Capítulo 2: Trastorno de identidad. ( 1/2)
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[ Bienvenido al Espacio Blanco ].
[ Has estado viviendo aquí desde que puedes recordar ].
[ Todos se fueron, pero aún queda alguien aquí ].
[ Omori espera, impaciente, su próxima tarea impuesta por el soñador ].
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Sunny abrió con miedo el ojo, sintiendo la tenue decoloración blanquecina del espacio en blanco. Se alteró. Con sus manos posadas en el reflectante y claro suelo, se levantó de dónde estaba recostado, sintiendo todos sus huesos crujir al su paliducho cuerpo y recién salido del hospital moverse de manera ligeramente brusca. Jadeó, levemente cansado por la tan vaga e insignificante acción, pero miró a su alrededor.
No tenía sentido.
- Y-Yo... -. Tartamudeos salían entre la comisura de sus labios, mientras solo veía un infinito vacío. - ¡E-Esto no tendría que estar aquí! -. Exclamó, a nadie en especial.
Sus nervios empezaron a sacarle de quicio, mientras se rascaba la cabeza por puro y mero instinto.
- ¡Le gané a Omori y olvidé este lugar! ¡¿Por qué diablos volvió?! -.
Sunny empezó a escuchar voces ir y venir por los alrededores. Se giró, para ver quién era portador de aquellas voces, pero solo vió vacío y más vacío. Se empezaba a desesperar.
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"Tomé una foto de todos nosotros juntos!".
"Tú puedes, Omori! Confío en tí!".
"Aubrey es una tonta!".
"Creeme a mí, Mari!".
"NO, A MÍ!".
"Esos dos deberían dejar de pelear...".
"El único costo es tu amor!".
"S̸͇͍̠̀͒͋-̸̢͖͆̔̀͜S̵̝̪̻͛͐u̸͕̫̓͒͋n̵̡͎̈́̔͜͠n̴̪͎̾̔͜͝y̸̢̘̙͋͊,̴̟͙͐̽͒͜ M̵̢͉͍͆͆̔a̸͕͕̘̔̓̕r̴̡̢͎̀͐͌i̵̢͍̙͛͛̔ é̵͚̫̝͘͘s̸̠̼̫̒̈́ẗ̸̘͍͕́̒̿á̴̼͓͚͑̕͝.̵̺̫͍͋̓̀.̵̢͓̠͌͋͌.̸̞̼̫̓̀͘.."
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Las voces de sus amigos de HeadSpace resonaban por todos lados.
- ¡CÁLLENSE! -.
La cabeza de Sunny empezaba a verse horrible.
No sentía dolor alguno, pero sintió que su cabeza era como gelatina, debido a que se deshacía al más mínimo toque. Sintió chorros inmensos de carne arrancarse y caerse, al igual que chorros ligeros de sangre salir disparados mientras empezaba a hiperventilar.
Empezó a correr por el vacío, tapando sus oídos queriendo evitar esas voces, pero era imposible ya que seguían allí.
Su respiración se entrecortaba mientras más corría; no era rápido, atlético ni resistente en ningún aspecto, así que se detuvo, mientras recuperaba el aire. Sus pulmones ardían y sus piernas lo hacían por igual. No era real, pero la sensación definitivamente era igual a la que sufría siempre en clases de educación física.
Sunny miró hacía arriba. No estaba el vacío oscuro dónde había una bombilla colgando, porque ya abandonó esa oscuridad..., ¿por qué seguía este lugar, entonces? No lo entendía, sabía y tampoco tenía idea.
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"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
"Omori".
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Ese nombre rechinaban en los interiores de sus oídos que, aún tapados, seguían escuchando, siendo un intento inútil para no querer escuchar. Se arrastró por el lugar inmenso, dejando partes de él por el 'Espacio Blanco', siendo un recordatorio de lo frágil que estaba en todos sus aspectos...
Siguió y siguió, hasta que se derrumbó en el suelo, sintiendo su cuerpo quedarse sin energía. Sunny, se arrastró con los brazos, tratando de hacer un esfuerzo sobrehumano en ese lugar que él mismo había creado... Sus ojos pesaban, y cayó rendido boca arriba, mirando ese blanquecino techo, sin saber que hacer actualmente.
