Presentándome oficialmente.
El auto de mi madre estaba estacionado enfrente de nuestro edificio.
Bajé de la motocicleta de Percy y me quite el casco dejándolo en su lugar.
Empecé a caminar hacia la puerta cuando me percate que no escuchaba los pasos de mi novio detrás de mí.
Me volví hacia él.
- ¿Vas a venir? - Dije burlándome.
Estaba todavía sentado en el asiento de su motocicleta. Con la mirada fija en los edificios donde vivía. Al menos, había apagado ya el motor.
- Estoy pensando, en lo que voy a decir. - Murmura. Baja la patita de la motocicleta lentamente y se baja pesadamente. Guarda las llaves en su bolsillo trasero con gran parsimonia.
Y empieza a caminar hacia mí. En cortos pasos y con exagerada lentitud.
-Antes que llegue Navidad, por favor. - Digo con sarcasmo. Llega enfrente de mí. Parece nervioso. Y está demasiado callado.
Curvo los labios en un sonrisa. - Oye, si no quieres hacer esto. Está bien. - Alzó las manos. - No te voy a obligar. -
Me mira sospechoso, entrecerrando los ojos.
-¿Es una trampa? -
Niego. No había trampa, era cierto que no iba a obligarlo, ni rogarle que se presentará a mí Madre. Pero, yo quería hacer las cosas bien con mi primer novio formal. Y sí Percy, no estaba dispuesto a hacer esto. Era porque no tomaba las cosas en serio conmigo y solo era una joda más en su lista de "chicas agradables" con las cuales pasar el rato y jugar.
Si decía que no podía hacerlo... Iba a cortar todo aquí mismo con él. Estaría bien. Necesitaba a alguien que se comprometiera conmigo.
...
Mierda no, eso me destrozaría, así que sesos de algas ¡Elige con sabiduría!
- Voy a hacerlo. Qué pasé lo que tenga que pasar. - Asiente decidido y nervioso. - No te preocupes, no voy a huir Annabeth. -
-No estaba preocupada. -
-Mientes, frunces el ceño cuando te estás preocupando por algo, o pensando. - Dice pasando un dedo por en medio de mis cejas arrugadas.
-Bien... - Resoplo. - Confío en ti, lo harás bien. -
- Sííí. - Ríe nervioso. - No es para tanto. No es como si fuera a rostizarme, o a sacar una escopeta y dispararme. -
~~~Veinte minutos más tarde. ~~~
Por toda la casa reverbera los fuertes sonidos de disparos de una escopeta calibre 12. La sangre mancha el suelo y con la mitad de los sesos del zombie.
El tipo ese de The Walking Dead, dispara tres tiros matando a un zombie. Doy tres respingos como si me hubieran acertado a mí. Trago saliva. Mierda estaba nervioso.
Estaba distrayéndome cambiando canales en la tele. Mientras Annabeth "charlaba" y ayudaba a su mamá para arreglar la mesa donde cenaríamos los tres en armonía. Se supone.
- Percy, es hora de comer. - Me llama su mamá, como si la hubiera invocado mis pensamientos. Annabeth sale de la cocina y me lleva hasta el comedor de la mano.
- Tranquilo, ya la he preparado para ti. -Susurra mirándome de reojo. - Solo debes sonreír con tu sonrisa marca especial. Y decirle "Pido amablemente su permiso para visitar a su hija y comenzar una relación".-
- Muy bien. - Digo y me sale casi un hipo.
Annabeth sonríe ampliamente como divirtiéndose de mí nerviosismo. Qué mala.
Entré en la cocina, su mamá me espera de pie detrás de su silla.
-Siéntate muchacho. - Ordena. Lo hago, me siento al frente de ella.
Annabeth se sienta a mi lado, siento que mi corazón va a explotar de tanto que bombea.
-Sírvete Percy, y puedes comenzar a hablar. - Me indica conocedora ya de mis intenciones.
Me sale un pequeño. -Sí. -
Bueno, piensa Percy, solo, solo es otra chica con 20 años más que tú es todo. No... No es para tanto... Sí. Solo háblale como a cualquier otra.
Plato listo con milanesas de pollo y puré de papa. Su madre empieza a comer con mucha clase, mientras que Annabeth y yo compartimos una mirada concordando que ninguno de los dos tenía apetito.
- Eh, creo que ya sabe el motivo de mi visita señora Chase. - Comienzo cuadrando mis hombros de la forma en que jamás lo he hecho.
-Si. - Dice corto.
