Capítulo N° 12 | parte 2
Mientras cargaba un bowl con agua para colocarle paños fríos a Chrissy, las risas de Alex y sus amigas llegaron a mí. Los oía hablar de tonterías, ya no solo de política o feminismo, o esas cosas que yo no entendía bien. Hablaban de Bobby y del bebé que estaba esperando Alex, pero también de dibujos animados, libros y videojuegos.
Con bowl en mano me acerqué a ellos, habían acomodado dos colchones frente al sillón y hecho a un lado la pequeña mesita de vidrio. Así que Alex estaba en el medio recostado con un pote con palomitas sobre su abdomen, Lou tenía su cabeza recostada sobre el hombro de él y del otro lado estaba Lizzie. Scar, por su parte, prefirió recostarse sola en el sillón, donde se la veía bastante cómoda.
—¡Al! —dijo Alex con una gran sonrisa al verme—. ¿Te unes? Queda espacio. Haremos maratón de películas.
—Le subió la temperatura a Chrissy así que me quedaré con ella, disfruten de sus películas —Estaba a punto de alejarme pero volteé para ver a Alex muy feliz con sus amigas—. ¿Qué están viendo?
—Un lugar llamado Notting Hill —dijo sin mirarme, le dio un beso a Lou en la cabeza y luego tomó un par de palomitas.
—¡Luego veremos Drácula! —dijo Lizzie con ánimo.
—Y después Guardianes de la galaxia —acotó Scar.
Les dirigí una sonrisa. Era raro ver a Alex con sus amigas, se lo veía feliz y de buen ánimo con ellas, también muy cómodo. Una de ellas le había trenzado el cabello y llevaba sus lentes puestos, a diferencia del resto del tiempo donde prefería sus lentes de contacto.
Regresé entonces a la habitación de Chrissy, continuaba dormida y estaba sudando muchísimo. Me senté a su lado en la cama para poder colocarle los paños en la frente. Mamá me solía colocar paños en la ingle o los muslos, pero por supuesto que no podía hacer eso con ella. Tembló y tiritó un poco ante el frío del agua, pero luego pareció acostumbrarse.
Para ayudarle un poco a estar cómoda la sujeté con cuidado y puse más almohadas bajo su espalda y cabeza, para elevarla un poco y que pudiera respirar mejor.
Mi teléfono vibró en el bolsillo, Alex me había enviado un mensaje para pedirme que encendiera el humidificador. Lo busqué con la mirada hasta encontrarlo, pues decía que le ayudaría a respirar mejor.
Cambié el paño un par de veces mientras aprovechaba a leer con el teléfono. Nunca fui de leer mucho, pero en los últimos tiempos tenía ganas de leer y aprender cosas nuevas, quizá por la influencia de Alex y Chrissy. Busqué también el perfil de instagram de Lou, donde daba sus charlas de antirracismo. Fue fácil de encontrar gracias a que Alex y Chrissy la seguían, así que me coloqué auriculares para no molestar a Chrissy y comencé a ver sus reels. Su voz suave era muy agradable y me daba paz, quizá por eso vi varios de sus videos explicando cosas que no creí que estuvieran mal.
Descubrí que no solo era machista, sino que tenía actitudes racistas que no creí tener, ella los llamaba «microrracismos».
¿Fue doloroso darme cuenta? Claro, y muy molesto. Incluso lo negué un par de veces con chasquidos de lengua al oír lo que decía, pero mientras más la escuchaba más sentido le encontraba.
En otros de sus videos aparecía un hombre de piel café oscuro, de cabello rizado corto casi al ras, y una alegre y divertida sonrisa. Supuse que ese era Isaac, así que presté suma atención a sus palabras porque era el mejor amigo de Alex. Hablaba con una elocuencia sorprendente, y explicaba todo con una facilidad que podría hacer quedar como idiota a cualquiera.
