Si algunos no existieran...
- Hey... -
Percy estaba parado, mirándome bajo el toldo del edificio. Podía ver el verde de sus ojos con cada relámpago que iluminaba el cielo y los alrededores de mi calle. Estaba completamente sorprendida, apretando la manija de la puerta con indecisión, bastante sospechoso a decir verdad, y recuerdo que este chico tenía fama de mujeriego a toda potencia, pero si era acción gratis debajo de mis sábanas lo que buscaba este tipo tendría que volver a su departamento ponerle play a un video porno o llamar a una de sus tantas amigas para que le ayude a "distraerse" podía imaginarme su celular, lleno de contactos de: Chica 1, chica 2, chica de la esquina, de la tintorería y sensual mujer actriz porno... ¿exageraba? Su atractivo era exagerado así que había probabilidades de que acertará.
- ¿Qué es lo que quieres?- Me fije en que tenía las manos detrás de la espalda. Él se dio cuenta. Trató de detener su sonrisa divertida mientras mostraba lo que ocultaba.
- No es ningún cuchillo. - Aseguró mientras veía una bolsa transparente delante de mí.
- Eso es un alivio. - Contesté arrastrando mis palabras. - ¿Donas?
- Creo que saben bien con el café, y saben mejor cuando son gratis y definitivamente saben exquisitas cuando un chico sexy te las trae a mitad de la noche. - Sus ojos brillaban con picardía. Metiendo una de sus manos en su chaqueta y con la otra movía la bolsa de un lado a otro.
Fruncí el ceño confundida.
_Cómo sabes qué estaba tomando café. - Le pregunté con cautela, miré a los alrededores por si había cámaras o algo así. - Eso es espeluznante.
- Bueno, adiviné lo del café. Pero sabía que estabas tomando algo ya que te vi por la ventana desde afuera. - Apuntó la ventana que estaba cerca, la que daba una visión completa adentro de la cocina. - Tienes que ponerle cortinas, hay muchos acosadores en la zona.
_Oh. - Puse los ojos en blanco.
- ¿Puedo pasar?_ Un relámpago sonó en la distancia, como una advertencia peligrosa.
De nuevo entrecierro los ojos, no podían culparme, el chico tenía grandes músculos y una sonrisa torcida que presagiaba grandes problemas, buenos y malos... Era definitivamente unos pies más alto que yo y claramente peleaba mucho mejor recordando como acabo de varios golpes certeros y duros a esos cuatro hermanos Thompson aquella noche anterior en donde mi cerebro obviamente se apagó o estuvo de huelga porque no encontraba otra explicación para comprender como había sido tan estúpida ese día. Tan tan imbécil, sin contar que había estrado en un callejón.... Demonios, me perseguirá por el resto de mi vida y Percy Jackson debía estar pensando en eso, oh vaya, esta chica es realmente tonta, será fácil que caiga a mis pies. Yei.
Ladeo la cabeza. - Perdón. Pero tengo que preguntar por qué.
- Ahh... - Se rascó la cabeza con un dedo como buscando una respuesta, al menos no se veía como un violador. -Quiero pasar un rato contigo Annabeth, hablar, conversar eso es todo. Tranquila, realmente no te ves tan sexy con ese pijama con dibujo de renos.
Ignoré eso último deliberadamente. Miré hacia adentro. El lugar estaba limpio y ordenado. Bufe, me tapé la boca de inmediato avergonzada. Qué poco parecía a una dama. Él se rasco la esquina de los labios como tratando de ocultar una sonrisa.
- Disculpa. Pasa._ Me hice a un lado y lo dejé solo en el pasillo quitándose la chaqueta y colgándola en uno de los ganchos de la pared.
Lo espere en el comedor. _¿Quieres chocolate o café? _
_Chocolate, por favor si no te molesta. - Pidió mientras sus ojos vagan por todas partes con curiosidad.
Me puse a ello con ganas. Cualquier cosa quería hacer para evitar mirarlo a los ojos directamente, y alejar el persistente pensamiento de qué ahora mismo estábamos completamente solos.
Y mi madre llegaba hasta la mañana.
- Hoy fue bastante difícil la clase de matemáticas. ¿Verdad? _ Parecía esforzarse para hacer conversación. Demasiado relajado. Para alguien muy hiperactivo.
- Sí, lo normal. - Respondí con el olor a chocolate llenando mis fosas nasales.
