En el ojo del huracán.

- Jason no fue quién mató a Dylan. - Siguió hablando a borbotones. - Déjalos libres, y voy a decírtelo todo.

~~~~~

- ¡Cállate! - Masculló Luke. - ¡Quédate ahí callado, por una vez en tu vida, hazme caso y no digas más! -

- Percy espera por favor. - Advierte su novia con voz preocupada intentando acercarse a él, pero Finch inmediatamente la detiene aferrando uno de sus brazos. Ante el gesto, Annabeth le manda una mirada airada y se zafa de su agarré con un zarandeo. - ¡No vuelvas a tocarme! ¿Oíste? -

Finch suelta un bufido irónico, la mira... repasa su cuerpo de arriba a abajo con sus ojos lascivos como si la provocará a hacer algo con ese pequeño y "frágil" cuerpo suyo. Como si le gritará: ¡Atrévete! Veamos quién termina doblegado ante quién. Annabeth aprieta la mandíbula con fuerza y le da una mirada fulminante, prometiéndole que pronto vería lo que era capaz de hacer este cuerpo tan bonito.

- ¿Qué te sucede, Luke? - Lanzó Percy con enojó hacia él. No entendía su empeño en ocultar la verdad, tarde o temprano iba a salir a la luz y este era el momento, indicado o no, debía salvar a su primo a como de lugar. - Después de todo estás con estás personas ¿no? Esto no te afecta. ¿De qué tienes tanto miedo, si al que castigarán será a mí no a ti? -

Luke inspiró hondo, sus ojos se abren con incredulidad y por un momento lucha con las palabras que dirá abriendo y cerrando sus labios. Su mano aprieta la empuñadura de su daga y con furia lanza un arco que a centímetros estuvo de acertar en la espalda de Jason.

Aunque no había sido intencional, a Luke no le habría importado mucho si hubiera ocurrido este accidente.

- ¿Qué de qué tengo miedo? ¿De verdad me lo estás preguntando? - Se aleja unos pasos de Jason y vira su cuerpo hacia él. - Eres un estúpido, siempre lo has sido y siempre lo serás. Completamente ciego, se te debe explicar todo como si fueras un niño chiquito. -

- ¡Y como siempre no explicas nada! ¡Basta, Luke ya estoy cansado! - Exclamó Percy moviendo los brazos con nerviosismo. - ¡Tú no tienes nada que ver en esto! -

- ¡¡Todo lo que se refiera a ti me incumbe!! - Contesta con una cruda expresión de dolor. - ¿Por qué no puedes verlo? ¿Por qué no puedes entender? -

- Porque no eres estable, Luke. - Le responde con seriedad. - Tus acciones y tus palabras no coinciden últimamente... -

- Suficiente. - Interrumpe Cronos, Percy había estado tan ensimismado en Luke que casi había olvidado su presencia. - ¿Qué demonios sucede con ustedes? - Me miró directo a los ojos. - Sí acaso... Estás tratando de mentirme para salvar a tu primo...

- No es una mentira, yo estoy diciendo la verdad, Jason no hizo nada malo y en todo este problema no tiene nada... - Continuó con vehemencia. - Nada que ver con él, todo esto es un sin sentido, no puedo creer que Luke le haya mentido tan fácilmente...

- Mentira o no, él no lo dijo tan "fácilmente". - Le interrumpe sonriendo con mofa. - Tuve que sacarle la verdad utilizando ciertos métodos convencionales, de otro modo no habría hablado jamás. -

Miró de nuevo a Luke con sorpresa, no le había dicho eso, ¿cuántos secretos más estás ocultándome? Mandó silenciosamente y devolvió de vuelta su atención a Cronos.

- Dylan no estaba solo esa noche yo también estaba con él y lo vi... -

- ¡CÁLLATE! - Su grito atronador lo deja estático. - ¡Cállate, cállate! - Y Luke se acerca hacia él con largas zancadas para agarrar un puñado de tela de su camiseta y zarandearlo. - ¡No hables más, cállate de una puta vez!

- Es mi culpa. - Susurró mirando aquellos ojos azules que se dilataban por el enojo y reflejaban su propio terror.

- ¡¿Por qué, Percy?! ¿Por qué no puedes ser egoísta por una vez en tu vida? - Pregunta Luke angustiado a su amigo con una mirada repleta de exasperación. - Sé egoísta un solo momento, por favor. Todo sería tan fácil. -

Percy se queda mirándolo un momento en silencio, no sabía como contestar aquella petición tan desesperada, cubrió su mano que lo sujetaba con la suya y negó lentamente a pesar de que Luke poco a poco iba adoptando una expresión testaruda y airada. Él ya tenía decidido las palabras que utilizaría para demostrar la verdad, sabía perfectamente las consecuencias pero era lo correcto, debía pagar sus propios errores, a pesar de que eso significa que no volvería ver de nuevo a las personas que quería. Y a la mujer que amaba.

