Capítulo 5: Me duele amarte


OCTAVIA


Maldición, como me duele la cabeza.

Sabía que era una mala idea salir ayer por la noche, y aun así lo hice. Lo bueno es que no me ocurrió nada y estoy acostada en mi cama. No hay ningún daño que reparar o eso era al menos hasta que me vibra el celular y me encuentro la horrible noticia de que envíe mensajes ayer por la noche.

Necesito que la tierra me trague, urgente.

Leo la frase que le envíe a Jesse a las dos de la madrugada y quiero morir.

"No dejo de pensar en ti"

Necesito preguntarle a mamá que me dio de beber ayer que fui capaz de hacer semejante estupidez.

Bajo un poco más en el chat y leo su respuesta:


Jesse: Yo tampoco he dejado de pensar en ti, ¿qué haremos al respecto?


Sí, creo que me he vuelto a meter en problemas.


(...)


–No puedo creer esa suerte que tienes –dice Dasher divertido al teléfono

–Te estoy contando mi desgracia y tú te ríes

–Admite que si la situación fuera al revés, harías lo mismo –lo pienso unos segundos y luego le doy la razón

–Eso no me ayuda en lo absoluto. Mamá me tiene que haber envenado para que yo hiciera algo así. Jamás...

–Claro, por eso tu mente ebria pensó en ese chico al instante...

–No sólo le envíe un mensaje a Jesse, también le envíe un audio a Tessa. Aunque no le dije nada tan descabellado. Sólo le conté un sueño en donde quedaba calva. Creo que esa es una de mis peores pesadillas

–Lo cierto es que no te imagino calva. En momentos así me pregunto cómo es estar dentro de tu cabeza, aunque seguro eres demasiado pervertida y yo saldría traumado de ahí

–Claro, porque tú eres el santo Dasher, ¿no? –cuestiono con burla

–Exacto, Octavia. Ya era hora de que lo reconozcas. En esta relación tú eres la que me lleva por el camino del pecado, no yo

No puedo evitar reír, porque la primera vez que lo vi. Estaba desnuda en la cama de su hermano gemelo, Elijah.

Fue una de las primeras veces en las que rompí la regla de "no te quedes a dormir en la cama con el tipo con el que tuviste sexo". A la mañana siguiente, me desperté con un grito que venía de Dasher. Al ver a su hermano medio desnudo entre las sábanas conmigo a su lado, también desnuda.

No tengo problemas con mi cuerpo, pero en ese momento intenté taparme, aunque ya era tarde. Dasher ya había visto lo suficiente de mi desnudez.

Desde ese día, se formó una amistad entre los tres, aunque de vez en cuando Elijah y yo nos volvíamos a enrollar, nunca fuimos novios o algo parecido.

Y ahora hemos dejado de tener esos encuentros y sólo somos amigos.

Dasher jamás intentó nada conmigo, aunque hubo un tiempo en el que se rumoraba que habíamos participado de un trío. Cosa que jamás pasó.

Las chicas me molestan de vez en cuando, pero no es algo que muera por hacer sinceramente.

–Estabas pensando en cuando te vi por primera vez, ¿verdad? –pregunta a través de la línea telefónica

–Así es, ¿cómo está Elijah?

–Bien, ahora haciendo una siesta. Le diré lo que pasó con tu querido Jesse. Debo admitir que no es feo, pero no es mi tipo.

–No es mi Jesse y tampoco es mi tipo.

–Ajá...

–No empieces Dash, te cortaré...

– ¿Eso crees?

– ¿Acaso me estás retando...?

Y así es cómo el imbécil de Dash me corta la llamada. Se me adelantó a la jugada y quedé como una inútil.

Me termino de tumbar en mi cama y cierro los ojos, deseando no haber bebido y no haber enviado ese audio a Jesse, pero pasan los segundos y todo sigue igual.

En menos de dos días tendré que volver a verlo y hacerle frente a mi error.


(...)


–Octavia, nos alegra que hayas podido venir –la madre de Jason, me abraza con fuerza y yo me obligo a sonreír

No tenía muchas ganas de venir a comer a su casa, pero no tuve el valor para negarme. Así que aquí estoy, junto a mis padres y Gabe en la casa de Jason.

–A mí también me alegra estar aquí

La señora Nadia saluda a mis padres y a Gabe y yo saludo al señor Steven quién nos fue a esperar al recibidor de la casa.

No ha cambiado mucho el lugar desde la última vez que estuve aquí, aquí supongo que eso es bueno.

– ¿Preparada para tu gira? –pregunta el señor Steven con una sonrisa

–Sí, estoy muy emocionada y algo nerviosa, pero tengo muchas ganas de que empiece. Mañana ya tenemos una presentación en un programa de televisión...

–Me alegro por ti, has llegado increíblemente lejos. Debes de estar muy orgullosa de todo lo que has logrado, yo lo estoy

Ante sus palabras sonrío, pues suena sincero y una parte de mí se siente feliz de que esté orgulloso de mí, porque les tengo mucho cariño a los padres de Jason

–La comida ya está lista, los invito a que pasen a la mesa –dice la señora Nadia –Iré a decirle a Matt que baje a comer.

