El chico autista.
En el capítulo anterior...
- Tráeme al asesino de mi hijo, Perseus Jackson. Al que mató a Dylan Thompson. ¡Tráeme al hijo de Zeus! - Demandó en voz a grito.
Los ojos de Percy se abrieron de par en par y no ocultaron su horror. Miré a Jason a mi lado que se había quedado blanco como una estatua y sudando imperceptiblemente.
- Tráemelo Y te lo juró por mi difunto hijo, nunca volveré a cruzarme con tu familia y tu descendencia. -
Sentenció. Y todo el público vitoreo en júbilo. Esto iba mas allá de cualquier pelea callejera, esto era serio.
Ahora no solo tenía que sacar a Percy de aquí. Si no también a Jason Grace, antes de que lo matarán.
~~~~~~
Había un gran barullo, todos estaban distraídos gritando como lunáticos por sangre. Este era el momento adecuado para huir.
- Tenemos que sacarte de aquí. - Siseo a Jason tomándolo del brazo, y retrocediendo poco a poco. - Antes de que te vean. -
- ¿Qué hay de Percy? - Me pregunta con voz ahogada.
- Volveré a por él sola... -
- Déjame pelear con el renacuajo padre. - Demandó Fray Thompson arriba. - ¡Padre, tengo asuntos pendientes con él! -
- ¡Silencio! - Sentenció él. - Lo único que ganarás peleando con él, será una nueva fractura en la otra pierna. -
Con eso. Fray calló de golpe, con sus orejas poniéndose coloradas por la humillación ante todos.
- ¿Por qué crees que el hijo de Zeus, fue quién lo mató? - Interrogó Percy retrocediendo unos pasos lejos de Cronos. - Estás loco. Dylan era un desgraciado mujeriego lo sabe bien, tenía demasiados enemigos por meterse con mujeres ajenas. -
- Luke Castellan. - Lo nombró. Y reprimí las ganas de poner los ojos en blanco. ¿Es en serio? Al parecer todo lo bizarro estaba siempre relacionado con su nombre. - Él me lo dijo, qué vio esa noche salir de este lugar al hijo de Zeus con las manos manchadas con la sangre de mi sangre. -
- Eso es falso. ¡Luke te mintió en tu propia cara! Conozco a mi primo, no es capaz de matar ni a una mosca. -Exclamo Percy confundido. - ¿Por qué demonios lo haría? -
- Al parecer, Dylan tenía una relación con su mujer... -
Percy lo cortó. - ¿Relación? ¡Dylan la acosaba! Jason, se llevó a su novia de este lugar en un estado terrible. ¡Golpeada y casi violada! Dylan era un abusivo compulsivo que alguien tenía que detener. Pero él no fue. -
- ¿Golpeada? Eso no importa, la mujer debió entender su lugar y no poner resistencia. Se lo habrá buscado y Dylan tenía que enderezarla... -
Jason plantó los pies contra el suelo, curioso por la conversación de adelante. Y respirando de manera irregular.
- ¡Vámonos, ahora que están distraídos! - Siseo frunciendo el ceño.
- Él no lo hizo. - Gritó Percy con desesperación, llamando mi atención. - ¡No! -
- Entonces ¿quién Perseus? - Cronos volvió a dar los pasos para cerrar la distancia con él. Taladró sus ojos y dijo. - ¿Quién asesinó a mi hijo? Confiesa lo que sabes, por una razón defiendes tanto a Jason Grace. Tú lo sabes. -
Los pálidos labios de Percy se movieron sin poder articular palabra alguna.
- Quédate callado, Percy; y voy a ir cazar a esa maldita mujer. - Le habló al público con diversión. - Mi venganza caerá sobre Piper McLean... Aún estoy decidiendo si matarla de una vez con rapidez. Pero, supongo que será más doloroso para ella meterla en mi ganado de putas. -
Tapé mi boca con mi mano para evitar que saliera un chillido horrorizado. Percy negó pasmado.
- Piper. - Jadeó su nombre Jason. - ¡Malditos...! - Empezó a caminar hacia adelante, con mirada decidida e intenté agarrar su mano de vuelta. No Ahora, idiota.
- ¡Espera, Jason...! -
Había chocado con un hombre regordete de dos metros con pinta de zombie.
- Di- disculpe, señor. - Dije cohibida.
Me miró frunciendo sus pobladas cejas y se agachó para mirarme cara a cara, su respiración olía a ajo.