Sunny dió su último respiro y parpadeó...
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Constelaciones sin sentido aparecían en un morado y infinito cielo imaginario. Sunny sintió el suave césped acariciar su cuerpo maltratado y casi esqueleto, mientras vientos imaginarios aullaban con un furor equivalente al de un huracán. Sunny sentía que su cuerpo se iba elevando o moviendo con el viento; parecía una bola de paja en una película de los 60, en un desierto sin alguna especie de contexto.
Confundido de haber entrado en un lugar prohibido a el soñador, Sunny se opuso a los vientos del bosque verdoso y lleno de vida, para comenzar a caminar a pasos cortos y muy intranquilos. Todo esto estaba pasando demasiado rápido, y no sabía que hacer. Esto era como si Dios fuese a bajar a ver a sus creaciones, solo que este Dios era un Hikikomori de primera...
... Bueno, era un mal chiste y representación, pensó Sunny.
...
Llegó al patio de juegos. Estaba repleto de gente, sus amigos de HeadSpace estaban allí incluso. Basil y Mari no se veían para nada. Sunny se acercó a la gente, pero no parecía ser notado, era como si todo estuviera grabado o programado, algo así como un videojuego. Sin entender mucho, se acercó al grupo de amigos imaginarios, quienes compartían un momento tranquilo y calmado en el picnic.
Sus amigos no lo notaban o peor, lo ignoraban. Sunny frunció las cejas, para extender su mano hacia Kel. Su mano lo traspasó y una estática lo golpeó en toda su cabeza. Retiró su mano y se alejó unos pasos. La estática se detuvo, haciendo que mejor decidiera no hacer nada por ahora...
Sunny parpadeó.
...
Parecía una mala broma o una mala pasada, pero ahora no había nadie en el patio de juegos. El cielo se había desteñido en un tono grisáceo y apagado, sin constelaciones notables. Una estática empezaba a inundar su cabeza, mientras todos los árboles había la misma imagen de Mari colgada, y en el suelo, el ojo de "Algo", viéndolo infinitamente.
- ¿Pero qué...? -. Dejó escapar, mirando hacia el suelo y alrededor.
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Unos pasos retumbaron entre la estática detrás de él.
- Soñador -. Una voz siniestramente oculta en monotonía absoluta y con completo desinterés por todo, lo llamó.
Sunny, lentamente, se giró para verlo. Estaba ahí, Omori, viéndolo fijamente sin el cuchillo de carnicero que siempre llevaba. Con marcas de rasguños provocadas por sus propias uñas en su cabeza, el soñador se acercó como pudo hacia la versión monocromática, dejando caer algún que otra parte de su cabeza al suelo.
Era el ejemplo perfecto de un juego de ajedrez, el cuál se desmonora al más mínimo empujoncito y soplido del viento. O, más en este caso, por el más mínimo golpe emocional y mental.
- O-Omori... -. Tartamudeó, inseguro.
- Soñador -. Habló, sin mostrar miedo en su voz carente de emoción o pizca de algún que otro sentimiento similar.
Sunny se le quedó mirando. Hace unas horas, él había peleado con Omori para poder revelar la verdad a sus amigos y lo había "borrado" junto a HeadSpace. Carajo, incluso había despedido el lugar donde pasó AÑOS encerrado para evitar la realidad y querer vivir en su propia burbuja. Y ahora estaba aquí, en un lugar imposible de olvidar, con un copypaste de su hermana colgada y ojos mirándolo.
¡Muy bien!.
- ¿Qué haces aquí, Omori? -.
- Nada. Simplemente existiendo -.
- No te pongas en ese tono, Omori. Sabes que no estás en posición a bromear conmigo -. Sus huesos crujieron, gritando de dolor interno, mientras Sunny tomó a Omori del cuello. - Yo tengo el control aquí -.
- Claro, lo tenías. Ahora ya no tanto. Además, ¿amenazarme? Soñador, ya intentó borrarme y no pudo hacerlo, ¿qué le hace pensar que el resultado cambiará...? -. Omori respondió, sin sentirse intimidado aún siendo tomado por el cuello.