_Uff, cuando empiezo a entenderlo. Viene de la nada un nuevo tema y vuelve a arruinarme la vida._ Resopla con enojo y pone un tierno mohín en el rostro. - Quiero revivir a los creadores de las matemáticas y volver a rematarlos con mis propias manos. - No podía decir con seguridad pero la voz de Percy sonaba insegura.
- Supongo que deberíamos volver a la antigua Grecia. - Comenté pensativa.
- ¿Deberíamos? - Murmuró suavemente. - ¿Piensas acompañarme a matar tus ídolos?
- Yo no tengo ídolos, solo los estúpidos idolatran a otros estúpidos. - Dije sin cuidado alguno, simplemente estaba siendo sincera.
Me dirigí a elegir una taza. Estaba por agarrar uno color naranja, luego recordé que le gustaba el azul. Me estiré de puntitas tratando de alcanzarlo.
_Te ayudo. - Su voz sonó cerca de mi oreja. ¿En qué momento se había movido tan cerca detrás de mí? Estiró la mano y fácilmente me la pasó. Podía sentir su tibio cuerpo cubriendo completamente el mío. Agarré la taza, evitando sus dedos largos como si fueran peligrosos.
_Gracias. - Extrañamente mi respiración parecía dificultosa.
_No hay de qué._ Contestó alegre. Él no se movió de mí lado. En realidad se acercó mucho más prestando suma atención como llenaba su taza. No era algo tan interesante en mí opinión, pero no iba decírselo para que se alejara.
Respira hondo y luego exhala. Su aliento choca cerca de mi oreja. Y todo mi brazo derecho hasta la punta de mis dedos se convierte en piel de gallina.
- ¿Por qué será que sucede esto? - Me pregunta intrigado con un tono inocente, su dedo roza mi hombro y mi brazo vuelve a quedar con los pelos los de punta.
_Falta azúcar. _ Proclamó en la habitación vacía y me muevo lejos de él, y cuando termino con su bebida caliente se lo paso y le indicó una de las sillas. Se da la vuelta sobre sus pies y se sienta dando un trago mirando el interior al mismo tiempo.
Está de nuevo completamente de negro. Jeans negros, camiseta negra con el logotipo de AC DC, y una chaqueta negra de vaquero que había dejado colgada en la entrada.
_¿Por qué siempre estás de negro? _ Demandó y mi voz suena temblorosa, carraspeo y vuelvo a intentarlo. _¿Vas al colegio o a un funeral?_
Él sonríe, sus ojos se achican y se ve lindo. Aún cuando tiene sus pircings, se ve tierno haciendo un mohín caprichoso.
_Bueno, para mí hasta hace poco ir al colegio era como asistir a un aburrido funeral. _ Contesta asintiendo. - Tal vez mi propio funeral...
_¿Hasta hace poco? - Inquiero.
_Hasta que típica chica nueva vino. Es divertido ahora. _ Suelta en tono burlón. No me mira a los ojos. No puedo saber si habla sobre mí. Este año muchas chicas de todos lados habían ingresado en el colegio Good. - Tengo a alguien que entiende mis estupideces y no me juzga. Ni intenta besuquearme cada dos segundos o me habla como si fuera un estúpido que el único objetivo que tiene es acostarse y conocer todo tipo de camas. Me deprime esa clase de mujeres que me ven y piensan, "Oh, quiere acostarse conmigo". "¡Oh, lo único que quiere son mis bragas para su colección. - Bufó contrariado, y observó atentamente en sus ojos que esta siendo completamente sincero. - Algunas se dan más valor de lo que realmente tienen... Sintiéndose importantes por el ridículo hecho de de tener una...
Rompo a carcajadas y entorno los ojos. - Algo me dice que has venido aquí a descargar tus frustraciones.
- Annabeth. - Nombra mi nombre, jugueteando con su taza en sus manos.
_¿Si? - Alcé las cejas esperando.
_Perdón por tratar de forzarte a alejarte de Luke. _ Respira muy hondo, parecía estar buscando sus palabras. _No... no me gusta verte con él, tengo mis razones... Pero, no soy nadie para decirte lo que está prohibido o no. Es muy pretencioso e "imbécil" de mí parte, pero realmente, realmente, sería una gran paz mental para este chico que no salieras con él. Pero es cierto, que puedes tomar tus decisiones sola ya que eres sumamente inteligente, no pienses que insinuó algo con lo de...
