❣ 용서 [Final]
✧ Apology - IKON ✧
"Perdónanos nuestros pecados, porque nosotros mismos también perdonamos a todo el que nos debe" (Lucas 11:4)
¿Perdón?
En la Biblia, la palabra griega que se traduce "perdonar" significa literalmente "dejar pasar", pero siendo totalmente sincero esa palabra nunca estuvo escrita en mi vocabulario y tampoco en mi vida.
Mi padre me enseñó que el perdón no era algo fácil de asumir, me enseñó a nunca esperar algo de las personas que una vez te dañaron, me enseñó a cuidar de mi madre cuando este nos dejó por irse con su verdadera familia.
Aún recuerdo las palabras claras, que a pesar de ser un niño de simplemente cinco años, logré entender a la perfección. Él no nos quería y lo comprobó al dejarnos sin dinero y en la calle.
Desde ese momento dejé de creer y aplicar ese tan preciado perdón que era muy hablado en las iglesias. Desde ese momento me juré nunca perdonar a personas como mi padre, desde ese momento dejé de creer en la palabras bonitas que las personas te soltaban con tal de conseguir algo de ti... o eso quise creer.
Mis pasos se iban haciendo más lentos y pesados mientras que mis brazos iban perdiendo fuerza al cargar con mi bebé, con mi Jung Kook.
Ji Min no se encontraba en casa, había salido con su novio, dejándome solo en el momento que más lo necesitaba.
Para ese momento la polera que traía puesta no me servía de nada, pues el viento veía una forma de filtrarse y tocar mi piel, mientras que mis ojos se encontraban ya cansados de brotar lágrimas a pesar de haberlo hecho durante más de una hora.
Mi hijo ya no reaccionaba, parecía que solo estaba cargando un cadáver y eso es lo que más temía... Tenía demasiado miedo y lo único que lograba ver a esas horas de la madrugada, era la luz de la luna.
Deseaba tanto haber hecho caso a esa simple fiebre que había empezado por acongojar el pequeño cuerpo de mi hijo y que lo había hecho llorar por más de tres horas seguidas. Debí haber hecho caso a sus gritos y no haberlo automedicado como lo hice al entrar en desesperación.
Las farmacias estaban fuera de servicio e incluso algunas ya estaban cerradas. Quería llegar lo antes posible al Hospital Central de Seúl, pero me era imposible al estar corriendo en vez de ir en un auto.
Cada calle que cruzaba estaba vacía y con cada paso que daba, sentía estar más lejos de mi destino y de la salvación de mi hijo.
Bajé la mirada y noté la respiración dificultosa de Jung Kook. Me aferré a su cuerpo y seguí corriendo hasta que el sonido de un carro frenando me detuvo.
Estaba en la carretera y aquel auto estaba a solo un metro de distancia de mí.
Quería echarme a llorar por no solo ser un mal padre, también por ser un descuidado y poner en riesgo la vida de mi bebé y la mía.
Mí labio ya temblaba al igual que mi cuerpo y al ver a Ho Seok bajar del auto no pude evitar llorar con más fuerza y abrazar a Jung Kook.
- Llévame a-al ho-hospital - susurré.
Él no se movió, solo se quedó viendo a nuestro hijo sin decir nada o sin saber cómo actuar.
- P-por fa...favor - supliqué.
No me gustaba la situación en la que me encontraba, pero si quería salvar a mi bebé lo único que me quedaba hacer era pedir ayuda a quién sea.
- ¡Ho Seok, reacciona! - grité. Acción que sí ayudó, pues se apresuró a mover su cabeza de un lado a otro antes de contestar.
- Vamos.- Esa simple palabra me alivió por dentro.
Al estar dentro de su auto me di cuenta que el camino hacia el hospital central no era por el que íbamos.
- El... El hospi...
- Iremos a un clínica - esas tres palabras frías y directas no me tranquilizaron. Yo no tenía dinero para pagar uno de esos centros para millonarios, pero en estos momentos solo quería salvar la vida de mi bebé por lo que no me opuse.
El llegar a ese lugar fue muy rápido, al igual que la atención que recibimos cuando llegamos.
Las enfermeras se habían encargado de quitarme de mis brazos a mi hijo y muy a pesar que quise acompañarlo, no me lo permitieron.