- Oye, niñita. ¡Vuelve a tu lugar! - Me gritó con fiereza el hombre, estaba borracho y con una musculosa que alguna vez fue blanca. - ¡No jodas, preciosa, empieza trabajar después, ya te lloverán los tipos calentones. -
- ¿Trabajar? - Repetí boquiabierta aturdida.
- Sííí, tú trabajo, ¿eres imbécil? Tendrás tu tiempo para ofrecer tus servicios de prostituta, luego. - Grazna con voz ronca, repasándome con una mirada lasciva. - A volar rubia, pero puede que te busque más tarde si te quedas cerca. Espero que no cobres muy exagerado por ese culito tan dulce. -
Cada célula de mí avergonzado ser querían encogerse por la repulsión... Quería hacerme diminuta e invisible y también quería tener la fuerza necesaria para darle un puñetazo que lo lanzará directo hasta el Monte Otris. -
- ¿Qué sucede aquí? - Intervino Jason poniéndose delante mío con dificultad por el poco espacio. - No te acerques a ella ni un solo paso más. -
Poco a poco íbamos llamando la atención. Eso era la último que quería. Aunque debía haber sabido que será inevitable desde un principio. Ambos estábamos vestidos muy elegantes para la ocasión de derramamiento de sangre. Principalmente Jason con sus ropas de marca y bien pulcra. Debimos habernos cambiado de la cena de sus padres. Mierda.
- ¿Es tu empleada, enano? - Le habla y me apunta con sorna. - Llévala a trabajar a otro lado. Aquí el dinero ya está todo rajado con las apuestas. Nada personal.-
- Fuera de aquí puta. Esta es mi zona. El mismo jefe me lo confío. - Me empujó una chica detrás de mí y choqué contra la espalda de Jason. Me giré furiosa para encararla.
Era una mujer de veinte tantos con un vestido de leopardo que apenas tapaban sus nalgas caídas y un rostro demacrado por las drogas que ni dos kilos de maquillaje barato pudieron ocultarlo.
¿Me habían comparado con está cualquiera? Sentía mi cara acalorarse a una velocidad alarmante. Tampoco era tan fea, si no Percy no se hubiera acercado a mí ni en broma.
- Estate quieta zorra, tendrás mucho estiércol por donde elegir al final de esto sin mi ayuda. - Lancé mordaz. Ella me miró atónita.
- Largaos. - Gritó el hombre empujando a Jason detrás mío.
- No me toques. - Murmuró furioso Jason.
- No hagas nada. - Advertí.
- Voy a averiguar quién es tu cuidador para qué te mande a la mierda estúpida. - Me amenazó la tipa delante mío. Y a lo lejos más chicas que parecían sus amigas conversaban entre ellas como si quisieran acercarse. - No sabes con quién te estás metiendo. Es mi zona, rubia tonta. -
Le di un puñetazo de lleno en la cara. Y sentí su nariz quebrándose de una manera asquerosa - No me llames tonta, ridícula. -
Fue un gancho divino por el cual Percy me amaría el doble. Cayó al suelo como una marioneta a la que le han roto sus cuerdas. Y se quedó ahí con la lengua afuera y los ojos desorbitados.
Todos a mi alrededor se alejaron haciendo un círculo lejos de mí, asustados y lanzando impropios. Mirándome estupefactos.
Ups.
Mierda, esto se estaba saliendo de control...
- ¿Qué carajos sucede ahí? - Gritó Cronos, y juraría que fue en nuestra dirección. - ¿Ustedes cuatro, cual es el problema? -
Cerré mis ojos y recé por que no se dirigiera a nosotros. Sentí a Jason retroceder torpemente hasta estar a mi lado. Sujetó mi muñeca y mi arruinado corazón cayó hasta mis pies.
- La rubia con el bonito vestido café. Date vuelta. - Ese era mi llamado. Abrí mis ojos y giré. Y aquí estaba mi suerte, brillando potente en todo su esplendor de mierda. El hombre me miraba con atención y extrañeza. Le devolví la mirada sin mostrar que me intimidaba. - ¿Cuál es tu nombre?
Miré a Percy que estaba distraído con la mirada cabizbaja. Sin darse cuenta ni un poco de mi presencia. Me puse delante de Jason deliberadamente para ocultarlo. Él lo pilló y se quedó atrás por suerte sin chistar, gracias a los Dioses él apenas era más alto que yo. Podía fácilmente agacharse un poco.
Con la mirada fija en Percy, hablé con fuerza. - Anna Kuin. -
Él reconoció mi voz en un nanosegundo, viró su rostro tan rápidamente que temí que se hubiera dislocado el cuello. Abrió los ojos desmesuradamente y un visible terror y pánico inundó sus ojos.
