Las promesas de un amigo.

-¿Todo bien?-

-Si, estupendo. -Me contesta Annie.

Nos habíamos cruzado con Drew y compañía con Jason y Frank. Ella nos había guiñado un ojo con Reyna detrás de ella con expresión pensativa. Me miró y apartó la vista como si estuviera contrariada.

Frank me miró esperando que diera explicaciones pero yo mismo necesitaba que alguien me explicará que sucedía con las mujeres. 

Vine lo más rápidamente que pude. Y al encontrarme con Annabeth con la mirada perdida. Solo tenía ganas de abrazarla. Me acerqué a ella y frote sus brazos de arriba a abajo.

Jason abraza a su novia y la levanta del suelo en un giro.

-¡Atrevida! No me contaste nada de esto. -Le regaña. Piper sólo sonríe y lo besa para callarlo. -Noooo, vengo e - enojado. Uh. Mmm. -

Frank se aparta con una nerviosa Hazel y toma una de sus manos y le dice algo.
Poco a poco su rostro empieza a relajarse ante Frank.

-¿Podemos ir a cambiarnos? Odio está ropa. -suelta Annabeth con demasiado odio de repente. Y creo que él odio no va solo para su disfraz.

-Owww, pero si a mí me gusta mucho. -Digo con tristeza.

-Podríamos, pero de vuelta nos  encontraríamos con Drew. - Dice Piper con fastidio.

-Ugh. - Annabeth pasa una mano por su pelo.

-Por qué no se cambian en los vestidores de los hombres? - Corrobora Frank.

-Nosotros vigilaremos la entrada.- Asiento de acuerdo.

-Está bien por mí. -Contesta Annabeth y va hacia un lado a recoger su bolso donde imagino que tiene su sensual vestido azul que competía con este disfraz en ser mi favorito.

-Vamos. - Nos apura.

-Tengo que ir con Nico, deje mi ropa con él para que lo cuide. -  Dice Hazel.

-Okay, yo acompañó a Hazel. - Dice una brillante Piper. -No hace falta que te diga que acompañes a Annabeth ¿verdad Percy?

-Claro qué no. -Concuerdo.

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-Vigilare la puerta, tú entra sin temor. -
-Bien, no seas un pervertido y entres a espiarme. - Me advierte apuntándome con dos dedos.

-Trataré con todas mis fuerzas. - Digo quitándome un sudor falso de la frente.

-Tardaré un rato ponte cómodo. -

Suspiro y apoyo mi pie contra la pared, sacando mi celular y empezando a jugar Candy Crush.

Pasaron minutos mientras ella se cambiaba, la verdad era que el vestidor de las chicas no estaba tan lejos del de los hombres. Hasta aquí parado con mi pie contra la pared y espalda sosteniéndome.

Podía escuchar unos murmullos enrabiados. Poco después por la curva del pasillo aparece Reyna con su vestido escotado color turquesa definido a sus curvas. Tiene una expresión malhumorada que cambia al verme apoyado en la pared. 

-Reyna, ¿sucede algo malo?- Pregunto con amabilidad.

Ella apoya una mano en su cintura.
-Mi billetera, mi jodida billetera es donde guardo mi celular estaba en el interior de mi bolso. Y no está, maldita sea. No lo comprendo. -

-¿Estás segura, tal vez pasaste por alto algo? -

-Ya buque por todos lados. - Se lleva una mano en su pecho. Se ve tan desesperada que me empiezo a preocupar por ella. Digo, era alguien con padres adinerados. ¿Por qué se preocupaba tanto?

-Está bien, ¿había algo importante en él? -Ella evita mi mirada al contestar. -Fotos, y esas cosas. Pero son invaluables para mí. -

-Si, lo comprendo completamente. - Miro hacia la puerta del vestidor de los hombres. -¿Ya buscaste en tu casillero? -

-Mierda, no. - empuja sus palmas por sus ojos.  -Dios, voy a ponerme histérica. -

-Tranquila, ¿te acompañó un rato okay?-

-Gracias. ¿Esperas a alguien? - Pregunta.

