Capítulo 16.

personajes, animes, mangas utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

pequeña esperanza para un castigo sin fin, capítulo 16.

--tonto, tonto, por qué no me dijiste que te marchabas?!.-- sollozó en el pecho de gokú, quien le miraba detenidamente a la vez que acarició su cabeza con delicadeza. --no pensé en tardar tanto, es solo que tuve muchos contratiempos.-- se excusó, pero de en medio del lugar solo era ella quien sentía felicidad, porque el oscuro sitio infestado de muerte y destrucción obligaba a todos a cuestionarse qué o quién era gokú, los ojos de issei le miraban aterrados y a la vez con ira, no le interesaba si gente había terminado hecha trizas, no parecía importarle derramar sangre, parecía solo un ser que había abandonado por completo el respeto a la vida, por un instante le llegó a considerar que era peor que freed.

una fuerte brisa emanó de asia, porque la bestia había terminado con lo que se había propuesto, el destello dorado se hizo más fuerte, hasta que la figura del dragón terminó por desvanecerse y la marca en su cuello señaló que cualquiera que tratase de hacerle un daño a la chica pasaría por una tortura infernal. --de dónde ha salido eso?!.-- rías cuestionó a kiba, quien solo agachó la cabeza sin poder dar una respuesta. --por qué ella tiene algo como eso?.-- interrogó nuevamente, tenía conocimiento sobre las sacred gears existentes, pero nada se asemejaba a lo que se había presentado, gokú le escuchó con claridad, pero no daría respuesta alguna, no a rías ni nadie, porque de hacerlo sacaría a la luz parte de su pasado y un camino que resultó en un rotundo fracaso.

--hay que irnos akeno, hace frío.-- comentó gokú mientras cargó a la chica y comenzó a flotar. --cuiden bien a la chica, les aseguro que nadie querrá tenerla como enemiga, Nadie.-- aclaró y sin decir más salió del sitio llevándose a akeno. --creo que lo que dice es cierto.-- kiba mencionó corroborando sus palabras, después de todo él había presenciado todo.

--baka, por qué te largaste sin decir nada?!.-- reclamó a la par que golpeaba su pecho. --creí que ya te habías marchado, me tenías muy preocupada!.-- siguió explicando, el azabache se limitó a verla, no sabría como explicarle que había tenido otro de esos "ataques" como ella los llamaba. --pero bien, estás aquí y eso es lo que importa.-- concluyó a la par que corrió hacia su armario, de ahí extrajo una pequeña cajita. --mira, encontré esto en el club, tal vez lo dejaste caer.-- dijo, abrió el objeto y mostró el trozo de cristal naranja, los ojos de gokú se abrieron de la impresión, se olvidó por completo del objeto que era sumamente importante para él, akeno una vez más le había salvado. --akeno!.-- exclamó y sin previo aviso le abrazó, dejando a la chica bastante confundida. --go-gokú?.-- incluso ella se sintió avergonzada y extrañada por ese comportamiento. --en verdad, no sé qué sería de mí si no hubieses llegado a mi vida.-- exclamó a la vez que levantó a la chica con sus fuertes brazos mirándole directamente, y sin querer, por un instante; ese gesto que había hecho con akeno, le recordó a milk.

--ara ara, es la primera vez que me tratas tan lindo, estoy feliz.-- añadió con una sonrisa mientras miró fijamente al Son quien le bajó lentamente. --siempre me estás ayudando de alguna u otra forma.-- explicó mientras apretó el objeto con su mano. --te juro que pagaré de alguna forma.-- explicó en voz baja, la chica solo sonrió nuevamente.







