Capítulo 31: El Señor C
OCTAVIA
Me siento demasiado extraña conmigo misma desde que existe la diminuta posibilidad de que alguien más me pueda gustar y todo se lo debo a Tessa.
Así que desde que ha empezado nuestra reunión con los chicos he intentado no observar tanto a Jesse. Esta casi igual a cuando lo vi por última vez.
La única diferencia que he notado no es en Jesse, sino en Aiden quien está sentado a su lado. Tiene la cara un poco amoratada, como si hubiera peleado con alguien, seguramente en otra ocasión le preguntaría que le sucedió, pero desde que llegó sólo se limitó a saludarnos y luego se quedó sentado y en silencio y yo no quiero meterme en asuntos que no me conciernen, suficiente tengo con Caden y Blair.
Vuelvo mi vista a Jesse unos segundos y luego la vuelvo a desviar. No me puedo creer que esté actuando así.
Hace tiempo que dejé de ser una adolescente que se comporta así con chicos.
Escucho a medias las ideas que tienen para el concepto del video, a pesar de que sé que mi idea es mucho mejor. Incluso a Bash le gustó mi idea y las chicas también están fascinadas. Ya cuento con su apoyo y aprobación.
– ¿Octavia? –observo a Bash quien al parecer me pregunto algo y me quedo en silencio
– ¿Qué ocurre?
–Bash te preguntó si podías decirnos tu idea para el video –habla Tessa a mi lado
–Oh... por supuesto. Mi brillante idea es que para el video nosotras seremos diosas y ustedes haciéndole honor a su nombre serán guerreros. Pueden estar luchando contra algo y nos van a pedir ayuda –intento hablar con toda la seguridad que puedo, aunque no me detengo mucho a observar la expresión de Jesse. Ya no podré verlo de la misma forma hasta que sepa que es exactamente lo que me pasa con él.
Gracias Tessa, por ti estoy pasando esta crisis.
–A mí me parece una buena idea –dice Connor –aunque me gusta más la idea de ser algún tipo de Dios
–No entiendo cómo no se nos ocurrió eso antes. Tiene sentido incluso con el mensaje de la canción –opina Jazmín
–Muy bien, entonces hay que someterlo a votación. ¿Quién está a favor de la idea de Octavia? –pregunta Bash en la sala de reunión
Y por mayoría gana mi idea.
Ya era hora de que ocurriera algo bueno.
(...)
Ahora que la idea está lista, nos dieron un pequeño receso mientras que Bash y Jazmín están conversando sobre no sé qué cosa. Y eso que reconozco que soy muy curiosa respecto a ellos dos, pero justo ahora quiero estar tranquila.
Estoy sola sentada en un sillón hasta que siento que alguien toma asiento a mi lado. Sé que no es Tessa pues reconocería su perfume enseguida. Y cómo me puedo hacer una idea de quién es, prefiero fingir que no lo he notado.
– ¿Soy yo o me has estado ignorando?
–No sé de qué hablas –respondo aun con los ojos cerrados
–Vamos Octavia, sabes a lo que me refiero. Ni siquiera me has respondido a mis mensajes. Y ahora ni siquiera eres capaz de mirarme a la cara, creí que estábamos bien, ¿o me he perdido de algo?
Abro los ojos y me giro lo necesario para mirarlo. Él no tiene idea de las estupideces que me dijo Tessa, es normal que actúe así o eso creo.
–Estamos bien Jesse, de verdad. Pero acabas de sonar como si te debiera alguna explicación y no es así. Nosotros ni siquiera somos amigos –me siento un poco mal al decir esto, pero es como debe ser –además, me estoy viendo con alguien.
No sé quién parece más sorprendido, si él o yo por la mentira que acabo de decir.
– ¿Tú? ¿Te estás viendo con alguien? ¿Tienes novio?
– ¿Por qué suenas tan sorprendido? Si yo quiero puedo salir con quien quiera, para eso soy una mujer libre –sueno muy a la defensiva y sé que él no me cree, pero me da igual
Por un momento entro en crisis porque ni siquiera sé lo que estoy diciendo, ¿con quién se supone que me estoy viendo?
–No estoy sorprendido, es sólo que... creí que no salías con nadie, eso es todo. ¿Y cómo se llama el afortunado?
