Sostén la respiración.

_Un helado de sabor cielo. Por favor _ los ojos de Percy desprendían un brillo alegre y ansioso mientras veía como cargaba el hombre el helado en su cucurucho.

_Puedes elegir tres sabores muchacho_

_Quiero todos del sabor cielo. Y en cucurucho_ Me miró sonriendo de medio lado cuando dijo cucurucho. Y rodé los ojos. Típico de un varón presumiendo de su voz de barítono.

_Deme a mí, chocolate y vainilla por favor. _

_En seguida, señorita. _ Metí mis manos en los bolsillos minúsculos de mis vaqueros. Empezaba a tener algo de frío. Pero no quería frotarme los brazos frente a Percy. Quería evitar que lo notará.

Pero el viento se había puesto a soplar con mayor fuerza de repente. Moviendo mi pelo de aquí para allá, haciendo nudos y metiéndose por mi boca.

_ ¿Tienes una gomita?_

_Sí._ la saqué de mi bolsillo trasero y alcé mi pelo con la mirada de Percy clavada en mi trabajo.

_¿Cobertura? _Preguntó el vendedor de helado

_Chocolate._ Respondió Percy sonriéndole al hombre.

Miré su rostro y hombros relajados.  Eché un vistazo hacia los demás que dejamos atrás. Estaban los tres con las cabezas unidas pareciendo discutir sobre algún tema. Evité justo a tiempo la mirada acusatoria de Jason.

Suspiré... la verdad aún me sentía un poco picada por su hostil comentario. Sería mejor que fuera de inmediato a dormir en mí casa y olvidarme de todo.

Dude, un segundo. ¿La razón? Él apuesto chico que estaba lado mío.

_¿Ya te encuentras mejor, eh?_ Justo cuando termine de preguntar me arrepentí.

Era demasiado odiosa. ¡¿ Y por qué me sentía tan insegura con todo lo que decía?!

Él podía tener el ánimo como se le pegaba la gana. Pero él pareció no tomarlo de mala manera por suerte.

Fulminando su helado como si fuera algo muy interesante respondió.

_Claro. Gracias. _ Pero fue cortante. Y  estaba en su derecho.

Miré mi cucurucho ser cargado. 

_Y ¿cómo es que sales hoy? _Percy se puso frente a mí, mirándome el semblante fijamente. _Tienes más agallas de lo que pensaba. -

_Pues, Piper y Hazel me obligaron. No suelo salir mucho. Sí... A mí también me sorprende un poco. _Respondo también extrañaba. Pero en el fondo sabía porque había salido sin dudar. Mi madre me había fallado. Dos veces. Había salido de la ciudad y llegaría mañana temprano en casa.

¡Se había ido!

Sin avisarme. Sin dejarme nada que comer y esas cosas, y bueno estaba siendo una niñita en verdad pero, oye, por eso mismo salí, para evitar quedarme muriendo en soledad y melancolía de mi antiguo y adorado San francisco.

_¿Estarás sola en casa verdad? _

_Mmm..._ Musite.

_Ya. _ Se echo a reír. _No me tienes confianza. OK. Eh... a ver, estás muy linda por cierto.._ Sus ojos eran suaves ahora. Me sorprendía lo mucho que podía cambiar su mirada.

De frío mar glacial, a cálidos de suaves olas de mar.

_Gracias. Tuve ayuda de Piper. _ No me gustaba robar crédito a las personas.

_¡Ahg!_ Echó la cabeza hacia atrás un segundo. _Ahora todo tiene sentido. _ Exclamó.

_¡Ey! _ Reclame por su sarcasmo. _ también tengo un fantástico gusto por la moda. _

_Claro. _Él asintió serio._La gorrita de memo me confirma tus palabras. _

_Idiota. _Pero solté una carcajada.

_¿Cómo sabes que mi madre salió?_ Tal vez no debí preguntarle. Tal vez era un pervertido cualquiera que se colaba en casas de chicas rubias que estaban solas y tristes llenando sus vacías existencias con helado y dulce de leche.

Pero, al diablo. La verdad. Mi instinto de supervivencia incluso subía a un 60 % cuando estaba con él.  Tal vez era solo mi idiotez oculto reluciendo después de años. Pero aún así no podía ignorarla completamente.

_¿Y tú? ¿Vives allí? ¿Dónde nos habíamos conocido? _ Él bajó la mirada. La desvío un lado y volvió a mirarme sonriendo. Pero con una capa de inseguridad nublando sus ojos.