--por qué no le dijiste a akeno que yo estaba en tu hogar?.-- interrogó el son al día siguiente, se encontró nuevamente en aquella hora en el que el club del ocultismo solo era para ellos dos, no obstante, desde que él había llegado la chica parecía ser más distante que de costumbre, solo formuló aquella pregunta, pero la albina no respondió, permaneció sentada sosteniendo un bocadillo que parecía nunca llegaría a sus labios, supo que la chica no respondería, así que sin más que hacer se recostó en la pared dispuesto a dejar transcurrir el tiempo y esperar por akeno. --me mentiste...-- koneko susurró de forma enojada, palabras que hicieron suspirar a gokú con pesadez. --acaso el ki no resultó ser lo que esperabas, o acaso fui yo quien no resultó ser lo que esperabas?.-- cuestionó, la chica solo frunció aún más su seño, casi parecía saber lo que pensaba. --ese poder... es lo más monstruoso que he visto, es más monstruoso que cualquier otro.-- masculló, incluso el poder que compartía con su hermana no le había causado tal sensación de odio. --ya te lo dije una vez.-- respondió también de la misma forma llamando de nueva cuenta la atención de la chica. --el ki refleja el espíritu de cada persona.-- aclaró, con solo esas palabras podía intuir lo que vendría. --el monstruo no es mi poder, el monstruo, soy yo.-- terminó, no podía comprender aún  del todo sus declaraciones, porque él era el único de su tipo, no había otro como él, y no sabría si sus palabras fuesen verdad, no podría comprobar del todo si ese poder te corrompe al igual que la energía del mundo que el senjutsu extrae. --no soy una buena o mala persona, pero sé valorar la vida de los que la merecen, he visto a tanta gente como la de ayer, puedo sentir su energía, sus intenciones, llenos de miseria y deseosos por traer desgracia a los demás, en realidad ya he visto tantos, que la forma en acabar con ellos poco me importa.-- explicó palabras serias que vagamente daban un vistazo al pasado del Son. --dime, hay alguna diferencia en la forma que hubieses matado a ese hombre, y en la que yo lo hice?.-- cuestionó esta vez señalando a koneko, quien no supo que responder, lo único que se le vino a la mente era tal manera de reducir el cuerpo de alguien a miles de trozos, tal vez nunca antes lo había presenciado, pues rias con su poder mágico terminaba por reducir a los enemigos a nada. --y qué si le hice pedazos, esa manera es indolora y carente de sufrimiento, en un segundo todo acabó, crees que me miraría con esos ojos enojados o crees que estaría agradecido conmigo?, no creo verle  reclamandome por la crueldad con la que me señalas.-- interrogó, koneko solo desvió la mirada. --o en todo caso, se debería dar ese término de "monstruo" a la persona que me llevó exclusivamente para eso.-- añadió de la nada, ahora entendía las palabras de gokú, pero quedó traumada por la declaración, tanto así que se quedó paralizada, sin poder reclamar nada al respecto.

el sonido de la campana anunció el fin de las clases, el alboroto y discusiones se escuchaban a la lejanía como todos los días, aquella habitación se tornó vacía, tanto koneko como gokú parecieron estar completamente solos, sin compañía del otro. limpió ese cuerpo por 2 días, miró su rostro una y otra vez mientras esperaba a un lado de la cama a que despertase, queriendo saber más sobre él, queriendo conocerle, pero ahora que había visto más de él no sabría si quería seguir tratando de sumergirse en ese estanque oscuro y profundo, no sabría si aquella melancolía que había sentido era algo en lo que indagar, pero cuando se repitió esa palabra "melancolía" entendió que todo estaba mal con ella, porque no necesariamente debe ser un corazón corrompido el que obligue a actuar de esa manera y los supo aquel día en que sus sentimientos se encontraron accidentalmente. --no eres un monstruo.-- comentó, su vista se levantó nuevamente y sus ojos avellana le señalaron. --tú sufres, y tratas de verte como uno, para que nadie quiera conocerte.-- una vez más, alguien podía mirar a través de él, donde quiera que fuese, siempre había alguien que descubría esa manera de actuar suya, pero debía de admitir que no lo esperó venir de koneko.

antes de que pudiese seguir, la puerta se azotó nuevamente como la rutina lo indicaba, el tiempo "solo" de koneko y gokú terminó cuando el resto de miembros de aquel club entró, pero desde el día de ayer todo había cambiado, porque una nueva cabellera rubia atravesó esas puertas, la bella asia argento de alguna manera había terminado con los demonios, sea como sea hoy lo averiguaría.

