Pasaron dos semanas desde lo ocurrido aquella noche iluminada por la luna. Dazai no dio indicios de cordura, lo que hizo que las esperanzas de Chūya decayeran. Sin embargo, el pelirrojo había visto aquel brillo en los ojos de su compañero, por lo que no iba a caer tan fácil.

Aquel día el cielo estaba en calma y el sol brillaba, mas en aquella solitaria habitación sólo había penumbra ocasionada por las ventanas tapadas por las cortinas que se mecían suavemente con la brisa que se colaba por las rendijas de las ventanas.

Chūya estaba apuntando los nuevos desvaríos de Dazai en una nueva libreta, la séptima, para ser exactos. Esta vez, el castaño hablaba con falsete, como imitando su propia voz. Frunció el ceño un par de veces al oír ciertas frases, pero lo dejó estar. Al fin y al cabo, su compañero no estaba en sus cabales.

El castaño hablaba de algo sobre una prisión de la Port Mafia en el sótano, sobre Atsushi y cómo querían venderlo a ciertas organizaciones y sobre lo estúpidos que eran los sombreros de Chūya.

Dazai tenía los brazos alzados, como si algo los sujetara. El castaño no parecía notar unas lágrimas que caían por sus mejillas, humedeciéndolas. Chūya frunció los labios y suspiró con tristeza y pesar.

—Por favor, no llores, Dazai. Tu amigo Oda no lo hubiera querido. Él quería que fueras alguien del lado del bien, pero estoy seguro que no quería que sufrieras—susurró el pelirrojo.

El cuerpo del castaño se tensó al oír su voz, lo que sorprendió al pelirrojo. Dazai sacudió la cabeza y frunció el ceño para después volver a poner la voz en falsete. El mafioso pelirrojo apretó los puños antes de seguir anotando en su libreta las frases de su compañero.

—Lo que ves es lo que hay... Estoy atrapado a la espera de mi ejecución—habló Dazai de forma despreocupada.

Chúya frunció los labios y miró su libreta, la cual, pronto tuvo dos gotas de agua sobre el papel. Se llevó una de sus manos al rostro, tapando su sollozo.

—Dazai, no hay ninguna ejecución, no estás atrapado. Te lo estás imaginado todo—murmuró más para él que para el castaño

Alzó la cabeza, sólo para darse cuenta de cómo el brillo volvía a aparecer en los ojos de Dazai, cono aquel día. El castaño abrió los ojos como platos y fijó su vista en Chūya. Éste sintió su labio superior temblar, deslizándose hacia arriba en forma de sonrisa. Tragó saliva con dureza y se acercó a su compañero.

—Por favor, despierta de esa realidad. Vuelve—pidió el pelirrojo, con nueva esperanza.

El castaño cobró la lucidez por unos instantes, reflejada en sus ojos, los segundos suficientes como para posar su mano derecha sobre la mejilla del pelirrojo y limpiar sus lágrimas con tranquilidad y cariño. Chūya cerró los ojos y se abandonó al contacto que le ofrecía Dazai, un contacto que había esperado Dios sabe cuánto tiempo.

—Osamu...—susurró el pelirrojo mientras posaba su mano sobre la de Dazai y besaba el interior de la mano del castaño, como indicándole que estaba allí con él, que no se había ido

—Chuya... ¿Por qué lloras?—murmuró el castaño mientras sonreía al pelirrojo con ternura.

De repente, Dazai cerró los ojos e hizo un quejido de dolor, apartando la mano con brusquedad, mas sin hacer daño al contrario. Chūya se sorprendió y vio cómo Dazai volvía a colocar su brazo en alto, haciendo como si estuviera de nuevo encadenado.

El castaño abrió de nuevo los ojos:el brillo había desaparecido, sus orbes marrones volvían a ser opacos. Dazai sonrió con burla antes de decir:

—Tienes demasiada imaginación. Te quedarás calvo de tantas preocupaciones.

Chūya abrió los ojos como platos antes de salir corriendo de la habitación para buscar a su jefe y contarle las noticias de la evolución de Dazai, dejándolo sólo con una grabadora de voz para más tarde apuntar su diálogo.

—¿Y dices que te ha hablado sin hacerlo en una conversación consigo mismo?—preguntó el ex doctor, quien estaba arrodillado a la altura del castaño mientras apuntaba con una linterna a los ojos de éste para que siguiera la luz. Para asombro del jefe de la mafia portuaria, Dazai seguía la luz con la mirada.

—Así es, Jefe—afirmó Chūya.

Mori frunció el ceño y apagó la linterna para después levantarse del suelo y mirar a Chūya.

—Dazai-san seguía la luz de la linterna, por lo que se puede decir que ha tenido un pequeño avance—habló el azabache con calma—. Aunque que sólo fuera capaz de hablarte por unos instantes sigue siendo descorazonador, es algo que debemos tomar en cuenta. Él sigue allí, sólo debemos lograr que vuelva.

Chūya asintió y miró al castaño, quien volvía a desvariar, molestando de nuevo al tal Kunikida y pidiéndole a Atsushi que le redactase un informe.

—¿Ha dicho Atsushi?—se fijó Mori.

—Sí. Es algo extraño, pues Atsushi y él no se conocen. No se han visto nunca, y me parece algo raro, pues cuando habla de él, los detalles encajan a la perfección con el chico tigre—contó el pelirrojo.

Mori se llevó una mano al mentón para después suspirar, algo cansado.

—Bueno, de momento eso se quedará en misterio, Chūya-kun—el azabache se dispuso a salir de la habitación—. Ah, antes de marcharme. Creo que podrías tratar a hablar con él de tanto en tanto para ver si reacciona a las voces externas. Podría contestarte si le hablas con claridad.

Chūya asintió, y en cuanto su jefe cerró la puerta tras él, se lanzó a los brazos del castaño para abrazarlo.

—Yo sé que sigues ahí, lo he visto con mis propios ojos—sollozó el pelirrojo—. Sé que la muerte de Oda te afectó, y me da igual que tan cierta te creas esa fantasía en la que estás:no pienso abandonarte hasta que recuperes la lucidez. Soy tu compañero, y debemos estar siempre juntos. Y prometo, que cuando salgas de esa realidad, te ayudaré a cumplir de verdad el deseo de Oda. Lo haré, lo haré por ti, Osamu.

El mafioso tomó el rostro de Dazai entre sus manos y besó la punta de su nariz con cariño para después llorar en silencio mientras se recostaba en el pecho del castaño. Se quedó dormido, con el corazón henchido de esperanza y las mejillas húmedas por las lágrimas saladas.

Lo que él no sabía, es que en cuanto se quedó dormido, Dazai comenzó a acariciar sus cabellos de forma automática, como sabiendo que estaba allí.

Hoy es martes, y toca actualización de esta historia. La próxima será el día 09 de Mayo.

¿Cómo estáis, todo bien? ¿Os ha gustado el capítulo? Oh, ¿y alguien tiene una ligera sospecha de por qué Dazai sabe quién es Atsushi? Os leo en comentarios ☺️

Eso era todo. ¡Adiós a todos, nos vemos! 👋