Pero no alcanzó a ver Jason detrás de mí. Al igual que el resto, lo ignoraron.
Los hermanos Thompson también me habían reconocido, pero para mí suerte ellos no habían preguntado por mí nombre esa noche de hace cuatro meses atrás.
Lo había mirado demasiado tiempo, Cronos volvió su atención a Percy, y él velozmente cambió su expresión a una neutral. Tragando saliva imperceptiblemente.
- ¿Se conocen? - Me preguntó Cronos, sonriendo dulcemente. - ¿Eres su novia, Anna? Te doy la bienvenida, si es tu primera vez aquí.
Antes de que pudiera responder Percy saltó a interrumpirme con voz divertida.
- Pfff, no es mi novia. Ni de cerca, viejo. - Apartó su mirada de la mía al hablar. - Es una más que no entiende que solo sirve para una noche y ya. Una acosadora con licencia. -
Sentí como si me hubiera dado un puñetazo. Sabía que estaba mintiendo, aún así no pude detener el dolor sofocante que me invadió.
- Su rostro grita lo contrario. - Se jacta Cronos dando dos pasos hacia mí con mirada perspicaz. No, Aléjate, grité en mi interior. Posicionándome de tal forma que no viera a Jason. - Ella se ve bastante dolida, por tus palabras Perseo. -
Percy ocultó la desesperación de su voz. Trataba de que se olvidará de mí con todas sus fuerzas.
- Le di lo que quieren todas. Una noche de sexo, pero es una insaciable. Me ha estado jodiendo los cojones desde hace días. - Me apuntó con un gesto vago. Los demás a mi alrededor tiraron carcajadas. - Por suerte para mí, vuelve a California en dos días. ¿Escuchaste rubia? - Está vez me miró directo a los ojos con significado dejándome temblando. Habló con voz helada y contenida. - Lárgate de aquí rubia, no te quiero ver, en este lugar. -
Asentí con movimientos espasmódicos.
- Sí, ahora mismo, me voy. Ya vi que eres un completo idiota. - Miré a Cronos y fingí una sonrisa risueña. - Gracias por tu invitación, señor. Pero debo irme. Creo que este no es el lugar adecuado para mí. -
Empecé a girarme, tirando una ultima mirada hacia mí novio prometiéndole que volvería. Él negó silenciosamente.
- ¡Espera! - Gritó Mike Thompson esta vez con su nariz torcida. Quería pateársela de vuelta. - ¿Quién es el rarito, qué se ha estado ocultando detrás tuyo todo el tiempo? ¡Cobarde, muéstrate! -
Jason apretó mi muñeca, sus uñas introduciéndose en mi piel casi dolorosamente y compartimos una mirada ansiosa y de entendimiento.
Había demasiadas personas alrededor como para pelear y totalmente armados hasta los dientes, tendríamos que usar el ingenio. Mi poder favorito.
Me di la vuelta de nuevo, con mi miedo bajo control.
Entonces, de alguna manera Percy distinguió a Jason y juraría que su rostro se había puesto completamente azul en un segundo. Con horrorizada incredulidad me observó y luego llevó sus manos y las apretó dos segundos contra su cara por pura desesperación, para luego quitarlas y fingir normalidad. O la que podía. Aún se veía con ganas de estrangularnos.
(Confía en mí) Mandé telepáticamente
Agarré la cabeza de Jason entre mis brazos y lo escondí contra mi pecho. El murmuró algo inteligible mirándome sorprendido. Le pinché el brazo mandándole como indirecta para que no hablará.
- Es mi primo, Jasper. Es... un autista señor, no le gusta que le miren mucho. Es tremendamente tímido. Ya sabes como son ellos, muy especiales. - Digo en tono jovial. - No me suelta ni un segundo. -
Cronos abrió los ojos de par en par con curiosidad. Y el regordete de hace rato frunció el ceño confundido mirando a Jason. Por suerte era un idiota.
Otros miraron con envidia a Jason, imagino que querrían estar en su lugar. Malditos degenerados. Qué Jason estuviera olfateando mis pechos antes que Percy era lo último que quería. MIERDA
- ¡Un autista, vaya! Siempre he sentido algo de admiración por su clase, son sumamente inteligentes e interesantes. Este no es un lugar para ese chico, cariño. - Me reprendió suavemente Cronos. - ¿Por qué lo trajiste aquí? -
- Yo no lo hice, es que se escondió en los asientos traseros del auto. Al parecer estaba jugando las escondidas y no me di cuenta mientras conducía. - Me rio acariciando el pelo rubio de Jason. Él se removió incómodo de entre mis pechos, pero no permití que sacará su rostro. - Le teme a la oscuridad, y odia apartarse de mí, me siguió hasta aquí. Pero es hora que me vaya. Gracias por la buena onda, señor Cronos. -
- Por supuesto. - Asintió él.