--vamos a celebrar la llegada de asia al club.-- explicó akeno al son que seguía recargado en la pared. --así que, quería preguntarte si quieres acompañarnos.-- terminó, asia al parecer no se percataba de la presencia del Son debido a la repentina celebración. --no creo ser bien recibido.-- se excusó, pero antes de que decidiera teletransportarse la azabache le arrastró del brazo, siendo llevado hasta centro de la mesa.

--oh, es un gusto verte.-- rias grémory habló con una sonrisa, no estaba tan alterada por lo del día de ayer, de hecho gracias a eso ha conseguido un aliado como lo es asia, quien giró a ver a quién ha robado la atención de la pelirroja y el paradero del chico que tanto ha buscado por fin se dio con exactitud. --go-gokú-san!.-- exclamó nerviosamente cuando le miró, empezó a agitar sus manos sin saber que hacer o decir, pensaba tanto que al final no pudo exclamar nada más.

un pastel fue utilizado para la celebración, aquellos que no olvidaron lo de la noche anterior estarían atentos pese a la alegría del momento, aunque no podrían olvidar el horrible momento que se vivió entonces.

--dime, no te preguntas como llegó asia a la academia?.-- kiba preguntó al son que lentamente comía el pastel que se le había servido. --no.-- secamente respondió, declaración que alteraron un poco a issei y más a la rubia que no esperó esa respuesta. --por qué dices eso?, acaso no te preocupas por ella?!.-- era más que claro que pese a su perversión issei se preocuparía por sus compañeros, pero se había hecho una idea bastante equivocada al tratar con gokú de esa forma. --no me preocupo, porque ella está bien, de lo contrario todos estarían muertos.-- declaró, confundiendo momentáneamente a todos, pero la respuesta llegó más que clara instantes después después, porque aquel dragón haría presencia para cuidar de su ama. asia acarició esa parte de su cuello, recordando el "regalo" que se le había sido otorgado, sólo eso demostraba que el chico se preocupaba en verdad por ella, gokú notó ese gesto y bastó para darse cuenta que tal vez desconozca por completo la masacre que la bestia dentro de ella había hecho.

--bueno, le he propuesto ser aliada mía, le he concedido muchos beneficios a cambio de unirse a mi séquito, aunque no es un demonio, me servira como si fuese uno y me ha jurado lealtad.-- explicó la princesa grémory, tratando de llamar la atención de gokú tratando nuevamente de dar una buena imagen, pero el pasado nunca se borra y sus palabras poco o nada serían tomadas en cuenta, pero esa vez le agradeció internamente, porque al menos asia tendría un hogar mejor que el anterior en el que se encontraba. --el pastel es delicioso.-- respondió en lugar de las palabras que rías esperó recibir, pero el alago de igual manera se sintió bien.

--bueno, se ha hecho tarde, creo que nuestra cita nuevamente se prolongará.-- akeno comentó, sin percatarse de que había cambiado de una simple salida a una "cita", pero no es como si a gokú le importase. --hoy tendré que hacer un contrato al otro lado de la ciudad, que te parece si tu haces la cena mientras termino mi trabajo, así tendremos más tiempo juntos.-- propuso pícaramente, gokú asintió sin poner mucha atención a la actitud de la azabache, no le molestaría cocinar, después de todo tenía algo de experiencia y los aparatos de cocina eran muy parecidos a los que recordaba, además ya había visto a akeno utilizarlos una y otra vez, pero dejando el tema, había algo que le preocupaba, un mal presentimiento se apoderaba de él.