~~~~~
- Verá... Me presento como el novio de su hija y la quiero. Y nada de lo que me diga, o haga me hará cambiar de opinión o alejarme. Voy a estar con su hija y haremos un montón de cosas pervertidas y nadie nos detendrá. - Alzo una ceja arrogante. Bien, Jackson.
Annabeth me mira con la boca hasta el suelo. Su madre asiente lentamente mientras se limpia cuidadosamente las comisuras de los labios con un trapo.
-Ya veo, con qué así está la cosa, ¿eh? -
ENTONCES SACA UNA PINCHE ESCOPETA CON UN RAYO LÁSER DIRECTO A MI ENTREPIERNA CON ANNABETH GRABANDO Y CARCAJEÁNDOSE, MIENTRAS YO GRITO COMO UNA ESTÚPIDA ADOLESCENTE A LA QUÉ LE HAN QUITADO LA VIRGINIDAD DESCUIDADAMENTE. Y...
~~~~~~
- ¡Percy! ¡PERCY! - Annabeth me codea más con mayor fuerza sacándome de mi ensoñación.
-¿Qué? -
Ladea la cabeza sarcástica. Oh. Empiezo carraspeando y rascarme un lado de la nariz rápidamente.
- Señora Chase, vine hasta usted para presentarme oficialmente como el novio de su hija, y le quiero pedir permiso para visitarla y formar una relación con Annabeth, para solo quererla y cuidarla. -
(Y Comerle la boca a besos, pero no voy a decir eso)
Tomo aire disimuladamente al terminar. Miro su rostro imperturbable mientras bebe de su copa de vino. Apenas y curva los labios para sonreír cuando me responde.
- Está bien. - Apunta a su hija con una mano. - Si ella está de acuerdo y te dio el sí. No creo que pueda oponerme. ¿Annabeth? -
-Sí, estoy... eh... e-enamorada. - Miro de reojo el rostro de mí novia. Está más roja que un tomate, a segundos de morir de vergüenza.
Yo mantengo los labios pegados en silencio, luego de acabar con mis líneas. Creo que mis cerebro se frito y no creo que pudiera hacer una conversación casual.
Empiezo a picotear mi comida con el tenedor. Y cuando estoy a punto de meter la comida a mi boca el tenedor se me resbala de mis dedos y se cae con estrépito sobre la mesa y sobre el puré de papas y salpica la cara de su madre justo muy cerca de su ojo gris. Annabeth y yo damos un fuerte respingo y la mamá de Annabeth alza una ceja mirándome extrañado, mientras se limpia la comisura de los ojos.
-Disculpa. -Musito sintiéndome acalorado y muy tonto.
La cosa es que hace años, (Bueno, tampoco así) que no usaba el tenedor, normalmente las milanesas yo y mi madre la comíamos con las manos, y casi como el resto de la comida pre - cocinada del supermercado.
No es como si hubiera olvidado como se usa, solo eran los nervios.
- ¿Todo en orden?- Me susurra Annabeth, asiento sin mirarla, no podía ver sus ojos decepcionados.
- ¿Qué tal esta la comida? -
- Deliciosa señora Chase. - Me apresuro sin pensar.
-¿Cómo lo sabes si no has probado bocado aún? - Dice sarcástica. - Las mentiras no soy buenas muchacho. Espero que con Annabeth no tengas esa costumbre muy seguido. -
- Lo siento. - Mis mejillas están rojas. Estúpido. Estúpido. Tonto y una pizca más de estúpido.
-Dime Percy, ¿qué piensas estudiar luego de la universidad? - Me pregunta su madre sacándome de mi miseria interior.
(Bueno, señora Chase en realidad no tengo una puta idea de qué va a pasar de mi futuro, hasta hace poco de un mes me veía trabajando en un puesto de hamburguesas o vendiendo pescado en el mercado negro) NO digas eso Jackson.
-Estaba pensando estudiar Biología Marina. - Musito tímido. Era una aspiración oculta, hoy era la primera vez que lo decía en voz alta. No le había dicho ni a mi madre acerca de este sueño... Tal vez, porque se sentiría presionada y culpable de no poder pagar mis estudios.
Su madre se ve algo impresionada.
- Es una buena carrera, ¿ya sabes en que universidad? -
Mierda, sentía que quería ocultarme debajo de la mesa. Había preguntas que no podía contestar.
- Aún no. - Digo tajante. Las universidades eran caras...
- Podría recomendarte para varias universidades si así lo deseas. - Dice amablemente.
Mi cabeza se levanta con ánimo con eso. Ilusionado, pero sé qué al final no valdría la pena.