_¿Por qué? _ Corto su palabrería. Estoy parada y recostada contra la alacena. Relajo mis dedos, ni me había dado cuenta que apretaba con fuerza mi taza. - ¿Por qué no quieres que me acerqué a él? - Insisto.
_Solo... _ Empieza a fruncir el ceño y los labios en gran concentración. Y aunque sé que trata en este momento como a imponerme algo. No puedo evitar pensar que se ve tan guapo, no puedo evitar conmoverme un poco aunque no tengo idea del porqué.
De nuevo ahí. No sabía el porqué de todo esto. Ni ¿por qué lo había dejado entrar? Entonces pregunto a Percy.
- ¿Por qué? - Una vez más, ¿por qué me preocupaba tanto por lo que pudiera pensar de mí, porque lo estaba escuchando y pidiendo de manera involuntaria consejos.
Un largo silencio nos rodea. Me mira a los ojos como fulminándome, y con suma seriedad. Me preparó poniendo completa atención en él.
_Porque es feo. -
No me doy cuenta que estaba reteniendo el aire, hasta que dejó salir un soplo de sorpresa en respuesta.
_Y le apesta la boca. - Agrega arrastrando sus ojos en otra dirección con bochorno.
Se escucha el goteo de una canilla floja en algún lugar de la casa, pienso distraídamente que debería ir a poner una taza o una jarra debajo para que el agua no se desperdiciara del todo.
_Feo._ Repito, moviendo mis labios y saboreando esa palabra.
Y entonces algo realmente memorable pasa, porque tengo el presentimiento que desde hace un montón de tiempo no le sucede algo agua si de nuevo. Todo el rostro de Percy Jackson desde el cuello hasta la coronilla se pone de un vivo color escarlata.
Y, ¿qué hago?
Me rio. Echo unas carcajadas tan fuertes que se me derrama un poco de café y tengo que sentarme en una silla a su lado para no caerme al suelo sin aire.
- Me encanta oírte de reír, pero no me gusta que sea costa mía. - Murmura Percy, apenas y lo escucho entre risas. - Estoy reconsiderando agarrar un cuchillo y matarte, no debe haber testigos de este día tan penoso.
Y en cuestión de segundos también estaba riéndose conmigo.
_Lo siento Annabeth._ Me dice con voz aguda por la risa.
_Dioses..._ Me limpio las lágrimas de las comisuras de mis ojos, con mis dedos.
_¿Annie...?_ Ladea la cabeza, alza una ceja juguetonamente. - Se me ocurren muchas formas para que dejes de reír.
Empiezo a relajarme poco a poco poniéndole los ojos en blanco por ese último comentario, este chico no se detenía con las bromas.
Giro la cabeza hacia él. Hasta ahora no me di cuenta que me había inclinado mucho hacia él. Y él también lo había hecho.
Nuestros rostros estaban tan cerca. Podía ver sus ojos y sus pestañas arqueadas burlándose de las mías.
_¿Si?_ Un extraño cosquilleo me ataca en la boca de mi estómago. Me quedó quieta.
- ¿Te incómoda mi presencia? - Susurra, observó deliberadamente mis labios y sus manos se posan sobre la mesa a dos centímetros de distancia de mis dedos como si me retara a que retirará los míos.
De nuevo, sus palabras logran dejarme a mí muda. ¿Siempre sería así con él? ¿Dónde estaban mis comentarios ingeniosos? ¿Qué le paso a mi cerebro desde que lo conocí?
Recuerdo sus ojos huecos de está mañana. Y los diferentes que se ven en este mismo momento.
¿Quién era realmente Percy Jackson? ¿Había algo malo en él?
Pero la respuesta de esta pregunta última si la tenía.
_Claro que no Percy._ sus ojos aún permanecen sobre mis labios e inconscientemente pasó rápidamente mi lengua sobre ellos remojándolos.
Una sombra oscura pasa por sus ojos y cuando vuelve a mirarme tengo la extraña sensación de que estuviera a punto de atacarme y empujarme contra está mesa... ¿Pero que clase de ataque sería?
_Pero siempre logras sorprenderme. - Continuó en voz baja, temiendo de mi voz temblorosa. - Te concedo eso, pequeñín, sabes sorprender de todos formas a una chica.
Sonríe lentamente con coquetería, esperaba que dijera algo con doble sentido y siguiera mi juego, pero vuelve al tema principal.