--kaulifla-sama, el señor hit está aquí!.-- exclamó la bella angel a la par que entraba al comedor de la diosa quien levantó la vista y no le importó para nada sus modales a la hora de comer, después de todo ella y hit alguna vez fueron compañeros peleando por sus propias vidas, además no es como si se respetaran mutuamente. --han tardado bastante.-- se quejó mientras de un mordisco arrancó un trozo de carne de vaya a saber que clase de animal. --que quieres de mi.-- cuestionó con desánimo y fastidiado por la actitud de la saiyajin, podía ser más irritable que el mismo champa. --no preguntes tonterías, obvio es para un trabajo muy importante, y sé que tu lo podrás hacer mejor que nadie.-- explicó y con su mano izquierda tomó una botella de vino para saciar su sed. --no será barato, y ya sabes lo que quiero.-- respondió sin vacilar, ella arqueó una ceja algo dudosa, pero su mente se aclaró que todo su plan dependía de ello. --si quieres el estúpido cubo puedes tenerlo, solo quiero que cumplas perfectamente el encargo que te daré.-- terminó, sin importar que arriesgaba demasiado.

--la tarde se había marchado ya, gokú se encontró terminando de preparar algo de carne al vapor, era lo más sencillo que encontró para hacer, por ahora solo quedaba a esperar a que el tiempo de cocción haga lo suyo, mientras tanto tomaría un baño.

terminó y caminó hasta su armario, empeñado en vestirse, no obstante esa sensación se mostró en él nuevamente, y sea lo que sea que el destino le preparase se daría en ese instante, en esa habitación carente de luz.

no se acercó a revisar si la lámpara se había estropeado, solo caminó hasta la única ventana que permitía ver al exterior, donde la escaza luz de la luna creciente señalaba que su mal presentimiento estaba tras suyo, no podía sentirla por su daño sensorial con respecto al ki, pero cuando se giró notó claramente que allí estaba.

sus manos cubrían sus pechos tímidamente, su rostro mostraba una clara vergüenza por presentarse de esa forma, porque como siempre se sentía intimidada, no solo por la fuerza y poder que el chico poseía, si no también por esa mirada inexpresiva cuyo interés por su alrededor era casi nulo y justo ahora parecía seguir haciéndolo, porque lejos de fascinarse por su bello y voluptuoso cuerpo, su mirada se mantenía en su rostro, buscando una explicación para la situación que se acababa de presentar.

--por favor.-- musitó nerviosamente, mientras su mirada descendió al suelo, preocupada e indecisa por la decisión que había tomado y a quien había elegido, porque lejos de desperdiciar algo tan valioso para ella con alguien que solo la valoraría en el acto, al menos lo haría para acercarse más al hombre que siempre traía consigo una aura de misterio. --por favor, tómame son gokú.-- pronunció su nombre formalmente, indicando que esto se alejaba bastante de algo sentimental o con motivos lujuriosos, su actitud solicitó ayuda, pero gokú no respondió, solo desvió la mirada de regreso a la ventana.

--cual es el motivo para mostrarte ante mi de esa forma?--, interrogó, cada día podía sentir la desesperación de la grémory, ese temor que de seguro la carcomía por dentro hasta el punto de llegar a estos extremos.

