Papi Thompson
Jason estacionó el auto detrás de unos árboles frondosos. A pocos metros había una cabaña de doble planta con paredes de madera vieja y destartalada. Alrededor de ellas había gigantescos barriles de acero, y en su interior adivinaba que lo que se incendiaba constantemente era queroseno.
- Aquí es. - Dije sin esperar su confirmación y con mis ojos escudriñando el lugar ansiosamente.
Podía ver cuerpos moviéndose a través de las ventanas abiertas. Miles de personas congregadas en un solo lugar, con aspectos de lo más peligrosos y brutales. Y al aire libre, una y que otra pareja besuqueándose, o haciéndolo contra un árbol, con sus traseros arrugados a la vista de todos.
- Andando. - Bajé del auto, dando por sentado que Jason me seguía. - No quiero esperar a que llegue Nico... - Vire mi rostro a un lado esperando encontrarlo a mi lado.
Jason no estaba a mi lado. Estaba hablando sola como una demente hija de Minerva.
Giré en redondo. Aún estaba dentro de su auto, como si meditará la idea de acompañarme.
- ¿Qué te sucede? - Demando frunciendo el ceño.
Bajó del coche, pero con una lentitud exagerada para mí gusto. - Nada, es solo que este lugar me trae malos recuerdos, es todo. -
Sus ojos vagaban por todo el lugar con nerviosismo como si fantasmas salvajes saldrían en cualquier momento para poseer su cuerpo.
- Bueno, pronto tendrás recuerdos peores, como acarrear-el-cadáver-de-Percy de aquí... - Dije arrastrando las palabras, y empezando a marchar con pasos firmes. - Si no te apuras ahora mismo. -
- Está empezando a bajar la temperatura. ¿No quieres mi chaqueta? - Me pregunta amablemente haciendo ademán de quitársela.
- No, gracias. Algo me dice que habrá suficiente calor humano rostizandome allí adentro. - Lanzó sarcástica. - Ahórrate esa caballerosidad para Piper. -
- No te alejes de mí, Annabeth. - Ordeno siguiéndome el paso al mismo tiempo. - No hagas que nos maten muy deprisa. -
- Soy un imán para los problemas. - Confieso con tranquilidad. - No esperes que salgamos bien librados, Grace. -
- Eres demasiado ruda para ser una simple rubia con estilo californiano. - Comenta alzando las cejas impresionado.
Su comentario pica mi orgullo.
- Y muy lista, Grace. No olvides eso y si no quieres que le de una lección a tu trasero no volverás a llamarme "simple".
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- ¡MIREN CÓMO IMPACTAN ESOS PUÑOS! - Gritó un chico pecoso, con micrófono en manos parado cerca de la barandilla de la segunda planta. - ESO VA DOLER MAÑANA, SEÑORES. NÉCTAR PARA LOS HÉROES, RÁPIDO! -
El público aplaudió con brío por aquella broma de mal gusto, mientras que Jason Grace, trataba con todas sus mañas para que no fuéramos aplastados por todos los cuerpos sudorosos y grasosos. La cabaña estaba completamente abarrotada, y el olor a cigarrillos y a ron barato me llenaban de náuseas casi incontrolables.
Jason de verdad se veía sumamente nervioso e incómodo. Ya sé qué no estábamos en las mejores situaciones y que ni siquiera yo, en verdad que no quería estar aquí. Pero, él se veía extrañamente más incómodo de lo normal.
Tal vez esos recuerdos eran mucho más amargos de lo que creía. Me gustaría preguntarle...
Pero ya estaba muy ocupada gritando como otra tarada más de la multitud el nombre de Percy, intentando casi con desesperación que él me escuchara. Era imposible, primero por el barullo del gentío y segundo por que se veía muy concentrado golpeando a uno de esos malditos que me habían acorralado en un callejón una vez. Parecía que se había encerrado en su mundo, ahogado en sus propios pensamientos y actuando en modo automático.
-¡WOOO! MIKE EMPIEZA A GANAR TERRENO Y... - Mike, había agarrado a Percy del brazo, cuando parecía apunto de torcerlo. Entonces, con una mirada helada, Percy lo pateó en el estómago y cuando cayó al suelo. Le dio de lleno en la cara con su rodilla.
