Capítulo 12
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Pequeña esperanza para un castigo sin fin. capítulo 12.
la noche era bastante oscura para los ojos humanos, pero poco de eso se apaciguaba con la tenue luz de la luna que se derramaba sobre parte del planeta invadido por las tinieblas.
el club del ocultismo se encontró a las afueras de un complejo bastante grande, hoy sería el día en que la reputación de rías grémory y sus siervos suba un escalón más al enseñar el poder que en su séquito alberga. de pronto los lujuriosos ojos del castaño señalaron la llegada de la chica azabache que con cada paso mecía y hacía rebotar su enorme busto, akeno había llegado al sitio lista para
--buenas noches con todos.-- dijo con su vista cerrada y de manera tranquila a sus compañeros, como había prometido su presencia ya estaba en el lugar, su sonrisa era lo que más se resaltaba en ella.
--que vamos a hacer?.-- preguntó issei, ahora se encontraban caminando por un oscuro pasillo.
--hoy capturaremos a uno de tantos que son corrompidos por el poder demoniaco y que han dejado de servir a alguna clase de amo.-- la mujer de cabello carmesí explicó a su peón que solo posaba sus ojos en los rincones algo temeroso, le habían llevado alguna vez, pero solo le dejaron fuera de la caza y ni siquiera pudo ver algo.
akeno caminó tranquilamente, hasta que llegó a una sala bastante amplia, allí el aire se sintió pesado y frio, claramente podía percibir la vista de alguien posándose sobre ellos, sediento de sangre y muerte.
--huelo algo horrible, pero al mismo tiempo algo delicioso!.-- una voz resonó en el obscuro lugar, el castaño se puso alerta al instante buscando el origen del sonido. --será algo dulce, o ¿será algo amargo?.-- fue entonces que el demonio al que tanto se buscaba hizo presencia, descubriendo su cuerpo al desnudo cuyos pechos de inmediato cautivaron al castaño.
pero no estaban ahí para que su ser pervertido se desbordase en el cuerpo de la demonio, rías aclaró que si estaban ahí solo era para acabar con el siervo que dejó a su amo para cumplir sus propios deseos, obvio la demonio no estaría de acuerdo con semejante declaración que pretendía detenerla y fue entonces que descubrió el resto de su monstruosa apariencia, que inmediato causó repulsión en cualquiera presente en el recinto.
kiba fue el primero en atacar, su filosa espada cortó los apéndices mal formados de la criatura, que se estrellaron en el suelo del frio lugar, un chillido se escuchó desatando el insoportable dolor que le invadió.
ahora fue el turno de la albina, quien demostró su poderosa fuerza cuando golpeó al demonio y le hizo estrellarse contra las paredes del sitio una y otra vez, una vez más enseñaba que su pequeña figura no tenía nada que ver con su tamaño ni apariencia.
la impresión ante la demostración de poder de los siervos pertenecientes a la grémory fue tal que por un segundo bajaron la guardia, la demonio aprovechó eso y con sus extremidades cortadas trató de asesinar a rías y su reina, fue demasiado rápido que aunque ellas quisieran hacer algo no podrían.
pero alguien más observaba el escenario, unos ojos ónix brillaron bajo la oscuridad de la noche reflejando escasamente la luz de la luna mientras señalaban a la azabache, quien fue salvada cuando un par de rayos hicieron contacto con las extremidades de la demonio desvaneciéndolas al instante ayudando completamente a las chicas de cabellera negra y carmesí.
akeno llevó sus ojos hacía la ventana que mostraba el exterior, con sus orbes violeta detalló la silueta del saiyajin que seguía cuidándola, dejó de sentir que ella que se encontraba completamente sola en el lugar.
sus mejillas se inundaron de un leve tono rojizo mientras le observó, gokú había venido con ella y al parecer vigilaba todo desde la lejanía, rías noto que un poder ajeno al suyo la salvó, notando la dirección en que los ojos de akeno señalaban decidió saber quien había sido y también pudo reconocerle, pero cuando sus ojos se conectaron; el chico saltó saliendo de la atención de ambas.