Me dio curiosidad así que entré en su perfil, pues estaba etiquetado en ese Reel. Tenía su perfil público donde pude ver fotos de su boda en Kenia, se lo veía feliz pero comencé a reír, y tuve que cubrirme la boca para no despertar a Chrissy, cuando vi que tenía una gigantografía de tamaño real de Alex allí en la ceremonia de boda, y también en la fiesta. Se tomaba fotos graciosas con la gigantografía a la que llenaron de guirnaldas y espuma.
Debió ser doloroso para ambos estar tan lejos el uno del otro en ese momento tan especial.
Chrissy se removió a mi lado así que dejé de tontear en el teléfono para poder cambiarle el paño. La fiebre estaba comenzando a bajar, suspiré con alivio.
En algún punto de la noche me quedé dormido, desperté desorientado y sin saber dónde me encontraba, hasta que vi el bonito rostro de Chrissy a mi lado, aferrada a mi mano. Le di un beso en la frente y traté de moverme con cuidado para no despertarla, pues quería ir en busca de un vaso con agua.
En el living todo estaba iluminado solo por la televisión encendida. Sonreí al ver a las tres chicas dormidas, Scar muy cómoda en el sillón pero abrazándose a sí misma, y Alex con Lou y Lizzie abrazándolo para dormir. Tomé unas mantas que había en una canasta cercana y primero tapé a Scar, que era quien estaba sola y parecía tener algo de frío, y luego tapé a los otros tres. Debí sacarle los lentes a Alex para poder dejarlos en la mesita, para evitar que se le cayeran y dañaran.
Me apoyé en la mesada a beber agua con el delicioso silencio de la noche, el único sonido que se oía era el tic-tac de un lejano reloj. Decidí poner a calentar algo de agua para hacerme un té, dando un pequeño bostezo agotado. Me dolía el cuello por haberme quedado dormido en una posición incómoda, así que lo hice rotar un par de veces mientras me hacía masajes.
Al esperar que se calentara el agua aproveché a ver mis notificaciones. No tenía muchas, nunca fui muy popular que digamos. Solo tenía allí la respuesta de Emily a un mensaje que le envié para vernos en la semana –se me ocurrió la idea de ir al museo con ella–, la de Eric diciéndome que iría a casa mañana, y un mensaje en Instagram de alguien desconocido. Abrí el mensaje con curiosidad, era un usuario raro, pero sonreí al ver que se trataba de Lou.
«Te causó curiosidad lo que dije, no? ^^ Me sorprendió ver la lluvia de likes, si te interesa puedo pasarte unos libros, quieres?»
No me lo envió desde la cuenta informativa, sino desde su cuenta personal de nombre raro y con una foto de un personaje de anime. Decidí responderle:
«No entiendo mucho de esto y me gustaría aprender más, te agradecería lo de los libros»
Preparé mi té y lo bebí allí apoyado contra la mesada. Me pregunté, en esa paz, qué estaría haciendo mamá. ¿Estaría dormida o se habría dado una maratón de películas de acción sin sentido? Tal vez estaba con Bob, aprovechando que yo no me encontraba en la casa. Me pregunté por Emily también, si estaría ya dormida o si, por el contrario, se encontraría en algún antro bailando con sus amigas pasándola bien.
Luego de lavar la taza, aún con bastante sueño, miré a Alex y las chicas dormir. Había espacio allí, pero dormir con desconocidas no me parecía una buena idea o siquiera algo cómodo, ellas podrían incluso tomarlo mal. Con un bostezo regresé a la habitación de Chrissy para poder tomarle la temperatura, había bajado y estaba en un nivel normal.
La cama de Chrissy era grande, cabíamos los dos y no sería la primera vez que dormíamos juntos, sin embargo esas veces anteriores habían sido de mutuo acuerdo. Opté, mejor, tomar unas almohadas y recostarme a un lado en la alfombra gris claro, era peludita y muy cómoda. Sin embargo tomé su mano y ella, aún dormida, la apretó con suavidad.
Me desperté en la mañana con la risita de Chrissy resonando allí, así que parpadeé un par de veces hasta poder ver bien. Su cara estaba allí sobre mi rostro, asomada desde la cama.
—¿Te caíste de la cama? —dijo con esa risita.