_Entonces. ¿Por qué hoy te veías capaz de correr millas lejos de mí Annabeth? -
Y esta vez. Sus ojos son duros. Y la comodidad con él desaparece tan violentamente que me apartó de golpe lejos de él.
Estoy atrapada, y sus ojos se tiñen de tristeza que trata de ocultarlo fallando abismalmente.
_No puedo contestarte hoy Percy. Necesito todavía reflexionar sobre eso. - Me encogí de hombros y enfoque mi vista hacia un punto cualquiera.
_¿Qué reflexionas?_ me pregunta realmente intrigado.
Suelto aire. - No lo sé, te diré cuando termine de reflexionar lo que reflexioné. -
Percy resopla con diversión y niega con la cabeza derrotado. Ambos quedamos en silencio. Había tensión en el aire y no sabía que decir para alivianar el ambiente.
- Hay relámpagos afuera. - Comenta recostado en su silla.
_¿Ah sí?_ Veo que mira hacia las persianas. Se ven iluminadas de vez en cuando por los truenos y relámpagos.
_Y no hay rayos._ Agregó curioso alzando las cejas. - Parece que alguien se los robo.
- ¿Tal vez fuiste tú, ladrón del rayón? - lo acusó riéndome. - ¿Lo tienes guardado por ahí? ¿O piensas traicionar a alguien con eso?
- Podría usarlo para vaporizar a unos cuantos que me caen mal. - Asiente con emoción, da un último sorbo y deja la taza vacía sobre la mesa. Si tienes una azotea. Sería cool ver el cielo en este momento.
_¿No sería peligroso?_ Le digo frunciendo el ceño. - Con la suerte que tengo.
- Haz honor por primera vez a tu pelo rubio chica Californiana y vayamos a portarnos mal juntos ¿quieres? - Me invita guiñándome un ojo al mismo tiempo, sostiene mi muñeca y me endereza del asiento. _ ¿Qué podría pasar? No es como que estuviera pensando agarrar un tenedor y atraer los rayos perdidos. - Dice mientras me mira de reojo sonriendo como un chiquillo rebelde muy malo y mi corazón salta desbocado.
Tenía algo en mente.
~~~~~~
_Qué hermoso. _ Percy alza las manos hacia arriba y con las punta de los pies es como si intentará alcanzar el cielo oscuro, o como si esperará que de la nada le saliera alas a sus tenis. Su pelo negro azabache revoloteaba con el viento fresco.
Yo estaba bajo el techito que tenía la entrada a la azotea. Era realmente un espectáculo impresionante y maravilloso. Hacía que me sintiera insignificante y cohibida ante la inmensidad de la naturaleza, y con Percy a solo unos metros... sentía algo extraño empezando a nacer en mi interior.
Algo formándose en mi pecho que me alegraba y creaba una ansiedad en mí de igual manera. No podía quitarle los ojos encima. Se estaba riendo. Echaba carcajadas frescas y fuertes corriendo por toda la azotea con las manos hacia el cielo y girando y saltando.
En un momento dado. Me agarra de las manos estando distraída me saca bajo el techito y me zarandea por todo el lugar sin ningún motivo aparente, mis pies empiezan a dolerme por saltar con pantuflas. Así que me suelto de él, advirtiéndole con un dedo que de mantuviera a raya.
Él se queda viendo mi mano. Luego se gira y pone las manos sobre la barandilla de hierro a continuación la mitad de su cuerpo se inclina hacia el vacío y su pelo cuelga y revolotea. El rostro de Percy se muestra pasible, y mi corazón salta hasta mi garganta por la preocupación de que pudiera caerse en picada.
_Creo que eso no es buena idea. _ Le digo sin aliento.
- Pero es divertido. - Contesta en cambio, me mira y aprovecho para fulminarlo con la mirada y luego de una pequeña risilla vuelve a pararse adecuadamente. - Qué tierna, ¿te preocupa que me muera? ¿O que piensen que me asesinaste lo cual te traería problemas?
- Ambos. - Murmure, un fuerte viento azota contra mí y tiemblo imperceptiblemente.
Está observando el horizonte. Su mirada se vuelve seria y distante. No está aquí.
Me permito admirarle sin que se de cuenta. Sus hombros anchos y cintura estrecha.
Es un silencio cómodo en dónde todo parece más sencillo pensar. Todas las preguntas que me atormentaban de repente eran insignificantes. ¿Por qué tenía que pasarme horas reflexionando? Sí podía pedir su ayuda. Él haría que comprendiera las cosas.
