Me consigo nuevos enemigos.
Vi como todos estiraban el cuello para poder ver al chico que aún estaba recostado en la barandilla. Con aspecto de lo más despreocupado.
_Perce, te ves bien amigo. _ El que me tenía agarrada lo dijo con una extraña mueca que al parecer era una sonrisa.
_Humm... Lástima que no pueda decir lo mismo de ti. _Respondió el chico torciendo sus labios en una sonrisa provocativa. Estaba demasiado oscuro para que pudiera saber el color de sus ojos, pero podía distinguir bien su porte y las atractivas facciones de su rostro. Era atractivo a toda regla.
_Fray... Ya sabes lo que pienso de esta clase de comportamientos. _ Habló con evidente fastidio a la vez que rascaba un lado de su mejilla.
El tipo que me había tenido sujeta me soltó como si quemará... Yo me alejé y miré la salida hacia mí libertad. Necesitaba que se quitarán de mi camino. Ahora mismo.
Miré de nuevo al chico de arriba con curiosidad, y descubrí que me estaba observando profundamente. No me gustaba tomar el papel de la princesa que necesita que la rescaten, pero era lo suficientemente madura y lista, para aceptar que necesitaba ayuda.
Traté de comunicarme con él mediante mi mirada desesperada y ansiosa.
Por favor, no me dejes...
Soltó un suspiro cansado. Se enderezo haciendo crujir sus articulaciones. Y empezó a bajar las escaleras escalón por escalón con parsimonia.
_Larguémonos de aquí Mike._ _Susurró Fray a su hermano el cabecilla.
_Es solo un chiquillo y nosotros cuatro, deja de cagarte de miedo Fray. _ Le regaña frustrado. Aún así, Fray se apartó del grupo sin dejar de fruncir el ceño con preocupación.
_Así que... _ El chico al que habían llamado Perce, bajó el último escalón con un pequeño salto._ ¿A dónde iban a llevar a mi mejor amiga?_ Termino en tino juguetón.
Entonces el idiota sexy había oído todo desde hace un buen rato en su departamento seguramente rascándose el trasero mientras a mí me lo pateaban. Le envié una mirada iracunda, él me regalo una sonrisa sarcástica y posó un cálido brazo encima de mis hombros dejándome tiesa en el lugar. Sus dedos eran cálidos y acariciaron mi cuello creando un agradable y placentero cosquilleo. También noté que desde el codo hasta su muñeca estaba lleno de tatuajes.
_No sabía que era una de tus chicas Percy._ Dijo Mike, estudiándonos. Yo tuve que reprimir una mueca con "una de tus chicas".
¡¿Acaso están ciegos?! ¿Realmente parecía una mujerzuela, con un gorrito de Nemo en mi cabeza y ropa de hombre?
_Ahora lo sabes, así que pueden volver corriendo como lindas cobayas por donde vinieron._ Estaba tan cerca que podía olerlo, menta y cloro. Pero había algo que no sabría explicar que me recordaba al mar.
_Tengo una pregunta, hombre. - Empezó Mike sonriendo con simpatía. - ¿Tú fuiste quién le rompió la nariz a mi hermano? _
_Sí, entre otras cosas._ Asiente Percy alegre. - También recuerdo que su brazo como que quedó algo torcido. Fue asqueroso de verdad. Mis disculpas no tan sinceras, chicos. -
_ No te tengo miedo, soy tres años mayor que tú chiquillo._ Suelta de repente uno de ellos. - ¿Te crees muy gallito, eh? Deberíamos llevarte con nosotros también. Hay preguntas que tenemos que hacerte. -
Él se alejo de mi lado poniéndose en frente de mí con las manos levantadas. De inmediato me sorprendí que lamentará que haya quitado su brazo de encima mío. Apenas lo conocía y ya extrañaba su contacto ¿Qué demonios? La adrenalina de ser casi violada seguro había afectado una parte de mí cerebro. Sin duda alguna.
_¡Fabuloso, ven por mí!_ Gritó entusiasmado. Lo miré como si se hubiera vuelto loco. O tal vez lo haré, quién sabe, yo no lo conocía aún de todo.
_Percy..._ ¡Él me guiño un ojo!
- Tú solo disfruta del espectáculo, amiga. - Y subrayó la última palabra.
_Jay... _ Fray seguramente quiso advertirles, pero sus dos hermanos ya habían compartido una mirada y se habían abalanzado hacia Percy.