Una vez que ya están todos en sus asientos, incluido Matt. Empezamos a conversar intentando no decir nada respecto al puesto que le han dejado a Jason. Cada uno tiene un puesto en la mesa y el de Jason está intacto.

La señora Nadia, puso un plato de sopa y los cubiertos como si en cualquier momento Jason vaya a bajar a comer. Intercambio una breve mirada con Matt y sé que él siente la misma pena que yo por su madre.

Si Jason estuviera aquí seguro la comida sería mucho más entretenida que esta. Todo era mucho mejor en su compañía. Dejo de comer y digo que iré al baño.

Todos saben que en realidad iré a la habitación de Jason, como suelo hacer siempre que vengo aquí.


(...)


Abro la puerta de su habitación y me duele que todo siga igual, pero que a la vez se vea tan diferente.

¿Acaso tiene algún sentido?

Me siento en su cama y me parece percibir su olor, seguro es porque su madre guarda la colonia que se ponía él.

¿Cómo podré superar a Jason algún día si sus padres lo siguen esperando como si fuera a aparecer en cualquier momento?

Si todo esto fuera un mal sueño sólo quisiera que alguien me despertara, que él me despertara y me dijera que todo está bien y que está conmigo.

Ahora mismo no tengo ánimos para nada en lo absoluto, sólo tengo sueño, así que me acurruco un poco y termino quedándome dormida.


(...)


Cuando despierto me doy cuenta de que no estoy sola en la habitación. Frente a la cama, sentado en una silla se encuentra Matt, el hermano mayor de Jason.

–No quise despertarte –dice él

–No te preocupes, lamento haberme ido así de la mesa, pero...

–Mamá siempre le pone un puesto. Su puesto. Nadie se ha sentado ahí desde que se fue...

–Lo lamento Matt, quisiera hacer algo para ayudarlos, de verdad que sí

–Octavia esto no es tu responsabilidad. Papá y yo ya le hemos dicho a mamá que vaya a algún médico. Necesita ayuda, pero ella se niega. Simplemente no soporta la idea de aceptar que Jason no está

Lo observo unos segundos y me duele ver que se parezca tanto a él. En una versión mucho más madura. Matt tiene veinticinco años y Jason falleció a los dieciséis.

–Para nadie ha sido fácil, ¿cómo lo has llevado tú?

–Bueno, el trabajo me mantiene ocupado. Adoro ser profesor y los niños me ayudan a pensar en otras cosas, pero luego llego a casa y... todo vuelve muy deprisa

–Seguro esos niños te adoran. Jason siempre supo que serías muy bueno en todo lo que te propusieras –respondo con una pequeña sonrisa

Es cierto que Matt y Jason se parecen físicamente, pero en personalidades eran muy diferentes. Jason siempre fue muy tranquilo, alegre y entusiasta y Matt era más revoltoso e inquieto. Pero ahora casi no lo reconozco.

Está muy distinto, pero supongo que esas son las consecuencias de perder a su hermano menor. Yo no sé qué haría sin Gabe, aunque me haga querer golpearlo la mayor parte del tiempo que estamos juntos.

–Muchas gracias... ¿Octavia?

– ¿Sí?

–Entiendo que sigas extrañando a mi hermano, créeme yo aún lo hago. Lo extraño demasiado, pero me gustaría decirte que estás en tu derecho a pasar página...

–No creo que esté preparada, yo...

–No te lo digo para presionarte, pero tienes todo el derecho del mundo a salir con más chicos si quieres. Jason no querría que estés estancada por él. Él te adoraba demasiado, seguro le gustaría que estés feliz. Sólo quería que lo supieras

Me quedo en silencio un momento procesando sus palabras, pero me sigue pareciendo un acto egoísta. ¿Por qué yo puedo disfrutar de una segunda oportunidad y él no?

Eso no es justo.

–Gracias Matt, aunque no lo parezca tus palabras me han ayudado

–Nosotros siempre estaremos aquí para ti, incluso cuando encuentres a alguien más...

–Lo dices cómo si estuvieras muy seguro de eso, pocos chicos tendrían la paciencia para salir conmigo

–Octavia, eres una de las personas más maravillosas que he conocido. Estoy seguro de que pretendientes no te faltan

–Gracias por el cumplido –respondo un poco más animada

Se siente bien conversar con alguien que puede entender un poco más tu dolor. Converso un poco más con Matt sobre cómo le ha ido en el trabajo hasta que me propone ir al cementerio. Dijo que no ha ido a ver a Jason hace como una semana, así que decido acompañarlo y en el camino se nos une Gabe.

Cuando estamos en el auto, escucho que Gabe le hace preguntas a Matt y yo saco mis auriculares y escucho una canción que hace que me salgan unas cuantas lágrimas, pues creo que describe a la perfección como me siento con Jason.

Nunca creí que amar a alguien pudiera doler tanto. Corrección. Nunca imaginé que amar a Jason pudiera dolerme así, era tan fácil quererlo y estar con él, que jamás me imaginé como serían las cosas si el no estuviera.

Ese fue mi error. Creer que estaría siempre con él, que estaríamos para siempre en la vida del otro.

Y ahora no hay ni un solo día en el que no me arrepienta por no haberle dicho cada día cuanto lo quería.



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