Annabeth... pensó distraídamente, y repitió su nombre en su mente una y otra vez como si con cada sílaba llenará su corazón vacío de calor y coraje, viró un poco hacia ella. Y la vio parada allí, con un expresión asustada y valiente al mismo tiempo, con los labios tan apretados que se le habían puesto blanco.

- Percy... Qué no sea lo que estoy pensando. - Dice Cronos mirándolo con lástima. - Porque... Oh, muchacho, hay tantas cosas que podrías hacer por mí, tantas riquezas que podrías lograr por mí. Sería una pena realmente... -

Cronos mueve su pistola y deja de apuntar a Leo, ahora el peligro le daba la cara a él, Percy observó el caño oscuro de la pistola y con fría curiosidad se preguntó ¿Qué dolería más?

¿Un disparo o dejar a Annabeth sola? Sonrió ligeramente, aunque pareciera ridículo, era una pregunta muy válida en su opinión. Luke se movió deliberadamente para ocultar su cuerpo con el suyo, le dio la espalda a Cronos con todo descaro dejando a Percy fuera de su vista.

- Luke, hazte a un lado. - Ordenó Cronos con voz contenida, cuando vio que no movía ni solo un músculo volvió a gritarle con impaciencia. - ¡Te he dicho que te quitarás! ¡Luke! -

- ¿Qué haces? - Le susurró Percy, trastrabillando por ser movido repentinamente. - Te estás poniendo en peligro tú también. -

- No lo sé... - Contesta tragando saliva, y en sus ojos Percy solo encontró desconcierto y duda. - Mi cuerpo solo se movió por si solo. -

Percy volvió a mirar a Annabeth, estudiando su rostro pudo descifrar que ella estaba tan perdida como él. Entonces, observa que su expresión cambia súbitamente a una de horror y mueve su rostro como siguiendo una figura delante de él. Percy gira rápidamente y solo ve a su primo correr a quema ropa en dirección a Cronos.

Percy suelta un jadeo y aparta a Luke de un manotazo en su pecho, pero no da más de dos pasos antes de que Luke vuelva a aferrarse a él desde atrás. Esta vez con más fuerza, sus brazos se enlazan en su pecho como tenazas férreas y no puede hacer otra cosa más que patalear y agitarse entre sus brazos mientras solo actúa de espectador...

- ¡Nooo! - Chilla mientras se sacudía. - ¡Suéltame Luke! -

Un espectador que observa en primera fila como Cronos cambia la dirección de su pistola y aprieta el gatillo.

Piper suelta un alarido... Y es lo único que se oye, no hubo disparo, no hubo sangre manchando ni mojando la tierra debajo suyo. No hubo ni siquiera una exhalación de alivio.

Jason no se detuvo ni un solo segundo y todo ocurrió tan escalofriantemente rápido, que Percy no tuvo tiempo ni para pestañear por temor a perderse de algo. Cronos miró estupefacto su pistola y volvió a apuntarle y apretar varias veces del gatillo, cuando vio que pronto recibiría el impacto de Jason y su pistola era inútil, no tuvo de otra más que esquivarlo haciéndose a un lado en el último instante a gran velocidad. Pero con la misma rapidez, Jason se freno así mismo tirando polvo. Le lanzó un puñetazo directo a la cara... Todos contuvieron el aliento ya seguros de qué el impacto dejaría a Cronos en el suelo derrotado.

Pero nadie tenía los mismos ojos que Percy Jackson, nadie sin su talento podría ver lo que él vio en una milésima de segundos.

Los pies de Jason habían estado demasiado juntos y había perdido algo de valioso equilibro, sin equilibrio apenas había agarrado brío y por efecto su brazo iba con una escasa fuerza. Sus pies no encontraron la firmeza en el suelo y por consecuencia su golpe estaba destinado a fracasar.

- Cuanto más toque tierra firme la suela de tus pies, más fuerza tendrá tus ataques. - Le susurró una voz calmada, proveniente de un lejano recuerdo.

Jason estaba destinado a fracasar.

Una helada mano tocó su pecho cuando observó que Cronos interceptada y sujetaba su puño luciendo una terrible calma, no se oyó ni un suspiro cuando él alzó su brazo veloz y tomando fuerza. Jason elevó sus ojos y se quedó mirando ese brazo que bajaba a una velocidad alarmante hacia él.

- Pobre de él. - Habló Luke en su oído entre ese efímero transcurso de tiempo. - Nunca podrá ser tan hábil como tú. -

La culata de la pistola impactó la sien de Jason y cayó desparramado en el suelo a sus pies con un hilo de sangre empezando a brotar de la herida, alzó la mirada hacia Cronos mientras luchaba visiblemente contra la inconsciencia.

- Nunca podría igualarte. - Termina diciendo y sonríe con júbilo. - Por todas esas humillaciones... Por todo ese dolor a Percy, finalmente...

- ¡Jason! - Lo llama Piper con desesperación, ella también luchaba contra las restricciones que le imponía Leo. - ¡Jason!