—No, dormí en el suelo —bostecé al desperezarme—. No es tan incómodo como parece.
—¿Y por qué no en la cama? —preguntó con la sorpresa en sus bonitos ojos miel.
—Estabas dormida y no podía preguntarte, además si no te sientes bien necesitas comodidad —expliqué mientras hacía rotar mi cuello—. ¿Ya desayunaste?
Negó con un movimiento de cabeza que sacudió sus rizos, así que me puse de pie para poder prepararle el desayuno. Ella imitó mi actuar y se puso de pie para poder ir a su baño privado, mientras que yo me dirigía al del pasillo para poder higienizarme.
Estaba algo cansado aún, di largos bostezos en mi camino a la cocina. Las chicas ya estaban levantadas junto con Alex, excepto por Scar que continuaba durmiendo en el sillón. Lou y Lizzie parecían molestar a Alex en la cocina, porque estaba de mal humor y las echaba con un movimiento de mano. Me acerqué a ellas y las saludé con una sonrisa, y ambas parecieron emocionadas de verme, especialmente Lou que me recibió con una amplia sonrisa.
—Fui a verlos pero estaban dormidos, le tomé la temperatura a Chrissy y ya está bien —dijo Alex y me despeinó con cariño—. ¿Cómo amaneció mi ricitos de oro?
—Tengo tanta hambre que estoy viendo con mucho cariño tu cocina —dije con una sonrisa y él señaló el comedor para echarme, al igual que hizo con sus amigas.
—Estoy preparando el desayuno, ¡fuera de mi cocina!
Alcé mis brazos en modo de rendición y me acomodé a la mesa junto a las dos muchachas que conversaban en voz baja para no despertar a su amiga. Lou sonrió al verme y comenzó a hurgar en su mochila, de donde tomó dos libros que resbaló por la mesa hacia mí.
—No sé si lo decías en serio o no, pero tengo estos dos conmigo, por si quieres saber más —dijo con esa voz suave y llena de paz.
—Gracias, los leeré con gusto —dije y los acerqué más hacia mí.
Eran dos libros, uno se llamaba «Mujeres, raza y clase» de Angela Davis, y el otro era «La invención de las mujeres» de Oyèrónké Oyewùmí. Los ojeé un poco mientras esperaba el desayuno, ya que Alex no me dejaba ni siquiera oler su cocina, pero como necesitaba prestarle suma atención a esa lectura mejor opté por guardarlo en mi mochila.
—Te los devolveré pronto —prometí.
—Que no sea pronto, tómate el tiempo necesario para entenderlo, y puedes escribirme si tienes dudas o solo quieres hablar sobre tu lectura —Hizo un movimiento desinteresado con la mano, para luego dirigirse a Lizzie para conversar con ella por lo bajo.
Cuando el desayuno estuvo listo, Alex no me permitió llevarle a Chrissy, prefirió ser él mismo quien lo hiciera. Lo esperamos hasta su regreso para poder desayunar juntos, y por respeto a sus amigas no había nada de origen animal, tampoco harinas o gluten que pudieran perjudicar a Chrissy. Me sorprendí al probar los waffles de garbanzos, porque de no saber que era de garbanzos no lo hubiera adivinado jamás. Lo comimos con frutos rojos y un café, aunque para mí Alex había preparado un té de hebras que sabía muy bien.
No mucho después se despertó Scar de un extraordinario buen humor que jamás había visto en una persona a la mañana, pues bailaba y cantaba con ánimo no bien se puso de pie.
—Te odio —le dijo Lizzie en un gruñido—, ¿cómo puedes levantarte así? Cálmate.
—Soñé que Taylor Swift me besaba, envídienme —dijo con una risita y se dirigió al baño.
Luego de desayunar me ofrecí a lavar los trastes para que Alex no tuviera tanto trabajo, y aunque en un principio se negó sabía que yo podía ser muy insistente. Una vez tuve todo limpio decidí que iría a ver a Chrissy a la habitación, las chicas eran graciosas y muy divertidas, pero no eran mis amigas y sentí que necesitaban su privacidad con Alex.