Dejó a Mike retorciéndose de dolor en el suelo, el rostro de Percy expresaba aburrimiento e insatisfacción.
- Uhhhhh. - Gritó el público extasiada por la sangre que se derramaba de la nariz de Mike.
- OLVIDENLO. ¡HOY PERCY ESTÁ QUÉ ARDE! - Gritó zarandeando con júbilo la barandilla de madera, que parecía poco resistente. - PAPI THOMPSON VA A DARLES SU MERECIDO A LOS NIÑOS THOMPSON HOY, SIN DUDA ALGUNA. -
-¡Peeeeercyyy! - Grité tratando que me oyera. Ni siquiera había mirado en mi dirección. Apreté el brazo de Jason que rodeaba mi cintura para llamar su atención y dije demandante. - Tenemos que acercarnos más, llegar a la primera fila para que pueda verme. -
Jason me observo incrédulo como si hubiera perdido la cabeza, luego miró dudoso al frente repleto de hombres con brazos del tamaño de llantas de camiones, trago saliva y murmuró.
- Podemos intentarlo. Si pedimos amablemente... -
Le di una mirada escéptica. Y empecé a abrirme paso por mí misma entre la multitud forcejeando con una maldita lentitud y sin apartar mi mirada de Percy en ningún momento. Jason tropezaba detrás de mí y pedía disculpas al mismo tiempo con voz aguda pero firme.
Mike Thompson volvió a levantarse e intento derribar a Percy en una embestida. Con una increíble velocidad casi inhumana, él se hizo a un lado y dejó que Mike se tropezará con la zancadilla que le presentó. La multitud se hizo a un lado, y Mike quedó inconsciente cuando impacto con la pared.
- ¡¡MIKE, FUEEERAA!! - Dijo en tono divertido el del micrófono. - SE VEÍA VENIR. CLARO QUE SÍ. -
De repente me encontré admirando a mi novio completamente embelesada. Miré como Percy hacia estiramientos de hombros y cuello manteniendo sus ojos cerrados. Aún traía puesta la misma ropa que usó en Goode, vestido con unas mangas largas térmica de color negro, y jeens del mismo color. Usaba sus botas de combate negras y sus queridos guantes negros sin dedos.
También me fijé en su pelo azabache y brillante, como si hubiera salido recién de la ducha.
Se veía estupendo. ¿Cómo podría explicarles? Mis palabras terminarían siendo insuficientes, pero lo intentaría.
Percy Jackson era todo un símbolo de la perfecta masculinidad. Poseía el porte de un Dios Romano, y sus ojos eran tan arrebatadoramente hermosos y misteriosos como el mismo océano, capaces de ahogarte en sus profundidades sin esperanza alguna de volver a emerger.
Percy Jackson también podría ser considerado como la representación humana del mismo océano desmesurado. Poseía las cualidades; tranquilo, poderoso, voraz e implacable. Percy era esto y mucho más... Tal vez decía esto por lo mucho que lo amaba, (y a quienes amamos, siempre serán ostentosos frente a nuestros ojos) pero..., de verdad, de verdad que Percy Jackson estaba muy lejos de ser tan solo el típico chico popular de la preparatoria.
Incluso tal vez, era demasiado para mí. No es que tuviera baja autoestima, digo tenía asombrosas piernas aunque las rodillas algo huesudas y mis pechos no eran tan...
Percy alzó la vista hacia la barandilla con una mirada tormentosa, rompí mi dialecto interior y seguí su mirada, vi que taladraba con los ojos a un hombre, con un traje caro de color crema, y con collares y anillos de oro que relumbraron por las luces hasta donde estaba. Parecía un hombre ricachón y arrogante con aspecto de jefe de la mafia barata o de mala calidad.