- Mocoso imprudente... - Farfulla Cronos y saca del bolsillo de su chaqueta balas que rápidamente va recargando su pistola. - ¿Por qué nadie ha movido un dedo? ¡¿Ah?! ¡Y quién demonios ha vaciado mi pistola. - Reclama cabreado a sus hijos y a la multitud que cuchillea y bebe cerveza disfrutando del espectáculo mientras se rascaban el trasero con pereza.

- Te acercaste demasiado. - Gruñe Cronos y vuelve a apuntarle a su cabeza rubia llena de suciedad. - Si el golpe lo hubiera lanzado Percy tal vez... Si hubieras sido él... De seguro te habrías salvado, qué pena muchacho. -

Y de la nada, repentinamente en un borrón para Jason siente el impacto de un duro objeto en la parte baja de su cabeza y finalmente se desploma en el suelo desmayado. Se queda completamente inmóvil. Percy observó con extrañeza que el objeto que reposa cerca de su primo era un pedazo de ladrillo viejo y mohoso.

Vaya manera de caer rendido. Pensó Percy con incredulidad.

Cronos se queda mirando a Jason allí en el suelo, con sangre empezando a manchar poco a poco su pelo rubio, luego alza la vista hacia la multitud.

- ¿Quién fue? - Inquiere con calma y ladeando la cabeza.

Todos se miraron entre ellos dudosos y sudorosos por el nerviosismo, un hombre con falso aspecto valeroso y barba de chivo se apartó de la multitud y confesó con voz ronca.

- Yo fui, ¿algún problema? - Se encogió de hombros. - ¿Qué no había reclamado hace unos segundos, qué nadie movió un solo dedo para salvar su pellejo? -

Cronos asintió en entendimiento por sus sinceras palabras, y le regaló una mirada condescendiente.

- Muchas gracias. - Agradeció sonriente. - Por tu repentina e innecesaria gentileza. - Luego apuntó a su pecho y disparo dos veces sin pestañear.

El hombre ya estaba muerto antes de tocar el suelo, acompañado con los gritos de todos los presentes, se habían dado cuenta que la supuesta seguridad de la que gozaban detrás de las cortas piernas de Cronos, era completamente falsa.

Leo alzó las cejas hasta la coronilla y le murmuró a Calipso al oído. - Qué bueno que no soy como uno de esos a los que le gusta entremeterse en los asuntos de otros. Como ese pobre hombre. - Dijo negando compasivamente.

Calipso bufó con sarcasmo en contestación.

Un escalofrío atacó el cuerpo de Percy, y miró al hombre muerto allí en el suelo, y miró de nuevo a su primo de la misma forma, y sufrió otro escalofrío cuando imagino que el hombre muerto pudo haber sido Jason. Si aún había inseguridad en su cuerpo, luego de esto fue borrado completamente.

Tenía ya decidido las palabras que lanzaría.

- ¡Jason no mató a Dylan! - Gritó de improviso Percy con frustración. - No lo hizo... -

- Déjalo que muera, ese idiota te ha hecho mucho daño, ¿lo recuerdas, Percy? Tantas burlas y miradas despectivas... Tú no le debes nada. - Susurra Luke, llenándole la cabeza de ideas devastadoras, su aliento parecía incluso dañarle los oídos. - No tiene importancia, es solo basura que debemos hacer desparecer. Eliminar algunas personas es la única forma de encontrar la paz... -

- Es mi primo hermano, mi familia. ¿Cómo puedes decirme todo eso? - Exclama con indignación. - No lo dejaré... A pesar de todo... -

Percy pisa su pie con fuerza y le da un codazo en la mandíbula, Luke aparta sus brazos soltando un quejido mientras da dos pasos lejos de él con sorpresa.

- ¿Por qué mierda te estás tardando tanto en hablar? - Vocifera Cronos en su dirección. - ¡¿Quién mató a mi hijo?! -

- ¡Yo lo hice! - Contesta Percy con voz temblorosa dando unos cuantos pasos hacia él. Sintió como si su pecho finalmente se hubiera liberado de unas cuantas dolorosas cadenas. - Yo maté a Dylan, yo lo hice en un arrebato de ira. -

Cronos exhalo, se veía estupefacto.

- ¡Está mintiendo! - Contraataca Luke respirando agitadamente. - No es cierto, solo trata de salvar a su primo porque es demasiado estúpido y bondadoso. -

- ¡Basta tú de mentir! - Escupe Percy nervioso. - Y claro que quiero salvarlo, no voy a permitir que lo maten por algo que no hizo. Algo por mi culpa, enfrente de mí. -

- Qué demonios... - Gruñe Finch con las cejas juntas en gran concentración por el gran embrollo delante suyo.

- Y Luke me ayudó a quemar su cuerpo... - Musita Percy perdiendo poco a poco su voz. - Los dos lo hicimos, en el río cerca de aquí. Los dos... -

Un aplastante silencio apresa a todos y las palabras de Percy Jackson se los lleva el frío viento que da la bienvenida al invierno, sus palabras viajan y saludan cada oído de cada persona que se encontraban parados incómodamente ante tal espectáculo que poco que poco iba cambiando los reflectores una vez más, del rubio a ahora hacia el azabache.