-A Annie. Pero estamos cerca, si grita la escucharé. -Sonrió con ironía.

Ella se muerde los labios.  -¿Seguro? No quiero meterte en problemas. -

-Será un segundo ¿verdad? Estoy seguro que se habrá caído por ahí ¿Vamos pronto, bien?- Digo ya encaminándome.

-¿Has visto a Drew?- Pregunta de improviso siguiéndome.

-No, no la vi desde que nos cruzamos en el escenario. -

Su rostro se pone pálido. Y tengo un mal presentimiento.

-Vamos Reyna, seguro debió estar escuchandote todo el tiempo tu celular y no lo has visto.-

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-Percy, has estado muy callado. -Digo en voz alta. Salgo de uno de los probadores. Me dirijo hacia los espejos con la vista puesta en el ruedo de mi vestido. Tratando de que llegarán un poco más cerca de mis rodillas. -El baño de los hombres apesta peor que el de las mujeres ¿sabes?-

Miro mis zapatos bien puestos y alzó la vista.

Y grito del susto demoledor que casi detiene mi corazón.

Luke está apoyado en la puerta del segundo probador de a lado por dónde salí.

-Hola Annabeth. - Sonríe con dulzura. -¿Sabías qué? Siempre, hasta cuando estás sola ¿piensas en Percy? -

Me tomo unos minutos para encontrar mi voz de vuelta. Y fingir que esto era lo más normal del mundo.

-Hola Luke, ¿qué haces aquí?-

-Es el probador de los hombres Annabeth. - Dice apuntando el lugar como si fuera obvio. Trago saliva. De repente quería un abrigo grande para taparme este vestido tan pequeño.

-¿Por qué llamabas a Percy?- Pregunta frunciendo los labios como si hubiese dicho algo agrio.

-Es que él estaba...- Carraspeo. - Cuidando la entrada por mí, pensé que me estaba escuchando.-

-Como siempre el señor Jackson abandona sus promesas. - Dice distraído mirando las luces del techo. -Desde que llegaste él no hace nada más que romper promesas con todos. -

No llego a comprender lo que está diciendo, miro su postura, era relajada y tiesa como un leopardo a punto de saltar.

-Si, es un estúpido. - Me mira fijamente, y siento un escalofrío que no era nada bueno. -Me tengo que ir a golpearlo por abandonarme. Tuve suerte que solo seas tú, pudo haber sido alguien más peligroso. -Digo riéndome nerviosamente.

Él ladea la cabeza curioso.

Me giro, abro la puerta y salgo por el pasillo. Miro por todos lados a por Percy, pero ha desparecido. Pues ya que, empiezo a caminar hacia la pista de baile de vuelta.

-No entiendo. No te gusta el peligro pero estás con alguien muy peligroso. - Suelta Luke detrás de mí deteniéndome.

Estaba parado en medio del pasillo con sus dedos moviéndose nerviosamente.

-¿A dónde quieres llegar Luke?- Pregunto fastidiada, ¿por qué no iba al punto?

-Estás pasando el tiempo con personas equivocadas Annie. - Dice con voz tranquilizadora. -Con personas peligrosas que solo atraen más monstruos a tu alrededor por tu olor inocente. -

-Luke, si te refieres a Percy, no hay nada malo con él. Es una persona común y corriente como tú y yo.-

- He estado ignorándolo, pero ya no puedo callar. Debes alejarte de algunas personas es por tu seguridad. Créeme Annie yo sé lo que te digo. Van a pasar cosas malas si sigues junto a él. - Su voz es suave y condescendiente. Como si estuviera ciega o ignorante de las cosas y él tratara de hacerme entrar en razón a la pobre y dulce Annie. Y eso solamente me hizo enfadar.