Sunny crujió los dientes llenos de una inmensa frustración interna. Si bien era cierto que no tenía el mismo control, seguía siendo "El Soñador" y creador, ¿no? ... Bueno, Omori le había dado una paliza la primera vez, así que ya no tenía mucha fuerza aquí. Tampoco tenía buena fuerza física, resistencia, atractivo, inteligencia-...
Bueno, quizás se estaba pasando de subestimarse así mismo.
- La diferencia es que ahora funcionará -. Sunny empujó a Omori, alejándolo de él lo máximo posible y no queriendo cerrar la distancia entre los dos.
- No, no puedes -. Omori se recompuso sin ninguna emoción.
- ¿Por qué no podría? -.
- Estás dudando -.
- No, no lo hago -.
- Tú boca dice una cosa, ¿pero tu actuar será distinto o acertado? -. Omori ladea la cabeza, mientras balancea sus piernas dando algunos pasos - Yo no sucumbiré, así que ni lo intentes -.
- ... -. Sunny solo suspiró la gota gorda, mientras un pedazo de su cabeza caía al suelo.
- Te estás pudriendo, metafóricamente hablando. Eres retorcido, soñador -.
- No sé de qué me hablas -.
- Tienes trastornos alimenticios, nocturnos y un posible trauma psicológico. Digo, mataste a tu hermana y lo blanqueaste como un suicidio -. Omori empezó a caminar alrededor de Sunny, estudiando al soñador. - Eres un ser retorcido, ahogado en su propio egocentrismo -.
- ¡N-No soy ególatra! -. Se defendió rápidamente Sunny.
- Lo eres. Aquí te crees un dios, bueno, lo eras, pero no eres Jesucristo o algo así, eres más así como Satanás -. Omori se detuvo, mientras apuntaba con el dedo a Sunny.
- ¿Q-Qué? -.
- Los asesinos no merecen perdón, soñador -.
- L-Lo sé -.
- Satanás era despiadado y horrible, pero tú solo eres una mala persona; eso lo diferencia -.
Sunny no entendía nada de lo que decía Omori, por lo que se empezó a acercar a Omori. Su cuerpo empezó a sentirse drenado y más cansado a cada paso que daba hacia el ser. Sus ojos se sentían pesados, y miró sus piernas, siendo hundidas en la masa oscura de "Algo". La mente de Sunny funcionaba vagamente, mientras Omori escuchaba atentamente.
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[ ... Necesito ayuda ... ].
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- ... Usted está enfermo, y yo lo ayudaré, tomando el mando... -. Sentenció Omori.
Sunny no entendió nada al inicio, por lo que solo pudo ser absorbido por la masa oscura de "Algo", quién se aferraba hasta el punto más ridículo para recordar su trauma. Su vista se veía cansada, mientras anhelaba descansar un poco. El sueño empezó a adueñarse del cuerpo de Sunny, y solo cerró los ojos, aceptando lo que Omori dijo. Estaba perdido en todo, y quería volver a su tortuosa realidad; en la cuál le tienen que recordar que asesinó a su hermana.
"Estás enfermo". Esa frase se empezaba a repetir en su cabeza, mientras caía más y más en los cómodos brazos de los sueños momentáneamente.
Omori miró al cielo, estando solo en el lugar donde solo reinaba la soledad, la tristeza y el trauma sobre todo lo demás.
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[ Mundo real ].
[ ??? ].
[ Hora: 01:43 PM ].
El auto se detuvo frente a un hotel. La madre Suzuki solo dejó escapar una sonrisa ligera que se formó en sus labios. Miró por la ventana notando que salían algunos hombres de la mudanza, así que tendrían ya todo preparado. Sacó la llave del vehículo y salió del mismo, para ir a pagar. Cerró la puerta suavemente, debido a que su hijo estaba descansando ahí dentro.
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El ojo de "Sunny" se abrió. El punto blanquecino, resplandeciente de vida y motivación había sido reemplazado por un vacío oscuro carente de algún sentimiento o motivación. Era un cascarón vacío.
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[ ¡"Algo" ha dormido a Sunny! ].
[ ¡Sunny lideró a Omori! ].
[ ¿Que debería hacer Omori? ].
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