- Luke... - Comenzó Cronos.

- Esa no es la verdad. - Contestó simplemente distraído en sus pensamientos. - Ni él mismo sabe la verdad. -

- ¿Cómo que no la sé? - Inquirió Percy con frustración. - Cayó, se golpeó la cabeza y se desangró, lo repito tal como tú mismo me lo dijiste. -

Luke lo fulmina con la mirada.

- Lo sabía... - La voz de Annabeth se interpone entre ellos recobrando fuerza. - No le has dicho toda la verdad, ¿eh Luke? Lo has estado torturando todo este tiempo con tu asquerosa mentira. -

- ¿Por qué estás tan segura? - Le preguntó Luke realmente intrigado, girando hacia ella. - No has podido interpretar siquiera miradas de ciertas personas, ¿cómo ahora te muestras tan confiada. -

- Por favor, Luke. - Bufó con sarcasmo, sus ojos grises eran calculadores e hipnotizaban al rubio. - Tú y yo sabemos más que cualquier otra persona, qué Percy no sería capaz ni de matar a una sola mosca... Dile lo que realmente pasó esa noche. ¡Díselo ahora mismo! -

Luke suspiró hondo, mirándola con gran admiración y aprecio. Y repentinamente sintió que sus labios se ensanchan en una sonrisa, y una burbujeante risa escapa de sus labios que poco a poco va convirtiéndose en unas limpias carcajadas que sacan hasta lágrimas de sus ojos achicados.

- ¿De qué te estás riendo? - Pregunta Annabeth compartiendo una fugaz mirada con un desconcertado Percy.

- Es que todo esto es tan ridículo. - Exclama llevando una mano a sus labios en un inútil intento de detener su risa. - Y es mas absurdo lo que estoy a punto de decir. -

Percy automáticamente se pone en guardia, aunque tratándose de él jamás podría prevenirse.

- Tengo dos mentira que soltar para ambos. - Confiesa dando pasos hasta llegar de vuelta delante de su amigo de ojos aguamarina. - Una para ti, una para él. - Apuntó a Cronos con su pulgar. - Diré quién realmente mató a Dylan. Pero solo se los diré con una condición. - Alzó un dedo. - Pelea conmigo, Percy. -

Percy pestañeo varias veces sumamente desconcertado, repitiendo varias veces sus palabras en su mente tratando de descifrar incluso algún código que pudiera estar oculto entre líneas. Pero no encontró nada, al menos para él, tomó sus palabras literalmente.

- Una pelea, ¿es en serio? - Interroga frunciendo el ceño.

- La única forma de que lo sepas todo. - Dijo alzando sus brazos y caminando de espaldas iba acercándose a Cronos. - ¿Acaso ya olvidaste todas nuestras clases? - Le preguntó alzando una ceja, giró su daga con su muñeca y apuntó hacia Annabeth. - Ella también estuvo presente en algunas de esas clases, si fuera una persona cruel te haría pelear contra ella ¿sabes? -

- ¿Todo esto es un juego para ti? - Le pregunta Cronos.

- Ya no es un juego para mí, cuando la vida de mi buen amigo apeligra. - Dice despreocupado. - Y como él se empeña en salvar a su primito... No tengo de otra que decirle la verdad, para que se le quite la jodida idea de hacerse el héroe y salvar a todos.... Pero primero quiero comprobar si es capaz de superarme, si es merecedor de la verdad. -

Luke llegó enfrente de Mike, le sonrió con diversión y le mostró su palma abierta. Mike alzó una ceja interrogante, quitó su mano de un golpe pero él la volvió a colocar en el mismo lugar con insistencia.

- ¿Podrías prestarle un momento a Percy tu cuchillo? - Preguntó suavemente. - Yo solo tengo mi daga. -

Mike miró a su padre esperando sus indicaciones, este se encontraba meditabundo y cauteloso, luego con una obstinada mueca, asiente en acuerdo con un brusco movimiento de su mentón.

Mike puso los ojos en blanco, llevó su mano detrás de la pretina de sus pantalones, desenfunda el largo cuchillo de quince centímetros de doble filo y se lo da. Luke gira de vuelta hacia Percy y lanza el cuchillo que cae y se incrusta en la tierra cerca de sus pies. Lo mira desconcertado.

Un clamor ansioso y sediento de sangre se alza desde la multitud, estaban empezando a cansarse de tanta charla sin sentido, pero Percy hace todo lo posible para ignorarlo.

