Capítulo 7: El trato
OCTAVIA
– ¿Qué haces aquí? –ni siquiera me molesto en ser agradable
Me acaba de despertar de mi intento de siesta.
–Vine a hablar –no me sorprende que esa sea su respuesta, lo que sí lo hace es que haya intentado hablar en español
– ¿Acaso acabas de...?
–Estoy aprendiendo o eso intento, ¿lo hice bien?
Pues ahora entiendo un poco que haya chicas a las que les guste el acento de Gabe hablando otro idioma. No suena tan mal después de todo.
–Sonaste como un ruso. No tienes que recargar tanto la r. Si esa era tu pregunta, puedes irte
– ¿Acaso no te enseñaron modales? Cuando alguien viene a verte, los invitas a pasar Morgan, así que con tu permiso
Estoy tan desconcertada con su auto invitación que en un instante ya está dentro.
–Estaba intentando dormir y entonces tú vienes a interrumpirme y te invitas a pasar tú solo. Perdón, si no soy educada contigo
–Perdonada
–Eres más insufrible de lo que recordaba –digo sintiéndome cada vez más molesta – ¿qué quieres?
No pienso dejar que venga a intimidarme en mi espacio, así que me quedo parada frente a él con los brazos cruzados. No importa que ahora mismo me saque más de veinte centímetros. Todo es cuestión de actitud.
– ¿De ti? Quiero muchas cosas, pero eso lo dejaremos para más adelante. Cuéntame, ¿cómo has estado?
Estoy bastante tentada a reírme, todo esto me parece de lo más surrealista. Mi plan de ignorarlo no va a servir si él sigue insistiendo. Así que me mantengo en silencio observándolo.
No está vistiendo nada impresionante más que una polera corta blanca y unos pantalones oscuros. Aun así se ve bien, y eso es molesto. Sobre todo cuando por breves segundos me permito recordar lo bien que me sentí al recibir la atención de sus dedos aquella noche.
Vamos Octavia, tú eres más fuerte que eso. Me recuerdo.
–No recuerdo que seamos amigos –es mi corta respuesta
–Tienes razón, creo que nos saltamos esa parte y a juzgar por cómo me estabas mirando creo que es lo último que te interesa de mí
–Lo único que me interesa de ti es que te vayas de aquí y me dejes descansar, ¿es muy difícil de entender?
–Vaya carácter que tienes cuando no duermes, te recordaba más divertida. Pero si estamos con esas entonces tendré que ser directo. Quiero terminar lo que empezamos en ese club.
Pues sí que fue directo.
–Es decir que quieres sexo –no me gustan las imágenes que pasan por mi cabeza tan rápido.
–Pues si así acaba la noche no me quejaría. ¿Qué dices? Ambos ganaríamos, porque por lo que me diste a entender en ese mensaje aun piensas en lo ocurrido. Además no te estoy pidiendo salir ni nada de eso. Es sólo cuestión de una noche y ya.
Una noche y se acaba. Hay demasiadas razones para decirle que no y terminar de echarlo de aquí, pero él no me gusta ni un poco, ni siquiera somos amigos, entonces ¿qué tendría de malo pasar una noche con él y luego olvidarlo? Además él me lo propuso.
–Será solo una noche, no se volverá a repetir –termino respondiendo
–Por supuesto. Por lo visto tendrás que arreglártelas para ir a mi habitación, a menos que quieras invitar a Tessa...
–Yo veo como me las arreglo. Ahora necesito dormir un poco y te agradecería que no se lo contaras a nadie, sobre todo a tus amigos
–Entendido, te enviaré un mensaje más tarde para que te pases por ahí –pasa por mi lado y me regala una última sonrisa antes de cerrar la puerta de mi habitación.
Una vez que quedo sola, me pregunto si habrá sido una mala idea decirle que sí.
(...)
Hemos estado ensayando la coreografía varias veces en el estadio en el que presentamos mañana. Me siento bastante orgullosa con el resultado, ya que cada vez intentamos ir innovando más en nuestras presentaciones.