- Bueno..., un gusto...- Entonces Jason hizo algo que casi hizo que se me cayera mi máscara.
- Peeeercyy. - Gritó en un chillido infantil. Bastante creíble. - Ven, ven. -
- Ah... - Me quedé sin palabras. Estiré el pelo de Jason en secreto. Fuerte.
Cronos miró a Percy que pareciese que fuese a vomitar sus sesos de algas.
- Parece que quiere que los sigas. - Comentó extrañado Cronos.
- Es que Percy es su héroe. - Digo con voz aguda, apretando la cabeza de Jason y solo dejándole espacio para que respirará.
- Bueno, uff, ni modo, voy a sacarlos de aquí. - Niega Percy como cansado y frustrado. - Vamos chicos. Los acompaño hasta el auto. - Se dirige hacia nosotros rechazando mi mirada y me toma de los hombros dándome un apretón a la vez. - Andando. Ahora. -
Su voz fue tierna. Me llenó de coraje y asentí.
Estábamos por salir por las puertas del inframundo. Sin embargo, quedamos quietos al oír la voz de Cronos de vuelta a nosotros.
- No es necesario Percy. ¡Mike! - Lo llamó. El tipo cara de sapo 3 se acercó con pasos lentos. - Acompaña a la señorita y al chico afuera. Quédate Percy. Tenemos mucho de que hablar aún. -
- Yo puedo hacerlo, después de todo están aquí por mí culpa. - Habla cerca de mi oído y su cálido aliento me pone la piel de gallina. Ya no me sentía atemorizada en sus brazos aunque las cosas aún no se hayan solucionado.
- Aún te falta una pelea. De aquí no sales hasta terminarla ¿recuerdas? Además... - Su mirada es oscura e irónica. - ¿Qué no son una molestia para ti? No te molestará ¿verdad? Qué otros se encarguen de ellos -
Mike se puso delante de Percy esperando que nos entregará, su sonrisa presagiaba un montón de cosas malas. Y de sus ojos goteaban el libido por mí. Asco.
Percy se quedó callado, midiendo sus palabras. Sentía las pestañas de Jason en mi pecho y mi corazón no dejaba de latir. Mi novio abrió los labios y su mirada me avisó que estábamos apunto de meternos en líos tremendos cuando...
- Yo... -
Unos fuertes aplausos reverberaron por toda la cabaña. Todos giraron curiosos para ver de donde provenía tal impertinente interrupción. Hasta Cronos por primera vez en la noche se muestra pasmado.
A ver, ¿Quién más estaría tan loco como nosotros para meterse en la cueva del ogro? ¿Ustedes sabrán el nombre, de un pequeño elfo partidario de las bromas pesadas y las actuaciones de mal gusto?
Ah sí, el fabuloso y candente Leo Valdez. Y no sólo él. El equipo Leo estaba más que presente y dispuesto.
Entró en la habitación con estilo, cruzándose con nosotros a pocos metros sin darnos siquiera una sola mirada, como si fuéramos simples robots. Ni él, ni ellas. Ingreso como un gallo en un corral de solo gallinas. Con un abrigo de plumas y un sombrero sacado de la película "El Padrino". De sus brazos colgaban dos hermosas señoritas con vestidos elegantes y sensuales. A la izquierda Hazel y a la derecha Calipso. Con sonrisas coquetas y alegres pintadas en sus rostros, estaban tan maquilladas que parecían mujeres de veinte años más de lo que tenían.
Percy se sobresalto a mi lado.
- No os preocupéis, caballeros. El sorprendente y candente Leo Valdez ha llegado para deleitarlos. - Y su sonrisa fue tan grande como la del gato de Alicia en el país de las maravillas estando apunto de incendiar todo el lugar. - Ka boom, perras. -
...
Hola, solo quiero decir. Tengo calor :v
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¿No lo vieron venir verdad? Jajajanja ni yo lo vi venir...
El capitulo que sigue es más importante. Va a estar que arde. Por eso no publiqué, necesito ponerle más salsa para que sea perfecto y lloren como magdalenas.
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