--e-espera!.-- gritó rías en un intento fallido por detener al son, pero ya debía saber que no haría caso alguno y menos a ella.
así era, aquella noche gokú siguió a la chica que había jurado proteger mientras se encontrase en ese planeta, sus ojos la vigilaban tratando de estar ajeno a sus cosas, pero si que habría de intervenir si algo podía pasarle, no estuvo en sus planes ayudar a rías, pero no es como si le afectase en algo.
pero en la oscuridad él no fue el único que posaba sus ojos en alguien, al parecer unos orbes curiosos también le observaban, tanta era su deseo que podía sentirlo claramente.
--no me gusta que me miren de esa forma, quien quiera que seas muestra tu rostro.-- demandó, el ente podría ocultarse lo mejor que pudiera, pero a los ojos y sentidos de gokú todo sería inútil.
--veo que me has descubierto.-- la portadora de aquella voz habló, sin embargo no se mostró ante el saiyajin. --eres alguien extraño, nunca había visto un poder como el tuyo, tampoco había visto seres como tu y aquellos que estremecieron el planeta con su fuerza.-- hablaba con un tono de intriga, sea quien sea parecía haber sido la única en todo el mundo en presenciar tal evento que ocurrió hace unos días.
--y es mejor que sigas desconociendo sobre ello, la curiosidad puede ser peligrosa.-- exclamó el saiyajin no intimidándose por aquella voz.
--no quiero saber sobre ti ni los seres que llegaron al planeta, lo que me interesa es saber la capacidad de ese poder.-- confesó y aquello no pareció agradar al saiyajin.
los ojos de gokú comenzaron a seguir al ente, claramente en los lugares en los que se encontraba, como si pudiera ver por encima del poder que le hacía invisible.
--aunque, debo admitir que algo de ti me atrae.-- confesó cuando se detuvo de girar alrededor del son. --tienes algo familiar que me obliga a observarte, y al menos me hace desear saber tu nombre.-- pareció hablar mientras se acercó y por un instante mostró sus ojos carentes de color alguno, pero no pasó de ello.
--por que habrías de pedir un nombre, cuando desconozco totalmente del que lo solicita.-- cuestionó el son, y aunque gokú no podía ver su rostro, era claro que ella sonreía y de forma lenta la brisa del viento le susurró la respuesta.
--ophis.-- musitó gokú, no era un nombre bastante usual, y debía admitir que había escuchado bastantes a lo largo de su eterna vida. sintió como unas pequeñas manos le acariciaron sus mejillas cuando rodearon su cuello desde su nuca, era claro que ahora quería saber la respuesta que ella solicitaba.
--son gokú.-- exclamó mientras vagamente pudo ver la blanca piel de esos delgados brazos que le rodearon. --no eres humano, no eres demonio, no eres nada de lo que mis ojos han visto.-- añadió, podría decir que no estaba curiosa, pero eso era una clara mentira, porque todo de él le intrigaba.
--soy humano.-- respondió mientras ella pareció haber sonreído. --soy un humano, así como lo eres tú, así como lo es cada demonio y cada ser que no sea un objeto planta o animal, porque así es como nos ven los dioses.-- añadió mientras se giró para encarar a la que para algunos podría ser considerada una deidad.
--¿dioses?.-- preguntó, mientras giró su cabeza en señal de confusión, pues si que habría dioses en ese lugar, pero no lograba comprender del todo las palabras de gokú.
--cuando esa pregunta sea resuelta, entenderás que la búsqueda de poder no sirve para nada.-- habló mientras comenzó a flotar de regreso hacía el edificio en que akeno se encontraba y ahora se la podía ver saliendo del lugar con sus compañeros, pues su trabajo parecía haber finalizado.
--por que no habría de servir?, el poder puede darme lo que quiero.-- cuestionó nuevamente la voz tras de él, ante aquellas palabras solo pudo dejar escapar un suspiro. --yo pensé eso alguna vez.-- exclamó en un tono bajo, la llamada ophis sonrió un poco, al menos ahora podía irse sin la manos vacías. --nos vemos, son gokú.-- susurró antes de haber desaparecido, podía irse, pero era claro que regresaría.
--los problemas en este lugar son inevitables.-- susurró, debía marcharse cuanto antes, pero mientras akeno le siga viendo de esa forma, parecía ser imposible, algo le ataba.
