Capítulo 02
Lluvia
Si había algo que Katsuki sabía bien, era que los días de lluvia eran sus favoritos.
Se preguntarán el motivo de esto.
Es muy sencillo, el pequeño Deku solía olvidar casi siempre su paraguas. Lo que significaba compartir el suyo sin parecer jodidamente cursi.
Pero esta vez, era muy diferente.
—Enserio Kacchan, ¿por qué estas molesto? —escuchó la dulce voz proveniente de aquel pecoso que caminaba a pasos rápidos a su lado de manera afligida.
— ¡No estoy molesto, que me dejes solo! —gruñó el rubio en respuesta, pisando un charco con furia. Su paraguas ahora solo se encontraba cubriendo a Katsuki.
— ¡Pero si lo estás! Solo escucha como hablas, si te molestó que usara tu crayón rojo prometo no volverlo a hacer. —murmuró bajito, lamentándose.
—No supongas nada y cierra la boca de una buena vez, jodido Deku.
El suspirar con tristeza de parte del pequeño peliverde solo le provocó más furia.
—Además te ves estúpido. —Soltó con molestia mirándolo por el rabillo del ojo.
—¿Eh? ¿Por qué? —preguntó con confusión, observando sus pequeñas botas rojas ahora mojadas.
—Mira nada más que abrigo más marica. —gruñó, dejando de caminar quedando ambos parados en medio de la calle con la lluvia cayendo sobre ellos.
Izuku traía un impermeable celeste agua cubriéndolo por completo.
—Mamá dice que es bueno para la lluvia, no me mojo y así no tengo necesidad
de llevar paraguas. —respondió. —Mamá me dijo que debo usar esto porque siempre olvido llevar paraguas a clases. —añadió tocando aquel abrigo, casi transparente, impermeable. —Además mamá di—
— ¡No me interesa que es lo que diga tu mamá! —gruñó. —Ese abrigo que traes solo lo usan los nerds maricas, ¡y tú eres uno! —agregó señalándole con el dedo.
—Ka-kacchan tus groserías duelen. —sollozó. — ¡Le diré a la tía Mitsuki! —exclamó con sus ojos llorosos, molesto.
— ¡Tsk! Me importa una mierda que le digas a esa vieja bruja fea. —gruñó.
—¿Hah? —escuchó a sus espaldas, el escalofrío en Katsuki fue evidente en aquellos momentos. —Con que ahora soy una vieja bruja fea, ¿eh? —escuchó ahora en sus oídos, Mitsuki se había acuclillado precisamente para intimidar al pequeño explosivo.
—Tú... —gruñó con temor, dándose vuelta con su ceño fruncido y puños presionados. —Así es, como escuchaste, tonta. —agregó con temblores en su cuerpo, con una lagrimita en su ojo derecho. Ya lo había dicho, su madre ya lo había escuchado y no pensaba disculparse.
—Con que tu jodido orgullo es mucho más grande, ¿eh? —murmuró amenazante la mujer, tocándole el hombro con rudeza, causando un sobresalto en el menor.
—N-no le ha-haga n-nada por favor. —rogó Izuku, interponiéndose en ambos. —Él no quiso de-decir eso, tía Mitsuki, disculpe. —agregó con timidez.
El suspiro repleto de ternura de parte de Mitsuki calmó el ambiente.
— ¿Qué es lo que haré contigo, pequeño Izuku? —preguntó con una sonrisa tierna. —El que debe disculparse conmigo es mi jodido hijo, no tú, pequeñín. —agregó tocándole la punta de la nariz con ternura.
Se levantó con desgano, rascándose la nuca. —Ni creas que por la pequeña intervención de Izu-chan te salvarás de esta, Katsuki. —gruñó.
Katsuki en respuesta solo desvió la mirada con un sonrojo en sus mejillas. — ¡Tonto Deku, yo puedo defenderme solo! —exclamó.
— ¡Ya, suficiente mocoso, deja a Izu-chan en paz, es más, agradécele ahora mismo! —exclamó con molestia la madre. — ¿No quieres que realmente me enoje verdad? —preguntó amenazante, observando desde las alturas aquella pequeña cabellera ceniza que se removía con furia.
— ¡El que te agradezca no significa que dejes de ser un tonto nerd! —terminó gruñendo con sus brazos cruzados, Mitsuki quedó expectante... ¿Esa era su manera de agradecer?
Que humilde criatura.
—Esto... ¿De nada? —murmuró Izuku confundido ante el actuar de su amigo.
—Ya, suficiente. —formuló Mitsuki. —Iba de camino al jardín para llevarlos a casa cuando los veo muy relajados por la calle, ¿¡cuántas veces debemos decirles, jodidos mocosos, que nos esperen en el jardín!? —gruñó la madre, molesta.