Contamos con varios bailarines que participan junto a nosotras en diferentes canciones y además ahora también incluimos a los chicos. Pese a que a Kyle no le gusta bailar, tendrá que hacerlo, para su suerte dura menos de tres minutos.
Ahora que tengo esta especie de acuerdo con Jesse, me he reprendido más de tres veces por quedarme observándolo mientras toca la batería.
Gracias a la polera que anda usando puedo ver a la perfección sus brazos y...
– ¿Necesitas que traiga un babero? –pregunta Barbara al llegar a mi lado
–No sé de qué hablas
–Oh, vamos. Te vi recién observando a Jesse. No tiene nada de malo, es solo curioso
–Barbie de mi corazón, no tengo idea de lo que estás hablando. Y si tuvieras que traer un babero sería para Gabe cada vez que te ve
–Muy chistosita –dice divertida – y hablando de Gabe, ¿cómo está?
–Igual de idiota que siempre, aunque últimamente lo veo muy cercano a una chica, aunque no recuerdo bien su nombre. Dijo que estudian juntos –digo para ver su reacción
–Oh, eso es genial. Me alegro que tenga amigas
–Sí, eso parece... Bueno, tú sabes que siempre le has gustado a él, pero ya es momento de que avance, ¿no? No puede estar toda su vida esperando a que le des una oportunidad
–Por supuesto, sabes que le tengo cariño a Gabe y es un gran amigo. De verdad me alegro por él...
– ¡Chicas! Este es el último ensayo. Deben ir a sus posiciones iniciales –dice Lindsay llegando hasta nosotras
Sólo puede ser que le haya mentido a Barbara respecto a Gabe, pero lo hice para darle el empujón que necesita, sino es verdad que él necesita superar su enamoramiento y conocer a más chicas. Espero no haberme equivocado intentando ayudar, pero me pareció que Barbie no estaba tan convencida con lo que acaba de decir.
Ella me sonríe antes de ponerse en marcha y yo voy tras Lindsay para ensayar una vez más.
(...)
Una vez más recibo un mensaje de un número desconocido diciendo que ya quiere verme en persona. Lo bloqueo y trato de no pensar en eso. Es completamente desagradable.
Lo malo es que este en comparación a otros no es tan horrible, esa es la razón por la que uso dos celulares. Uno es para las cosas relacionadas al trabajo y en el otro tengo a mis amigos.
Las chicas tienen ambos números.
Hace poco comimos algo y ya que hice mi rutina de ejercicio para mantenerme en una buena forma, decido tomar una ducha. La habitación que comparto con Tessa tiene un baño enorme compartido. Como ella ya lo usó decido que es mi turno de relajarme un poco.
Llevo todo lo necesario y en pocos segundos estoy bajo el chorro de agua caliente. De a poco me voy relajando y aprovecho para usar unos jabones nuevos que huelen de maravilla.
Lo irónico de todo esto es que me gusta el agua, pero me da miedo a la vez. Jamás aprendí a nadar y dada mi baja estatura uno de mis mayores miedos es ahogarme. Siempre tuve que caminar cerca de la orilla cuando iba a alguna playa para no entrar en pánico, eso es algo que aún me sigue dando miedo.
Paso bajo el agua un buen rato hasta que me digno a salir y veo que Tessa está teniendo un video llamada con su madre.
–Envíale saludos de mi parte –digo al pasar junto a ella
–Octavia te envía saludos
–Muchas gracias, Octavia. Sólo quiero que sepan que lo hicieron fenomenal en el programa. Mis niñas son grandes artistas y yo que por un momento había dudado en tenerte
– ¡Mamá! –exclama Tessa
– ¿Qué? Por si no lo recuerdas era una adolescente cuando te tuve, es obvio tener miedo, pero me alegro de haberte escogido... –Tessa le baja el volumen a la llamada y me observa como diciendo "mi madre no tiene cura"
Su relación es bastante peculiar, puesto que a veces se tratan como si fueran amigas más que una madre y una hija, pero supongo que la señora Anderson ha hecho lo mejor que ha podido criando a Tessa.
Cuando llego a mi maleta, reviso mi ropa y termino escogiendo una polera corta y un buzo. Más tarde iremos a la habitación de las chicas y veremos una nueva serie. Más tarde veré cómo me las arreglo para ir a la habitación de Jesse.