_Así es, es mi acogedor departamento. Decidí que era ya suficiente estar dependiendo de mami._ Sonrió de medio lado._Alejarme. _

Y yo le devolví la sonrisa.

Sin comentar que sabía con toda seguridad que me estaba mintiendo con toda caradurez.

Luego de pagar mi helado le di un lametazo que casi congela mi lengua.

_¿Nos sentamos? _ Apunto un banco que estaba cerca de la calle.

_¿No quieres volver con los demás?_ Pregunté frunciendo el ceño.

_Por ahora no._Se sentó. _Puedes volver tú. No tengo problema en quedarme solito. _ Se quedó en silencio sin mirarme y solo tomando su helado con devoción.

Él banco estaba frío a través de mis vaqueros, hizo que temblará sin poder detenerme.
_¿Quieres mi chaqueta?_

Negué con rapidez. _Gracias, solo fue por el banco que está como  casi congelado. _

_Oh. _

_Hace un buen tiempo._ Comenté sonrojándome. Qué lista Annabeth. Vaya, ¿en serio hablas del tiempo?

_Sii...._Él miro el cielo oscuro cubierto de nubes oscuras. La luna creaba una aureola que presagiaba lluvia alrededor de las nubes.

_Es agradable. _

_Siii..._

Estaba espiando su semblante serio desde la periférica de mis ojos. Hice una simple pregunta con ánimo de hacerle conversación.

_¿Y tú madre de qué trabaja?_

_Un músculo se crispo en su mandíbula. Y me acobarde. Me lanzo una mirada que gritaba. "¿Y a ti que te importa?"
Luego volvió a concentrarse en su helado y con voz suave contestó.
_Vende dulces. _ Su rostro fue dulce al mencionarla.
_Oh._

Era apuesto bajo las farolas, sus pestañas creando sombras bajo sus mejillas.

_¿Y la tuya?_

_Es profesora de una universidad. _

_Cool._ Asiente impresionado.

_Sii, aunque no tanto para mí. _ Me sorprendí que se me saliera eso. Nunca solía hablar de mí,  pues me parecía arrogante.

_¿Por qué? _ Pregunta con gentileza.

_Me deja mucho tiempo sola. _ Confieso.

_Siii, eso no es agradable. _Admite. Suspira hondo y se llena la boca de helado azul.

_Extraño San Francisco. _

_¿Qué películas te gustan Rubia?_ Su pregunta fue abrupta._ Acaso "¿dónde están las rubias?" Tal vez.

_Oyee._golpeé su hombro con el mío, rápido. _Está en mi top 10 de películas favoritas la verdad. -

Pasaron unas chicas para llegar al carrito de helados. Dos jóvenes esbeltas que parecían provenientes de familias ricas por su vestimenta.
Miraron a Percy con poco disimulo sin siquiera captar mi presencia.
_Hace tanto que no voy a al cine pero es que nada parece demasiado que valga la pena. No sé. Necesito ayuda para no equivocarme y gastar mal mi dinero. _

Le contesté con la mitad de mi atención a él y la otra mitad a las chicas. Estaban agarrando sus helados. Me pregunto por qué vendrían por un carrito pudiendo bajar en una heladería de fachada más de cinco estrellas.

Se acercaban de nuevo. Entrelazándose los brazos y llevándose el pelo hacía atrás con coquetería.

Él levantó la vista hacia ellas. Sonrió con ternura y asintió como saludo. Supongo que los tatuajes y su fachada de chico malo. Atraía a todo tipo de chicas de toda categorías.

Ambas mujeres  echaron risillas y se alejaron dando traspiés. Él se fijo un rato más en ella, después suspiró y siguió en su camino por terminar el helado.

_¿No vas a seguirlas?_

_¿Para qué? _ Sonríe de medio lado fingiendo ignorancia.

_Ya sabes. _ Empiezo con un pequeño sonrojo.

_Podría._Respondió asintiendo pero no se movió como para levantarse.

_Tú te lo pierdas viejo._Le digo alegre y como incitándole a irse. Qué lista era.

_Naah..._ Me sonrió. _Sexo puedo conseguirlo por todas partes. ¿Una conversación con alguien con gran nivel intelectual? Eso sí no puedo desaprovecharlo.

Mi cerebro registro dos segundos más tarde el halago. Entonces sonreí de vuelta y empecé a hablar sin parar con muy bajo nivel Intelectual distraída por cada gesto suyo. Fascinada por cada movimiento suyo.