[♡]
La sala de espera estaba compuesta por Ho Seok, unas cuantas personas, que al parecer también habían tenido algún accidente en esta madrugada, y yo. Todo era un total silencio que de verdad me incomodaba y a la vez, espantaba.
Mis lágrimas ya habían dejado de fluir, pero muy dentro de mí sentía un dolor muy agudo que se extendía por mi pecho. Algo estaba andando mal, lo podía sentir.
- Debiste decírmelo - habló él luego de un largo silencio. De inmediato miré a Ho Seok, quien también me regalaba un poco de su atención, y negué, tratando de hacerle entender mi confusión. - Soy su padre, deberías haberme llamado... Jamás cambié mi número.- musitó. Desvíe la mirada de inmediato.
No quería nisiquiera ver esos ojos de color chocolate, que en cierta parte se parecían a los de mi hijo, y decirle todo lo que estaba guardando desde hace tres años atrás.
- Quiero formar parte de su vida - sus palabras fueron como un balde de agua fría para mí.
- No... - mi voz salió rasposa y más gruesa de lo normal al pronunciar aquel monosílabo.
- Tae Hyung, soy su padre. Lo soy tanto como tú.
Ignoré su reproche y entre cerré los ojos por un momento. El dolor en mi pecho seguía aumentando al igual que la desesperación al no saber nada de mi hijo.
- ¿Siquiera me estás prestando atención?
Pude sentir las manos de Ho Seok aferrarse a mis hombros y muy a pesar de eso, no ejercí ningún movimiento.
Sabía que algo andaba mal.
- ¡Diablos! ¡Tae Hyung, quiero estar presente en la vida de Jung Kook! Quiero que él me llame papá...
En ese momento reaccioné y recordé las palabras que salieron de la boca de Ho Seok hace tres años atrás.
Quise reírme delante de él, pero este no era el momento ni el lugar adecuado.
- No tienes ningún derecho - arrastré cada palabra, como si estuviera ebrio. - el traerlo a una clínica no te hace mejor padre, Jung Ho Seok. - mis manos se cerraron hasta formar puños y la rabia de soltarle todas las verdades en la cara estaba que me consumía.
- Claro que lo sé - sus manos se alejaron de mis hombros y su mirada se sitúo en el suelo. - por esa razón quiero tenerlo conmigo, quiero enseñarle tantas cosas y compartir momentos especiales con él.
Negué de inmediato.
- Perdiste todos esos derechos al dejarnos solos, perdiste el derecho de llamarte padre al negar a Jung Kook y por sobre todo, abandonarlo. Perdiste toda oportunidad de verlo crecer al preferir a tu otra familia - un nudo se había situado en mi garganta y las ganas de llorar pudieron conmigo.
Ho Seok trató de acercarse, pero solo negué y me alejé.
Nuevamente se estaba repitiendo, pero esta vez era conmigo.
Las enfermeras pasaban de un lado a otro y las luces del día ya se filtraban por las ventanas.
Quería saber la hora exacta, pero por mi apuro y desesperación había salido de casa sin mi celular. De seguro Ji Min estaría buscándome.
Solté un gran suspiro antes de echar mi cabeza hacia atrás. Hoseok se había quedado a mi lado todo lo que restaba de la madrugada y ahora yacía dormido en uno de los asientos.
No sabíamos nada de Jung Kook desde hace más de tres horas atrás y eso me estaba preocupando demasiado. Esto ya no era algo normal y menos en una clínica.
Me coloque de pie y me disponía a caminar hacia la recepción cuando escuché las palabras tan esperadas.
- Familiares de Kim Jung Kook.
Sonreí a medias y me dirigí hacia el doctor, dando pasos que ciertamente me hacían retumbar el corazón por dentro.
Tragué grueso antes de hablar, pero cuando quise soltar la primera palabra, el hombre de bata me interrumpió.
- El niño llegó con meningitis*... - mis ojos se abrieron en par y vi mi mundo caerse. Vi mi vida pasar delante mío, cómo si estuviera muriendo... muriendo en vida.- Fue muy difícil estabilizarlo, pero lograron llegar a tiempo y ahora lo tenemos en observación.
