Notas: Ningún personaje me pertenece, todos son obra de Rick Riordan.

Advertencia: Pareja heterosexual.

Mi pequeñita

Lo mejor de las fiestas, siempre era la variedad con la cual veía que el mundo las recibía y celebraba.

Algunos aprovechaban para reunirse con sus familias, otros se desvivían entre lujosas decoraciones y otros optaban por pasar del asunto perdidos en su propia pereza.

Hazel, particularmente, era como una rara mezcla de todo esto y más. Para ella, el mundo estaba lleno de miles de cosas maravillosas por conocer y experimentar, y Navidad no fue una excepción.

Pero lo que más esperaba con ansias... Era el desfile.

Aunque... No todo resultó como esperaba.

_¡Waah! ¡No veo nada! ¿Tú ves algo? -se quejó por lo bajo, intentando hacerse algún espacio entre la aglomerada multitud para alcanzar a ver alguno de los carros alegóricos... pero no había caso.- ¡No puede estar pasándome esto!

Era muy bajita.

Quería llorar. Había esperado tanto por esto y ahora sucedía aquello.

¡Era tan injusto!

_Tranquila... Prometo pensar en algo ¿Sí?

Frank por su parte tampoco es que alcanzase a ver demasiado ni le importaba en realidad, le afectaba más el ánimo de su novia en un momento así.

Vamos, que si pudo sobrevivir a una guerra, al casi fin del mundo por Gea y a la "aprobación" de Nico Di Angelo, pensar en una solución para esto debía ser pan comido ¿Cierto?

Suspiró, dando una mirada rápida a su alrededor intentando encontrar algo que lo ayudara o inspirara alguna idea... Como sucedió al cabo de unos pocos minutos.

¿Uh? ¡Eso es!

_Hazel, ya lo tengo.

_¿Uh? ¿Qué es lo que---? ¡¿Wahh?! -ni siquiera tuvo tiempo a preguntar algo, pues los hábiles brazos del descendiente de Neptuno ya la tenían bien sujetada hasta lograr acomodarla en los hombros ajenos- ¿F-frank?

Se sonrojo. Se sentía como una niña y eso no le molestaba en lo absoluto.

Por el contrario, la llenaba de una nostalgia tan desconocida como cálida.

_¿Puedes ver bien desde allí? -tanteó, logrando mantener el equilibrio sin problema alguno. Había tenido la idea al ver a un hombre hacer lo mismo con su hija, así que...

No estaba seguro de que funcionara, pero la risilla que escapó de los labios ajenos le indicó que tomó una buena decisión.

_Sí... ¡Veo perfecto todo! ¡Gracias! -se las arregló para besar su cabeza, contagiada por la emoción del momento.

Ahora... Hazel tenía un motivo más para amar los desfiles de Navidad.

Revivir este tierno momento con su amado