia. La situación no era muy normal que digamos, así que se tragaba toda excusa. ¿Un chico de catorce años haciéndose amigo de una chica dos años mayor que él? Cosas de secundaria, pensó.

- Sí, eso creo... ¿Quieres ir a comer algo? Tengo un buen sitio -. Lo invitó cortésmente, aún con su neutralidad a flote. La palabra "comida" ya había levantado su apetito y, sin decir nada, la chica supuso y reconoció que Rowan aceptó sin oponerse a dicha idea.

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La azotea era hermosa. El sol daba sobre su cuerpo entero y sentía como el mismo calentaba el ambiente, dejando uno templado más que el frío habitual. En verano debía de ser el segundo círculo del infierno en su máximo esplendor, pero no ahora, éste lugar era totalmente bello a esas horas.

- Al tercer receso este lugar se vuelve uno completamente agradable para la vista. Me gusta venir aquí a relajarme ya que, bueno, no viene casi nadie aquí, así que soy solo yo y el silencio del lugar -. Respiró tranquilamente, mientras sentía como el hermoso lugar le devolvía las energías de su existir.

Rowan seguía sin entonar alguna palabra por lo hermoso y bello del lugar. Nunca había subido aquí en ningún momento de su vida y se arrepentía por no haberlo hecho antes. Era algo tranquilizador no escuchar a las mismas cuatro personas gritar por un chisme nuevo de la escuela, así que era un punto a favor.

Se sentó en el suelo, sintiendo como el aire abanicaba su rostro con una sonrisa. Amanda se sentó a su lado y sacó unos emparedados de mermelada. No recordaba cuando había sido la última que comió uno de esos, pero hoy iba a revivir viejos recuerdos.

Comieron como si nada, mientras hablaban de manera regular. No se empezaba una amistad de la nada, así que debía de hacerse poco a poco para ganarse la confianza del otro. Rowan no le importaba, mientras se llevaran bien era suficiente como para considerarla una amiga cercana.

Hablaron y hablaron hasta que se acabó el tiempo...

Ni Rowan ni Amanda sabían cuántas veces repitieron esta rutina. Día tras día iban allí para conocerse mejor, incluso Rowan logró hacer que Amanda sonriera de manera genuina para demostrar cómo sería normalmente. Era una linda amistad...

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- Rowan, deja tu amistad con ese ogro con piel humana -. Insistió James, a la par que Michael asentía, estando totalmente de acuerdo con su amigo.

Ya habían pasado unos cuantos meses desde que se empezaron a juntar, hablar y comer en la azotea. Se veían más unidos que nunca por su conexión, y eran casi inseparables. Incluso a Abby le empezaba a agradar más la "chica hongo" desde que los tres salían junto a ella, ya sea a un paseo por el parque o para ver una película cliché del cine. Simplemente, eran buenos momentos de amigos.

- ... ¿Qué? -. Preguntó incrédulo el joven chico árbol. Negó con la cabeza, mientras los miraba enojado. - ¡¿Qué rayos están diciendo?! ¡No voy a hacer eso bajo ningún concepto! -.

- Vamos, Rowan... -. James iba a seguir hablando, pero Michael lo detuvo. Sonreía para comenzar a tomar él la palabra.

- Tranquilo, yo me encargo de esto... Claro, Rowan, no podemos decirte con quién pasar el rato, eso es cierto... pero ella pronto se aburrirá de ti, ¿sabes? -. Michael caminaba poco a poco alrededor del joven árbol, persuasivo. - Ella ya tiene casi un futuro por delante asegurado. Tú recién empiezas en esta secundaria, con cascarones vacíos y sin motivación. En un futuro los compañeros de la escuela no te recordarán, y si lo hacen, puede ser que sea de una mala manera. ¿Te imaginas eso? Ellos, eventualmente, te abandonan como tu papá o mamá. Todos se van cuando terminen su estadía aquí, ¿y luego? Te desechan y abandonan. Vas por el mismo camino que todos nosotros, Rowan, así que tendrás que hacernos caso... esto lo hacemos por tú bien, ¿sabes? -. Esas palabras resonaron en la cabeza de Rowan, quién intentaba ignorarlo totalmente.

Michael era alguien sumamente persuasivo y un gran maestro para hacer sentir mal a la gente. Sí podía controlar a la gente con palabras, básicamente podía hacer lo que quisiera. Rowan no era una excepción.

- Amanda te olvidará tarde o temprano. Todos lo hacen, incluso cuando la gente muere se les termina olvidando y mueren definitivamente. Amanda solo porque sea tu pequeña mierda de amiga, no significa que busque algo más de ti. ¿Por qué una chica, dos años mayor que tú, querría, de la nada, ser tú amiga? Piénsalo, busca algo de ti, y una persona que solo te desea por tus bienes no es bueno, Rowan -.

- ¡Te equivocas Michael, Amanda es mejor que eso! -.

- Es verdad, ¿cómo no me dí cuenta? ... Ella quiere controlarte, Rowan. Aislarte bajo su manto y no dejarte ir. Tenerte bajo su correa de perro y poder deshacerse de ti cuando se aburra de su pequeño juguete. Nunca sabes quién puede desechado bajo la arrogancia y egoísmo de alguien. ¡Pero tú puedes pararle los piés! ¡Tratala de la misma manera y verás como la tendrás comiendo bajo tu mano, Rowan! -. Michael lo agarró de los hombros, con una sonrisa sombría. - Te enseñaré cosas para controlar a alguien verbalmente, pero es un arma de doble filo, Rowan. ¡Tú serás mí mano derecha para detener su... reinado de terror sobre ti! Sabe muchas cosas sobre ti. Tus miedos, traumas, dolores, gustos, todo... ella se está preparando para no dejarte ser libre nunca... tú no quieres eso, amigo~ -.

Rowan se estaba influenciando de a pocos. Ellos eran sus mejores amigos desde que recordaba, y jamás le habían mentido nunca o lavado el cerebro para alguna cosa en específico.

El joven árbol, cuando ya lo dejaron marchar, su fue a paso lento y pensativo de qué le dijeron.

- ¿Era necesario eso? -. James le comentó, a la par que Michael sonreía.

- Sí. Nos vamos a quitar a esa estúpida de en medio para siempre. Bonito plan, ¿no te parece~? -.

Michael era retorcido, y en el futuro eso tendrá represalias...

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