Un suspiro salió de mis labios y sin pensarlo, abracé al doctor. Pensé que él tal vez me apartaría o algo parecido, pero no fue así, el correspondió y me informó sobre la fortaleza de mi hijo, sobre sus ganas de vivir. Sin pensarlo, ya me encontraba llorando y arrugando la bata de aquel hombre.
Después de aquel emotivo abrazo y de escuchar sobre los cuidados que recibiría Jung Kook al salir de la clínica, decidí llamar a Ji Min, claro que tuve que ir a buscar un teléfono público y pedir algunas monedas a una enfermera, pero todo valió la pena, pues mi hermano ya estaba a punto de reportarme desparecido. Reí por primera vez en toda la mañana por la exageración de Ji Min, sin embargo, él parecía muy asustado cuando le mencioné sobre lo ocurrido, incluso se echó la culpa de lo ocurrido con Jung Kook.
Lo último que le dije antes de colgar fue la dirección y el nombre de la clínica a lo cual él contestó que estaría lo más pronto posible.
Al regresar a la sala de espera no esperé encontrarme con un Ho Seok ya despierto, sentando y acariciando su cuello. Al parecer dormir en unos asientos de espera no era bueno para su columna, en realidad no lo era para la columna de nadie.
- Hola... - susurré una vez que me senté a su lado. Él dejó de lado su dolor de espalda y me miró.
- Hola - contestó por igual.- ¿Cómo está Jung Kook? ¿Hay noticias de él?
Asentí, comenzando a jugar con mis manos.
- Está estable, aún no me permiten verlo, pero estoy seguro de que mejorará, él es muy fuerte.- reí inconscientemente y Ho Seok también lo hizo. Sin embargo, mi seriedad regresó al instante.- Y-yo prometo devolverte el dine...
- No es necesario.- Contestó de inmediato, pero yo continúe.
- Claro que sí. Ji Min está a punto de llegar y estoy seguro de que traerá dinero consigo.
- Tae Hyung no es necesario, Jung Kook es mi hijo y tengo que velar por su sa...
- No. Jung Kook no es tu hijo. - dejé de mirar mis manos y esta vez, toda mi atención fue puesta en mi ex. - No es necesario que hagas esto, Ho Seok. Tienes una familia que mantener, un papel de padre que cumplir, pero no con nosotros. - Él parecía querer decir algo, pero se lo impedi.- Lo siento, en verdad siento haber sido una carga para ti en todos esos años. Yo jamás creí que YoonGi fuera a ser alguien tan importante para ti... Debiste decirme que estabas enamorado de él, que no me querías... que yo no significaba nada para ti, tal vez me hubiera dolido, pero estoy seguro de que terminaría por entenderlo. Ji Min tardó mucho tiempo en decírmelo, pero lo hizo y a pesar de que casi lo alejo de su sobrino, terminé por disculparlo. Hubiera hecho lo mismo contigo.- suspiré y continúe.- pero si me dieran la oportunidad de retroceder el tiempo y cambiarlo todo, no lo haría, porque ese niño es mío, es mi bebé, es todo lo que amo.
Nos quedamos sumidos en un silencio total después de que las palabras dejaron de fluir o así fue hasta que Ji Min llegó. Él definitivamente traía dinero y a pesar de que Ho Seok se negaba a recibirlo, lo obligué a tomarlo.
Jung Kook se quedaría por más tiempo en la clínica y Ji Min se encargaría de todas las cuentas, dejando de lado a Ho Seok y sus intenciones de pagar cada medicamento de mi hijo.
- Perdóname, Tae Hyung.- susurró después de que logré alejar a Ji Min de mi lado.
Fue en ese momento que me acordé de cada momento vivido con Ho Seok, cada sonrisa que creí que era sincera, cada beso suyo que disfrutábamos bajo las sábanas y cada vez que solía decirme "te amo". Todo fue una mentira total.
¿Acaso podría perdonar a alguien que me dejó cuando más lo necesitaba, a alguien que me mintió por casi todo un año, a aquel que nunca quiso tomar su papel de padre enserio? ¿Podría perdonar a alguien que no pasó por todo lo que yo pasé?
[♡]
El lugar se llena de aplausos, los birretes son lanzados al aire y las risas y gritos no se hacen esperar, al igual que las fotografías y los padres acercándose a sus hijos para felicitarlos por culminar esta nueva etapa de su vida.