- ¿Qué es lo que pasará ahora? - Gritó el chico apretando su micrófono, y dirigiendo su atención al hombre. - ¿Qué es lo que lanzará Cronos para Perseo? -
Aunque el hombre estuviera en una zona tan alta, algo por su contextura me decía que era bastante enano. Dos de sus hijos estaban parados como guardias envarados detrás suyo. El hombre nombrado como Cronos, curiosamente como el Titán del tiempo me llenó de preguntas y especulaciones. Pero tenía un indicio fijándome en sus ojos crueles y sonrisa cínica. Abrió los labios y habló en voz grave y ceremonioso.
El público quedó momentáneamente en un escalofriante silencio y quietud. Como si todos contuvieran el aliento y el tiempo se hubiera detenido. Y compartí una mirada anonadada con Jason. Podría gritar el nombre de Percy ahora y me oiría, pero algo muy en el fondo me aconsejo que escuchara con atención.
- ¡Perseo! Vaya, tengo que decirlo, das un gran orgullo a tu tocayo, no lo dudes. - Lo apuntó con las dos manos con las palmas abiertas. - Tus habilidades sólo podrían compararse con los guerreros experimentados de las antiguas y feroces filas espartanas de la antigua Grecia. -
Percy sonrió con esa sonrisa torcida suya que se me hacia tan atractiva, mirándolo con descaro.
- ¡Qué halago, gracias! Pero creo que hasta los lacayos de Apolo podrían vencer a tus retoños, Cronos. - Lanzó con sarcasmo. -¿No tienes a alguien que logré al menos hacerme sudar, un poquitito? -
- Impertinente. - Rezonga Cronos, ladeando la cabeza.
- Mentiroso. - Escupe Percy de vuelta, y siento el estupefacto de las personas alrededor mío. - Me has dicho. Vence, a uno de mi hijos y te diré absolutamente todo. Pero al parecer, tus palabras no tienen ningún tipo de valor. -
-Uhhhhhhhh. - A clamó la multitud.
Cronos alzó la mano y la multitud calló.
- Tienes alguna idea de, ¿QUIÉN es él? - Pregunté a Jason en un susurro acerca de Cronos. ¿Quién era ese tipo?
Jason apartó la vista del hombre y me miró negando. Luego suspiró derrotado.
- Estoy en las mismas que tú. Solo sé que es el padre de los Thompson, como te diste cuenta... - Miró alrededor de nosotros. Y luego a mí con seriedad - Y alguien tan influyente como poderoso. Tenemos que sacar a Percy de aquí, tengo un mal presentimiento. -
- También quiero sacar a Percy más de lo que tu quieres de aquí, pero algo me dice que no será fácil. - Sacó una goma de uno de los bolsillos de mi vestido otoñal. Y me ató el pelo en una alta cola de caballo. - Pero no hay que precipitarnos. Pensaré en un plan. -
Cronos echo una carcajada, se giró hacia uno de sus hijos cara de sapo 1 que se encontraba inmóvil detrás de él.
- La obediencia no le sale de manera natural. - Miró a Percy con añoranza y lamiéndose los labios continuó apenas conteniendo su emoción. -Como me gustaría que fueras uno de mis hijos para enseñarte a doblegarte, a someterte ante mí... Sé que será divertido, te daría los azotes que sean necesarios hasta verte de rodillas ante mí. -
Percy permaneció inmutable, no borró su sonrisa en ningún momento para nada impresionado por aquella amenaza. A mí en cambio me había dejado helada.
- Entonces, me sacarás la carne de los huesos, pero jamás me verás sometido ante ti. - Aseveró con firmeza. - No me gusta que me controlen, es mi última palabra zopenco. -
Cronos lo miró en silencio un minuto. Miró la multitud que se encontraba silenciosa ante él. Algo casi ridículo e inimaginable. Parecía meditar algo, de improviso se gira hacia sus hijos detrás suyo, y le dice malhumorado a uno de ellos.
- Ojalá fueras aunque sea una cuarta parte de lo que es ese muchacho. Miren esa ferocidad. ¡Todos ustedes, aprendan de éste mocoso! Tan solo con mirarlo ya es grato, y ustedes no me han dado más que humillaciones.- Apunto hacia Percy con reverencia, con una orden silenciosa para que lo mirarán. Los hermanos Thompson rígidos como troncos, observaron a Percy con rabia y odio mal disimulado. Como si fueran a saltar de las barandillas en cualquier momento como perros del infierno y despedazarlo a trozos.