-Gracias Luke, pero yo sé tomar mis propias decisiones. -

Sus ojos se abren más de la cuenta un momento luego, los cierra un segundo y al abrirlos recupera la gran  paciencia infinita que finge tener conmigo.

Se acerca dando unos pasos hacia mí.

-Annabeth, te lo digo por tu bien. Algunas personas son tan tóxicas que debes eliminarlas de tu vida. Es la única manera que existe. Para ser feliz. -Se queda casi frente de mí, justo donde falta un foco. Y él queda entre las sombras.- Sé que crees que lo sabes todo, y nunca dudas de tus creencias. Pero esta vez Annie, no estás viendo quién es el héroe y el monstruo de esta historia. -

Lo miró con incredulidad. Este tipo... A la única persona que no había visto con claridad, no era a Percy, en eso se equivocaba. Percy no era el único con una fachada.

-¿Por qué te preocupas tanto Luke? - Suspire hondo, podía escuchar mi corazón.

-Por que somos amigos Annie.  Tú no lo recuerdas pero te prometí que seríamos siempre los mejores amigos y que siempre cuidaría de ti. Pase lo que pase. -Me miró con intensidad, sus ojos azules vidriosos. - Yo permaneceré a tu lado, apartando todo el peligro que represente en tu vida. -

-Luke... -

-No encuentro mi billetera. ¡Maldición!- Grita Reyna golpeando los bancos que habían en medio de los casilleros. -Pero ¿quién demonios se atrevió a tocarlo? ¿Acaso aún hay personas aquí que no saben quién soy? ¿De lo que soy capaz?- Refunfuñando se aprieta la cabeza.

Me muerdo el labio y golpeó el casillero vacío. Miro hacia la puerta, me sentía nervioso y apurado de volver junto a Annabeth.

-Reyna...-

-¿Percy?- Me giro, Rachel estaba con este chico flacucho llamado Octavian quién me miraba con mala cara. Así que yo también le pongo mala cara. Si, si muy de maduros como sea.

Tenía en sus manos una billetera, miré a Reyna. Ella ya se había enderezado y casi en trote se acercó a ella, suspirando como si un gran peso hubiera sido eliminado.

-¿Rachel dónde lo encontraste?- Agarró de sus manos su billetera y lo abrazo contra su pecho suspirando. -Creí que me iba a infartar...-

-Chicas. -Interrumpo. Ignorando a Octavian. -Disculpen pero debo irme.-

-Está bien. Gracias por preocuparte Percy. -Reyna apoya una mano en mi brazo y sonríe. Le devuelvo la sonrisa.

-No hay de qué... Rachel ¿has visto a Annabeth de camino hasta aquí? - No puedo evitarlo, mi voz suena tensa.

-No, vine por otro camino. -

Trato de no zarandearla por elegir otro camino justo hoy. 

-Está bien, nos vemos. - Con pasos largos me dirijo hacia el pasillo, escucho las voces consternadas de Reyna detrás de mí.

-Rachel, aquí no está mi celular. -

-¡¿Pero qué?! A quién carajos le diste tu bolso. -

-A Drew...- la voz de Reyna acaba en un susurro.

-Drew me dijo que encontró tu celular cerca de los parlantes de Solace.-

Sus voces se pierden en a distancia y las ignoró, francamente no me importaba. Tenía otra persona quién me esperaba y de imbécil la había abandonado.

-Tienes que creerme a mí Annabeth. - Luke agarra mi brazo con sus manos Cómo tenazas. - Escúchame, tienes que estar conmigo. -

-Basta Luke, ¿estás borracho?- Pregunto en confusión, ahora me agarro de los dos brazos.

-Tú no entiendes nada de lo que te digo, te quiero... -

-Suéltame Luke, no hace falta que me sujetes. - aseveró con desasosiego.

-Eres la única persona que me queda Annie, él siempre lo ha tenido todo. Pero mi mejor amiga, no, no lo permitiré. -

-Luke. - imploró. Sujeta mi cuello con sus dos manos, y mi respiración se dificulta.