–James –me siento fatal por usar el nombre de mi amigo online, pero Jesse no lo conoce así que no hay problema por eso
–James... es un nombre interesante. ¿Cómo lo conociste?
–Digamos que... tenemos intereses en común
Como instalar una aplicación de citas y hablar con extraños. Pienso
–Eso parece y ahora que estamos hablando de conocer personas nuevas, yo también conocí a una chica. Se llama Sasha.
No tengo idea de si está mintiendo o diciendo la verdad, aun así me obligo a responder:
–Genial...
– ¿No me preguntarás cómo es que la conocí?
Siendo honesta sí me causa un poco de curiosidad, solo un poco.
¿Será su nueva novia?
–Bien, ¿cómo la conociste?
–Mi querido Brownie va a hacer padre y Sasha es la dueña de la perra embarazada. Resulta que cuando deje a mi perro a cargo de mis padres, a mamá le gustaba salir a pasear con él y uno de esos días conoció a Sugar, así se llama la perra y...
Casi me río al escuchar su nombre.
¿Sugar?
¿Quién le pone así a su mascota?
¿Dónde están los nombres tradicionales como Max o Toby?
–Sólo espero que esos cachorros reciban mejores nombres que sus padres –respondo divertida
–Lo sé, mi mamá también bromeó sobre eso. La cosa es que luego Sasha se puso en contacto con mi madre para darle la noticia y ella me lo contó hace poco. Así que pronto seré abuelo. Mi pequeño Brownie tuvo su primer amor de verano y ahora terminará uniéndose al club de padres como Kyle. Porque por supuesto debe hacerse cargo de sus cachorros
–Pues, muchas felicidades Jesse
–Gracias, Sasha está tan emocionada como yo por esta noticia y lo mejor de todo es que no reaccionó mal cuando se enteró que era famoso. Es bastante una chica bastante agradable –dice con una sonrisa.
Seguramente pensando en la tal Sasha. Enseguida me siento un poco extraña, no me gusta esta sensación y tampoco me gusta que ella lo haga sonreír así.
–Bien por ti
–Así es, se ha hecho bastante amiga de mi madre ahora que Sugar está embarazada y pasa mucho tiempo con mi familia. Incluso está escuchando nuestra música, resulta que antes no nos conocía...
–Por lo que puedo ver tú también caíste flechado por la tal Sasha –respondo intentando sonar relajada y alegre. Ni siquiera sé muy bien que estoy sintiendo justo ahora –Espero que sean muy felices con sus nietos perrunos
Y en cuanto termino de hablar, Jesse empieza a reír enseguida.
¿Se puede saber qué le hizo tanta gracia?
Y para mejorar todo, hemos logrado llamar la atención de los demás.
Le lanzo un cojín a la cara con toda la fuerza que reúno en el momento y luego me levanto un poco molesta.
¿Y si lo inventó todo?
¿Ahora me dirá que no existe esa chica y quería ver mi reacción?
¿O si existe y ahora de verdad le gusta una chica llamada Sasha?
Mi mente se imagina varios escenarios distintos y no me gusta ninguno. No me gusta esto que estoy sintiendo, se siente mal. Es horrible y quiero lanzarle más cojines a Jesse, uno no fue suficiente.
Paso caminando al lado de las chicas y salgo de la sala de reunión. No sé a dónde voy realmente, pero no quiero ver a Jesse. Así que cualquier lugar me sirve realmente.
En cuanto veo la puerta del baño de mujeres, entro y seguido de mí entra alguien más. Es Jesse, debí imaginarlo. Seguro viene aquí a burlarse de mí.
¿En dónde están los cojines cuando los necesito?
– ¡¿Qué haces aquí?! ¿Acaso no ves que este es el baño de mujeres? –sigue luciendo un poco divertido y eso solo consigue cabrearme.
Me encantaría borrarle esa sonrisa de un buen golpe.
–Lo he notado, ¿me puedes explicar que ocurrió ahí dentro? Sólo te hablaba de una nueva amiga, creí que estarías feliz por mí, en cambio, parecías...
– ¿Qué parecía? –pregunto observándolo aún más molesta que antes.
Si se atreve a decir esa palabra, yo...
–Parecías celosa... bastante celosa en realidad. Dime Octavia, ¿te vino a visitar el señor C?
