Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de Rick Riordan.

Advertencia: Pareja hetero.

Pereza matutina

El viento ondeaba las olas al igual que su cabello, la brisa marina inflaba sus pulmones y la salida del sol indicaba el inicio de un nuevo día.

Incluso había notado que por esta vez su amada no despertó antes que él, permitiéndole acurrucarla contra sí un rato más.

¿Qué más podría pedir para tener un buen despertar?

Uhn... Tal vez unos tacos, pero no quería parecer exigente con su novia.

Y hablando de ella...

_Uhn... -Se removió ligeramente, apenas entre abriendo los ojos por pocos segundos para luego suspirar con pesadez contra la piel ajena, estremeciéndolo sin notarlo. Parte de la pereza de Leo se le había terminado por contagiar, aunque no lo lamentaba- ...¿Hace cuanto despertaste? -gruñó sin mirarlo aún.

Más le valía a Valdez no haber fantaseado nada raro.

El aludido soltó una risilla, alcanzando con juguetear con sus cabellos por un rato antes de responder. No tenía prisa y adoraba demasiado picar a su gruñoncita matinal.

_Oh, descuida, nena. Solo unos pocos minutos~ -Casi canturreó, aprovechando un despiste suyo para besar su frente- Te ves tan apacible al dormir que creí que me demandarías si te despertaba.

Vamos, que desde que le explicó vagamente como funcionaban ciertos contextos de la actualidad llegó a oírla amenazarlo con ello cuando se enfadaba.

Y conociéndola... No lo creía tan imposible.

_Eres tan... tú... -Se quejó en respuesta, soltándole un codazo leve antes de terminar por contagiarse de su risa.- ...Mejor vayamos por el desayuno... Sea lo que sea que podamos hacer.

_¡Perfecto! Pienso preparar unas quesadillas que revivirían hasta a un muerto~ -Saboreó su propia ironía casi con descaro.

Nunca cambiaría y Calypso lo sabía.

_...Ya me estoy asustando. -Se preguntaba que tan malo sería lanzar al mar su desayuno.

_¡Eres tan mala!

No iban en serio con nada y eso era lo que adoraban.

Frescos, perezosos y un poco raros... Ningún modo mejor para describirlos.