Capítulo 43: Mi fortuna


JESSE


Es cierto que estoy bastante feliz y tranquilo de ver al fin a Octavia, enserio me preocupé cuando salió corriendo apenas mencioné lo de Jason, aunque admito que desde que entró se ha comportado de una forma un tanto extraña.

No tiene precisamente una sonrisa desquiciada en su rostro como en las películas de terror, pero sí la noto diferente. No sólo porque me haya saludado de un modo tan... cariñoso apenas me vio. Si no porque ahora no deja de mirarme y me estoy poniendo algo nervioso.

No sé qué decirle para romper este silencio. Si tal vez deba disculparme por si quiera haber mencionado a Jason o fingir que lo de ayer no ocurrió.

Mis padres nos dejaron solos, pero sé que están afuera. Esperando a que cualquier cosa ocurra para entrar a verme. No suelen ser tan paranoicos, pero desde que me dispararon y terminé aquí, los noto más asustadizos ante cualquier cosa que tenga que ver conmigo.

Ni siquiera Taylor se ha querido ir del hospital, a pesar de que pronto me darán de alta y volveré a casa.

–Ayer tuve un accidente –dice de pronto Octavia sacándome por completo de mis pensamientos.

– ¿Qué? ¿Cómo que tuviste un accidente? –no puedo creer que nadie me lo haya dicho hasta ahora.

–Sí, venía para acá y choqué con un señor cuarentón que tuvo un crush con mi madre. Le dio una tarjeta y todo. Resultó ser que Henry, el hombre con el que choqué es un abogado que al parecer quiere ayudar a mi madre en su divorcio –relata con un toque de diversión

Claro, seguro ahora me dirá que se golpeó muy fuerte en la cabeza y que por eso actúa tan raro. Eso tendría mucho sentido.

– ¿Estás bien? Nadie me dijo que habías tenido un accidente y...

–No querían preocuparte, pero tranquilo estoy mejor que nunca. ¿No lo ves? El cinturón de seguridad me salvó la vida, aunque Henry alcanzó a frenar a tiempo, supongo que eso tuvo mucho que ver

–Vaya, entonces supongo que se debe a eso, a Henry me refiero... –volvemos a quedarnos en silencio y decido hablar de una vez sobre lo que ocurrió ayer –Octavia, lamento mucho lo ocurrido ayer, no creí que te fueras a poner así por eso, yo sólo quería... cumplir con lo que había prometido

Evito decir su nombre, porque supongo que sabe de lo que hablo. Y ahora sí cambia su expresión y gracias a Dios, se ve más... normal. Ya no sonríe como antes, parece la Octavia de siempre y eso me tranquiliza un poco.

–Lo de Jason me tomó por sorpresa, eso es todo. Necesitaba pensar y hablarlo con alguien, pero ya estoy mejor... Sé que jamás inventarías algo así –aprieta una de mis manos y me siento mucho mejor ahora.

–Jamás haría algo que pudiera lastimarte y entiendo si no me crees, pero juro por Brownie que eso fue lo que sucedió... Me sentí como en las películas y todo eso... aunque no había una escalera que me llevara al cielo. De hecho no había... nada. Estaba solo

–Jesse tu no estabas muerto, yo estuve contigo en todo momento. Estabas inconsciente y todos esperábamos a que despertaras. Habías perdido mucha sangre, pero... lo hiciste. Estás aquí

–Sí, lo hice. Entonces, ayer... ¿no estabas molesta conmigo? ¿De verdad estás bien luego del accidente? Digo te ves bien, pero no es necesario que estés aquí, puedes ir a descansar. Sabes que no me moveré de aquí, no puedo hacerlo...

Me da una pequeña sonrisa y responde:

–Estoy donde quiero estar. Contigo. Y respondiendo a tu pregunta, ayer no estaba molesta, estaba... confundida y fui a hablar con Matt, el hermano mayor de Jason y él me hizo darme cuenta de que debo seguir con mi vida... no me quiero quedar estancada o torturándome con lo sucedido más tiempo. Tenías razón en que yo no pude hacer nada más por Jason salvo estar ahí para él hasta el final y ahora... quiero seguir adelante. Y me encantaría que me acompañes en este camino...

Siento una pequeña llama de esperanza encenderse dentro de mí, solo espero haber entendido bien lo que ella dijo.

– ¿Eso quiere decir que quieres... ser mi amiga?

– ¿Tu amiga? –Pregunta sonriendo –Por favor Jesse, nosotros somos más que eso. Me gustaría... salir contigo. Claro, si es que aun quieres. Si no me conformaré con ser tu amiga...