Ji Min limpia sus lágrimas con un pañuelo antes de que mi pequeño (ahora no tan pequeño) lo vea.
- ¡Sabía que estarías llorando! - grita mi hijo a los lejos para luego comenzar a correr hacia nosotros. Nos abraza con fuerza, pero trato de separarme lo más pronto posible, pues las flores quedarían aplastadas y tal como lo pensé, quedaron arruinadas.
Le entrego unas flores aplastadas a mi hijo y él las recibe gustoso, importándole muy poco la apariencia de estas.
- Gracias papi... - y a pesar de los años, Jung Kook sigue comportándose como un niño de tan solo tres años, ese mismo niño que tuvo un infección y que si no hubiese sido por su otro padre, ahora mismo no estaría sonriendo y abrazándonos.- ¿Dónde está Ho Seok? Pensé que vendría.
Ji Min bufa y yo no evito reír, pues mi hermano sigue sin entablar una buena relación con el padre de mi hijo, no lo hizo antes, cuando Ho Seok comenzó a visitar a Jung Kook, y creo que no lo hará ahora.
- Ese idiota no vendrá, de seguro está en la graduación de sus gemelos.
- Son mellizos, tío, y sabes que no me gusta que hablen mal de mis hermanos. - Ji Min rueda los ojos y luego se aleja con la excusa de que su nuevo pretendiente lo está llamando.
Sonrio ante el actuar de mi hermano y nuevamente pienso en qué hubiera sucedido si Ji Min se hubiera casado con MinHo, su antiguo novio (con quien llevó más de seis años de relación) y con quien también tuvo una seria discusión antes de separarse y nunca más volver a entablar una conversación muy a pesar de los años transcurridos, incluso recuerdo que MinHo se cansó de esperar a mi hermano y se casó, por lo cual mi hermanito sigue en busca del príncipe azul que esté a "su nivel".
- Estoy muy orgulloso de ti, Jung Kookie.- le digo a mi hijo una vez que nos encontramos solos. Él sonríe en respuesta.
- Yo estoy más orgulloso de ti, papi, no es nada fácil educar a un niño solo, mucho menos en esta sociedad. Siento tanto haberte traído problemas y preocupaciones. Te amo.- me dice al final para luego abrazarme, yo correspondo y a los pocos segundos me alejo, pues YugYeom se acerca y sé que es momento de darle su espacio a mi hijo y al novio de este.
Saludo a YugYeom rápidamente antes de irme con la excusa de esperar al padre de mi hijo en el estacionamiento de la escuela secundaria.
Sin embargo, no doy ni diez pasos cuando veo a un Ho Seok corriendo en mi dirección y con un ramo de flores en su mano derecha. Él me mira, yo también y al acercarse lo suficiente parece darse cuenta de la situación en la cual se encuentra nuestro hijo.
- Llegué demasiado tarde, ¿Cierto?
Asiento, pero no le reclamo nada. Ya no soy el padre joven de hace quince años, tampoco soy el inmaduro que veía cualquier excusa con tal de alejar a Ho Seok de nuestro hijo.
- ¿Qué tal estuvieron ellos? De seguro YoonGi les tomó muchas fotos.
Ho Seok ríe ante la mención de su ex esposo y asiente.
- Sí, aunque no le hizo mucha gracia verme en la graduación de nuestros hijos. Él sigue algo resentido por lo sucedido.
Bajé la mirada algo incómodo y culpable por aquello, pues después de que Jung Kook fuera dado de alta de esa clínica cuando apenas tenía tres años, Ho Seok le contó sobre él a YoonGi. No puedo decir que mi ex amigo se lo tomó bien, pues al instante le pidió el divorcio y también, una buena suma de dinero para la manutención. Poco después tuve que soportar a YoonGi, quién llegó a la puerta de mi casa con la excusa de disculparse, pero más que eso, con la intención de ver a Jung Kook.
No puedo decir que mi ex amigo es malo, lo único que puedo decir es que estaba defendiendo a su familia, tal y como yo lo haría con la mía.