Golpeé la puerta y solo entré cuando ella me dio el permiso. Estaba sentada en la cama con su ukelele en las manos, tocaba con una sonrisa en el rostro muy adorable, aunque debido a su garganta no estaba cantando, solo tarareaba con ánimo.
—Hacía mucho que no te veía tocar —dije con una sonrisa.
—Suelo tocar mucho para Bobby, le gusta la música hawaiana —explicó con una sonrisa—. Creí que ya te habías ido.
—¿Por qué? Aún es temprano.
—Hablé con Eric y dijo que por la tarde iría a tu casa, creí que tal vez ya habías ido.
—Es de mañana, aún hay tiempo —dije con una risita y me senté a su lado en la cama, entonces apoyé mi mano en su frente—. Te ves mejor, ¿cómo te sientes?
—Mucho mejor, debe ser gracias a tu té de jengi —sonrió.
Le corrí un mechón de cabello tras la oreja y observé sus bonitos ojos miel que, a veces, incluso parecían dorados. Observé las pecas en su nariz y mejillas, y luego la forma en que sus labios finos se curvaban en una sonrisa.
Chrissy comenzó a hablarme de Eric, sobre parte de su conversación por llamada. Dijo que él estaba muchísimo más suelto con ella, que ya no se encogía de hombros al hablarle y tampoco bajaba la mirada. Incluso me comentó que una vez se recuperara pensaba invitarlo a un festival folk, pues sabía que a él le gustaba.
Apreté los labios y asentí para demostrarle que la estaba escuchando. Solo cuando dirigió su vista hacia mí fue que le sonreí.
—¿Cómo van las cosas con esa chica? Emily, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa dulce.
—Bien, supongo —suspiré y coloqué un cigarrillo en mis labios que encendí rápidamente, bastantes horas matutinas estuve sin fumar, y ella entonces imitó mi actuar—. ¿Tú y Eric...?
—Somos amigos nada más, la pasamos bien juntos. Es divertido hacer música con él y me escucha hablar, no lo sé, la pasamos bien —dijo con una sonrisa—. Me gusta que te estés olvidando de Reb...
La vi apretar los labios, a Chrissy aún le dolía mucho la pérdida de su mejor amiga que resultó ser una falsa amistad. Un lobo vestido de oveja.
—Por supuesto que me olvidé de ella. No podría tener en mi corazón a alguien que te haga daño, Chrissy.
Dejó caer su cabeza en mi hombro como si necesitara ese contacto físico, así que la envolví con mis brazos de forma cariñosa y deposité un beso en la coronilla de su cabeza.
—¿Estás bien, quieres hablar? —pregunté con voz suave.
—A veces la extraño, a veces recuerdo cuando estudiábamos juntas o hacíamos pijamada, cuando era una buena amiga. Y a veces pienso que tal vez solo me usó para acercarse a Alex... —dijo con tristeza—. Lou la odia, ¿sabes? Lou desde un principio le dijo a Alex que Rebeca no le gustaba nada, y al final tuvo razón.
—Sé que lo que yo opine en realidad no importa —comencé a decir—. Creo que en algún punto su amistad sí fue real, pero también creo que estaba celosa de ti, aunque no estoy seguro de por qué.
—Supongo que desde que Ian se fijó en mí, no lo sé —se mordió los labios y movió su cabeza para poder verme al rostro—. ¿Crees que es tonto extrañarla luego de lo que me hizo?
Le dirigí una sonrisa triste, pues su voz se oía tan baja y sumisa, tan rota, que me rompía el corazón. Le di un beso en la frente, con cariño.
—No, Chrissy, no creo que sea tonto. Tú sí la querías mucho, y eres buena persona.
Me quedé con ella hasta que su ánimo mejoró. Cambió de tema muy rápido para hablarme de estudio, no le faltaba mucho para recibirse y por ese motivo estaba tan nerviosa todo el tiempo.
Un par de horas después, antes del almuerzo, decidí partir hacia casa aunque no sin antes abrazar a Chrissy. La notaba triste y la verdad es que no quería dejarla, pero también entendía que necesitaba espacio para pensar.
