capitulo 4
todo lo relacionado con el manga de high school dxd y dragon ball no es de mi propiedad, los créditos a sus respectivos creadores.
pequeña esperanza para un castigo sin fin.
capítulo 4.
sus ojos se abrieron hasta mas no poder, aquello a lo que mas temía había ocurrido, la presidenta y sus compañeros siervos estaban frente a ella, lo único que les separaba era aquella mesa en la cual posaban los platos de la cena que eran para ambos azabaches.
estaba nerviosa, sus pupilas daban leves temblores, simplemente no sabía las consecuencias a las que tendría que enfrentarse.
pero si debía de ser así, ella no retrocedería, rías lo supo cuando aquello orbes violeta se posaron en ella, mirándola desafiante, como si no le importase su lugar de sierva y aquello le hizo marcar una vena de enojo en su frente, mientras que akeno solo sonrió naturalmente como siempre solía hacerlo.
--ara ara, que sorpresa, deberían avisar antes de venir a visitarme, así al menos puedo ordenar un poco.-- akeno habló de primera, con una risilla al final de sus palabras que trataba de mantener su compostura habitual ante todos.
la presidenta del club de ocultismo reservó sus palabras ante ese comentario, ojos de enojo pasaron a posarse en el chico quien se encontraba en la mesa, despreocupado y ajeno a todo lo que a su alrededor ocurría. lo observó aún más detallando todo de él, su cabello y rostro porque ahora con la luz de su lado podía verle a la perfección.
aquellos ojos de enfado se posaron nuevamente en la himejima que aunque calmada comenzó a mostrar alguna que otra gota de sudor, rías con un gesto le ordenó que se deshiciera del chico ya que no quería que terceros escuchen o presencien lo que en ese sitio podría desatarse.
la pelinegra comprendió y asintió, se acercó al chico que comía sin preocupación alguna.
- gokú-kun, tengo algo importante que hacer, te importaría si te llevo a tu cama?.-- cuestionó mientras le tomó de los hombros, lista para comenzarle a ayudar a levantarse, sin embargo los pensamientos de gokú eran distintos, gokú de por si era distinto porque ya sabía lo que ocurriría.
- no, la cena podría enfriarse, y tu comida es deliciosa, sería una verdadera lástima que se desperdiciase.-- habló no haciendo caso y siguió comiendo como si nada le importase.
aquella actitud fastidió a todos los presentes, pero aún más a la princesa grémory.
- solo ignoren mi presencia, no es como que me importe lo que tengan que hacer.-- declaró el saiyajin sin voltear a ver a nadie, sin embargo por el tono de aquella voz fue tan frio que penetró e intimidó a todos.
-presidenta, será mejor que hablemos afuera o en otro sitio.-- kiba propuso a su reina, sin embargo el orgullo de la grémory no obedecería ante tal tonito arrojado por ese chico don nadie que no debía tener poder para corresponder su forma de actuar.
-no kiba.-- habló la mujer de cabellera carmesí. --es mejor que este chico esté presente, y que vea los problemas que ha traído a akeno y a mi.-- declaró con voz fuerte lanzando las palabras con desprecio al saiyajin que aún con eso parecía no importarle en lo más mínimo y aquella acción de aparente falta de respeto hizo enojar un poco al castaño.
--como sea.-- rías chasqueó la lengua cuando dijo eso y nuevamente posó su mirada en su reina que se observaba algo nerviosa. --akeno, ¿así que él es la razón de que faltes a tus deberes y de que desobedezcas a tu reina?!.-- cuestionó con molestia a la pelinegra mientras con pasos algo rígidos por el enfado se acercó a su sierva.
- ara ara, veo que se ha molestado con migo buchou.-- comentó cuando trató de sonreír y cerró sus ojos solo esperando a que rías descargase su ira.
- ¡y como carajos quieres que no lo esté?!, dime cuantos contratos ya has hecho este mes?!.-- demandó cuando le tomó de su ropa y le acercó a ella obligándola a responder.
- pu-pues...-- balbuceó con algo de dificultad para contestar a la pregunta ya que poco o nada había cumplido con los deberes que se supone debe hacer.
-¡ninguno!.-- clamó rías dando la respuesta que akeno temía dar, su reina nunca era de esa forma, y si había alguien responsable por ello no era nadie más que el chico de cabellos en puntas.