- Creo que Jung Kook demorará mucho con Yugyeom, escuché que tienen planeado ir a una discoteca a manera de celebración. Lo mejor sería que mañana te pases por el departamento y hables con él... Yo me tengo que ir.
Traté de ser rápido, pero Ho Seok tomó mi mano.
- ¿No quieres ir a tomar un café? Escuché que por aquí cerca hay una cafetería dónde sirven los mejores...
Negué lentamente antes de que él continuara.
- No creo que debamos, Ho Seok. Jung Kook quería verte y además, yo tengo que irme.
Pensé que aquella excusa barata evitaría una reunión en donde ambos estaríamos incómodos con la presencia del otro, sin embargo, Ho Seok no se rindió.
- Solo serán unos minutos, Tae. No tardaremos mucho, lo prometo.
Lo pensé por un momento, estaba seguro de que él no se detendría hasta encontrar una manera de convencerme, por lo cual tuve que aceptar a regañadientes.
Avisé a Jung Kook a través de un mensaje en dónde me encontraría, él no contestó rápidamente, pero al hacerlo, no dudó en pedir un nuevo hermanito. Reí por las ocurrencias de mi hijo, en especial porque él creía fervientemente en que alguna vez Ho Seok y yo regresaríamos.
La cafetería no estaba tan abarrotada como hoy en la mañana, cuando vine con Jung Kook y Ji Min para tomar desayuno, pues al parecer, todos nos habíamos quedado dormido en este día tan importante.
- No tengo mucho tiempo, Ho Seok.- fui sincero, viendo de reojo mi móvil y rogando que los minutos pasen rápido, pues no quería estar a solas con mi ex.
- Eso lo sé, pero... - hubo un silencio antes de que continuara y la verdad no sabía cómo decirle que esto realmente me incomodaba, en especial porque no debería ser yo el que estuviera sentado aquí, sino YoonGi.- Perdóname, Tae Hyung, fui un total idiota, era inmaduro, temía perder a YoonGi, a mi familia.
Al escuchar aquello, no tardé en levantarme. Saber que Ho Seok había escogido a YoonGi por encima de mí era una cosa, pero saber que él los consideraba su familia era algo muy distinto... algo que dolía.
- Me tengo que ir.
Pensé que Ho Seok me dejaría ir, pues esto ya me estaba haciendo daño.
- Tae... - mi solo nombre saliendo de sus labios fue suficiente para detenerme y pensar bien las cosas.- Yo me equivoque, estaba realmente equivocado al dejarte. No debí hacerlo, Jung Kook es un hijo ejemplar, un niño que amo demasiado.
- Ya no es un niño.- musité antes de voltear y darle la cara. Estábamos cerca el uno del otro, pero demasiado lejos a mí parecer. - Lo fue mientras tú estabas con tu familia... que él haya entendido y querido recibirte en su vida no significa que yo quiera lo mismo, Ho Seok. Esto se acabó.
Con mucha prisa, salí de aquel lugar. Quería regresar al departamento y hablar con Ji Min, sin embargo, la puerta de la cafetería sonó y la mano de Ho Seok tomó la mía.
- Perdóname, Tae Hyung, en verdad perdóname. Ya no sé qué hacer para que dejes de mirarme con esa expresión seria y de... de asco.
Mis ojos se abrieron en par, pues jamás imaginé que causaría esa impresión en él. Pero sin ningún tacto, me aparté de él, alejando mi mano de la suya.
- Si eso es lo que tanto te preocupa, pues sí, te perdoné. - mis manos comenzaron a temblar por recordar aquel momento en el cual decidí que ya era tiempo de dejar libre a Ho Seok, sin embargo, me obligué a controlar esos temblores y ser fuerte una vez más.- Fue hace mucho tiempo, tú te me quedaste viendo como si fuera un bicho raro, pero cuando quise enfrentarte, volteaste e ignoraste el hecho de que yo estaba a solo unos pasos de ti. Te vi tan entusiasmado con la llegada de tus hijos que me sentí tan feliz de ver que al menos serías un buen padre para algunos niños. Cuando se lo conté a Ji Min, él no tardó en decirme que eras un idiota, imbécil, cobarde y cientos de cosas más que tal vez no te vayan a gustar. Y a pesar de que tenía la razón, preferí desearte todo lo mejor del mundo. En ese preciso momento fue que me di cuenta que ya te había perdonado.- un último suspiro salió de mis labios antes de callarme por completo y esperar que él diga algo, sin embargo, no lo hizo, solo bajó la mirada. - Puedes visitar mañana a Jung Kook, él de seguro querrá verte.