Ahora sí que estoy sorprendido. Es decir, hasta ayer temía haber metido la pata con ella nuevamente y ahora dice que le gustaría salir conmigo. No creo la suerte que tengo.

Y sin duda sigo sin saber muy bien cómo funciona todo esto.

–Sí, me encantaría... Digo, si de verdad quieres... –me observa divertida por mi balbuceo, pero a esta altura eso es lo último que me importa – ¿Te gustaría salir conmigo?

– ¡Sí, claro que quiero salir contigo! –Y entonces se inclina sobre mí y presiona sus labios sobre los míos en un beso que no quiero que acabe nunca.

Jamás imaginé que de verdad podría encontrar a la chica indicada para mí hasta que la conocí a ella. Estoy muy seguro de que si existe todo eso del destino, nosotros estábamos destinado a encontramos, porque no hay manera de que yo me enamore de alguien que no sea Octavia.

Y entonces la magia acaba cuando una de las enfermeras abre la puerta y seguida de ella viene mi madre. Octavia se separa de mí enseguida, aunque sigue de pie a mi lado.

Ambos estamos tan sonrientes, que me da igual lo que pueda pensar mi madre de la situación.

– ¿Por qué no me dijiste que Octavia había tenido un accidente? –le pregunto a mi madre antes de que ella salga con alguno de sus comentarios

Mi mamá nos da una mirada a ambos, deteniéndose en nuestras manos entrelazadas y luego vuelve a mirarme a mí.

–Cuando yo lo supe, ya era tarde y no quería que estuvieras tan preocupado. Connor me había dicho que no le había pasado nada grave y que mañana vendría a verte y por lo que veo, está genial

La enfermera me pregunta como estoy y si me he sentido bien con unos medicamentos que me dio. Sé que deberé hacer reposo y hacer ejercicios para recuperar de a poco la movilidad de mi brazo. Sé que si hago todo al pie de la letra, podré volver a tocar la batería, así que seré obediente en este aspecto.

Luego de unos minutos, la enfermera se retira y dice que en un momento vendrá el doctor.

Aún hay noches en que me despierto pensando en que Caden vendrá o que me disparará de nuevo. Y la imagen de Caden poniendo su pistola en la frente de Octavia todavía me persigue, así que me debo recordar a mí mismo por las noches que eso es mentira y que ella está bien.

–Así es, estoy bien. Jamás subestimen el poder del cinturón... –dice ella a mi lado

–Me alegra saber que no te haya ocurrido nada malo –responde mamá sonriente –Y bien... ¿están saliendo?

A pesar de que me esperaba esa pregunta, ninguno de los dos responde por un buen rato. ¿Debería decir que sí? Porque Octavia también está en silencio y eso me hace pensar que tal vez...

–Algo así –responde Octavia sonando un poco insegura

–Espera... ¿algo así? Creí que te lo había pedido. Estamos saliendo, mamá

–Lo imaginaba, me pareció que se estaban besando antes de que se abriera la puerta, pero como los jóvenes hoy en día son tan... libertinos. Debía preguntar

Me preocupa un poco que Octavia esté en silencio tanto tiempo, siempre tiene algo que decir acerca de todo. Esas es una de las cosas que me llamaron la atención y me gustaron de ella en un principio, pero ahora está en completo silencio.

–Seguro, hay mucho libertinaje hoy en día –asiente en acuerdo Octavia y yo debo evitar mirarlas porque es algo irónico que sea ella quien diga eso. Reprimo una sonrisa para que vea que la apoyo

–En mis tiempos...

–Mamá... ¿crees que puedas dejarnos un minuto a solas? –la interrumpo antes de que empiece a contarnos una de sus historias de su juventud.

La mayoría de las veces las inventa, eso lo sé porque una vez le pregunté a mi abuela y dijo que mi madre no era precisamente un modelo a seguir. Así que llegué a la conclusión de que inventa estas historias para darnos algún sermón a Taylor o a mí.

La mayor parte del tiempo era a mí, porque Taylor era mucho más tranquilo que yo.

–Muy bien, sólo para que sepan estaré ahí afuera... Sentada. Por si se lo preguntan... ahora los dejaré solos. Ya me voy yendo... 

Una vez que mi madre nos deja a solas nuevamente, volteo a ver a Octavia.

–Tú no eres precisamente quien para hablar sobre el libertinaje –le digo solo con la intención de molestarla

– ¿Eso acaso es un problema? –pregunta ella sonando a la defensiva

– ¿Qué? No, Octavia. No tengo problemas con eso...