- No voy a ser parte del circo que quieres comenzar. - Escupe con desdén. - ¿Por qué siempre es tan difícil hablar contigo? -

Luke se encoge de hombros y le habla al jefe cara de sapo que se mantenía expectante. - ¿Te interesa la demostración de habilidades? De esta manera podrás darte cuenta, qué no tomaste decisión equivocada al aceptarme a mí en vez de a él hace dos años. -

Cronos abre los labios manteniendo su expresión adusta, sin embargo, era difícil pensar con claridad con tantas personas exorbitantes murmurando y gritando por una batalla. Cerró brevemente los ojos, parecía estar a segundos de comenzar una masacre, pero la lógica le habrá comunicado que no tenía balas suficientes para matar a cincuenta personas y a todos al mismo tiempo. No era ningún Titán capaz de detener el tiempo fácilmente, era tan solo un limitado mortal que debía contentarse con otro cuerpo más fuerte y rápido... como el de Luke Castellan.

- Tengo curiosidad es todo. - Asiente pasándose la mano por su peño castaño. - Los más grandes espadachines se enfrentan con cuchillos. Es un espectáculo, que el mismo Dionisio bajaría para presenciar. -

- Ya lo oíste. - Le dice contento Luke, apunta la daga cerca de sus pies. - Ven a por mí, Jackson. Con todo lo que tengas. -

Percy siguió mirando con una mueca contrariada el cuchillo, negó hacia él.

- No usaré un cuchillo contra ti. - Dijo. - No iré contra ti de ninguna forma, amigo. -

- Últimamente lo único que haces es ir en contra de mí. Buscando a Jason, buscando a Annabeth, siempre con ellos en todas partes. -Le responde dando pasos suaves hacia él. - Ir una vez más contra mí no dañará nuestra amistad más de lo que ya está. -

- Suenas como un novio celoso. - Lanzó descuidadamente.

- ¿No quieres usar una daga dijiste? - Cambia de tema apresuradamente y adopta un tono juguetón en la voz, busca en sus bolsillos por un rato y saca un bolígrafo y se lo ofrece. - Ten, puedes pelear conmigo usando esto. Apuesto que lo podrías convertir en una poderosa y mortal espada con tus dones. -

Percy se lo queda mirando en silencio, frunciendo el entrecejo controlándose para no caer en sus provocaciones.

- Una apuesta, Perce. - Repite de nuevo con vehemencia. - Sí me ganas, te digo una verdad, si pierdes le digo la verdad que le corresponde a Cronos.

Percy mueve sus manos con nerviosismo, mira a Annabeth esperanzado de que le susurrara por sabias indicaciones, ella solo asintió alentando a que tomará su decisión, y recordó que después de todo necesitaban tiempo. Tiempo para algo, aún lo no sabía.

Se agachó un poco y tomó el cuchillo de su empuñadura sin molestarse en limpiar la hoja manchada de tierra. Se acercó a una distancia cautelosa ante Luke y ambos empezaron a rondar al otro, se estudiaban mutuamente con miradas intensas, cada uno tratando de indagar en los pensamientos del otro.

- No te diré nada esta vez. - Advirtió Luke con calma. - Veremos si lo recuerdas, no te contengas. -

Repentinamente Percy se sintió mucho más bajo que Luke, se sintió una vez más como de niño alzando la mirada para escucharlo con atención y asombro. Lo vio a él, más joven, más flaco, y vio a Luke moverse rápidamente con una estocada hacia su hombro, y de igual manera el Luke de diecinueve años atacó.

Él lo esquivó moviéndose ligeramente a la derecha y controlando su respiración al mismo tiempo, sin apartar la mirada se estudiaban cuidadosamente. Los dos amigos se evaluaron como si no se hubieran visto en años.

- Nunca esquivas como un loco. Presta atención a tu oponente y muévete solo lo necesario, no demasiado. - Indicó el niño de nueve años y de pelo rubio delante de él.

Percy pestañeo con fuerza, volviendo a la actualidad enfrente de este supuesto enemigo. Trató de quitarse desesperadamente el extraño sentimiento de dejavu... Trató de no volver a teletransportarse en otros tiempos.

Luke lanzó una tajada, Percy retrocedió soltando un suave jadeo, Luke hizo un mandoble, él esquivó poniéndose detrás de él y pateando la parte trasera de sus rodillas. Luke evitó caerse con dificultad poniéndose en pie inmediatamente. Lo miró impresionado y con una mezcla de orgullo y envidia. Ambos se conocían bastante bien. Ellos sabían como actuaría el otro, como contestaría.

- En una situación de combate real, no hay puntos de pausas ni códigos de honor, solo tienes tu creatividad a tu favor. - Está vez, el que le aconseja es un Luke de trece años con una sonrisa amigable. - sabes que tipo de persona es, puedes jugar a tu favor con sus código de honor o su ego, molestalo es algo que sabes hacer muy bien.-

- ¿Qué pasa Luke? Parece que el que se esta conteniendo eres tú. - Dice con malicia. - ¿Acaso ya me tienes miedo, puedes al menos intentar tocarme un pelo? Traidor. -

Luke sonríe adivinando inmediatamente sus intenciones. Manda un arco filoso y falla por centímetros sus hermosos ojos verdes del mar implacable. Sus labios estaban sellados, observó Percy fugazmente, pero él aún podía oír su voz en sus oídos, en su cabeza persistía sus consejos susurrandole y hacia mover sus extremidades al son de la voz de sus recuerdos.