Finalmente lo pensé bien y creo que no es tan mala idea.
Es importante resaltar el creo, puesto que casi siempre termino metida en líos por ser tan impulsiva.
(...)
Luego de dos horas de estar sentada frente a la televisión viendo una comedia romántica de una mujer a la que dejan plantada el día de su boda y su historia de amor con su cuñado, creo que tuve suficiente.
–No es para nada creíble, ¿enserio se enamora de su cuñado?
–Su cuñado llevaba enamorado de ella más tiempo que su ex novio –me recuerda Tessa
–A mí sí me gusto –dice Blair –es divertida y tiene romance
–Creo que hubiera preferido ver Crepúsculo –dice Lindsay
–Bueno, esa la podemos ver mañana. ¿Quieren ver otra película? Podemos ver La propuesta o...
–No cuenten conmigo, iré a dar un paseo
– ¿Un paseo? –Pregunta Lindsay – ¿puedo acompañarte?
–No, será una vuelta corta. Iré abajo a ver si encuentro algo de diversión...
No debería de sorprenderles, a veces suelo hacer esto. Más veces de las que me gustaría en realidad.
–Seguro... bueno, espero que te vaya bien y encuentres esa diversión –responde Barbara observándome entre orgullosa y divertida
–Lo mismo digo, entonces me quedaré a ver la propuesta –termina cediendo Lindsay
Me despido de las chicas rápidamente y voy a mi habitación a cambiarme de ropa. Reviso mi celular y veo que Jesse ya me envió el mensaje para encontrarnos en su habitación.
Me pregunto si estará bien ir y no puedo evitar dudar. Aunque no es como que vaya a hacer algo malo o al menos no tan malo.
De todas formas decido salir de mi habitación, porque aunque finalmente decidí no ir a verlo sí quiero salir de estas cuatro paredes. Siento que me estoy asfixiando.
Así que salgo sin ningún rumbo en específico, este hotel es gigante y por lo que sé hay muchas personas famosas o simplemente personas que tienen mucho dinero que se quedan aquí. Es por eso que no me sorprende ver a algunas personas caminando en dirección opuesta a la mía.
Hay una piscina, un spa, un restaurant y un pub. O al menos eso decía el folleto que estaba en el mesa cuando llegamos.
Sin ser consciente del todo me encuentro caminando hacia el pub, hay personas bailando en el centro y otras tantas bebiendo. Es más o menos mi estilo. Así que hablo con el barman y pido una bebida con alcohol. En realidad jamás lo he probado, pero llamó mi atención, tenía un nombre medio extraño y eso que estoy familiarizada mucho con el alcohol.
Sonrío cuando me traen el vaso que sirvieron frente a mí y doy el primer sorbo. Bien, quizás no sea mi nueva bebida favorita, pero no está mal para probar.
Me quedo unos minutos ahí sentada sola hasta que decido que ya debo ir a dormir. Mañana nos toca madrugar y no es lo más inteligente beber justo ahora.
–Así que me ibas a dejar plantado –escucho que dice una voz en el momento en el que me bajo de la silla
Volteo en dirección a Jesse y no parece feliz de verme.
–No te iba a dejar plantado, es sólo que...
– ¿De verdad? Porque llevo observándote al menos cinco minutos y no has hecho absolutamente nada más que estar ahí sentada
– ¿Me estabas espiando? No creí que fueras tan rarito
–Salí a buscarte cuando me di cuenta que no vendrías y este fue el primer lugar en el que creí que podrías estar y no me equivoqué. Ahora vendrás conmigo
No lo dice en un tono mandón y ahora parece más relajado
– ¿Iremos a tu habitación? –pregunto a su lado mientras caminamos
–Sí, pero no para lo que crees que haremos
(...)
Y justo como dijo, me trae a su habitación, pero no hace ningún movimiento por acercarse a mí. De hecho está muy atento observando.
– ¿Qué haremos entonces?
–Dímelo tú, ¿qué pensabas hacer allá afuera? –pregunta tomando asiento en su cama
–Nada en particular, sólo quería caminar...