--akeno san, ¿volverá al club con nosotros?.-- el castaño cuestionó, pero la chica solo negó levemente con su cabeza. --regresaré a casa, ya no tengo nada que hacer y del resto se encargará nuestra presidenta.-- explicó, nadie respondió ante eso, pues era verdad, ella con gusto informaría sobre el demonio que acababan de detener.
--de pronto, de los cielos descendió el son, nuevamente los ojos brillosos de akeno se mostraron, estaba feliz, aunque sentía que la atención de gokú no le pertenecía.
--he salido a tomar algo de aire.-- gokú dijo a la chica que corrió a abrazarle, todos le observaron algo incrédulos por como había volado sin necesidad de poseer alas u otra cosa, de inmediato notó la vista del rubio, parecía de alguna manera guardarle rencor por lo que había pasado la noche en que se conocieron.
--e-este gokú-san.-- la nerviosa voz de la grémory le interrumpió cuando estaba a punto de regresar con akeno, con lentos pasos caminó hasta estar frente a él, si debía entablar conversación alguna con el azabache debía ser ahora.
--hace unos momentos, usted nos salvó, gra-gracias.-- habló mientras se inclinó, solo dejando una extraña sensación en el lugar, pues antes nunca habría agradecido de esa forma, después de que utilizó su posición para sacar beneficio del Son.
pero no hubo más palabras, tanto gokú como akeno solo se limitaron a observarla, en medio del escenario notó los avellanas ojos de la nekomata observarle detenidamente, como si estuviese a un solo paso de dirigirle la palabra porque solo tal vez; ella podía sentir algo en el son.
un leve movimiento a su ropa le indicó que akeno quería volver, ya habían extendido el momento demasiado, y la fría noche estremecía la piel de sus brazos y piernas, sin decir más solo desapareció del sitio.
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--no nos importa lo que hagas con gokú-kun.-- las deidades absolutas informaron mientras el juego de destrozar planetas les llamó mucho más la atención, ante aquella respuesta la sonrisa de la saiyajin no tardó en aparecer. --entonces puedo hacer lo que quiera?!.-- preguntó la mujer, y los pequeños asintieron sin más.
--es tu universo y puedes hacer lo que creas correcto para mantener un balance, si gokú es una amenaza pues tu verás que hacer.-- respondió el rey proveniente de un futuro que ya no existe. --pero el riesgo al que te sometes puede ser bastante caro.-- añadió la otra deidad a una kaulifla que ya se marchaba, ellos sabían más de lo que aparentaban, les resultaba gracioso como la saiyajin pensaba de manera tan simple, pero era de esperarse al desconocer completamente de lo que una persona puede llegar a hacer.
solo soltó un gruñido de molestia mientras les miró de re-ojo antes de haber salido del lugar junto a su asistente.
caulifla-sama, que es lo que planea hacer esta vez?.-- vados cuestionó cuando habían regresado a su planeta. --prepara el cubo, iremos a otro universo!.-- demandó, si bien sabía que gokú era más fuerte que ella, aún había algo que podía beneficiarla a la hora de traer al saiyajin macho que tanto deseaba.
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un nuevo día llegó y ambos hicieron sus deberes, gokú fue a entrenar mientras que akeno regresó como siempre a la academia, pero no habría mucho que contar a parte del entrenamiento que hizo el son durante ese día, esta vez dejó de ejercitar su cuerpo y solo se limitó a meditar tratando de averiguar el punto máximo al que podía utilizar su poder, si tenía éxito, podría viajar con su teletransportación fuera del universo donde las respuestas le esperan.
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esta vez sus ojos avellana miraban en todas direcciones, tratando de encontrarlo, ya eran horas en que la figura del chico había aparecido el día anterior, podía ser que esta vez sea igual al día de ayer.
y no se equivocó, las suposiciones que había hecho fueron correctas ya que de la nada son gokú había aparecido en el club del ocultismo y de la misma forma reposó sobre la pared esperando a la chica de gran busto y cabellera azabache.
parecía que necesitaba saber algo, podía saberlo y en la noche anterior pudo reforzar sus conjeturas al ver aquella muestra de energía que salvó a rías y akeno, aunque sus sentidos como nekomata estuviesen ocultos pudo sentir claramente ese abuso de senjutsu que consumió la materia viviente del demonio, pero por más que le observase no podía encontrar rasgo alguno parecido a los nekosho, ni de ningún otro youkai del que tuviese conocimiento.