- Piensa siempre en lo peor, ser herido o incluso cortado, te mantiene despierto. - Golpea su hombro con su espada. - Mueve la muñeca, mueve el codo y el brazo, si no es suficiente retírate. -

Luke atacó manteniendo su expresión fría, una vez más desvío su daga de bronce que envió un fogonazo de luz hacia sus ojos que momentáneamente lo dejó desorientado.

- Nunca sueltes tu espada. - Gritó el recuerdo.

Percy perdió el agarre de su cuchillo, y Luke le despojo de su arma inmediatamente.

- Un solo golpe en la espada y la hará volar. Ten en cuenta siempre, ¿tu oponente es valiente o cauteloso? -Le decía el Luke de quince años. -¿Es habilidoso o novato? -

Hirió su brazo con una estocada, Percy pudo sujetar su muñeca y detener otro ataque. Ambos se quedaron allí forcejeando tratando de zafarse el uno del otro.

Calipso había retrocedido hasta las últimas filas, fijó sus ojos en el hombre más grande que tenía un aspecto de poder levantar camionetas, y se acercó a él contoneando las caderas y luciendo una sonrisa coqueta. Llegó y enlazó su fornido brazo con sus pequeñas pero fuertes manos.

- No molestes muñeca. -Le advierte el hombre con desdén, dándole una calada a su cigarrillo al mismo tiempo.- Estoy disfrutando de esta ridiculez. -

- Tranquilo cariño, solo quiero hacerte compañía. - Refuta, tratando de no toser por el espeso humo.

La aguja de una jeringa es implantada en la piel morena que su camiseta y sus pantalones dejan al descubierto al aire. El hombre se exalta furioso y se deshizo del agarre de Calipso para mirar por todas partes y encontrar al responsable. Una cabellera castaña y de locos rizos se pierde entre la multitud alocada.

- ¿Quién demonios fue? - Demanda y siente un extraño acaloramiento empezando a crecer rápidamente en su sangre. Sentía ganas de golpear hasta dejar mullida la cara de cualquier imbécil del lugar. Gruñe y mira a una Calipso con expresión inocente. - Dime quién fue, zorra. -

Percy le dio un cabezaso a Luke, este retrocede y detiene con sus manos la patada que le lanza y jala de él con fuerza, al final el que termina en el suelo es él soltando un resoplido y Luke alza su daga como pretendiendo acuchillar su pecho.

Un grito encolerizado de a lo lejos rompe la burbuja en la que estaban, llama la atención de Luke y mira hacia atrás donde ha empezando una pequeña bulla que poco a poco va creciendo y todos van incluyéndose en la pelea en un "todos contra todos".

Luke sonrió satisfecho, y Percy aprovecha para tomar su mano y jalarlo hasta él e impactar su puño de lleno en la cara. Sangre sale de su nariz y Percy lo patea en el estómago dos veces hasta derribarlo en el suelo sin aire.

- ¡Leo, Leo! - Escuchó Percy en una extraña calma. - ¡Quítate de allí! - Era ala voz furiosa de Calipso, pero él solo podía ver las nubes que se acercaban lentamente a hacerle a la luna.

Allí ambos se quedan en el suelo mirando la luna que les sonría torcidamente, como si le divirtiera sus peleas por sus banalidades sin sentido.

Gritos empiezan a alzarse con más fuerza y furia a su alrededor repentinamente. Todo se estaba desmoronando y descontrolando, y él no quería ver el desastre que le esperaba para saludarle.

- No has olvidado. - Murmuró Luke contento. - Todos esos movimientos que te enseñé... Pude ver que lo recordabas. -

- ¿Cual es el secreto? - Preguntó Percy en cambio, sintiéndose algo desorientado.

Vio por el rabillo de sus ojos que Luke se ponía en pie. Luego vio la mano que le ofrecía para ayudarlo a levantarse, dudo un momento, lo miró directo a los ojos y escuchó su voz repitiendo hace años "Confia en mí, siempre". Luego tomó su mano.

Percy pudo visualizar de nuevo a Cronos, miraba sus manos vacías con incredulidad, la pistola había desaparecido y parecía a punto de soltar un berrinche.

- Presta atención tú también, Cronos. - Lo llamó Luke. - Coincidentemente, la verdad que le iba a decir al otro le concernía al otro. No lamento haberles mentido. -

- ¿Qué has decidido? - Gritó Annabeth con sus ojos cristalizados por las lágrimas que retenía.

Luke sonrió con extremada calma y se dirigió a Cronos.

- Decido un motín... -

- ¿Qué? - Frunció el ceño.

- Yo maté a su hijo. - Y volvió a mirar a Percy. - Yo maté a Dylan, a nuestro amigo.

