Hijo del Dios del mar.
Percy estacionó el lujoso coche de Jason cerca de unos pinos.
Bajé primero elevando mi mirada hacia la colina, donde al final de ésta había dos pinos sosteniendo un cartel de madera que decía "Campamento mestizo*
- Interesante. -
Me encamine apresuradamente hasta llegar en lo alto, escuchando los pasos de Percy acompañándome en todo momento. Soplaba un frío viento otoñal que dejaba mis mejillas congeladas y alejaba mi pelo de mi rostro.
-¿Es aquí dónde piensas violarme finalmente? -
Bravo, bravísimo Annabeth, pero debían entenderme, estábamos solo nosotros dos. Aquí en un campamento solitario oscuro y frío. Sin nadie a kilómetros a la redonda.
-Si hubiera querido eso, simplemente habría entrado por la ventana de tu habitación desde hace mucho tiempo Annie. - Dice mirándome con ironía.
- Deberías cerrar tu ventana. Digo, solo para que no entren mosquitos. -
-Debería...- contesto avergonzada. - ¿Qué es este lugar?-
-Un campamento. Pensé que eras más listilla Annie. -
-Es obvio a primera vista. - Rezongo dando pasos cuidadosos por mis tacones que querían enterrarse en la tierra.
-Podría llevarte cargando en mis brazos. - Dice tentadoramente.
-¡No soy una lisiada! Puedo sola. - Respondo altanera. ¡Maldito, orgullo!
-Ajá, sí, sí, me sé ese cuento. Soy una mujer fuerte e independiente, ya. - Frota sus labios para borrar una sonrisa burlona. Y haciéndole mala cara le ignoró.
Mierda, ser sujetada por los tatuados brazos de Percy. Sería tan genial. Pero tampoco debía ser tan regalada, vamos Annie, solo hace unos minutos has visto un poco de acción cuerpo a cuerpo de Percy y Reyna.
Sip. Mierda. Eso había funcionado para calmar mis hormonas.
-Linda vista. - Susurra. Me gire y veo que sus ojos están en mi trasero. - Muy bonito, tiene una linda curvatura. -
-¡Oye!-
Cruzamos la entrada. En uno de los pinos había algo colgado de las ramas, parecía hecho de lana con hilos de oro y purpurina brillante.
Percy me vio observándolo, se rio y me saco de dudas.
-Es el vellocino de oro. Nico, Jason y yo, pasamos por el Mar de los monstruos por él a los doce. -
-¿Fue duro el viaje? -
-Por supuesto, las sirenas quisieron llevar a Jason pero Nico y yo los más "feos" lo protegimos de ellas. -
Me rio. - ¿Eras feo? -
-Ellos decían que tenía una mirada fea.- Empieza a Farfullar.
-¿Es éste tu lugar favorito?- Pregunto mirando grandes campos que parecían una viña de uvas negras, gracias des y jugosas desde la distancia en que estaba podía decirlo ya. - Es hermoso. Aún con la poca iluminación...-
Escucho que trota, y llega a mi lado para sostener mi mano. Y me encanta como se siente sus dedos con los míos. Compartimos miradas cercanas.
-Nop, o sea, no exactamente. Vamos, te mostraré. - Sonríe de manera dulce, dándole un apretón a mis dedos.
Había cabañas distintivas formando una "U", tenían cada uno el logotipo correspondiente de uno de los Dioses del Olimpo por su puerta. Era asombroso, muy creativo y bastante original de un campamento escondido en este encantado bosque de New York.
-Esto es asombroso. - enuncio.
-Me encantaba venir aquí de niño. - Responde con la mirada pérdida, sus ojos están nublado de pensamientos tormentosos. - Podía fingir ser alguien genial, fingir... Qué mi padre en realidad no me había abandonado por no interesarle en absoluto... Simplemente necesitaba irse por sus obligaciones como Dios. Solo por eso abandono a mi mamá. Por eso...-
Se detiene abruptamente como si se hubiera dejado llevar.
Me quedó mirándolo absorta, la luz de la luna llena transformaba sus ojos en piedras oscuras con su propia luminosidad.
Más que eso, trataba con todas mis fuerzas formular las palabras adecuadas para que volviera conmigo el chico divertido y relajado.