- ¿Eres bueno en algún deporte? - Pestañeo lentamente.
- Uhmmm. No sé, si soy bueno, bueno, pero... Me han dicho mis profesores que era un buen nadador. -
- Podrías ganarte una beca muy fácilmente, si tus profesores no te han mentido acerca de tu habilidad. - Dice sonriendo suavemente. - No tengo problemas en recomendarte. -
- ¿Usted? - Siento como que me mareo. - No hace falta. -
- Estoy hablando en serio. A Annabeth muy pocas personas le caen bien. Veo que tú eres bastante especial ya que pudiste meterte en su corazón. - Sonríe con cariño hacia su hija. - Francamente, su relación ya se veía venir. Ustedes se llevan demasiado bien. Distintos... Pero al mismo tiempo se complementan. -
- Gracias. - Digo extasiado.
- Y si le soy franca señor Jackson, me gusta que los pretendientes de mi hija estén bien colocados en la sociedad. - Sonríe. - Espero grandezas de usted mientras esté con mi hija.
- Mamá. - Dice Annabeth en una tímida advertencia.
Yo le agarro de la mano bajo la mesa y le doy un apretón tranquilizador. Ella me mira preocupada. ¿De qué se preocupaba? ¿Qué me ofendiera? Concordada con su madre, alguien tan inteligente como Annabeth sólo podía estar con alguien de su igual. No sé merece a un estúpido.
Miro a Annie emocionado, pero ella solo se mostraba recelosa. Aunque fingió poner una dulce sonrisa para mí, podía leer en sus ojos su preocupación.
Cuando acabamos la cena, y su madre me dio la bienvenida en su familia.
- No queda más que decir, qué, bienvenido. - Me pasa la mano y yo se la estrecho. - Annabeth es una chica muy bien cuidado y noble. Cuídala y trátala bien. -
Annabeth y yo subimos hasta la azotea como lo hicimos la primera vez que entre en su casa. Aquella vez, estaba lleno de dudas y miedos. Pero ahora que tenía a mi novia perfecta podía ir contra viento y marea por ella. Solo para verla feliz.
Mientras ella me aceptará.
Mirábamos las estrellas que apenas se veían por las luces de la ciudad. Ella sujetándose de la barandilla y yo detrás de ella sujetándola a ella de la cintura, oliendo su cautivante fragancia.
- Te veías preocupada. - Le digo al oído. Y me place ver el efecto que tengo sobre ella. Como se le pone la carne de gallina con solo mi aliento. Hacía que mi imaginación se desatará.
- Hay algo que no me cuadra. - Dice frunciendo el ceño. - No confíes completamente en mí madre ¿okay?-
Asiento extrañado. - Está bien. -
-Ella no hace caridad. Su lema siempre fue "Luchar, no hay caminos fáciles". No entiendo porque tanta amabilidad. -
- Mmm... ¿Tal vez porque soy tu novio y sabe que tú me quieres? - Digo con una sonrisa de medio lado. - Y no quiere que te lleve por el mal camino. -
Ella vira su rostro mirándome fijamente. - A ella no le interesa el amor. Solo se guía por la utilidad que le puede ser una persona. Ni yo, que soy su hija. Nunca ha velado por mí. -
- ¿Por qué has venido entonces hasta aquí por ella? - Pregunto confundido.
-No lo hice por ella. - Menea la cabeza. - Vine sólo para estudiar y entrar en una universidad que valga la pena. Un futuro estable asegurado para mi vida. Es decana de una de las mejores universidades de la ciudad. Pero, no movería un dedo si muestro algún tipo de debilidad. Mis notas son todo para mí, es de lo único que puedo presumir Percy. -
Me quedo un rato callado intimidado. Tenía su vida completa escrita y organizada. ¿Qué relación tenía yo, con el futuro? Bueno pues, al menos imaginaba que iba a desayunar mañana.
Pero la propuesta de su madre... No podía quitármela de la cabeza, de repente tenía... "posibilidades". Podría tener metas más allá de "trabajar como guía en un acuario, por el resto de mi vida." Estudiar y poder ser alguien. Alguien a la altura de la futura gran arquitecta que será Annabeth.
- ¿Hay un lugarcito para mí en ese futuro gris? - Interrogo con el corazón en la garganta.
Ella sonríe apenas.
- Ya veremos...-
Mira el cielo estirando su largo y grácil cuello que me invita a devorarla a besos. - Mientras tanto, saluda a todas las estrellas que puedas hasta que llegue ese día. -
Miro el cielo suspirando algo melancólico. - Hola estrellas, Percy les manda saludos. -
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