– ¡¿El señor C?! ¡¿Me estás llamando celosa?! ¿A mí? Por supuesto que ibas a pensar eso... ¿Acaso golpeaste tu cabeza camino hacia aquí? ¡Yo no estaba celosa! ¡Jamás he sentido celos por nadie y mucho menos por ti!
Sé que acabo de levantar la voz, pero es que me parece patético hasta pensarlo.
¿Yo, celosa? Si ni siquiera he sentido celos por Jason. Además ni siquiera conozco a esta chica, ¿se puede tener celos de alguien a quien no conoces? Porque a mí me parece que no.
Jesse parece cada vez más entretenido al verme así, sobre todo ahora que perdí un poco el control y acabo de gritarle. Debo volver a ser la de siempre.
Yo soy Octavia Morgan y no tengo relaciones románticas, mucho menos siento celos por las amigas de Jesse.
Repito la frase dos veces y cuento hasta diez, porque de lo contrario me puedo volver violenta y no tengo nada aquí a mi favor.
–Sólo me encuentro algo agotada y lo pagué contigo, pero creéme que esos no eran celos. Me da igual lo que hagas con tu vida –respondo con un tono mucho más tranquilo que el de antes
–Sí, verás... no te creo. Estabas celosa y fue muy divertido verte. Admite que estabas celosa. No te pasará nada si lo haces. Prometo guardarte el secreto.
–No estaba celosa, jamás me verás de esa forma porque hace tiempo que no siento ni el más mínimo gusto por alguien. Y me han enseñado que mentir está mal, así que...
Mi intención es pasar por su lado y salir corriendo de acá. Porque volverlo a tener tan cerca sólo crea más confusión en mi cabeza y eso es lo que menos quiero.
–En ese caso, justo ahora estás mintiendo y no te veo en lo absoluto arrepentida. Pero yo a diferencia tuya no tengo problemas en decir la verdad y justo ahora tengo muchas ganas de besarte
Y haciendo caso a su deseo da un paso más cerca de mí, aun nos separan unos cuantos centímetros y podría decir que no quiero nada con él, empujarlo y salir de aquí lo más rápido que pueda. Eso sería lo que debería hacer y lo más sensato.
Huir antes de que sea demasiado tarde... Porque a lo mejor sí sentí celos y eso... me enferma. No estoy acostumbrada a experimentarlos y no me ha gustado para nada.
Aunque también podría aprovechar la oportunidad para comprobar si en efecto siento algo más por él o si sólo fue una alucinación de Tessa decir que él me gustaba.
Quitando el hecho de que pienso a menudo en algunas cosas que hicimos durante la gira, pero eso se puede deber a que simplemente me gusta el sexo y nada más.
Porque es muy poco probable que sea él quien me gusta, así como también es poco probable que haya sentido celos por su nueva amiga.
Debes trabajar mejor en tus mentiras, Octavia. Porque esas no te las crees ni tú misma.
– ¿Te gusta Sasha? –es lo único que me sale preguntar en este momento. Estoy peor de lo que pensaba.
¿Puedes ser más evidente? Me reprocho a mí misma.
– ¿Te acabo de decir que quiero besarte y me preguntas eso? No Octavia, no me gusta Sasha...
Eso es todo lo que necesitaba saber para prácticamente abalanzarme sobre él. No me interesa saber lo que iba a decir a continuación.
Mi boca busca la suya con desesperación y hambre. En este momento no me importa nada más que sentirlo a él.
Enredo mis brazos en su cuello para tenerlo lo más cerca que pueda y este beso no se parece en nada al último que nos dimos en mi auto. Este beso está cargado de deseo y desesperación. Siento que mi espalda choca contra alguna pared, pero lo único en lo que puedo pensar es en que no quiero que esto acabe.
No quiero separarme de él.
Pronto nuestras lenguas se encuentran y casi me siento avergonzada por lo mucho que estoy disfrutando de este beso, lo mucho que estoy disfrutando de este momento. Ahora recuerdo porque nuestro acuerdo fue tan largo.
Estar con él así, se siente increíble.
–No te haces una idea de cuánto pensé en este momento –dice Jesse cerca de mi oído
Nuestras respiraciones entrecortadas son lo único que parezco oír y tenerlo así de cerca tampoco me ayuda a salir de esta neblina de lujuria en la que estoy inmersa.
Aun no me he saciado del todo. Quiero más.
– ¿Has pensado en mí?