Ahogué un grito. Percy parecía rudo sí con todos esos tatuajes y porte varonil, aún así, era mucho más delgado que aquellos hombres y unos centímetros más bajo. Y le ganaban en número.
_Aléjate._ Me ordenó e inconscientemente me hice para atrás.
El primer puño que lanzó impacto directo en el rostro de Mike y salió en un gran chorro sangre manchando su camiseta. Se apartó a un lado tapándose la nariz patidifuso. Yo también lo estaba, me quedé boquiabierta por su precisión. Él era un profesional me di cuenta.
No tenía el porqué de preocuparme al final, él se agacho a una gran velocidad e impacto un perfecto gancho al mentón de Finch.
Estaba tan sorprendida como ellos, Jay se recuperó rápidamente y su mirada se volvió afilada. Jay lanzó puñetazos y patadas más calibradas, aún así Percy era más ágil y rápido, parecía un contento bailarín haciendo lo que ama. Era fabuloso verlo, aunque la sensación de inutilidad empezaba a molestarme.
Mike se había cansado de mirar solamente al parecer al igual que yo.
Vino detrás de Percy mientras él peleaba con Jay y el otro hermano Finch. Los brazos de Mike se apretaron como tenazas contra su pecho. Sentí de nuevo el pánico pero era uno diferente, esta vez el pánico lo sentía por el chico loco. Estaba chiflada pero le había agarrado algo de simpatía. ¡Entonces Percy solo empezó a reírse! Dejándome descolocada.
_¿Estás loco?_ Demande enojada.
_Me gustan los abrazos._Ronroneó. - Me hacen sentir muy querido. -
Los otros se acercaron. No iba a quedarme parada viendo como mataban a Percy. Me puse detrás de Mike y le di una patada en su entrepierna que inmediatamente me dio asco. Y lamenté que incluso así de manera tan violenta el sapo hubiera conseguido un contacto conmigo.
Soltó a Percy agarrándose las bolas con ojos desorbitados y mordiéndose los labios para no chillar. Los otros hermanos hicieron muecas de dolor.
Percy en cambio me miró maravillado. _¡Muy bien, chica ruda! Ya te has ganado mi corazón. _
Me ruborizó de inmediato y contengo una risa nerviosa que quiere salir de mi garganta.
Luego de eso él acabo con los tres rápidamente con astucia. Como si fuera un peleador nato y con experiencia de años. Veloz y ágil. Se movió hasta rodando por los suelos e impactando patadas poderosas que derrumbaron a segundos a los hermanos.
_No olvidaré esto Percy, voy a encontrar la manera de derrotarte, nadie es completamente invulnerable._ Soltó de manera entrecortada Mike. - Es una promesa, y dile también a tu amigo, que cuide sus espaldas. -
Percy frunció el ceño por primera vez en la noche con aspecto serio. Pero cuando hablo lo hizo de forma calmada.
- Gracias por preocuparte, se lo diré cuando lo vea. - le respondió, sonriendo con ironía. - Suerte en encontrar mi talón de Aquiles. -
Nos dieron la espalda y se fueron con el orgullo entre los suelos.
Fray era el único que no caminaba cojeando de dolor. Nos echó una última mirada, especialmente a mí. El callejón hizo eco de sus pasos y me avisaron de su partida.
Vaya suerte la mía, Dioses, no había pasado ni un día en este lugar y ya me había ganado enemigos.
- Estás en problemas... - Miré a Percy pensando que se refería a la mirada de Fray, pero el estaba más que relajado sonriendo y apuntando al mismo tiempo con su dedo hacia el bote de leche que ahora estaba arruinado y desparramado en el suelo con el pan que quién sabe que cosas asquerosas del suelo había absorbido. Genial.
Solté un gruñido. Bueno, el caos pudo haber sido peor. Bastante peor... Y me dieron escalofríos en contra de mi voluntad.
- Fue una patada maravillosa la que lanzaste, por cierto. Tienes una técnica grandiosa. - Ahora que la adrenalina y un poco del miedo iba evaporándose, pude hacerle un chequeo más detenidamente gracias a una de las farolas del edificio.
Tenía una camiseta que dejaba entrever unos vigorosos brazos, y podía apostar a que había unos duros abdominales bajo aquella tela. Por Zeus, no era como si quisiera ver debajo de su camiseta. Empecé a sentir mis mejillas calientes. Él pateo el bote de leche y escondió sus manos en los bolsillos de sus jeens desgarrados.
Me miró bajo sus negras pestañas, el efecto era seductor. No podía decirlo con certeza pero sus ojos podrían ser de color verde. No estaba segura por la oscuridad.