Los ojos de Percy se abren lentamente con incredulidad y estupor.

- Ahora decido hacer un motín. - Y agarra su daga dorada, juega con ella un momento en sus dedos y luego mira a Annabeth con una sonrisa amigable. - Las dagas son solo para chicas listas, tú pareces ser bastante inteligente ¿eh, Annabeth? -

Y se lo lanza, gira en el aire a lo alto y todos lo observan con rostros lelos y atontados. Como si tuviera todas las respuestas. Deslumbrando su hoja dorada por el fuego que quemaba en los contenedores.

Y Annabeth finalmente recordó algo duro y algo completo. Tomó un hondo respiro e hizo a un lado los recuerdos que la embargaban. Se sintió de nuevo como una pequeña niña asustada ante un chico dulce tratando de ayudarla y protegerla. Un niño escuchándola, viéndola llorar mientras ella le contaba las discusiones de sus padres de todos los días.

Fue suerte tal vez..., la empuñadura de la daga de bronce cayó justo en sus manos y apenas la siente, sabe lo que hará con ella, lo aprieta entre sus dedos, gira rápidamente y corta con gran profundidad y precisión la muñeca de Finch. Eso había bastado para sacarlos a todos de su estupor, y si la sangre que caía a borbotones no fue suficiente su grito horrorizado lo hizo.

Y el arma cayó en el suelo. Y cada uno fue contra el otro a partir de aquí.

-Les pido encarecidamente, que solo le den 1 minuto de su tiempo a la música. Si ya lo hicieron. Pueden leer, teniéndola en mente. Gracias.
Es de Elliot Smith, Betwen The bars. Es una de mis favoritas, que tocan una parte muy dentro de mí.

https://youtu.be/xmAZy-6L_Ps

Primera Persona.

Me levanté poco a poco con pasos de bebé, y me sostuve con mis pies tambaleandome como si hubiera bebido un montón de Licor barato.

Me encontraba en el ojo del huracán. Un huracán que Percy había creado, con su gran furia y dolor. Podía verlo desde aquí. A Percy descontrolado y descolocado por el dolor y la impotencia. Yo no tenía ningún derecho a detenerlo.

Sentía dolorosas punzadas en la parte de atrás de mi cabeza, donde imaginaba que me habían zurcido un buen ladrillazo.

Estaba en el centro de todo, las personas habían hecho un círculo extraño de seguridad a mi alrededor. Yo era un espectador que estaba tieso, estupefacto viendo tanta violencia que presentía que en cualquier momento acabaría. Aún así me quedé esperando... Me quedé quieto dejando que ellos se destrozaran, porque no quería ser sólo yo el único destrozado.

Mi primo estaba allí, Percy, a quién algunas veces envidiaba. De quién sentía tanto celos que a veces debía tomarme un minuto para calmarme. ¿La razón? Yo siempre creía... Él siempre pudo hacer lo que quería. Su madre siempre lo apoyaba en todas sus locuras e incluso le daba su bendición...
Mientras que yo...

- ¿Mamá, puedo salir a jugar bajo la lluvia? - Pregunté a mi mamá, alcé mi cabeza para mirarla desde mi altura de niño de siete años. - Solo una vez, mamá. -

- ¡No, Jason! - Mi madre niega, haciendo una mueca desaprovatoria. - Vas a ensuciarte con barro llena de asquerosas lombrices. Los niños buenos y decentes, no hacen semejante idiotez. -

- Pero, la mamá de Percy le permite hacer esas cosas. - Me quejo, sintiendo mis ojos picar. - ¡No es justo!

Mi madre alzó un dedo, y lo movió de un lado a otro negativamente. Me di cuenta que a lo largo de mi vida siempre había visto ese dedo moverse con desaprobación. Repentinamente me vi a mi mismo con cadenas en las manos y en el cuello que mi madre jalaba y apretaba para controlar cada pequeño minuto de mi vida. Cada diminuto segundo de cada maldito día.

- Esas son gente sucia, cariño. No te acerques a ellos. Ya te lo había dicho. Tú estás muy sobreencima de ellos. - Dijo con tono egolatra.

Me alzó en sus brazos, y me llevo hasta mi habitación, a medida que subíamos por la escalera miraba por la ventana como la lluvia caía libremente, casi como si estuviera llamándome a probar el sabor de la libertad...

Aún cuando me hacían creer que estaba muy por encima de mi primo... Sabía muy bien en mi interior que todo eso era mentira.

Estaba en el ojo del huracán.
Y afuera, había hombres empujándose y pegándose, rasguñando y estrangulándose. Nadie estaba a salvo. Ni siquiera yo aquí, fuera del peligro, todos ignorandome por ahora, ¿qué acaso no habían querido verme muerto?

Los altavoces crujieron, luego sonó a través de ella una canción, con una hermosa balada que creaba un ambiente de irrealidad. Como si fuera una fantasía. Bueno, al menos yo me sentía así... Busqué de donde provenía, era una vieja camioneta que había dejado la radio prendida y sonaba una tranquilizadora canción por sobre el barullo de todos esos hombres gruñendo y golpeándose entre ellos. Todo era... Tan raro... No debería sentirme todo tan insensible.