sintió la textura de los pechos de la chica, rozando su piel contra su espalda, en especial sus pezones que aunque no los miró podía sentirlos perfectamente, sus manos se posaron en sus hombros, pequeñas que temblaban por lo que podría venir, su frente también se posó sobre los músculos del Son, diciendo que en ese momento, ella podía ser de él y nadie más.--por favor, ayúdame.-- susurró en tono apagado, gokú le escuchaba atento. --no pido tu poder ni tu fuerza, solo quiero que me tomes.-- explicó, eran palabras sinceras, pero aún con ello no respondió, las manos de la gremory se deslizaron lentamente hasta rozar sus manos, momento en el cual le tomó y comenzó a llevarle hasta la cama de su reina, pero aunque el cuerpo de rias fuese el más deseado, el son no estaría dispuesto a tomarle de esa manera, ninguno conocía al otro, e incluso podrían decirse que se odiaban aún en sus adentros, pero de alguna forma, rias entendió que solo de esa forma se mostrarían débiles ante el otro y que solo así podría mostrar las razones por la cual indirectamente todo terminó de esa forma. --solo he tenido sexo con una sola mujer.-- comentó gokú, rias se preguntó si hablaba de akeno, pero en el escaso brillo de su mirada entendió que no era así, no obstante, lejos de haber aceptado y querer decir que se sentía inexperto en el tema, solo quería decir una cosa. --y eso no cambiará esta noche, porque aún quiero a esa mujer.--terminó mientras se desprendió del tacto de rias y caminó hasta la parte del armario que utilizaba para guardar su ropa y de ahí tomó una camisa azul que formaba parte de su doji habitual. --además creo que no merezco disfrutar de algo como esto, incluso yo reconozco que eres hermosa, pero no me puedo imaginarme a mi mismo ayudando de tal forma, no me conoces ni yo a ti.-- el silencio invadió la habitación, con lentitud ayudó a poner la prenda azul sobre el cuerpo desnudo de rias que apenas si se podía apreciar por la oscuridad que les envolvía, cualquiera pudo haberse aprovechado de la situación de la mujer, pero él no era así, no podía verla igual que milk, la primera y única mujer que le entregó su cuerpo sin temores ni presiones, porque ella le amaba y él a ella, eso era todo. --no sé por qué me elegiste para esto, pero si querías demostrarme que tus actos tienen un propósito, lo has hecho, dejaré de odiarte por lo de aquella noche, después de todo soy consciente que no habrías podido hacer nada por mi.-- exclamó mientras apartó un pequeño mechón que cubría el ojo izquierdo de rias. --pero, no puedo verte distinto a como lo he hecho, trataste mal a akeno por ayudarme, incitaste a tus siervos a atacarme y me obligaste a ser uno de ellos aprovechandote de la situación, entiendo que detrás de ese comportamiento hay algo más que solo una mujer que busca poder, pero eso mismo hace que el tratar de conocer a la verdadera rias sea una pérdida de tiempo.-- terminó mientras él comenzó a vestirse nuevamente, akeno podría estar a punto de llegar.

--lo-lo siento, por todo esto.-- exclamó en voz baja, triste por las palabras que gokú, estuvo a punto de marcharse, pero la voz de gokú le detuvo. --he conocido a mucha gente con tu problema, siempre se me han presentado como personas distintas a como las llegué a conocer en verdad, hasta el punto de apreciarlas.-- recordó en esos instantes a sus antiguos amigos, a yamcha que le conoció por primera vez como un  ladrón, a krillin como un chico que hacía trampa para su propio beneficio, a ten-shin-han,como un despiadado luchador que quería seguir los pasos de tao-pai-pai, ni mencionar a vegeta, picoro e incluso los androides, todos podían empezar como sus enemigos, pero al final esa palabra quedaba en el olvido.

--demuestrame que vale la pena conocerte.-- sin decir más se terminó de vestir y salió de la habitación dejando a rias pensativa por aquellas palabras, claro que podría hacerlo, lo haría sin dudar, pero qué hacer cuando ya no tienes tiempo para ello.

fin del capítulo 16.

Bien, aquí el nuevo capítulo, comenten que les ha parecido.

La relación entre Gokú y asia crecerá más adelante, dónde ambos tendrán sus momentos haciendo crecer mucho más su aprecio hacia el otro, digo lo mismo del resto de chicas.

El plan de caulifla ha empezado, que sucederá con Gokú?, ¿Recuperará su memoria y poder?, ¿Quien es el dragón de asia?, ¿Que fue lo que miró koneko hace 2 capitulos?, ¿Que son los dioses?, ¿Que soy yo?, ¿Ella me ama?, Estás y más respuestas serán contestadas más adelante, excepto la última.

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