- lo-lo que pasa es...-- trató de buscar una excusa, sin embargo rías le interrumpió con voz fuerte cuando la empujó hacia atrás y señaló al saiyajin.
- y la razón?... ¿solo por cuidar de este chico?, ¿a mis espaldas?.-- cuestionó rías que se estaba empezando a alterar demasiado tratando de poner en su lugar a la himejima.
- no podía dejarlo morir!.-- respondió esta vez abandonando su tono bajo y confrontó a su ama y todos observaron como la reina de rías parecía tenerle bastante importancia al saiyajin como para hacer eso, sin embargo el son poco o nada parecía importarle akeno cuando le seguían observando comer tranquilamente sin interrumpir la discusión en la cual el principal tema a tratar era él.
- ese no es asunto tuyo, si mi decisión fue tomada ¡no puedes contradecirla!.-- terminó diciendo mostrando su posición que estaba por encima de cualquiera en esa habitación, ante aquello la demonio-ángel se quedó callada, sin embargo solo parecía estarse absteniendo de decir algo y rías lo notó. --¿quieres decir algo?.-- cuestionó con un tono burlón a su reina. --cual es tu estúpida excusa, vas a seguir creyendo en fantasías?, ¿en sueños tontos?, este es el mundo real y aquí tienes que servirme!.-- y con ese último comentario pareció haber derramado por completo el vaso.
- yo...-- dijo en un tono suave, pero el sentimiento era desgarrador.
- ya habla maldita sea!.-- clamó la princesa grémory con enojo obligándola a que exclamara las palabras que parecían atrancarse en su garganta.
- ¡yo no tengo que obedecerte siempre!.-- fueron las palabras que aquel grito descargó en la cara de su ama.
una mueca de fastidio y un ceño fruncido por la desobediencia de su reina fue lo que se marcó en las facciones de su rostro, ella levantó su brazo que se tensó preparando la fuerza para abofetear a su sierva, a borrar de una vez por todas esa forma de actuar que le afectaba a su séquito, a que acepte que solo vive ahora para servirle y nada más.
tal vez se equivocó al decir esas palabras, no era exactamente lo que quería decir, pero el daño ya estaba hecho, y al ver la mano de su presidenta acercarse a su cara cerró sus ojos esperando el golpe, que la humillaría ante todos, sin embargo la descarga de ira que rías le haría pareció desvanecerse con el aire, porque nunca llegó.
el golpe iba con fuerza, no había duda, pero todos en ese lugar se cuestionaron como esos simples palillos de madera que el saiyajin utilizaba para comer habían podido detener la fuerza de rías, quien al sentir tan fuerte agarre giró su vista lentamente hasta que observó al son demostrar que akeno no estaba sola.
a unos centímetros de tocar la mejilla de akeno, la mano de la pelirroja temblaba ejerciendo fuerza, una que no podía superar la resistencia de los utensilios y solo pudo esperar a que la mirada de gokú se posara en ella,
- intenta golpearla, pero tienes que atenerte a las consecuencias.-- amenazó el saiyajin con su voz imponente y fría, akeno le había cuidado, y por nada del mundo se quedaría sin hacer nada ante tal trato de la mujer que le dejó abandonado.
- t-tu...-- balbuceó con ira, dejó de ejercer fuerza, porque supo que no podría tocar a su sierva, y decidió retractarse, sin embargo cuando trató de retirar su brazo el resultado no cambió, porque su extremidad prácticamente estaba atrapada.
con un poco de desespero y humillación, con su otra mano libré decidió de una vez por todas salir de esos simples palos, pero su asombró llegó mas alto al ver que era imposible moverlos, aún ejerciendo toda su fuerza, cuando algo desesperada llevó su vista a gokú notó que aquellos orbes negros le miraban con desprecio e incluso con repulsión.
- ¿Qué pasa?, ¿acaso no puedes salir?.-- habló nuevamente el saiyajin, y aunque las palabras eran frías todos supieron que traían burla consigo.
- q-quien eres?, ¡ya suéltame!.-- gritó intentando una y otra vez con desesperación al ver que estaba siendo sometida de forma humillante frente a todos sus siervos.
-¿por que habría de hacerlo?.-- cuestionó cuando ejerció un poco más de fuerza e hizo aparecer una mueca de dolor en la mujer de cabellera carmesí.
