Capítulo 47: coleta rosa, Parte II

Capítulo 47: coleta rosa, Parte II


JANA CLARK


Tenía tantos miedos arraigados dentro de mí porque nunca me sentí suficiente, para mi madre y mi familia siempre fui una fracasada, y todos decían que me iba a quedar solterona, gorda y desempleada, siempre la sombra de mis hermanos, por no encajar en los estándares ideales, ni siquiera después de mi carrera universitaria me sentí suficiente...

...Donovan me hizo sentir que alguien me aceptaba, y con él sentía que al ojo de los demás no era un caso perdido, por mucho tiempo, su bienestar y su aprobación fue lo único que me importó, pero, ahora me daba cuenta de que no era amor, era lealtad y mucho miedo a quedarme sola. Se decía fácil, la frase "vivir mejor sola que mal acompañada" pero, cuando te encontrabas en la realidad sola y sin compañia era una depresión que atacaba muy fuerte, una que apenas había empezado a superar.

Cuando empecé a cuidarme y a amarme, me di cuenta de que yo sí era alguien que valía la pena, y las personas que valen la pena no tienen permitido conformarse con la mediocridad.

Suspiré llevando las manos a mi cabeza, sentía un nudo en la garganta, no era fácil estas malditas decisiones. El comandante Hofmann tomó mis muñecas apartando las manos de mi cabeza, alcé la vista a sus hermosos y profundos ojos azules.

—Ya hay que regresar, debemos irnos —murmuró.

Sabía lo que significaba esto, regresar al trabajo, guardar discreción y actuar como si no fuéramos amantes.

—Tú no vas a quedarte ¿cierto? —pregunté.

Maximilian frunció ligeramente el ceño.

—¿De qué hablas? —preguntó.

—De lo que hay entre nosotros —dije—, tú no vas a quedarte conmigo, tú no quieres una relación.

Él relamió sus labios y respondió:

—Jana —su voz era como un leve susurro cuando pronunció mi nombre— Creo que en este momento, mi prioridad está en la misión.

Apreté la quijada mientras la esperanza y mis ilusiones se iban al piso. Lo sabía, de hecho, lo supe desde el primer momento en que él se acercó a mí, que sería una aventura, que él no era de tomar nada enserio, ¿de verdad pensé que él podría estar enamorado de mí más allá de su perversión?

Claro que sí, creí que más que la atracción físico y de sus advertencias, él sentía lo mismo que yo.

—Ya —fue lo único que salió de mí boca mientras me daba la vuelta para irme, pero él me sujetó de la muñeca, él tacto de su mano lo sentía arder contra mi piel.

Tomé una profunda respiración y cuando me voltee para enfrentarme a sus ojos de azul maldito, solté un jadeo e hice una mueca ante el ardor que empezó a surgir en mi costilla.

—Jana, ¿qué ocurre? —preguntó.

Negué con la cabeza y lo miré como si él fuera él culpable de todos mis males. Alcé mi camisa sintiendo como si algo me estuviera quemado la piel, la marca de la flecha dentro del arco parecía recién hecho alrededor la piel estaba enrojeciea, ardía a tal punto que creí por un momento que me estaban quemando desde adentro la piel.

—Mierda, ¡quema!, ¡quema!—jadee saltando en mi lugar sin resistir el dolor, no la podía tocar y al mismo tiempo sentía que la piel se me estaba cocinando viva.

—Calma —dijo el comandante Hofmann intentando aguantarme, pero yo no lo dejé.

Intentaba sobrellevar el dolor, y cuando se me calmó por unos segundos, alcé la vista al comandante Hofmann y lo miré de forma acusadora.

—¿Qué significa esta marca? —solté.

Él me miró pareciendo algo mortificado.

—No lo sé. —respondió y para mí, fue muy evidente que me estaba ocultando algo.

—¡Claro que lo sabes! ¡La reconociste anoche! —repliqué— ¿No vas a decirme cómo reconociste esa marca?

Literalmente ahora él no tenía escapatoria de mí cuestionamiento, quería una respuesta ahora.