Percy les sonrió con burla a ellos retándoles silenciosamente a que lo hicieran.
Cronos volvió su atención a mi novio.
- Muchacho, para mi sería un gran placer si te unieras en mi humilde familia. Tienes un gran potencial, y en el lugar adecuado tus hazañas serían legendarias. - Le habló como un padre cariñoso, pero sus ojos cafés casi dorados relucían nada más que oscura ambición. - Tienes un gran futuro por delante. No lo desaproveches. -
- El único futuro que deseo es el de convertirme en un biólogo marino. - Dice Percy, con algo de calor en su mirada, como si recordará a alguien...
- Percy... - Susurré, considere la idea de echarme a correr hasta sus brazos.
La multitud se rio y echaron comentarios burlescos.
- Como biólogo marino, no ganarías el dinero suficiente para pagar por la libertad de tu madre. - Comenta Cronos aburrido. - Y yo pagué bastante por ella hace años. No será fácil alcanzar esa cantidad, muchacho. -
- ¡Ella es libre! ¡Es una persona, una dama y mi madre! - Grita encolerizado, y pareciese que el suelo retumba. - ¡No hables como si fuera ella un objeto, como si te perteneciera, bastardo! -
Cronos sonríe condescendiente. Lo mira casi con empatía. - No hijo, tú madre no es libre ni por asomo siquiera. Lamento decirlo de esta manera tan cruel, pero con un chasquido de dedos... puedo volver a mandar a mis hombres para demostrarte de cuanta libertad gozan. -
La mirada de Percy era tormentosa, y feroz, pero yo lo conocía y sus manos temblorosas no mentían.
- Te abriré los ojos. Tu madre es solo una más entre miles y millones de mujeres en cadenas clandestinas, atrapadas hasta su muerta o hasta que pierden su utilidad. ¿Qué te hace pensar que eres diferente al resto de esas desdichados vidas, Percy?- Su voz es más suave, con lástima mirando a Percy. Cronos alza el mentón y él lo oye inevitablemente cautivado.- No puedes retarme, soy demasiado poderoso, no lo digo solo para inculcarte miedo, es un hecho simplemente lo que presentó. Tu padre lo comprobó a costa de su propia vida. Se paró frente a mí y con una mirada heroica idéntica a la que traes tú ahora mismo, así mismo me desafío y murió en soledad. -
- Ustedes lo asesinaron. - No era una pregunta. - Por su asquerosa codicia y perversidad...- Él le corto.
- No es necesario ser demasiado inteligente para darte cuenta donde te estás hundiendo. Poseídon solo actuó de acuerdo a lo que le susurraba su corazón, ese fue su primer error, por esa razón terminó más que muerto. Pensando que solo salvaría a tu madre con palabras pintadas en algodón de azúcar. Existen personas así, Percy. No te sientas mal. Andan por la vida pensando que pueden cambiar todas las atrocidades y acabar toda la mafia, la corrupción, ¡con el poder del amor! - Exclama con burla e incredulidad. - Pero no es cierto, es falso. No es más que una ilusión en base de una estupidez ingenua. "Qué el amor todo lo puede". No se dan cuenta por imbéciles que a veces sólo queda aceptar el lugar y la vida que les tocó. Desafían su destino y se encuentran de cara con la fría muerte. -
- No hables de mi padre como si lo conocieras. - Rezonga Percy con convicción. - Créeme que encontraré la forma de derrotarte, para qué te pudras en la maldita cárcel y con todo lo relacionado de tu mugrosa asociación. -
- Tienes razón, no conocí completamente a tu padre. Ni tú tampoco pudiste hacerlo por culpa mía. Tal vez, en un mundo con solo personas iguales a ti y a tu padre, aquel sueño ingenuo sería posible. "Un mundo sin injusticias". No obstante, admito que mientras haya desgraciados como yo vagando en este mundo, las buenas personas siempre sufrirán inevitablemente. ¿Sabes por qué? Por ellos mismos, Percy, por su estúpida capacidad de perdonar tan fácilmente y confiar en cualquier monstruo disfrazado. Es por esa misma razón que el mundo está como está, porque a la hora de tomar las decisiones difíciles se quedan sentados reflexionando acerca de la misericordia y la redención. -
Un silencio sepulcral ha inundado la sala, dónde hombres que jamás pensarías que podrían obedecer una orden tan simple como el de guardar silencio, lo hacían como máquinas.