- s-suéltame!.-- clamó con un gemido de dolor, y ante ello uno de sus siervos respondió, fue tan rápida que solo se pudo ver un destello de su albina cabellera, y con eso un fuerte golpe fue ejecutado más que dispuesto de proteger a su ama. esa fue la acción de la torre de rías. pequeña y muy hermosa, pero también bastante peligrosa que entre varios siervos era respetada.
--no te creas la gran cosa!.-- exclamó rías cuando observó el ataque de la nekomata- demonio, su torre junto con su fuerza enseñarían de lo que era capaz solo una pieza de su juego, sin embargo aquella sonrisa burlona que tenía desapareció cuando el potente golpe solo fue recibido de lleno, y aún con eso no logró mover ni un solo centímetro al saiyajin que seguía con su actitud tranquila.
- ¿has dicho algo?.-- dijo un gokú que podría decirse que nunca pareció haber sentido el puño de koneko, sus ojos vacíos seguían observando a rías quien esta vez se alarmó lo suficiente hasta llegar al punto de quedarse muda.
- ¡imposible!.-- exclamaron el resto de presentes, la inmensa fuerza de la torre de rías fue opacada hasta el punto de que ante ese sujeto parecía solo una niña humana indefensa.
- acaso no piensas responderme?.-- cuestionó el saiyajin a la princesa grémory que solo tartamudeaba mientras comenzó a tratar de salir de la fuerza de gokú. --al parecer te has tragado tu propia lengua.-- concluyó el son dejando de prestar atención a rías, y esta vez giró a ver a koneko quien ante los oscuros ojos de gokú solo retrocedió.
- por que me atacaste, ¿acaso te hice algo?.-- preguntó a la chica, giraba su rostro mientras esperó la respuesta que nunca llegó. --esto no se puede quedar así.-- declaró mientras estiró si dedo y extendió su brazo hasta la frente de la nekomata.
- e-espera goku que es lo que piensas hacer?!.-- habló akeno alarmada de lo que podía llegar a hacer el saiyajin, y no supo que hacer, porque ahora en ese preciso instante parecía empezar a conocerle en verdad.
en cuanto el dedo índice de gokú se posó sobre la frente de la albina los ojos de la misma se mostraron absolutamente blancos, sin vida y luego de ello se desplomó en el suelo del lugar, había vencido a una de sus prestigiosas piezas sin necesidad de un golpe.
- infeliz!.-- clamó el castaño portador del dragón emperador rojo cuando observó esa escena, pero mientras el gritaba con cobardía, su compañero alfil pasó por un costado suyo, con espada en mano dispuesto a detener a aquel sujeto. dispuesto a matarle.
pero si había alguien que podría morir en ese sitio, ese definitivamente no sería gokú y como si se tratase del puño de la nekomata, gokú recibió el filo de la espada sin ni siquiera preocuparse.
cuando la hoja de espada ejecutó el corte, las piezas de tela de la ropa del saiyajin se abrieron en dos al igual que la mesa que se encontraba en medio del recinto.
cuando rías fue liberada, una sonrisa volvió a nacer, no se esperó que ese sujeto hubiese escondido aquellas sorpresas y cuando lo meditó más a fondo la idea de reencarnarlo ya no le apreció tan descabellada como antes. pero cualquier anhelo que pudo haber tenido se fue al demonio cuando trozos de metal que una vez forjaron la espada de kiba empezaron a caer al suelo, uno por uno haciendo un ruido ensordecedor que podía predecir que la única que no terminaría con un destino trágico sería akeno, porque de todos los presentes solo ella era a quien apreciaba.
la ropa estaba cortada, pero la piel de gokú seguía intacta, sin rasguño alguno, sus ojos oscuros miraban a aquel alfil, que lo único que sostenía era el mango de su espada.
de pronto comenzó a levantarse, akeno se preocupó porque las piernas del saiyajin no respondían aún, sin embargo eso no parecía sería un problema, pues los pies de gokú nunca tocaron el suelo, porque flotaba, estaba volando ante los incrédulos ojos de todos, sin necesidad de alas u otra cosa.