—Jana... —dijo pasando una mano por su cabeza lentamente.

—¡La reconociste! ¡Explícamelo! —solté molesta.

Él dio un paso hacia mí, fijando su mirada en la mía y murmuró:

—Cálmate.

Su mirada y su voz profunda era tensa, atemorizante, de esas que te hacen enfriar el enojo y preguntarte si es buena idea enfrentarse a semejante muro tatuado. Apreté los labios y dije:

—Quiero respuestas.

El comandante Hofmann tomó una profunda respiración, tomó el borde de su franela y se la alzó revelando que dentro del montón de tatuajes que él tenía en el torso, había una marca igual a la mia ahí en su costilla, en forma de flecha con un arco pasando por el medio también roja como si recién se lo hubiera hecho.

Alcé la mano y tragando pesadamente saliva dibujé la silueta de la marca contra su piel lo sentí contraerse ante mi toque, casi enseguida la marca de mi piel dejó de arder. Miré sus ojos azules, él media mi reacción.

—¿La tuviste todo este tiempo? —pregunté.

—Es reciente —dijo—, lo noté la primera vez que dormimos juntos, eso solo apareció.

Ese fue el mismo día que me salió a mí.

—¿Qué significa? —cuestioné.

Él negó con la cabeza como si quisiera decirme que no sabía qué significaba, pero no respondió, como si esto fuera algo prohibido de lo que no podía hablar y por eso me mentía, estaba harta.

—¡Sí lo sabes¡ ¡¿Qué me estás ocultando?! —mí tono iba en aumento— ¡tambien tienes una foto de mi padre! ¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué tenemos esto?!

Se quedó callado y eso solo me hacia ver que posiblemente el comandante Hofmann solo me mantenía cerca, pero no confiaba en mí, ni siquiera lo suficiente para decirme lo que sabía.

—¿No dirás nada?

—Son asuntos clasificados, Jana —susurró.

Un nudo se me atoró en mí garganta.

—Soy tan estúpida... —dije ahora viendo que no conocía a este hombre en lo absoluto, me dejé llevar por las emociones locas, pero él sabía cosas de mí que se negaba a decirme.

Me di la vuelta y empecé a caminar, escuché su voz detrás de mí.

—Espera...

—¡No! Ya me tienes harta —le grité sin dejar de caminar— ¿y sabes qué? me vale mierda, no voy a dejar a Donovan porque tu lo digas , me ha demostrado ser un buen hombre, uno leal ¡y uno que confía en mí! ¡Que no me oculta cosas! ¡Al menos no le teme al compromiso como los cobardes como tú!

Sabía que lo que estaba diciendo solo eran estupideces para molestarlo, pero en este momento solo pensaba con el enojo.

El comandante Hofmann enojado por lo que le grité me tomó del brazo con brusquedad deteniendome a la fuerza y volteandome hacia él, su rostro se había vuelto rojo probablemente igual que el mio.

—No vuelvas a llamarme cobarde —dijo él enojado— ¿no ves que Donovan te trata como mierda? ¿O te gusta ser patética?

No me aguanté la mano  cuando le solté una sonora bofetada en la mejilla, el comandante Hofmann cerró los ojos, apretó la quijada y simplemente respondió:

—Él te engaña.

Sentí que el mundo se me vino encima.
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Uy, uy, demasiadas emociones juntas jahshdj okey oookeeey ahora si, EL PRÓXIMO CAPÍTULO ES UNO DE MIS FAVORITOS WUAJAJAJAJAA A AMO lo subiré está misma semana.
Leeré sus especulaciones, a las mejores teorías les dedicó el próximo capítulo jiji.

Recuerda comentar y votar si no lo han hecho o tendrán mala suerte D:

Instagram: Ysarisareinamoo en el canal siempre ando subiendo cosas interesantes únete :D

Las amo con mi higado.

Ah por cierto, este es un nuevo video de YouTube por si se quieren dar una vuelta, está gracioso. Jiji.

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