– ¿Ves? No planeabas venir
–No, pero aquí me tienes. Vaya está habitación es aún más grande que la mía. Amo las habitaciones de hotel. Todo huele a nuevo y no tengo mucho tiempo para pensar, algo que es muy bueno en mi caso
–Creí que no estabas borracha –escucho que dice tras de mí
–Y no lo estoy. Sólo fue un vaso el que bebí Jesse, necesito mucho más para emborracharme.
Y no estoy muy segura de que es lo que me lleva a hacer mi siguiente movimiento, pero me quito mi chaqueta y quedo sólo con una polera corta. Debo admitir que estoy empezando a tener calor.
Jesse no hace nada más que observarme, necesito estar ocupada con algo antes de hacer algo estúpido.
–Te queda bien ese nuevo look. Dejaste atrás tus mechones azules
En un primer momento pienso que se refiere a que estoy usando sólo una polera con una falda corta y luego me doy cuenta de que se refiere a mi corte de pelo.
–Suelo cambiar de look antes de empezar alguna gira. De algún modo se ha convertido en una especie de tradición, mamá quedó fascinada con el resultado y a mí me gustó. Son reflejos o algo así creo que se llamaban. Por eso son varios tonos más claros que mi cabello castaño. No está mal –digo quitándole importancia a su comentario
Jesse está parado demasiado cerca de mí y tiene en sus manos un mechón de mi cabello, pareciera estar analizando cuántos de esos cabellos están realmente teñidos, hasta que hace el típico gesto de las películas de romance de dejar el mechón tras la oreja.
Entonces nos observamos unos pocos segundos hasta que se agacha un poco y me besa.
Yo no me hago de rogar y le devuelvo el beso en cuestión de segundos. Emito un leve quejido cuando me muerde el labio inferior y luego le pasa la lengua. Siento como una de sus manos me envuelve el pelo en un puño y jala hacia atrás, provocándome un gemido que se pierde en el beso.
Me dejo llevar completamente por lo bien que se siente que me toquen y me besen así. Aunque supongo que lo más probable es porque hace semanas que no me enrollaba con alguien y no porque sea Jesse el que me esté besando.
–Creo que lo mejor es dejarlo hasta... aquí –dice él antes de que pueda sentir sus labios bajando por mi cuello dejando un camino de besos húmedos
–Pensé que me habías ido a buscar para esto. Y acabamos de empezar
Entonces no le doy tiempo a responder y mi boca vuelve a buscar la suya.
No estoy segura de cuando tiempo llevamos besándonos, pero en algún momento terminamos en su cama y aunque él se quitó la camisa que llevaba puesta y yo mi polera no hemos llegado mucho más lejos.
–Supongo que llegó la hora de irme, sino no hay manera en la que me levante mañana y es la primera presentación de nuestra gira. Así que más me vale estar bien –digo saliendo de encima de él y buscando mi polera y chaqueta
–Adelante, pero esto que acaba de ocurrir no es lo que acordamos
–Tú no quisiste ir más allá, no es mi culpa
–Seguro mañana te arrepentirías y luego me dirías que no te acuerdas
–Vaya, ¿te lo dicen a menudo? –bromeo y parece funcionar porque sonríe
–En definitiva me caes mejor cuando no hablas y no me lo dicen a menudo –responde indignado
–La mayor parte del tiempo no te soporto, pero tienes cierto atractivo
– ¿Eso fue un halago?
Sonrío divertida por su expresión
–Tómalo como quieras –es mi única respuesta
– ¿Entonces sólo te irás?
–Así soy. En un instante me tienes y al otro ya no. Me gusta ser libre.
Jesse aún me observa desde su cama y a pesar de que es una buena vista, tomo mis cosas y me marcho, porque lo que le dije es verdad.
Adoro mi libertad, me aburro fácilmente de las cosas y me gusta más improvisar y sorprenderme con lo que puedo encontrar en el camino.
Me gusta ser dueña de mis decisiones y sentirme libre de hacer lo que quiera sin la necesidad de deberle explicaciones a alguien.
Y sobre todo jamás me quedo, al menos ya no.
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