–No he dejado de hacerlo, no puedo... –dice para luego besarme el cuello –eres bastante difícil de olvidar...
Y sus palabras por alguna extraña razón me hacen sentir bien, no se supone que deberían, pero lo hacen. Sonrío sin poder evitarlo y Jesse vuelve a besarme. Lo siguiente que hago es cerrar mis ojos y me permito disfrutar de este momento.
Nuestras bocas vuelven a reconocerse y reclamarse, podría quedarme aquí por toda una eternidad y aun así nos faltaría tiempo para todo lo que quiero hacer justo ahora.
Jesse me tiene sujeta por la cintura, mientras nos observamos. Justo ahora somos la viva imagen del desastre, tendré que tomarme mi tiempo para volver a salir y que las chicas no se burlen de mí por lucir así de desarreglada.
– ¿Sabes en que estaba pensando? –pregunta él
– ¿Qué soy la mujer más hermosa que has visto? –respondo de manera inocente
–Estás cerca, en realidad estaba pensado... ¿Cómo se supone que pueda perfeccionar mi español si no tengo a mi hermosa y sexy profesora? Esa aplicación que descargué no es lo mismo. Ya estoy aburrido del pájaro verde y esas notificaciones que me llegan a cada rato
Esta vez me río sin poder evitarlo, me causa gracia y ternura que siga intentando aprender español.
– ¿Qué puedo decir? Se me da excelente enseñar
Jesse también me sonríe y me permito disfrutar de este momento. Sólo nosotros dos, riéndonos y disfrutando de la compañía del otro.
Me gusta.
–Eso no te lo voy a discutir, enseñas tan bien que creo que volvería a retomar esas clases contigo. De hecho aún hay muchas cosas que quiero hacer...
Y antes de poder responderle, siento su boca sobre la mía y olvido por completo lo que sea que iba a decir.
(...)
Una vez que salimos del baño y nos unimos a los chicos en la sala de reunión, todos se quedaron en silencio y nos miraron. Intenté fingir que no los escuchaba susurrar que era lo que había pasado entre nosotros, si habíamos peleado o si habíamos tenido sexo en algún rincón del edificio.
Por supuesto que le dediqué la mejor vista de mi dedo corazón a Barbara cuando la escuché decir eso último. A lo que ella solo me sonrío y me levantó su pulgar a modo de aprobación.
Y luego está Tessa. No ha dejado de sonreírme desde que llegué, es terriblemente molesto verla así de feliz. No porque me moleste su felicidad, sino la razón por la que sonríe, como si supiera lo que acaba de pasar entre Jesse y yo.
"Él te gusta Octavia, en algún momento tendrás que reconocerlo". Aun puedo escucharla decirme eso y me molesta, porque aún no lo sé.
Bash pone orden en la sala y habla de no sé qué. Estamos todos sentados alrededor de él y a mí me dejaron sentada estratégicamente al lado de Jesse. Sé que lo hicieron a propósito.
Lindsay y Barbara hacen un equipo terrible.
Observo de reojo a Jesse y él tiene el descaro de sonreírme y guiñarme un ojo divertido. Está mucho más feliz y sonriente y yo lo encuentro más atractivo que nunca.
Bajo la vista a sus labios y... me distraigo cuando siento su pierna rozar la mía.
En algún momento se tiene que haber movido y ahora nos estamos tocando, por mi parte me obligo a mantener la compostura y no alejarme de él.
Me es muy difícil seguir la conversación en la que todos parecen participar porque Jesse me tiene completamente desconcentrada y él lo sabe.
Lo detesto por eso.
–Hay muchas cosas que debes contarme –dice Tessa a mi lado en voz baja
Yo finjo no haberla oído y sigo en lo mío, pero con todo lo que acaba de pasar últimamente creo que nunca había estado tan cerca de romper esa promesa.
Esto se siente como estar caminando en la cuerda floja, es emocionante si te gustan las alturas y no temes caer, pero yo ya he estado aquí mismo antes y aun no me recupero del todo de la caída que tuve.
Las alturas ya no son lo mío.
Y aunque tengo escasas posibilidades de llegar al otro lado del camino en una pieza, preveo que tendré el mismo desastroso resultado si sigo caminando en esta dirección.
Observo a Jesse una última vez y al verlo sonreírme creo que la respuesta está muy clara. Y sé que necesitaré toda la suerte del mundo para no acabar como la última vez.
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