- ¿Quién era tu padre divino? - Interrogo con franca curiosidad.
Pestañea confuso como recordando que no está solo. Lo piensa un momento y responde.
-Poseídon. -Dice con una pequeña sonrisa tímida. -El Dios del mar. -
Me quedo sorprendida, su respuesta evoca una conversación pasada con Rachel Elizabeth Dare.
-Qué coincidencia. - Echo una risilla. Él zarandea mi mano llamando mi atención.
-¿Qué cosa?-
-Justo la vez pasada hablé con Rachel y concordamos que parecías mucho al Dios Poseídon...- Voy perdiendo la voz.
Me ruborizó pensando que no podía confesarle en como llegamos a esa conclusión, y no había otra razón más que la de; era tan sexy como un Dios griego.
-P-por tus o-ojos aguamarina. - Suelto tartamudeando.
-¿Hablaste con Rachel?- Me pregunta alarmado.
-Se excusó conmigo porque pensó que éramos pareja en ese entonces. Ya sabes, por el beso que les pille darse...- Respondí cohibida.
Estábamos parados en medio de la "U", que las cabañas formaban, éstas estaban delante de nosotros imponentes y bien decoradas con respecto a su Dios olímpico. El de Afrodita parecía que un unicornio rosa vómito encima de la cabaña.
-Oh, Rachel es muy buena persona. Me agrada mucho ella. - Dice sencillamente, sin doble intención en la voz. Aún así, no puedo evitar sentirme celosa.
-Si, fue agradable conmigo. - Digo tratando de ocultar el recelo en mi voz. Agaché la mirada hacia el suelo por la misma razón.
-Qué suerte. -
Mantengo mi vista fija en el pasto verde debajo de mis pies. No me aguanto y lo miro de reojo, lo descubro haciendo lo mismo.
-Lo siento. -
-¿Por qué Percy?-
-Yo.., en verdad quisiera decirte que es la ultima vez que algo así ocurre peroo...- Sus ojos están llenos de pesar. - Hay muchas cosas que hice... Y admito que estaba orgulloso de ellas, pero ahora que te conozco; no puedo hacer nada lamentablemente para borrarlo... Y no puedo prometerte que conmigo habrá completa paz... Soy un idiota y te enterarás, de muchas cosas. No hay razón para negártelo. Pero, te juro que no hay nadie más a quién quiera a mi lado hoy y por un largo rato. Si no me crees, te entiendo. En serio, está bien...-
Tiene una expresión de crudo dolor e impotencia. Suspiro muy hondo, apartando el pelo que se pega en mis labios pintados.
-¿Jugamos a algo? - Procuro cambiar de tema. Queda un momento en un tenso silencio, luego parece aceptar mi intercambio.
-¿Qué juego?- Ladea la cabeza relajando un poco su bello rostro con curiosidad.
-A adivinar quiénes son los padres divinos de nuestros amigos. -
-Oh...- El mira las cabañas un poco más enérgico. Carraspea.
-Pues, digo que Will es un hijo de Apolo. Por la música y su sueño de llegar a ser doctor. Aunque al único que trata de cuidar siempre es a Nico. - Musita con una mueca. - ¡Siempre lo está toqueteando! -
Golpeó su hombro.
- Los Stolls son hijos de Hermes. - Digo con certeza.
-¿Segura? Yo les pondría como hijos de momo. Aunque... Cuando éramos niños ellos robaban mis calzoncillos. - Frunce el ceño.
Me quedo pasmada. -¿Por qué robaban tu ropa interior? -
-Ni idea, no los escuchaba cuando los golpeaba. Bueno, dijeron algo de recaudar dinero...-
-Oh. -
-Fui víctima de muchos sucesos. - Dice quitándose un sudor falso.
-Nico es un hijo...-
-De Hades, en serio ese niño a veces asusta. Aparece de la nada. Algún día le pondré un collar con una campanilla. - suspira. -Y tiene un serio problema con las películas y series de zombies. Cuando éramos niños él y Clarisse intentaron enterrarme en una noche de luna llena. Para ver si salía del suelo convertido. -
Tiembla con fuerza. - Fue horrible. -
Me abraza y yo cierro los ojos oliendo su colonia masculina sin importarme que este aún mojado y frío.