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_Sostén la respiración enano. _Grita con fuerza. _Mete más la cabeza. _ hacia daño a mi cuello pero no podía gritar. Y aunque lo hiciera nadie vendría.

Sostenía la respiración. Él miedo hacia que sude y la mayor parte de mi cuerpo estaba mojado de sudor. Aunque por el agua bajando de mi pelo a mi espalda se entremezclaban.

_Mantén la respiración. ¿Cuánto puedes aguantar eh?_ Sacó mi cabeza del balde de agua.

_Puedo hacerlo._ Jadee con fuerza

_Vamos inútil. _ vuelve a meter mi cabeza. No le importa que golpeé mi frente. Por supuesto qué no. Claro qué no.

Mis pulmones van a explotar. Siento que moriré. Es el fin. Está bien. Estoy listo. Pero luego vuelve a levantar mi cabeza del balde de agua. Y de nuevo veo esperanza y tengo miedo de morir y quiero huir para poder vivir, sobrevivir.

Ella está en el suelo. Mamá,  le sangra la cabeza, tiene sus mejillas sucias y donde las lágrimas cayeron forman líneas limpias. Su rostro es pálido. Excepto por donde tiene moretones. Allí son violetas o amarillos. Y tiemblo. Quiero acostarme a su lado. Ahhh, estoy tan triste.

¿Dónde está papá?

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Desperté envuelto en sudor frío. Mi respiración irregular como si hubiera estado conteniendo la respiración en verdad. Golpeé la pared que estaba tras de mí. Dos puñetazos fuertes y veloces.

Bastaron para abrir la piel y salieron unos pequeños chorros de sangre. Nada demasiado vistoso. Según mi opinión.

Me sentía temeroso. ¿La habitación siempre fue tan oscura?
Él no entraría por la puerta ¿no? No... claro qué no.
Si los hubiera ayudado... Jason era un estúpido. Él jamás lo ayudaría. No a un pequeño bastando que era hijo de una don nadie según ellos.

Su opinión era excremento de vaca para mí.

Mi madre. Oh mi madre Sally...

Era un arruinado Tembleque.

Y entonces en medio de la oscuridad y el pesado silencio. Me llego el recuerdo de alguien. Me hizo estar más consiente que a la vuelta de la esquina estaba tal persona durmiendo en este mismo momento con tranquilidad en su cama. Alguien que podría ayudarme a perderme de mí mismo. Escondiendo mi cabeza dentro de esos voluminosos rizos color miel.

_Annabeth._ Y esto no era bueno. No lo era en absoluto. Nunca se me había presentado una chica en mis pensamientos luego de una de estas pesadillas perturbadoras. La primera vez. En medio de la soledad. Una sola compañía imploraba una parte de mí a que fuera a verla.
Suspiro. Y me acuesto de vuelta mirando el techo y el ventilador girando lentamente encima de mí. Imaginando sí dudaría algo en quitarme del camino si se cayera.

_Annabeth... _Abrazo mi propio cuerpo.

Y susurro, apenas moviendo los labios.
_ Quiero un abrazo. Annie. _

Algo húmedo caía por mí mejilla.
_Por favor. _
Trate de evocar la sensación de estar hoy a su lado en ese banco. Traté dormir con esa acogedora sensación.
Y pómulos suaves y cejas arqueadas.

Y la soledad oprimía mi pecho.

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_Que silencio. _Dije en voz baja. Tratando de eliminar el rotundo silencio de mi cuarto. Ni quiera pasaba muchos vehículos. Para que el ruido del tráfico me arrulle hasta dormir.

Subí la colcha hasta mi barbilla.

Mire las cajas a mí alrededor.

Podría levantarme y arreglarlas para evitar pensar más y quitarme este sobrecogimiento. Pero tampoco tenía ganas de perder mi cálido lugar en la cama.

Suspire hondo. La soledad. Hace tanto que no la había visitado. Supongo que aquí le haría compañía de vuelta un largo y buen tiempo de vuelta. Parecía bastante probable. Pensé escuchando de repente el dri cri... desde algún lugar de las cajas o el baño.

La soledad oprimía.

Y pensé, al otro lado, el cálido sentimiento que podría espantar la soledad,  estaba solo a la vuelta de ese oscuro y peligroso callejón.

Él. Estaba ahí.

Seguro y reconfortable luego de la tormenta voraz.



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Coment. ♥

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