Los rayos matutinos se adentraban en la casa ajena, uno de los dos empleados estaba despierto ese es Kirshima que revisaba su celular, la razón del haberse levantado temprano es que le está dando fuertes dolores de cabeza, que ni la pastilla podía controlar su dolor cerebral, mientras revisaba su celular veía fotos donde estaba Yokosawa durmiendo, justo similar a la misma posición que el ahora mismo se encontraba, el mayor rio ante este suceso , siguió revisando había otra fotos había una en especial, que le llamaba la atención era una que se estaba dando un beso en la mejilla con el de cabellos azules y la otra en los labios un recuerdo que si valía la pena, poco a poco el dolor se reducía haciendo que el mayor recuerde más las cosas.

Por otro lado Yokosawa estaba semi despierto, con poco apoyo en sus ojos notaba a Kirishima revisar su celular, él pensó que sería del trabajo, según es lo que él creyó, pero que tan equivocado estaba, decidió moverse un poco para acomodarse de nuevo en la cama.

Ya eran casi las doce de la tarde y el menor aun no le levantaba al parecer aun estaba muy cansado de lo que había hecho anoche o quizás por el trabajo, pero no duro mucho su sueño hasta que el de cabellos castaños decidió levantarlo, Yokosawa se quejaba de aquel acto pero al final se terminó levantado algo somnoliento, después de haberse duchado y cambiado tenía pensado regresar a su hogar, pero el mayor le propuso que se quedara ya que le haría bien compañía ya que su hija se quedara aun día más con su abuela, en ese instante que el de ojos marinos se iba acomodar en el otro sofá , una mano ajena lo jalo haciendo que caiga en medio del castaño que reía dulcemente ante la expresión de vergüenza del menor. Este se quejaba de lo que está sucediendo, pero un beso y otro mas fueron dejando que pudiera hablar, las lágrimas no tardaron en desbordar en sus mejillas preocupan al mayor.

-Yokosawa esas lagrimas...son de ¿Felicidad o tristeza?-

-Ambos idiota, yo no creo que te acuerdes de mí, pero me lastimas, y mucho Zen estoy harto de amarte, sin poder hacer que te acuerdes de mí yo...yo...-

-Espérame por favor, no quiero que te vayas aun- lo tomo por la cintura- Sólo quiero que vayas a mi cuarto descanses, más tarde hablaremos sobre esto-

-Ummm-lo miro dudoso- Bien, me quedare aquí...-

El menor se fue a la habitación, se hecho y durmió profundamente. Comenzaron a tocar la puerta del cuarto por más que llamarán por su nombre no había una respuesta en eso abren la puerta y el de cabellos marones se tira encima del menor feliz.

-Yoko, ¿listo?-

-¿Para qué debería estar listo?-

-Sorpresa, ven vamos-

Cuando salieron del cuarto casi en su mayoría las cosas estaban decoradas, Yokosawa no podía verlo ya que Kirishima cubría sus ojos dejándolo afuera del departamento.

-Cuando te mande un mensaje que diga que puedes entrar lo sabes ¿Si?-

-Está bien-

Esos minutos un mensaje llego, el menor lo vio decía que el mayor le decía que lo use, en ese momento el de mirada azulad entro, vio todo las decoraciones que tenía el departamento corazones, nubes algunos que otro brillos, comida y notas como "te acuerdas que paso esa vez que no te dije que te vayas", "te acuerdas cuando fuimos a la piscina con Hiyori" y así la lista continuaba hasta llegar a la última nota.

-¿Te acuerdas cuando me enamore por primera vez de ti?—ambos lo dijeron al mismo tiempo, las lágrimas en el gatioso no tardaron en aparecer con una sonrisa-

-Por favor, acuérdate de mí...-con una sonrisa corrió a los brazos del mayor que sonreí repetía muchas veces "Si, siempre lo haré" llorando a la vez con su amado para siempre-

Bueno este es el final del libro espero que les haya gustado fue un gusto escribir esta historia :3