Creo que entendía como se sentía Percy, yo misma me sentía fría y desesperanzada ante tales palabras atroces que parecían tan llenas de concordancia y veracidad. Pero por más bueno que fuera en las palabras, estaba equivocado. ¡Necesitaba decírselo!
- Estás diciendo que me rinda y dejé vivir a mi madre como una condenada. ¿Por culpa de desgraciados como ustedes? - Sisea. - ¿Me dices que solo me quedé sentado temblando por tu gran cerebro maquiavélico? -
- Suena mal, en verdad. Tomar con tanta naturalidad las desgracias de la vida y darlo como un hecho. Pero así es, y así será en un largo rato más y no cambiará por más que luches hasta quitarte la piel de las manos, por más que grites hasta romperte los tímpanos, o por más que patalees hasta que te sangres los pies. El mundo es de los monstruos. - Se encoge de hombros. Su mirada era sería casi filosófica. - Entonces Percy, imaginando los millones y billones de personas sufriendo en este preciso momento en que nosotros estamos hablando con tanta tranquilidad. Mientras una mujer es violada..., mientras una madre ahoga a su hijo..., aceptan su destino, pero tú no. Dime, ¿qué te hace diferente del resto de las personas? ¿Qué te hace creer que tú historia no acabará en un barranco olvidado en una bolsa de basura como el resto? -
Percy estaba tieso, su mandíbula estaba tensa, y su mirada verde mar llenos de vida y siempre cálidos ahora estaban desesperanzados y grises. Habló con derrota, con voz ahogada.
- ¿Usted que cree? - Dijo con sarcasmo, con sus últimas fuerzas. - Parece saber mucho sobre este tema. -
- Tú, Percy. Tú eres diferente al resto. - Sentencia Cronos. - Porque he visto más allá de ti. Y tu potencial no debe caer en desperdicio. Las oportunidades que se te presentan en la vida, son los que te convierten en alguien diferente de esos vestigios. Como ésta oportunidad..., yo Cronos te propongo únirte a mí, Percy. Y te doy la libertad de tu madre a cambio de la tuya o... -
Percy escuchaba atentamente, todos lo hacían. Jason sujetó mi brazo y respiraba de manera irregular.
- ¿O que? - Preguntó apretando sus puños.
- O les regalo a ambos la libertad y ya. Sin mañas. Con una condición muy sencilla. - Empezó a bajar las escaleras, y el público se abrió para que Cronos llegará justo enfrente de Percy. Lo miró con ojos ansiosos, y jadeando exclamo.
Sus ojos suplicaban por sangre.
- Tráeme al asesino de mi hijo. Perseus Jackson. Al que mató a Dylan Thompson. ¡Tráeme al hijo de Zeus! - Demando en voz a grito.
Los ojos de Percy se abrieron de par en par y no ocultaron su horror. Miré a Jason a mi lado que se había quedado blanco como una estatua y sudando imperceptiblemente.
- Tráemelo Y te lo juró por mi difunto hijo, nunca volveré a cruzarme con tu familia y tu descendencia. -
Sentenció. Y todo el público vitoreo en júbilo. Esto iba mas allá de cualquier pelea callejera, esto era serio.
Ahora no solo tenía que sacar a Percy de aquí. Si no también a Jason Grace, antes de que lo matarán.
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Editado. Listoooo
Para los que no se han dado cuenta. Dylan proviene del primer libro de la saga Héroes del Olimpo. El héroe perdido. El espíritu del viento (creo) que atacó primero a Jason Grace en las primeras páginas.
ACLARACIÓN : Todas las ideas lanzadas por Cronos son indiferentes para mí. Es decir, no creo que el mundo es un mierda y todo eso.
Capítulo editado. Y hecho.
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