— ¡Ah! lo siento mucho tía Mitsuki, es-esque Ka-kacchan quería acariciar a Pelusa... —habló Izuku.
— ¡Que te calles! Eso no es verdad, quién quería acariciarlo eras tú, jodido Deku. —exclamó el de ojos escarlatas completamente sonrojado. — ¿Acariciar un gato yo?
..
— ¡Oi Deku! Acabo de ver a Pelusa afuera del jardín, ¡vamos a acariciarle las orejas! —exclamó emocionado el rubio ceniza, quitándole el dibujo que tenía Izuku en sus manos para que le mirara.
—K-kacchan, nuestras mamás dijeron que debíamos esperarlas dentro del aula... —habló el peliverde con miedo.
— ¡Sólo será un segundo, no seas marica! —exclamó jalandolo del brazo, llevándoselo a la fuerza. Si se preguntan por la profesora, ella estaba en el baño justo en esos momentos.
—P-pero Kacchan, si nos descubren estaremos en problemas. —respondió preocupado.
—Aff... que molesto eres, ya cállate y ven aquí, traje mi paraguas para que no nos enfermemos. —ordenó el rubio atrayendo al pecoso a su lado con fuerza.
— ¡Ah! No será necesario, con este abrigo no necesito de un paraguas. —dijo contento, notando como Katsuki ante esto, fruncía el ceño exageradamente.
— ¿Kacchan?
—Tú te lo pierdes, jodido nerd. Espero y llegues todo mojado por idiota. —gruñó avanzando rápido.
Y así había comenzado su pequeña pelea. ¿Y Pelusa? Pelusa había escapado apenas vió aquella cabellera rubia ceniza buscarle con la mirada.
..
—Es todo, nos vamos a casa niños. —habló con pesadez la madre mientras les tomaba de las manos. —Izuku, Inko irá a recogerte a mi casa, ahora mismo ella está ocupada con las compras y me pidió a mi que te viniera a buscar también.
— ¡Sí! —exclamó emocionado.
Su tarde había consistido de chocolate caliente y galletas, la compañía de Katsuki en aquello era divertido para él.
—Mira, esa galleta que tiene forma de insecto, eres tú. —decía el rubio emocionado sentado frente a Izuku en la mesa. —Y esa de dragón soy yo, obviamente. —agregó de manera arrogante, señalando aquella galleta con su dedo índice.
—Sí, sí. —asentía el peliverde con sus manos tocando aquella pequeña taza de forma de oso.
— ¡Ah! ¡Pero no te la comas, jodido Deku! —gruñó notando como Izuku le cortaba las alas a la galleta en forma de dragón con su boca.
— ¿Q-qué no son para comerlas? —preguntó confundido.
— ¡Sí, pero esa no, jodido Deku, esa debía comermela yo! —exclamó molesto. — ¡Mamáaaaa, Deku me acaba de comer! —exclamó colérico, haciendo puré el resto de galletas que quedaba.
— ¡Eso no es cierto! —exclamó el otro. —¡Sólo comí una galleta! —agregó con sus ojos llorosos.
— ¡Pero era MI galleta, era yo! —gruñó.
—E-entonces para que estemos iguales, co-cómeme a mí. —murmuró extendiendo la pequeña galleta de insecto al rubio, con nerviosismo.
Katsuki nuevamente, había quedado en blanco, no se lo esperaba.
— ¿Hah? Así que el pequeño dragón está sonrojado. —dijo Mitsuki de manera burlesca, apoyada en el umbral de la puerta observando todo.
— ¡Eso no es cierto, solo tengo calor! —exclamó huyendo del lugar molesto. — ¡Es tu culpa por quemar tanta madera en la jodida estufa! —reclamaba a gritos desapareciendo del luega de manera fugaz.
—T-tía Mitsuki, ¿hice algo malo? —preguntó Izuku con tristeza ante la reacción del rubio.
—Por supuesto que no Izu-chan, al contrario, hiciste algo bueno. —sonrió Mitsuki sentándose junto él para acariciarle la cabellera peliverde. —Mira, veamos caricaturas mientras llega Inko. —agregó, mientras cogia el control de la televisión y pulsaba los botones con suavidad para llegar al canal infantil. Era un intento para tranquilizar al pequeño que se veía notoriamente preocupado por la reacción de Katsuki.
—Sí... ¿Kacchan también verá caricaturas con nosotros? —preguntó de nuevo, observando a Mitsuki con aquellos enormes ojos esmeraldas ilusionados.
—Por supuesto que sí, ese jodido Kacchan vendrá aunque tenga que ser a la fuerza. —dijo sonriente, mientras comía las galletas que ahora, estaban hechas puré a causa de su hijo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top