-No quiero, la única persona que realmente me vio una vez... -

-Aléjate. - Digo.

-¡¡Aléjate te ha dicho!!- Y entonces Percy aparece de la nada y empuja a Luke por su pecho lejos de mí. Él trastabilla hacía atrás pero no cae. Y Percy echo furia se pone frente a mí mientras me frotó mi cuello adolorido.
Justo ahora ya no me sentía molesta con él por abandonarme.

Percy tiene la mandíbula apretada en cólera y sus ojos verdes son tormentosos y amenazantes. Luke en cambio mira con grandes ojos asustados a Percy. Él lo observa fijamente entonces luego de un momento, ya no parece con tantas ganas de asesinarlo.

-Luke, debes irte.- Dice simplemente.

Y lo veo, es como un puñetazo en el estómago de Luke. Queda boquiabierto incrédulo.

-Yo soy quien debería decir eso. -Murmura. 

-Te dije que iba a dejarte primero mostrar tus sentimientos. - Percy gira su rostro ahora sereno hacia mí. - Mira su expresión, no quiere estar contigo Luke. -

Luke me mira, yo hago lo mismo y no soy capaz de decir nada para negar su afirmación.

-Pero, yo no tengo a nadie más...-

Alterno mi vista entre Luke y Percy, no llegaba a comprender este intercambio. Pero que sucedía, ¿cuáles eran todos esos secretos que Percy me ocultaba?

-¿De nuevo? De nuevo... - Los ojos de Luke quedan vacíos, y recuerdo lo parecidos que son los de Percy. Ellos parecían casi hermanos en algunos aspectos. 

La mirada, la tristeza, el porte de luchador que ambos tenían.

Percy sonrió suavemente, sus ojos eran tenues y cálidos.

-Me tendrás a mí siempre Luke.- El le extiende una mano amigable. De repente me siento un estorbo en medio de ellos. Un espectador entrometido entre ambos. -Eres mi mejor amigo Luke...-

Luke se queda parado, mira con peculiaridad su mano. Luego, eleva sus ojos sin alzar su rostro mirándome con nostalgia.

Por primera vez, ya no me sentía tan lista, era alguien totalmente ignorante.

Luke camina lentamente hacia nosotros y pasa en medio de nosotros inmóviles como estatuas.

Sus pasos resuenan en los pasillos con la música ligera proveniente del gimnasio.

Pronuncia las siguientes palabras.

-Está vez no Percy.-

====//===//=====///...

Una hermosa mujer con rasgos asiáticos estaba sentada encima de unos parlantes. Miraba el celular con una sonrisa ensanchando sus mejillas en rubor.

-Mira que lindo eres Percy.- Dijo balanceando sus delgadas piernas que colgaban.

Ella agarra uno de sus cables USB de su bolso y conectó el celular con el parlante que a su vez estaba conectado este a la pantalla gigante que utilizaba Will Solace ahora adentro del gimnasio para producir videos.

Se bajo de un salto y puso bien su vestido rosa, dejó suavemente el celular encima del parlante. Sus mejillas bajo todo ese rubor estaba colorado de excitación.

-Disfruten del espectáculo queridos compañeros... -

Ella visualiza a Percy y a Annabeth juntos entrar y unirse a su grupo de amigos. Una llamarada de celos la consumió.

-No apartes los ojos. - Dijo, y fue como un encanto para que obedeciera.

Annabeth sintió unos ojos encima suyo, pero cuando miro en la dirección que su sentido de seguridad indicaba.

No había deslumbrado a nadie. Solo oscuridad.

=====//=====//=====//======///=====

Espero les haya gustado
Bye bye.
Gracias por los comentarios y votos desde ya.

Espero que este alejándome del típico cliché, de otra manera el nombre de mis historia sería absurdo y carecería de sentido.
Gracias bye bye.

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