—Gracias por venir, Al —me dijo al hundir su rostro en mi hombro—. Te quiero.
—No agradezcas, Chrissy —le pellizqué una mejilla con cariño—. También te quiero, dejé preparado todo para que Alex te prepare el té de jengi. Ya está todo armado, solo hay que agregarle agua caliente.
Luego de despedirme salí del departamento junto a Scar y Lizzie, ya que Lou se quedaría más tiempo con Alex. Bajamos juntos por el ascensor mientras conversábamos de los gemelos, con anécdotas divertidas de la noche, pero cuando estaba por subirme a la moto vi a Scar subirse a un auto y Lizzie, antes de colocarse en el asiento del acompañante, me miró de esa forma que me hacía sentir muy incómodo, como si me desnudara por completo. No era como las otras miradas que me lanzaban las mujeres cuando les parecía atractivo, era... distinto.
¿Así de incómodas se sentían las chicas cuando las miraba?
Dejé ir un suspiro y manejé hasta casa. Me dolía bastante el cuello por haber dormido en el suelo, pero por supuesto no pensaba decírselo a Chrissy, estaba seguro de que se sentiría culpable.
Guardé la moto en el fondo, como siempre, así que entré por la parte de atrás que daba al living. Mamá estaba cocinando, pero la veía muy agotada. Me acerqué a ella y la abracé desde atrás con cariño, para luego darle un beso en la mejilla.
—Ve a acostarte, má, yo lo preparo.
—Oh, bebé, quería hacerte un mimo —dijo con un bostezo—. Hoy es mi día libre, quiero disfrutar de estar en casa.
—Aprovecha para descansar, mami. Yo termino el almuerzo, te llamaré cuando esté listo, ¿de acuerdo?
Con un resoplido mamá terminó por asentir y se quitó el delantal para poder recostarse en el sillón. Fue inevitable sonreír al verla porque era un pequeño desastre, con sus pantuflas desperdigadas por la alfombra, su pijama rosa pastel con conejitos y su camiseta anarquista descolorida.
Miré la preparación, una salsa de espinacas y pastas, así que terminé de cocinar y preparar la mesa mientras mamá descansaba, y solo para que pudiera hacerlo correctamente fue que tardé mucho más de lo normal. Me tomé todo mi tiempo para hacer cada cosa.
Preparé la mesa con cuidado y solo la llamé cuando todo estuvo listo, la comida en la mesa y ella no tendría que hacer nada más que sentarse y disfrutar.
—A veces me pregunto por qué la vida me bendijo con un hijo tan bueno, si yo fui una hija horrible —dijo mamá con una sonrisa al ver todo listo.
—Vos no fuiste una hija horrible, mamá, solo tuviste unos padres horribles —dije con un chasquido de lengua.
Ella solo se rió al encogerse de hombros, tenía ojeras aún. Sé que Bob se iba a quedar con ella anoche, aprovechando que yo no estaba. Por supuesto que no tenía planeado indagar sobre eso, pero mamá venía de una larga guardia. Espero que él haya sido amable y comprensivo con ella.
—¿Cómo estaban los gemelos? —me preguntó con una sonrisa luego de beber su horrible soda de naranja.
—Chrissy está resfriada pero estudiando sin parar, ya la conoces —suspiré—. Y Alex está bien, disfrutando con su mejor amiga. Al final no va a salir con Lilah.
—¿No? Pero se va a hacer cargo, ¿verdad? —chilló, con la preocupación en cada rasgo de su rostro.
—Es Alex, má, obvio que se va a hacer cargo. Él se cortaría una pierna antes de dejar a su hijo tirado.
Finalizamos el almuerzo y levanté los platos antes de que a esta mujer desquiciada se le diera por ponerse a lavar. Estaba fregando cuando vi pasar por la ventana a Eric con unas bolsas en las manos, parecía ser de ropa. Levantó la mirada y me hizo una seña con la mano para indicarme que me visitaría en un rato. Lo seguí con la mirada hasta que se perdió tras los árboles de su casa.