En esta ocasión él no me detuvo y la verdad lo agradecí mucho, pues las lágrimas que había tratado de contener, ahora hacían acto de presencia dándome una apariencia deplorable.
Al llegar al paradero de autobuses, traté de calmar mi llanto para no llamar la atención de las personas, pero un pañuelo apareció delante mío y lo tomé con prisa al darme cuenta a quién pertenecía.
- ¿En verdad lo perdonaste?
Levanté la mirada, encontrándome con mi hermano que me miraba con seriedad, con lástima.
- Tal vez digas que sigo siendo malo o que estoy difundiendo el odio hacia Ho Seok, pero no debiste hacerlo. Él no se merece tu perdón, mucho menos pasar tiempo con Jung Kook.
- Logré perdonar a mi padre, también a ti, ¿Por qué no hacerlo con él?
- Porque no se lo merece - susurró él.
- Tampoco se lo merecía mi padre, mucho menos tú, pero lo hice, no solo por mi bien, sino también por el de mi hijo.
Ji Min bufó antes de sentarse al otro extremo del paradero. Sonreí ante su actuar y no pude evitar acercarme y tratar de hacer sonreír a mi hermanito.
Una vez leí en un libro que no podemos controlar lo que va a suceder, pero sí controlar el cómo actuar ante estos diferentes sucesos de nuestro día a día, pues yo realmente no supe cómo actuar cuando me enteré de mi embarazo, tampoco cuando me quedé sin el apoyo del padre de mi hijo, mucho menos cuando mi padre se iba de nuestro lado dejando a mi madre llorando en medio de la calle. En ese tiempo no sabía qué hacer o qué decir, terminando por tomar el camino más fácil: odiarlos, jurar que jamás los perdonaría... No fue fácil, pues hubo cientos de veces que me sentí tan impotente de no poder hacer algo contra ellos, de vengarme. Hubo tantas veces que tenía ganas de arruinar su felicidad creyendo que de esa forma ganaría la felicidad que yo ya había perdido y que creía, jamás recuperaría, sin embargo, el ver la emoción en los ojos de Ho Seok aquel día, ver como escogía un par de zapatitos para sus hijos me dio a entender que mi felicidad no era él, tampoco mi padre, mi felicidad no consistía en tener al padre de mi hijo a mi lado, tampoco a mi padre y madre juntos. Mi felicidad consistía en todo lo que me rodeaba, en todos aquellos que sí se quedaron a pesar de quien era. Mi felicidad consistía en olvidar todo aquello y aquellos que me habían hecho daño y concentrarme en lo que en verdad me importaba en ese momento, en este y en el futuro: mi hijo.
Deje pasar muchas cosas después de que vi a Ho Seok, incluso después de verlo juntos a su familia en el kinder. Perdoné hasta el más mínimo daño y según yo, viví feliz durante todo ese tiempo donde el rencor ya no existía ni tampoco consumía mi interior.
Yo ya había perdonado.
*La meningitis es una infección causada por hongos, virus o bacterias que pueden ser transmitidos por secreciones respiratorias o saliva y sus síntomas cambian en función de la edad. Los típicos ( síntomas) son la fiebre (que no suele faltar), el dolor de cabeza y los vómitos.
El niño suele estar con malestar general y mal color. En determinados tipos de meningitis observaremos la aparición de lesiones en la piel. (Saber vivir, 2018)
[♡]
En primer lugar, gracias por seguir aquí, apoyarme y leer a pesar de todo el sufrimiento que muchas veces les hago sentir. Lxs amo, merecen todo el amor del mundo y no duden en que yo las amo demasiado ♡
En según lugar, siento tanto haber cambiado el final, pero lo vi necesario al tener muchos comentarios dónde se veía que sufrían. En verdad lo siento para todas aquellas personitas que gustaban del antiguo final. Además, también me gusta este final.
En tercer lugar, este es otro fic que termino y me alegra mucho, poder ver que ustedes siempre me reciben con mucho gusto.
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