--parece que hay otro idiota aquí.-- habló el son en tono bajo mientras cerró sus ojos, cuando los volvió a abrir una onda pareció salir de ellos, un ataque que golpeó el cuerpo del rubio, pudieron ver el destello acercarse poco a poco antes de eso, como una pequeña ventisca de aire, sin embargo cuando hizo contacto con el alfil fue cuando presenciaron su poder al ver como kiba fue golpeado por golpes aparentemente invisibles una y otra vez y de pronto salió disparado dejando regado sangre por el suelo, si seguían ese líquido podrían encontrarle en algún lugar fuera del hogar de akeno, al final de toda esa destrucción que dejó atrás.
el portador del dragón emperador rojo comenzó a temblar, sus fuerzas parecieron abandonarle, y sin más que pudiese hacer cayó de rodillas mientras una mancha de humedad se extendió en medio de su entrepierna.
- yo no golpee a nadie, ellos se lo buscaron, y ahora más te vale que salgas de este lugar junto a tus amiguitos y ni se te ocurra pensar en volver a tratar de esa manera a akeno, ya que la próxima vez no seré tan amable.-- declaró mientras comenzó a flotar a un lado de rías, había llegado a aquel lugar para mostrar la posición en la que se encontraba, que era un demonio de alto rango, pero ahora solo parecía verse más miserable que nunca.
- ven akeno.-- dijo en voz baja mientras tomó de la mano a la chica, quien no se opuso, ya que aún seguía incrédula por todo lo que había pasado y solo dejó llevarse por el calor que emanaba de gokú.
los ojos de la pelirroja estaban vacíos, su muñeca le ardía, de seguro tenía una pequeña fractura, miró a su torre tendida en el suelo, sus golpes que eran considerados los mas fuertes de su sequito no habían hecho ni mover a ese sujeto, su alfil un espadachín experto había sido derrotado de un solo golpe, y rogaba en su interior que siguiera con vida después de tal tortura, su peón supremo y posiblemente su mejor adquisición tenía sus pantalones húmedos mientras solo respiraba agitada mente y por ultimo su reina se había marchado con ese chico.
sus piezas, sus valiosas piezas...
¿perdieron así de fácil?
aquello de lo que estaba orgullosa, sus siervos supuestamente fuertes, yacían en el suelo derrotados por alguien que creyó no tenía poder alguno.
solo volvió en si cuando el frío aire del exterior golpeó su rostro, toda la conmoción había quedado atrás y por ahora no sabía que harían.
- e-espera goku-kun.-- habló después de sacudir su cabeza y tratar de procesar lo que había pasado.
- que sucede?.-- habló gokú sin detenerse.
- d-donde vamos?- akeno cuestionó mientras notó que la luz de su hogar comenzó a desaparecer y en su lugar, la oscuridad de la noche rodeó a ambos.
- solo nos alejaremos un poco, ellos tardarán en largarse.-- informó el saiyajin
- pe-pero... se suponía que tengo que.-- balbuceó la himejima, nerviosa, sin embargo el saiyajin parecía estar al tanto de todo.
- obedecerla?- fue gokú quien completó las palabras de la pelinegra, después de aquello parecía que no debía explicar nada, dejó de estar tensa y solo esperó a que gokú concluyera el destino.
más adelante el saiyajin se detuvo y comenzó a observar el lugar y luego soltó la mano de akeno y decidió sentarse sobre el verde pasto que crecía bajo sus pies, ella hizo lo mismo y solo se dedicaron a ver a la nada.
- yo... ese día te salvé desobedeciendo sus ordenes.-- confesó en un tono bajo y triste, la risa fingida con aquella actitud habitual se habían marchado.--está mal, yo solo vivo para servirle... no tenías que defenderme.-- terminó de la misma forma.
- no me interesa quien sea, simplemente no puedo permitir que alguien que ha hecho un acto bondadoso conmigo sea tratada de tal forma mientras yo estoy presente.-- explicó con su voz fría, pero esta vez se escuchó un poco más lenta y eso hizo que se sintiera un tanto afectuosa.
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en aquel pequeño claro que los arboles les brindaban, ambos seguían observando las estrellas, pero esta noche en especial akeno no parecía prestarles tanta atención como antes, porque algo más inundaba su cabeza, un montón de preguntas que quería que fuesen resueltas, gokú resultó ser alguien bastante más extraño de lo que ella pensó, después de todo nunca conoció nada de él a parte del nombre que él le había dado.
- ¿Qué fue todo eso?.-- preguntó ella volteando a verle sin ser correspondida.
- ¿de que hablas?- nuevamente respondía con voz fría.
