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El domingo a las 9 de la mañana Samantha se encontraba despierta de costado en la cama con el brazo de Jeremy abrazando su cadera y la mano sobre su pecho derecho. En la calle se escuchaba el ruido de los vendedores ambulantes, dentro de la habitación solo la respiración de su compañero en su hombro, no quería moverse, se sentía a gusto. Ese hombre sabía moverse, cumplió con sus expectativas, cogía como los Dioses y cada centímetro de su cuerpo tallado era digno de fotografiar y admirar, estaba encantada y tenía miedo.
Cuando Jeremy se voltea hacia el otro lado ella se estira para tomar su celular de la mesa de luz, tenía un par de mensajes de texto de Román, le pareció extraño porque casi siempre le hablaba por Whatsapp, también tenía 2 chat ahí, uno de Mariana y el otro de su abuelo paterno, que era el único con el que tenía contacto de esa parte de su familia. Primero abrió el chat de Mariana.
Whatsapp Mary.
Mary: Hola bonita, cómo estás? Te pido disculpas por como actué, te aviso que fui a buscar al minino y está en casa esperando que llegues por él. (Entregado 2:00 a.m, visto 9:15 a.m).
Mary: Ya saliste del trabajo? Querés que tomemos algo o tenés planes? (Entregado 2:30 a.m, visto 9:15 a.m).
Mary: Parece que estás ocupadita ;) mañana me contas, llámame cuando te despiertes y hacemos algo en el día o a la tardecita vamos al Támesis a tomar unas cervezas. Te amo amiga, perdón por hacerte pasar un mal rato (L. (Entregado 2:46 a.m, visto 9:15 a.m) - Cuando le cuente porque no le respondí se va a querer morir jeje - pensó Sam mientras le respondía.
Sam: Buen día criatura del infierno, te perdono obviamente también fue culpa mia, te aviso más tarde que podemos hacer, estoy enredada en unas piernas musculosas en este momento jaja (entregado 9:23 a.m)
Salió de ese chat, pasó a los sms de Román.
Mensajes de Texto Romm.
Romm: Pillina te vi irte con el barman, tan rápido te convenció? Jajaja cuídate traviesa, avísame si necesitas que te rescate ;) no entregues el culito ehhhh, es muy temprano xD jajaja (Enviado 1:30 a.m)
Romm: Che nena, perdón la hora, seguro ya estás brindando el mejor oral de tu vida o te lo están brindando a vos, pero cuando veas esto escribime o llámame, pasó algo en mi dúplex con los dueños y necesito un consejo... Y tal vez un colchón.
Disfruta el polvo, te quiero. (Enviado 3:30 a.m). - Oh mierda, ¿Qué habrá pasado? En cuanto pueda lo llamo- se dijo mientras salía de los mensajes para volver a Whatsapp y leer el mensaje de su abuelo.
Whatsapp Nonito
Nonito: Mi vida, seguro estás durmiendo a estas horas, no me gusta dar malas noticias y menos molestarte cuando estás en tu día de franco, pero debía avisarte que tu abuela no pasó nada bien la noche. En estos momentos estamos en la clínica St. Bolougue esperando noticias del médico, pero creen que no va a pasar de esta noche. Cuando despiertes llámame. Te quiero. (Entregado 5:30 a.m, visto 9:40).
Nonito: Mi vida, nos acaban de dar la noticia, la abuela falleció mientras dormía en el transcurso que fui a buscar sus papeles y otras cosas importantes. Ya me estoy encargando de los trámites, el cepelio será esta tarde en el cementerio del municipio Clainment a las 15:00 hasta las 17:00 horas. Lamentablemente no sé pudo salvar, lamento tener que darte la noticia, para no despertarte te escribo mi amor. (Entregado 7:00 a.m, visto 9:40). -Oh dios mío, no puede ser, esto no está bien - Pensaba Sam mientras releía el mensaje una y otra vez con lágrimas en los ojos que no tardó mucho en empezar a derramar.
Estaba de espaldas a Samantha y de un momento a otro la sentí sollozando a mi lado, no sabía cómo actuar, consolar a una mujer llorando nunca se me daba bien, pero algo tenía que hacer, me voltee hacia su lado nuevamente, le deposite un beso en el hombro desnudo y la acobije en un abrazo, ella giro dentro de mis brazos y siguió llorando en mi pecho por varios minutos, yo solo podía mecer su cabello en suaves caricias y depositarle besos en la sien, cuando ella quisiera parar y contarme la escucharía, mientras tanto en el silencio le daría consuelo, no tenía opción, no sabía que era lo que había ocurrido más que la mejor noche que hace años no vivía con una mujer. Recuerdo la boca de Sam en mi verga y se me pone dura, pero alejo el pensamiento, -No es momento para un mañanero, está chica merece que la cuiden - pensaba sintiéndome extraño por ese pensamiento, hasta que unos ojos verde agua brillosos se asomaron bajo mi barbilla.