Eric estaba distinto, se vestía mejor, con más estilo, y se animaba a usar su cabello suelto y libre. Su autoestima parecía estar mucho mejor que tiempo atrás, y quizá era gracias a Chrissy. Sonreí por eso, porque por supuesto quería que él pudiera superar sus problemas y ser feliz. Siempre supe que si solo confiaba en él mismo podría arrasar con el mundo.
—Má —dije para llamar su atención, se había recostado en el sillón nuevamente—. ¿Las cosas van bien entre tú y Bob?
—¿Por qué lo preguntas, bebito?
—Porque pareces un zombie.
Me lanzó un almohadón con molestia.
—Hablo en serio —suspiré.
—A veces discutimos pero nada fuera de lo normal, es lo que pasa entre parejas, bebito —explicó y dirigió sus ojos hacia mí—. Estuve trabajando mucho estos días, solo estoy cansada.
—Sabes que si te rompe el corazón tendré que romperle las piernas, ¿verdad?
—Es policía, hijo.
—Y bueno, ¿me llevarás té a la prisión? —dije con una risita al cruzarme de brazos.
Ella comenzó a reírse con mejor ánimo y asintió para demostrarme su complicidad.
No mucho después la envié a dormir a su habitación, tenía que recuperar energías. Tal vez después le prepararía un delicioso té para que se relajara con una película.
Fui a mi habitación para poder poner algo de orden. Desde que trabajaba en limpieza me era más fácil ser organizado. Siempre fui muy limpio pero la parte de organizado no vino de fábrica, lo aprendí poco a poco. Y con el ambiente oliendo a limpio y a limón me sentí satisfecho.
Una media hora después llegó Eric, tomamos él un café y yo un té mientras me hablaba de las preparaciones para la boda de su hermano, que sería a lo grande. Luke y su prometido casi no habían gastado un centavo porque entre todos sus hermanos, e incluso las hermanas de Sean, estaban cubriendo todos los gastos.
—Aunque no lo creas Kim puso mucho dinero para la boda —dijo luego de sorber un trago de café—. Luke no quiere que Ash lo sepa porque es capaz de ir y arrojarle el dinero en la cara.
—No le debe gustar nada que su ex vaya a estar en la boda —dije con un gesto torcido.
Sería, realmente, la primera vez que Ash vería a su ex novia junto a su padre e hijos. Solo esperaba que no hubiera ninguna matanza ese día.
—Mira, Ash odia con toda su alma a Kim y especialmente a mi padre, pero ama también con toda su alma a Luke —suspiró Eric—. Va a soportarlo solo por él. El amor por Luke es mayor que su odio.
—¿Ya sabes qué te pondrás? Es como en dos meses, ¿cierto? —sorbí un trago de té—. Tendré que comprarme un traje.
—Ya tengo mi traje, me decidí por usar un azul marino. Mamá y Chrissy dicen que se me ve bien.
Me ahogué con el té y debí toser un par de veces.
—¿Chrissy te ayudó?
—Sí, ella me acompañó a comprarlo —dijo con una sonrisa y movió un mechón de su cabello ondeado tras la oreja—. Luke la invitó junto a Alex también, así que le ayudé a elegir un vestido.
Podría apostar mi vida a que era amarillo o con detalles amarillos. Sonreí ante ese pensamiento, podía imaginarlo con un bonito vestido al cuerpo en ese color.
—Quería hablar contigo de algo —comenzó a decir Eric con la mirada baja y yo asentí para que continuara—. Ya sabes que me gusta Chrissy, y ahora que la conozco más y pasamos tiempo juntos... no puedo dejar de pensar en ella, de verdad. Simplemente no puedo y... tú te enamoraste de mi prima, yo nunca me enamoré antes.
Oh.
Mierda.
—¿Te estás enamorando de ella? —pregunté y él apretó los labios—. Normal, Eric. Es prácticamente perfecta.
—Ella no quiere nada serio, solo salimos de vez en cuando, nos divertimos juntos pero... me da miedo.