-Lo siento.- Se suelta recordándolo.
Mientras hablamos caminamos lentamente hacia adelante.
Miro hacia la cabaña de Apolo que tiene un sol en su puerta. Y notas musicales.
-Obviamente Jason es un hijo de Zeus. Él se pone a planear hasta una salida de café con Piper. Y con cada insignificante norma que incumple siente que va a comenzar el apocalipsis por su culpa.-
-Y Piper una hija de Afrodita. -
Me mira incrédulo.
-Créeme, tiene estilo y estaba algo obsesionada por juntarnos... A nosotros dos. - Me sonrojo.
Él sonríe de medio lado, me suelta la mano y se pone a caminar delante mío de espaldas.
-¿A nosotros dos? ¿Annabeth Chase y Percy Jackson? - Dice juguetón.
-Ya sabes... - Aparto la mirada. Llegamos hasta en frente de la cabaña de Poseídon.
-¿Habré sido demasiado obvio que estaba enamorado de ti? -
Siento un escalofrío placentero. Y no es por el frío.
-Pus bueno, tal vez llegó a esa conclusión viéndote todos los días persiguiéndome casi hasta dentro del baño. -
- Es divertido, te ves bien caminando y contoneando tus anchas caderas frente a mí. - Dice con voz ronca. Pongo los ojos en blanco.
Sonríe y se da la vuelta. Su expresión es melancólica al ver la cabaña que le correspondía.
-¿Imagino que vienes cada verano, no?- Pregunto.
- Me prohibieron la entrada. Era demasiado "adulto" -Hace comillas con un tierno rostro mosqueado. - Para estás cosas. Pfff, no importó que les dijera ¡humillándome! Qué yo me divertía en la tina hasta ahora con un barquito y una vaca acuática. -
-¿Vaca acuática?- Exclamo confundida.
-Su nombre es Bessi. Somos amigos desde los trece años. - Responde como si nada. - Es mitad vaca y mitad pescado. Es linda. -
-¿Un taurofidio? - Estoy sumamente asombrada. - Pero si es macho. No puedes llamarlo "Bessi".
Hace un gesto con la mano como restándole importancia. - Ñeeh. Le gusta. -
-¡Oye! Le causarás una confusión en su orientación sexual. - Bromeo con toda la seriedad de lo que soy capaz de adoptar en este momento.
- ¿Cómo llamar a Jason "Jessi"? - Pregunta Percy con una sonrisa de oreja a oreja. Hermosa.
-No le hagas bullying a tu querido primo. - Niego escandalizada.
-Para eso está el pendejo. -Asiente seguro.
Quiero echarme a reír y él parecía a punto de soltar carcajadas.
-Ven. - Toma mi mano.
Rodeamos la cabaña y volvemos a caminar por una gran extensión de pasto que subía hasta otra colina.
-¿No entraremos a tu cabaña? - Pregunto mientras soy jalada.
-No. Prometí que me portaría bien. Y si entramos en mi cabaña solitaria... Puede que se me ocurra querer hacer travesuras en la cama que hay allí. -
Me guiña un ojo verde. Un calor sube por mí cuerpo.
Y exclamo un "oh" decepcionado.
-E-espera necesito quitar estos malditos tacones. -
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Mis pies se introducen en la tierra mojada y fría. Era tan placentero pero hacia que tiritara.
-Mi lugar favorito... El lago. - Alza las manos como para abrazar la inmensidad.
-Long Island.- Anuncio interrumpiéndolo. Mirando la luna reflejada en las tranquilas olas frías y oscuras.
-¿Qué tan loco sería si nos metiéramos? - Susurra en mí oído suavemente. Está detrás de mí. Su respiración chocando mi cuello enviando escalofríos placenteros por mí cuerpo.
-Muy loco. - Contesto manteniendo mi voz casual.
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Y, perdón por ir tanto tiempo :v. Estaba con exámenes largos.
Bueno en breve subo el siguiente prque no hay tareas esta semana yupiiii.
Y me hicieron un reto de subir una foto mía en una de mis historias más conocidas y pus bueno. Aquí va.
Vamo a decir que soy linda. Estaba en la parada de autobús esperando dahh un autobús. :v
Les devuelvo el reto.
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