Me sentía extraño. Todo el peso, el estrés de años. De repente desaparecieron, y me sentí como un ligero globo lleno de Helio, qué sabía que no iba a durar mucho tiempo hasta que alguien con mañas lo pinchara.

Lo único que había a mi alrededor era violencia, ¿que podría haber mas allá de todos esos duros hombres.

De imprevisto me sentí sobrecogido. El queroseno que se quemaba acaso un lado calentaba el lado izquierdo de mi cuerpo y mis ojos buscaban con impaciencia algo... o a alguien. No lo entendía. ¿Qué estaba buscando? Mis ojos escudriñaban cada rincón sin mi permiso, hasta que su búsqueda..., mi búsqueda fue recompensada.

Ella había logrado cruzar ese mar de cuerpos aplastantes y salvajes. Y ahora compartía conmigo el ojo del huracán. Había entrado en este espacio y aparecido como si fuera un fantasma. O tal vez lo era, un fantasma del pasado.

Fue como si el tiempo se hubiera detenido para nosotros, no pude volver a escuchar nada más mientras sentía que mi corazón caía a mis pies. Y juraría que podíamos escuchar nuestras respiraciones por sobre el clamor de la batalla.

El fuego iluminaba sus ojos lo suficiente para distinguirlos como eléctricos y refulgentes como los míos. Su rostro y su mirada me recordaban a mi padre. Aunque los de él, jamás se teñirian con tanto dolor, como lo mostraban los de ella ahora. Estaba mucho más alta de lo que recordaba, ¿se acordaría de mí? ¿Aún con la sangre ocultando una parte de mi rostro?

Era una mujer joven, pero mayor que yo. Con finos rasgos y cuerpo esbelto y elegante.

Su belleza solo se podría comparar como una de las doncellas de la Diosa Artemisa.

No sabía quién era, aquella quién me miraba con tanto dolor e incredulidad. Sus labios abiertos, pronunciando palabras mudas e incoherentes. Pero al mismo tiempo, la nostalgia me gritaba que era ella a quien siempre habíamos extrañado.

Solo sabía que mi sangre se sentía hambrienta, deseosa y burbujeante ante ella. Quería acercarse y solo tocarla. Sentirla y recordarla. Sentí una vez más que no estaba solo, y supe que el vacío en mi que siempre me había atormentado, finalmente sería olvidado y cerrado.

Pero, ¿debería acercarme a ella? Mis pies empezaron a moverse lentamente hacia ella. Podría ignorarla, como si ella jamás hubiese existido. Fingir que no la recordaba, si fingía... Mi madre no sería la mujer que empezaba a pensar que era. Si me acercaba a ella, tendría que aceptar finalmente que toda mi vida había sido un engaño, y mi supuesta familia perfecta, una estafa.

Podría fingir seguir viviendo una mentira, y seguir cargando con un corazón lleno de vacíos. O podría dejarla entrar en mi vida, y gozar de la calidez que poco a poco invadía mi cuerpo.

Y vi sus lágrimas bajando por sus mejillas, y mis pies solo se movieron para alcanzarla y limpiar esas lágrimas como ella lo hacía conmigo hace lejanos años con tanto amor, me acerqué... quemando la fotografía de la familia perfecta en mi mente.

Sentí la hoja fría apenas la mitad de un segundo, y luego la hoja completa llenando mi interior de frío y dolor macabro. Me tambaleo, pero no caigo inmediatamente porque aun me sujetaba el cuchillo que atravesó mi espalda.

Vi a la chica delante de mí como en cámara lenta. Vi como sus ojos se llenaban ahora de terror y odio y abrió los labios para soltar una exhalación temblorosa.

Un aliento repulsivo. Chocó contra mi oreja.

- Esto es por mi hermano. -

Sacó su cuchillo y caí de rodillas inmediatamente. Me quedé ahí suspendido un momento. Luego empecé a caer hacia adelante.

- JASOOON. - Reconocía la voz de Piper, y la culpa me envenena lentamente por haberme olvidado de ella.

Sujete mi cuerpo plantando mis dos manos en el suelo debajo de mí, y me di la vuelta soltando un quejido por el dolor de mi espalda para darle la cara a mi agresor.

Traté de retroceder y arrastrarme lejos de él. Era Mike, y estaba a punto de quitarme uno o dos ojos.


6000 palabras ¿es suficiente para perdonarme? Lamento las promesas rotas.

Espero con tod corazón que les guste el cap. Me costó... mucho hacerlo. Ufff, fue un reto.

También les doy gracias. Muchísimas gracias de verdad. Por los 48 votos y sus comentarios. LOS AMO. Son los mejores.

Ahora vamos por Instituto de Delincuentes Juveniles. Jajaja aiuda :c

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