–Porque en ese caso tú ya sabes como es mi reputación y todos los rumores que hay sobre mí. Eso no desaparecerá porque ahora salgamos... no puedo borrar eso y tampoco lo haría...

Me demoro unos segundos asimilando sus palabras y lo que pudo haberla molestado.

–Yo no quiero cambiar nada de ti y tampoco me molesta el hecho de que hayas tenido sexo antes que yo...

–No es sólo sexo Jesse, es mucho sexo. Y hay tantos rumores dando aun vueltas sobre mí que creo que tu madre se iría de espaldas si los llegara a leer todos. Eso me convierte en una persona libertina. Tal vez yo no le agrade y...

–No, Octavia. No quiero que pienses eso. A ella le agradarás antes de que te des cuenta. Además la opinión más importante es la que tengo yo de ti y yo ya sabía todas estas cosas antes de... de que me enamorara de ti.

Aun me siento algo temeroso al decirle que la quiero o que estoy enamorado de ella. Y su expresión solo me lo confirma.

– ¿Sabes? Creo que tengo una mejor manera de que lo entiendas. Necesito que me pases tu celular, ¿sí? 

Octavia se queda en silencio, pero me pasa su celular y yo busco la aplicación de YouTube para buscar una canción que creo que queda perfecta con nuestra situación. 

Con nosotros. 

No me puedo creer que haya llegado a este nivel de desesperación, pero solo es su culpa por gustarme tanto. Ahora debe aguantar las consecuencias.

Me demoro un poco más porque solo mi mano izquierda me sirve en este momento, pero luego de varios intentos, lo he logrado.

– ¿Qué estás haciendo? –pregunta ella acercándose

–Quiero que escuches esta canción –no digo nada más y aprieto el botón de reproducción.

Sólo espero que el mensaje le quede claro y no tenga que explicárselo, porque en este momento me cuestiono si habrá sido una buena idea o sólo estoy haciendo el ridículo.

Apenas empieza a sonar la canción, noto como Octavia parece reconocer la canción, pero aun así se queda en silencio escuchándola. Y cuando finalmente termina, nuevamente hay silencio.

–Creo que he hecho un trabajo excelente con esto de la bachata, ¿no crees? Me he dado cuenta que te gustan más de lo que estás dispuesto a admitir. Y respecto a la canción... me ha gustado.

Ahora el que está nervioso y avergonzado soy yo, ella parece haber recuperado un poco de la seguridad que la caracteriza y eso me alegra. Esta es la Octavia que me gusta.

– ¿Sólo eso dirás de la canción?

– ¿Y qué más quieres que diga? Me gustó, pero... ¿acaso crees que hemos hecho el amor, Jesse? ¿De verdad? Aunque me ha quedado claro tu mensaje si eso es lo que te preocupaba.

Puedo soportar sus burlas todo lo necesario si eso es lo que necesita. Quiero a mi Octavia de vuelta. 

–En primer lugar, no te he dedicado la canción por completo. Y sé que hemos tenido muy buen sexo, así que esa parte no es para ti. Y en segundo lugar, sólo quería que la escucharas para que sepas que a mí no me interesa tu historial amoroso o con cuántos hombres has estado antes que yo. Lo único de lo que estoy seguro es que quiero estar contigo. Quiero que seas mi presente y estés en mi futuro. Y no me importa la opinión que pueda tener mi madre o quien sea de ti... Me gustas tal cual eres y no te cambiaría absolutamente nada...

Mis palabras nos toman por sorpresa a ambos. No estoy arrepentido por haber sido sincero, pero no sé cómo pueda reaccionar ella. Y no quiero que vuelva a ponernos límites o que diga que solo seremos amigos, pero tal vez me pude haber excedido con lo que acabo de decirle.

–Eso ha sido... no tengo ni idea de cómo describirlo. Me estás poniendo las cosas muy difíciles. Quisiera brincar sobre ti ahora mismo y empezar a quitarte la ropa, pero seguro eso no sería muy... decente hacerlo en un hospital

No puedo creer que eso haya sido lo primero que pase por su cabeza, pero a la vez sí es algo que diría ella y eso me encanta.

–Tienes razón, no sería decente hacerlo en un hospital. Y mucho menos si hay personas que entran y salen constantemente de aquí... ¿Estamos bien? ¿Quieres seguir saliendo conmigo?

No me gusta hacer esta pregunta, pero debo hacerla en caso de que haya decidido cambiar de opinión.