--¿acaso tengo algo en la cara?.-- gokú cuestionó ante la vista continua de la albina, ella de inmediato supo que de alguna manera podía estar percatado de su alrededor sin ni siquiera abrir sus negros ojos.
--no.-- dijo mientras agachó la cabeza, incluso aunque quisiese saciar sus dudas no podría entablar conversación alguna con el saiyajin.
--akeno está tardando.-- exclamó el saiyajin. --¿puedes ayudarme con eso?.-- cuestionó dirigiéndose a la única presencia del lugar.
--ellas deben seguir en clase.-- respondió. --entonces eso quiere decir que tu también deberías estar en clases.-- respondió mientras abrió sus negros ojos y observó a la chica, parecía estar evadiendo sus deberes. --tengo un grado menos que ellas, mi horario es un poco distinto.-- exclamó mientras solo siguió comiendo algún bocadillo que tenía.
nuevamente el lugar se tornó silencioso, solo invadido de algunos alborotos que desde fuera del lugar podían oírse, posiblemente de algunos estudiantes, pero a su ves se sentían tan débiles que fácilmente podía decir que el club del ocultismo estaba bastante alejado de las calamidades escolares comunes.
--veo que eres fuerte.-- habló repentinamente el chico y la nekomata giró a verle. --te vi ayer golpear a esa criatura y doblegarla con facilidad, aunque para ser sinceros, lo supe el primer día que me golpeaste.-- siguió comentando el saiyajin. --puedo decir lo mismo.-- contestó la albina. --mi puño me dolió ese día, y aún con eso no logré moverte.-- exclamó con su rostro inexpresivo.
el saiyajin le observó fijamente, dejó su antigua posición y ce acercó a la chica quien solo se extrañó del actuar del pelinegro.
de pronto extendió su dedo hacía el bello rostro de koneko, ahí un brillo emergió escasamente y solo mostró asombro en esos ojos avellana, no porque se sintiera amenazada, solo era porque la calidez de la energía parecía ser bastante familiar y reconfortante, no desprendía amenaza y hostilidad.
--vaya, después de todo existen seres que controlan el ki.-- exclamó el saiyajin mientras desvaneció el azul orbe, y ella solo le observó bastante confusa, si bien el senjutsu estaba relacionado con el ki, ahora más que nada acababa de confirmar sus sospechas.
--aunque eres distinta, de seguro utilizas las redes de energía que posee la naturaleza, eso es algo que ya he visto muchas veces, aunque no es una manera muy usual de hacer uso del ki.-- habló mientras se dio media vuelta y regresó al lugar en donde esperaba la llegada de akeno, se sentía algo aburrido e indagar sobre el tema le pareció algo bueno para distraerse.
sin embargo la chica aún no salía de su asombro, porque incluso el flujo del senjutsu no hubiese podido emanar tanta presión en un orbe tan pequeño.
--¿Cómo hizo eso?.-- preguntó mientras se puso en pie, ante ello gokú solo le observó y arqueó una ceja.
--solo hago lo contrario a ti.-- respondió dejando bastante confusa a la nekomata, no entendía del todo, aunque fuesen similares. --como supiste que yo...-- dijo sin poder terminar, trataba de ocultar a toda costa aquel poder, pero el sujeto lo había descubierto sin mucho esfuerzo. --solo sospeché cuando te observé diferente, sentí más poder fluir en ti cuando estabas cerca de mi.-- habló mientras cerró sus ojos nuevamente.
aunque hubiese explicado vagamente lo que gokú hacía, aún no entendía ni encontraba explicación alguna a la sensación que había sentido el día anterior, aquel vacío profundo que inundó el club del ocultismo, como si sintiera los sentimientos que emanan de la energía del son.