-Hola preciosa, ¿Necesitas estar sola un momento? Puedo irme si...- lo interrumpió.
-No. Perdón, buen día. No quiero estar sola, mi abuelo me escribió por Whatsapp para decirme que mi abuela falleció en la madrugada, siento que me veas así.
-¿Es broma verdad? No me tenés que pedir perdón por algo así, si no lloraras no serías humana y de ser así significaría que me acosté con un robot, ¡Ay dios mío, qué hice!. - dijo Jeremy y ambos rieron, eso ablandó un poco el corazón de Sam, aunque no quería ni pensar en ello.
-Gracias... Mira, en unas horas es el cepelio, y aún debo pasar a buscar a mi gato y llamar a Mariana y a Román y...- la interrumpió.
-¿Alguna vez te dijeron que cuando te pones nerviosa te ves espectacular y dan ganas de clavarte al colchón y hacerte morir de placer?.
No sabía si estaba bromeando o si lo decía en serio, sus ojos estaban dilatados como la noche anterior, pero ahora no había copas de por medio, había dos personas desnudas mirándose fijamente a los ojos, una con los propios rojos y un rubor de infarto y el otro dilatados y totalmente intensos. Y la sensibilidad de ella fue mayor, como hace mucho no le pasaba, le tomó el rostro a Jeremy entre sus pequeñas manos y le dió un beso en los labios, primero en el inferior y luego en el superior, pidiendo permiso para explorar y él se dejó, la tomó de la cadera y la acercó a su cuerpo donde Samantha pudo notar una creciente erección mientras devoraba la boca que la noche anterior la había llevado al subespacio y le había brindado los mejores orgasmos que en su poca experiencia sexual no había tenido.
Luego de hacer nuevamente el amor con Samantha, comencé vestirme y de reojo vi como se alejaba para hacer una llamada a su abuelo para ver si necesitaba ayuda con los últimos preparativos del entierro, se veía delicada, con aire ausente y el brillo de la noche anterior de sus ojos nuevamente se había apagado. No quería entrometerme, la conocía hace nada de tiempo, pero me estaba provocando sensaciones que hace mucho no sentía, quería acompañarla en este momento, aunque sea estar un rato más con ella, pero iba a esperar a ver qué me decía, la muerte es algo duro de afrontar y seguro va a querer estar con sus amigos, no con un tipo con el que tuvo un revolcón.
-Ya estoy lista, ¿Tenés algo que hacer ahora?- dijo Samantha con vos tímida y un rubor en sus mejillas, se veía hermosa.
-La verdad es que no, debería escribir un relato corto que debo entregar en la editorial donde estoy trabajando...- mierda, no tenía que decir eso, pero al ver el interés y la pregunta en sus ojos continué- Es una historia larga, creo que con un café te la podría contar.
-Me encanta esa idea - dijo con una media sonrisa y unas arruguitas en sus ojos que la hacían ver más jóven de lo que era. - Entonces ¿Me acompañas a ver a Mariana que tiene mi gato y al cepelio?.
No sé si fue que en mi mirada había demasiada tristeza, capaz fue mi tono que sonó a suplica o tal vez que nombre a Mariana, pero cuando Jeremy dijo que si una parte de mi corazón se detuvo al momento de ver su sonrisa que parecía honesta y brindaba un consuelo hermoso.
Luego de cambiarse, salieron tomados de la mano como la noche anterior cuando llegaron, de solo pensarlo Samantha se ruborizó y miró el perfil del hombre que iba a su lado, era realmente bello, no le pregunto si tenía una relación, pero apostaba a que alguna mujer había en su vida y como ella no apoyaba la infidelidad, iba a darse el tiempo para sacarse esa y otras dudas, como la de su trabajo de escritor. Luego de entregar la llave, salieron a la calle donde el tráfico de a poco se iba despertando y caminaron hasta el estacionamiento del hotel donde Jeremy había dejado su Fiat Cronos 1.3 negro, era una belleza igual que el dueño, -Todo lo que le haría en ese auto- pensaba Samantha mientras él le abría la puerta del copiloto; cuando ambos estuvieron dentro del coche, ella le dio indicaciones para llegar a la casa de su amiga y mientras el motor retumbaba sumiéndolos en un silencio con mucha tensión y preguntas, Jeremy puso el radio y ninguno habló en el trayecto del corto viaje que les quedaba por recorrer.
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