Me sentía extrañamente como si flotará, algo encajaba perfectamente en mí, mi corazón se sentía atraído hacia él y mi cuerpo ansiaba otro de sus inocentes toques, me di cuenta que su contacto podría volverse adictivo para muchas chicas. Por suerte para ella tenía autocontrol... Él tenía ese algo que.., y entonces abrió sus estúpidos y sensuales labios.
_Rubia ¿eh? Eso lo explica, debes ser bastante tonta para salir en las calles a estas horas en New York._ Se mofa con un peligroso brillo en sus ojos.
Por un momento me quedé solo con la boca abierta como una tonta rubia por su declaración. Me di una cachetada mental para salir de mi estupor, y le envié la mirada más intimidante que podía cuando estaba con solo chanclas y mi cabello seguro parecía un nido de pájaros.
_No tengo por que darte explicaciones, gracias por salvarme de esos imbéciles, pero... no gracias igual. _ Y mi voz sonó firme. Punto para mí. - Puede volver a retomar su camino buen hombre. -
_ooookayyy._ Me regalo una sonrisa burlona.
_Ese es un falso estereotipo muy estúpido, además. _ Yo era la mejor de mi clase. Pero no tenía el porqué de darle explicaciones. - Muy pasado de moda. -
Suspire. Tenía que volver a casa. No porque me haya salvado quería decir que era bueno. En realidad había sido mucho más peligroso que aquellos cuatro mutantes de sapos humanoides. Aun así, me sentía segura con él. "Muy cálida". Y era una razón más para irme.
_Bien, yo... _Apunté con mi dedo hacia la salida._ Me tengo que ir... -
_¿Quieres que te acompañe?_ Sugirió, él parado frente a mí escudriñando mi rostro. - Soy un guardaespaldas con doctorado en Harvard. Solo para que lo sepas. -
SÍ, ven conmigo.
_No, gracias... cruzando la calle está mi casa y..._ Y no debí decir eso. ESTÚPIDA.
_ Escucha, gracias en serio por ayudarme y porque soy una buena persona y con un gran honor y todo eso..., te debo un favor._ Lo decía con sinceridad. El podía haberme ignorado, y dejar que me llevarán pero había bajado a ayudarme. A está loca hambrienta que solo fue a por leche.
_¿Cualquier favor? _ Repitió con voz ronca, que juraría que hizo vibrar mi cuerpo.
Al contrario que al anterior hombre, cuando él me dio un repaso no sentí ningún asco ni siquiera incomodidad. Todo lo contrario. De repente me sentía todo muy femenina a su lado. Me sentía con ganas de acortar la distancia. Y esto era estúpido porque se supone que no haces eso con un desconocido. Por más Dios Griego que esté.
Él se rio con júbilo. - No debiste haber dicho eso. -
_Es la verdad. _ Sentía otro tipo de adrenalina y la ignoré. _ Adiós.-
_¡Espera!_ Alzó la mano como si me fuera a tocar. Pero no lo hizo. Un toque de desilusión se acentuó en mí.
_¿Cómo te llamas?_
Era una pregunta inocente. No comprometía nada si no le decía mi apellido.
_Annabeth._ Le dije tímida. Un celular empezó a sonar y era el suyo obviamente, vio la pantalla y sonrió con picardía. Me pregunte si era una de sus "chicas", extrañamente me sentía algo. ¿Celosa? Alcé la mano como despedida y eché a correr sin mirar atrás.
Sin importar cuan desesperadamente quería hacerlo.
Percy Jackson. El chico Punk de la otra calle estaba... guapo. Y me quedaba corta.
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Ya en mi cama arropada hasta mi mentón, mi celular sonó con una llamada. Era Zoe.
Contesté la llamada.
_ ¡Annie! ¿Qué tal tu nueva habi...?_ Apenas empezó y la corte.
_Conocí un chico ardiente. _Listo después de tres horas mirando el techo sin poder formular palabra al fin lo había dicho.
Hubo un silencio al otro lado. Y entonces
_Wuo... eres rápida. _ Silencio.
_MALDITA SUERTUDA. Cuéntame todo._ Solté una gran carcajada, por los nervios, por el alivio, por mi amiga... y por la pura y jugosa adrenalina que había sentido cuando estaba con Percy que había tratado de ignorar. Me había sentido... Viva...
Nota de AMER ACTUAL: AY DIO MIO, ME DA COSITA. Aclarando por Dios santo que estoy lo hice en el 2016, por Dios.
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