- tu fuerza... de seguro kiba no la habrá pasado bien.-- comentó recordando el escenario de hace unos minutos.
--he entrenado bastante, de ahí que pueda hacer eso.-- contestó el saiyajin en voz baja, como si le decepcionase decir ese comentario.
- ara ara, así que eso explica tus grandes y duros músculos.-- akeno sonrió observando la abertura de la ropa que dejaba ver el fortalecido cuerpo de gokú, por un momento pareció olvidarse de todo y volver a su típica actitud.
- supongo...- contestó secamente sin decir más.
- caes del cielo, y ahora resulta que eres super fuerte, podría... podría preguntar quien eres gokú-kun?- aquella pregunta que siempre quiso hacer por fin salió de sus labios, sin embargo el que fuese respondida nunca sucedería, aunque gokú lo quisiese.
-no.-- volvió a responder de la misma forma, frio, pero no parecía estar fastidiado, es solo que siempre ha sido así desde hace un tiempo.
- ara ara, que frio.-- dijo bastante triste de que su pregunta no fuese respondida, luego de ello volvió sus ojos a las estrellas.
con el rabillo del ojo podía verla, aquella piel que brillaba al derramarse la luz de la luna sobre su cuerpo, resaltando sus bellas facciones junto con su hermoso cuerpo le hizo admitir que por primera vez desde que se conocieron, ella en verdad era preciosa.
pero si había de notar algo más serían aquellos orbes violeta que daban señales de que parecían apagarse por alguna razón.
- lamento lo de tu casa, no debí destruirla, lamento lo de tu cena en verdad estaba deliciosa y no pudimos disfrutarla como es debido y lamento haber destrozado la ropa que me diste... creo que he terminado arruinando todo- la voz dejo de ser tan cortante y fría, a su modo claramente era una sincera disculpa.
- no digas eso, e-estuviste genial.-- de inmediato ella habló ante esas palabras, estaba feliz de que entablasen una conversación de ese tipo, por lo general gokú evita hablar.- de hecho... me siento feliz, de que alguien me defendiera...-- explicó mientras sonrió.
--no era de asombrarte, debías de saber que después de lo que has hecho por mi no habría por que dejarte sola, en lo que pueda yo te ayudaré.-- exclamó gokú, akeno solo sintió como sus mejillas albergaron bastante calor y de seguro se habrían tornado de un color rosa.
- ara ara, y lo mejor de todo es que mi salvador es alguien fuerte.-- exclamó mientras se acercó y le abrazó, quería conocerlo, quería saber más de él, y no importaba si tardaba mucho tiempo, siempre y cuando hubiesen momentos como ese.
- para con eso.-- dijo gokú mientras parecía incomodarse con las muestras de afecto de la himejima.
-vamos, deja de ser frio, solo te estoy agradeciendo.-- dijo bastante alegre, sin embargo tuvo que dejarlo cuando el viento sopló su frio aire contra sus descubiertos brazos, de inmediato tembló y cerró los ojos por la sensación.
- será mejor que regresemos, de seguro ya se marcharon.-- dijo gokú que dejó de estar sentado y extendió su brazo para que akeno tomase su mano, ella sonrió y correspondió. ambos volvieron tomados de las manos, y aunque aún sea bastante pronto quisieron que esa calidez nunca se marchase.
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ignoraron por completo los daños del lugar, el hambre e incluso el hecho de que ambos seguían tomados de la mano, tal vez para el simplemente ya sea por no entender que ese simple contacto era algo insignificante y sin valor, para ella esos instantes, ese simple rose, representaba el comienzo de un sentimiento hacía el chico, simplemente... era el mejor momento de su vida.
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el silencio reinaba en aquella cama, el espacio era reducido, mas sin embargo, sus espaldas estaban muy lejos de llegarse a tocar, y aunque esos pensamientos impuros que solían recorrer su mente eran su principal descripción de la personalidad de la demonio, simplemente con el saiyajin era distinto, no podía, era incapaz de hacer sus bromas o insinuaciones de la misma forma que lo hizo una vez con el castaño, o al menos no por ahora, no mientras ese nombre siga resonando en su cabeza.
- ¿Quién es milk?-
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fin del capitulo 4
espero que les haya gustado y no olviden votar si es asi,
espero que estén bien y sobre todo... gracias por leer.
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