Y en un arrebato de sinceridad le suelto todo en pocas palabras.
_Tenía miedo de ti. _
De manera imperceptible su cuerpo se queda tieso. No lo habría notado si no lo hubiera estado acosando desde hace largos minutos.
_Miedo de no poder confiar en ti. _ El viento estaba haciendo nudos en mi pelo. Pero no importaba mientras no me entrará por los ojos y la boca.
Se giró frente a frente hacía mí.
Sus ojos eran tristes. Tragué saliva mientras trataba de calmar mi respiración. Parecía realmente desolado. ¿Qué es lo que le dolía tanto?
Confía en mí.
_¿Y ya no tienes miedo?_ me pregunta con incredulidad.
Niego rotundamente. _Para nada. _
_Tú deberías hacerlo. _Respira hondo y cierra los ojos.
Doy un paso hacía él, pero ya no me acercó más. No quisiera que de detuviera de hablar ahora que por fin observando sus ojos parecía que destruía la presa y desbordaba hacia mí un montón de sentimientos confusos.
_Está bien que lo hagas. Qué te alejes de mí. _ Continúa asintiendo como para si mismo. - Deberías echarme de tu casa ahora mismo.
_¿Quieres irte? _ Le preguntó. Abre los ojos de golpe y niega con la cabeza, viéndose asustado y pálido. ¿De qué? ¿De qué tendría miedo? - No me alejare entonces. Soy tu amiga aquí me quedo.
Él echa una risita. Pero ya no es como antes con las manos al cielo con sus ojos de esperanza. Ahora parece como si todo lo que dijera fuera vacío.
_Yo no soy bueno, Annabeth. _ su voz está rota, me sigue mirando como si tuviera todas las respuestas pero en realidad las respuestas él las tenía y yo trataba de quitárselas en este momento.
_¿Por qué Luke lo dice? - Doy otro paso más hacía él. _ ¿Por qué crees que no eres bueno, Percy?_
_He hecho cosas._ (Dile que no siga)
_Todos cometemos errores._ Mi pulso no se tranquiliza.
_Pienso en cosas..._ Su respiración se entrecorta.
_¿Qué cosas?_ Insisto, el rostro de Percy esta oscurecido en las sombras y a veces iluminado por los relámpagos, los cuales no ayudan ya que le dan un aspecto sombrío y fantasmagórico. Sigue en silencio. Siento una premonición en el aire. Los relámpagos siguen iluminadonos. Flashes potentes de una inmensa blancura, como haciendo ilusión que es de día.
Vuelvo a insistir. Él cierra los ojos de vuelta.
_¿Qué cosas? -Otro pasó, cierro los puños. _¡¿Percy?! Tienes que decime o yo no podré ayudarte, y de verdad quiero hacerlo. Quiero ayudarte.
_Annabeth Chase._ Abre los ojos lentamente. Y ahí están sus ojos huecos. _Dime Annabeth, ¿está bien que pensemos que algunas personas son innecesarias?
Pienso que algunos nunca debieron haber existido, estorbos que necesitan desaparecer. Sacados del plano para aquellas personas que realmente si son especiales. Molestias que contaminan el aire de alguien en específico.
Su voz es carente de alguna emoción, demostrando un hecho incuestionable y simple.
_Creo que no me estoy haciendo entender. _Da un paso hacia mí, solo unos pocos metros nos separan. _ Y sí te digo que he eliminado sin dudar a uno de esos estorbos. Y es qué todo sería más sencillo si algunos nunca hubieran existido simplemente. _
Fue como si una mano helada hubiera estrujado mi debilucho corazón. Y todo el frío se expandió por mí cuerpo dejándome helada.
Pienso que sus cálidos ojos podrían reponerme. Pero ahora ellos están fríos y su rostro retorcido de dolor, él esperaba consuelo de mí.
_¿Annie?_
Un fuerte relámpago y el ruido de un chisporroteo me asusta. Lo próximo que siento son unos brazos rodeándome y un pecho sólido.
Comenten mucho y voten, hacen feliz a la desgracia escritora. Editado el 7/de mayo/ 2017
Oh? Y sabían que ya tengo una Death Note? Solo para que lo sepan, así que voten y comenten no querrán que escriba sus nombres o si?♡♡ Loviu
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top