--¿Cómo dijiste que era tu nombre?.-- cuestionó el son, sacando de sus pensamientos a la nekomata. --koneko, koneko tojo.-- respondió y el son sonrió, era un lindo nombre, agradable a la hora de pronunciarlo. --el ki es más que energía, representa el espíritu del individuo, es por eso que no solo es una fuente de poder, es una ventana a los sentimientos de cada persona.-- exclamó dejando la incredulidad en su retina, la respuesta que trataba de buscar le había sido dada, entonces si era así, significaba que el chico podía ver más allá de su fuerza y apariencia.
quiso preguntar más, pero las puertas del club fueron azotadas cuando cierto castaño entró despavorido tratando de ocultarse de la multitud que en el exterior le buscaba con fervor, solo para golpearle al saber que issei y su grupito habían estado espiando al cuerpo estudiantil femenino que gozaba de clases de natación.
los ojos de la nekomata le miraron con odio y repudio, detestaba la actitud pervertida, o tal vez se sentía celosa de que ella no gozase de buen cuerpo como el resto.
--pervertido.-- masculló cuando miró a issei, pero al instante comprendió que el momento que se había formado entre ella y el son se había terminado.
--he de admitir que este lugar es bastante tranquilo cuando se lo propone.-- susurró el son mientras cubrió sus ojos bajo el manto de su piel, ahora solo quedaba esperar a akeno, pero ahora había algo más que le llamó la atención, pues cierta energía que emanaba del chico le recordó a la presencia que el día de ayer le habló, no sabía mucho de ese mundo, pero no es como que le interesara mucho, así que solo dejó de prestarle atención.
segundos más tarde akeno apareció en el lugar, su clásica sonrisa se hizo presente cuando observó al son.
--ara ara, mi hombre aguarda por mi.-- exclamó con voz pícara mientras se acercó al pelinegro, tras ella; el resto de ciervos y rías grémory entraron, el momento no se sintió tan tenso como antes, aunque no hace falta decir que la incomodidad aún perduraba ante todos.
--gokú-kun, ¿puedes esperar?, parece que la presidenta tiene algo que decir.-- explicó la bella demonio, tranquila y gokú solo asintió mientras siguió reposando sobre la madera de la pared.
--los esperaré aquí al anochecer, tenemos que avanzar con los contratos que últimamente algunos han descuidado.-- habló la pelirroja claramente refiriéndose a la sacerdotisa quien desde hace bastante no ha hecho muchos como solía hacerlo. --de a cuerdo!.-- todos dijeron al unísono.
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--vaya, la sucesora del gordo champa ha llegado a mi universo.-- los gruesos labios de la mujer se movieron y dejaron escapar un tono burlón, mientras el pintalabios rojo intenso que solía utilizar bañó la piel haciendo resaltar su belleza que se reflejaba fácilmente en el espejo que tenía frente a ella.
--así es heles-sama, el cubo perteneciente al universo 6 acaba de entrar a su territorio, la dirección del vehículo es esta.-- explicó su ángel guardián que en el orbe de su báculo enseñó la imagen de la saiyajin y su hermana vados.
--esto me trae recuerdos, veamos que es lo que quiere la saiyajin.-- la diosa destructora del universo 2 habló con una sonrisa, un poco apartado y colgado en una pared; un poderoso arco dorado destelló, hace bastantes milenios había llamado la atención de kaulifla, y sobra decir que es uno de los objetos más codiciados.
fin del capítulo 12
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bien gente aquí el nuevo cap, me he tardado bastante, pero es que no recuerdo mucho de dxd y tuve que verlo otra vez, además que trataré de tomar una fic que no solo abarque la historia como se conoce, si no que añadiré más cosas relacionadas al universo de dragon ball para no hacer repetitiva la trama.
también quería hacer una buena relación entre koneko y gokú, por el tema del ki y senjutsu que manejan ambos personajes y el temor que ambos comparten, rias parece entender que el actuar de tal manera le ha causado un gran problema y desde este capítulo quiere mejorar la idea que gokú tiene de ella.
también está el tema de ophis, tengo algo planeado para ella y la brigada del caos, así que hay mucho por delante.
espero que les haya gustado, y no olviden votar si es así, nos vemos en el próximo capítulo.
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