– ¿Estás loco? Me acabas de medio dedicar una canción de Romeo Santos, mi madre me mataría si supiera que dejé ir a alguien así –responde con su humor característico y yo sonrío por eso –Es solo que... hasta ayer estaba segura esto, de lo nuestro... Pero entonces sentí pánico cuando vino tu mamá y pensé que tal vez no le agradaría por todo lo que dicen de mí... no te quiero avergonzar. No soportaría algo así, pero hay cosas de mí que no puedo cambiar 

–No lo haces y no creo que exista una manera en la que me avergüence de ti. Me gustas tanto que a veces me da miedo. Nunca me había sentido así por nadie...

Ser así de sincero también me asusta, pero no creo que ella me lastime con lo que acabo de confesarle.

–Me ocurre lo mismo contigo, supongo que así debe de sentirse el amor, ¿no?

No puedo ocultar la sorpresa que siento cuando la oigo pronunciar esa palabra. No sé si se está burlando de la canción que le mostré o si lo dice de verdad, pero vaya... eso no lo esperaba.

–Eso creo... –es lo único que me animo a decir

Octavia me sonríe y tomando una de mis manos, dice:

–Ahora que estamos saliendo oficialmente, te cambiaré el apodo de Jesse Jackson a Jesse Santos. Este último te pega más

No puedo evitar que se me escape una risa, porque de todo lo que pudo haber dicho se le ocurre decir eso.

–No me parece, prefiero sólo Jesse

–Es muy aburrido y hoy me enseñaste que te encantan sus canciones. Cuando lo sepa mi madre te adorará enseguida, ya lo verás... Y tendremos un momento al día para ser cursis, solo uno...

– ¿Qué se supone que estás haciendo? ¿Planeas cómo serán nuestros días juntos? –pregunto divertido

–No, no todos los días. Pero... me he dado cuenta que puedes ser muy cursi y eso...

–Es por ti, es todo por tu culpa. Y no soy cursi, me pegaste una enfermedad. Tengo Octiavitis. Debes alejarte de mí ahora, puede ser contagiosa. 

Octavia me mira con una mezcla de diversión y molestia en sus ojos. Aunque estoy bastante seguro de que es más la primera opción.

–Me alegra saber que sigues igual de idiota, Jesse Santos. Porque no soy yo la que acaba de inventar una enfermedad porque está loquito por mí.

Y yo no puedo hacer otra cosa que asentir como el idiota que dice que soy, porque me gusta verla así de segura y así de feliz.

–Pero, ¿sabes qué cosa no hemos hecho? Besarnos, no podemos decir que estamos saliendo oficialmente, si aún no nos hemos besado. Es de mala suerte no hacerlo.

Ella solo me devuelve una mirada divertida y luego me sigue la corriente:

– ¡Oh, que olvidadizos somos! Hay que ponerle fin a eso

Y finalmente obtengo mi beso, uno que le hubiera dado si no tuviera mi cuerpo adolorido y si no tuviera una mano sin movilidad. Sin duda estar así es una completa mierda. Aun así el beso de Octavia hace que quiera recuperarme lo más rápido que pueda para poder tocarla como quiero y cómo he descubierto que le gusta.

Siento su lengua enredarse con la mía y escucho perfectamente como deja escapar un gemido contra mi boca. No puedo dejar que esto llegue a más, no puedo, pero...

– ¡No puede ser! Mi hijo, mi bebé menor... ¿Qué está pasando aquí?

Es la voz de mi madre, pero no dejo ir a Octavia hasta unos segundos después. Sé exactamente como lucimos y es entonces cuando veo que no sólo está mi madre mirándonos con una fingida reprobación. Si no que más atrás distingo a la cabeza rubia de Connor y a Taylor observando divertidos el espectáculo que estamos proporcionándoles justo ahora.

–Ocurre que estaba pasando un buen rato con mi novia, ¿no es así, Octavia? –pregunto observándola aun con la respiración hecha un desastre

–Estoy completamente de acuerdo. Y sólo quiero que sepas que aún no hemos terminado esto, continuaremos una vez que te hayan dado el alta. Ya estoy pensando en las cosas que podemos hacer para que recuperes tu movilidad...

Es cierto que Octavia estuvo hablando en voz baja, pero incluso así los demás muy bien pudieron haber escuchado algo de lo que dijo, pero yo los ignoro y sólo le pongo atención a mi novia y ahora más que nunca quiero salir de aquí.

–Te tomaré la palabra de lo que acabas de decir

–Cuento con ello –me guiña uno de sus ojos y luego saluda como si nada a mi madre y a los chicos.

Estoy bastante seguro de que Octavia y yo estábamos destinados a encontrarnos, porque de lo contrario no entiendo cómo es que puedo sentir tanto por una persona.

Aunque no es cualquier persona, porque ahora tengo la fortuna de poder llamarla novia.  


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top