—Habla con ella, es comprensiva —dije con una sonrisa cálida—. Es mejor que lo hables, lo aprendí a la mala.
—Lo sé es que... —Se encogió de hombros y volvió a suspirar, para luego descansar la cabeza en el puño con su mirada fija en mí—. ¿Qué hay de ti, Al?
—¿Qué hay de mí con qué? —parpadeé, algo confundido.
—Es que no quiero hacer nada que pueda lastimarte, ella es tu mejor amiga y... no me gustaría estar en el medio —dijo con tristeza—. Si tú me dices que te molesta entonces me olvidaré de esto.
—¿Por qué me molestaría? No seas idiota, no te ayudé tanto para que ahora te dé miedo —dije con una risita—. Mi amistad no se va a romper porque ustedes salgan, ambos son mis amigos.
—Es que en las películas siempre se rompe todo cuando dos amigos del grupo se ponen a salir —suspiró—. Igual solo suponiendo que yo le guste lo suficiente como para salir conmigo, y no solo para sexo.
Nos quedamos en silencio por un par de minutos. Pensé en la posibilidad de que ambos salieran y fue imposible hacer desaparecer esa presión en mi pecho, me molestaba y, sin embargo, me molestaba también que eso me molestara. No tenía una mierda de sentido. Solo deseaba que ambos fueran felices, es lo que siempre quise para Eric y lo que ansío para Chrissy. Si la felicidad de ambos puede ser compartida... ¿por qué habría de molestarme?
Pero lo hacía. Lo hacía y odiaba eso, odiaba sentirme como un perro egoísta de mierda.
—¿Cómo van las cosas con Emily? —preguntó, quizá para cambiar de tema.
—Bien, vendrá con Bill a conocer a mamá en unos días —Como vi el gesto sorprendido en él, tuve que aclarar—: No somos novios, no estamos saliendo de esa forma, pero mamá no confía en Bill y quiere conocerlo. Y él siente desconfianza de que Emily venga, así que ambos se quedarán más tranquilos si se conocen.
—¿Estás seguro de que no están saliendo de esa forma? Está raro.
—Emily vive diciendo que no somos novios, así que sí. Estoy muy seguro.
Eric me miró fijo a los ojos mientras asentía lentamente, como si estuviera algo pensativo.
—¿Y tú estás conforme con eso? O sea, ¿tú quieres seguir así o quieres salir con ella oficialmente? —preguntó con el rostro serio.
—No lo sé, la pasamos bien juntos. Nos divertimos mucho, el sexo es genial y ella es muy cariñosa a su manera. No me molestaría ser su novio, pero si no somos exclusivos ni quiere nada, no pienso volver a quedar como un imbécil.
—Buen punto.
Levanté las tazas para enjuagarlas y luego nos mudamos hacia los sillones para poder jugar unas carreras en la consola de videojuegos. Hacía bastante que no pasábamos tiempo juntos, entre mi trabajo y la universidad de él se nos dificultaba juntarnos.
Nos divertimos bastante, aunque seguía viéndolo muy preocupado. Me esforcé en hacer que nuestra tarde fuera lo suficiente entretenida para que esas preocupaciones se minimizaran.
Ya de noche Eric se fue, quería ayudar a su madre con la comida, pues sabía que Brian prefería morir de hambre antes que tocar la cocina, y John estaba de guardia.
Lo seguí con la mirada mientras se dirigía a su casa, encendí un cigarrillo y disfruté de su sabor allí en el pórtico. El viento primaveral acariciaba mi rostro, las estrellas se veían allí en el cielo nocturno, y pese a la belleza de la noche me sentía extraño. Solo, perdido. Como si estuviera atrapado en un bosque sin salida.
No tenía una mierda de sentido.
Buenas, disculpen la tardanza. Me forcé a terminar este capítulo porque la verdad no anduve bien respecto a la ansiedad, pero quise cumplir así que aquí está <3
Vi que vamos a llegar a los 145K, ¿qué les parece si pronto hago un POV de Chrissy? O de quién les gustaría un POV :3
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