Ausencia.
Una niña pequeña de primero de primaria salía de sus clases de karate,se despidió de su maestro, tomó su mochila y abrió su paraguas, afuera llovía algo fuerte.
Antes de ir a casa pasaría por dulces,una paleta para ella y helado para la más pequeña de su familia.
Se metió a la tienda y compró lo que quería, cargo su mochila en su espalda,con una mano agarraba el paraguas y con la otra las bolsas,era pequeña con una fuerza de temer.
Se suponía que sus hermanos mayores irían por ella o en su defecto su tío, pero ninguno la fue a recoger así que optó por irse sola,no tenía miedo, gracias a su fuerza y técnicas que aprendió en clase podría reiniciar a cualquier persona que quisiera hacerle daño.
Iba saltando los charcos que encontraba, llendo directo a casa.
Hasta que un ruido de chillido la hizo voltear a un callejón.
——¿Hola? ——Se asomó pero nadie respondio, ahora los chillidos eran más débiles.——¿Está bien?,yo puedo ayudar a sentirse mejor.
Se metió al callejón para buscar a la persona.
——No hago daño, puede salir, si tiene golpes o algo, papá puede curarte,yo te llevo a la farmacia en la que trabaja si quiere, pero ya no llores.
Llegó al final sin encontrar a nadie, ahora los chillidos eran más queditos.
La niña siguió buscando, ahora se sumó un graznido, algo estaba rascando una caja o contenedor de basura.
Trató de descifrar de dónde venía el sonido, caminó lentamente de regreso en sus pasos,se detuvo ante una enorme caja de cartón muy mojada por la lluvia.
Se asomó para agacharse y ver el contenido,una sonrisa de alegría y tristeza a la vez posó en sus labios, adentro encontró a una cachorrita chillando tratando de saltar la caja,un pequeño gatito echado algo inconsciente en la caja y encima de él,un pequeño pichón de lechuza temblaba de frío.
——Me los llevaré a casa, ——le da cariñitos a la cachorrita.——Gracias por avisar.
Sacó a los animalitos poniéndolos en el suelo, metió las bolsas en las cajas,al pichón lo puso en un bolsillo de su chamarra con cuidado,a los otros dos los cubrió con su chamarra para no mojarlos cerrando con cierre y cuidando de no lastimar sus cabecitas, cargó con sus dos manos la caja,se levantó y como pudo fue a su casa.
En la casa era un caos,los niños no dejaban cocinar a las 2 adultas que ahí estaban presentes, suerte que los más bebés no estaban dando lata como en otros días.
——¡Mire, tía! ——un niño con gorrito le enseño a la mujer rubia un dibujo algo indecifrable. ——¡Es mi próximo invento!,¿Le gusta?
——Es muy bonito Nigel, ——le respondió sonriendo. ——¿Qué te parece si me explicas cómo funciona después?,ando ocupada por el momento, ¿Puedes esperar?
——¡Claro tía! ——El niño gustoso fue a la sala a dibujar más inventos.
Al irse el niño, le dió una mirada al recetario, estaba aprendiendo a cocinar,sus comidas eran mortales para los integrantes de la familia,normal en ella, nunca había cocinado en su vida, ella y sus tres hermanas se la pasaron viviendo de lujos con comidas hechas por chefs calificados, renunció a esa vida por su adorado esposo,con quién gestiona parte de la empresa heredada por los padres ausentes que jamás conoció.
Ahora vivía en una casa enorme,con sus cuñados, ayudando a cuidar de sus sobrinos y ahijados mientras su cuñada la guiaba en la difícil etapa de la maternidad que pasaba con su hija,si sentía dudas de algo podría preguntarle y si era cuestión de enfermedad su cuñado podría ayudarla.
——¡Niños, déjenme cocinar!
Se rió divertida al ver cómo su cuñada batallaba con sus hijos,que no dejaban de jalar su mandil ni decir la palabra mamá, repitiendola hasta el cansancio con rapidez.
——¡¿Qué quieres Gillian?!
——¿Ya va a nacer mi hermanita o hermanito?
——Todavia no,——Respondio algo más calmada. ——Falta mucho para eso.
——¿Cuando?
——¿En un año?
——¿Cinco años?
Uno tras otro comenzaron a preguntarle, sobre cuánto tiempo vendrá el nuevo integrante.
La mujer de ojos verdes, suspiró,¿De quién fué la idea de adoptar tanto niño?,¡Ah sí!,fue la suya.
Creyeron que no podían tener hijos propios por lo que adoptaron uno luego otro y así hasta que tuvieron a su primogénita,no les bastó y adoptaron más, tuvieron al otro, repitieron el patrón por tercera vez y ahora viene otro bebé.
Se quedó viendo a sus hijos y luego la hora en su celular,por alguna razón,estaba inquieta y no sabía por qué.
——¡Hijos! ——le habló a los mayores de la casa. ——¿Si recogieron a todos sus hermanos?
——¡Si mamá! ——Respondio un chico moreno leyendo su libro de ciencias, sentado en sillón de la sala.
——¿Seguro? No recuerdo haberlos contado. ——Dejo de ver la tele,para quedarse a pensar,un chico de cabello blanco con mechón rojo sentado al lado del moreno.
Esa respuesta de duda la hizo dudar también, así que procedió a contar a sus hijos cabeza por cabeza y contando al más pequeño jugando en la sala, contó 3 veces pero no le salía el número faltaba o sumaba uno,eran inquietos haciendo que empezara de nuevo,no fué hasta la sexta vez que contó que se dió cuenta de que le faltaba uno, comenzó a preocuparse.
——¡¿Dónde está Emma?!
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