Era un tiempo en el que las parrandas estaban más activas, pues se acercaban las lluvias y eso significaba una cosa, cosechas mas abundantes. Saga iba en su caballo, ya adentrada la noche, hasta que vio a un obrero, seguramente de retorno a su hogar, él lo saludó con su sombrero.

"Patrón, es mejor que no valla, la sayona anda por ahí"

Ante esto, Saga dio una carcajada y pavoneándose sobre su caballo dijo.

"No me pasará nada, ese espectro temblará ante mi si me desafía"

Y continuó con su camino, ante la mirada preocupada del obrero, que decidió continuar con su camino sin arriesgar su pellejo.

La parranda estuvo muy bien, Saga se divirtió y nunca faltó uno que otro coqueteo ante cualquier chica linda que le pasaba cerca. Ya como en la madrugada se dispuso a volver a su casa, había olvidado su caballo, ¿que más daba?, llegaría a su casa tranquilo, pues nadie se metía con él.

Mientras tarareaba una canción, se dio cuenta que a lo lejos estaba una mujer preciosa, cabellera negra como la noche, cuerpo escultural, pero su rostro...estaba cubierto.

Saga ni corto ni perezoso se acercó, pavoneándose con aires seductores, y con una sonrisa llena de picardía

"Buenas preciosa, ¿que hace usted tan sola por aquí a estas horas?"

"Me eh perdido"

La voz de la joven se escuchaba afligida, Saga amplió más su sonrisa y muy caballerosamente se ofreció a llevarla hasta su casa, trataba de mirar el rostro de la chica, que estaba cubierto con su frondosa melena oscura.

Era mas que evidente que Saga tenía otras intenciones, pues no iba a dejar ir a aquella chica tan fácil.

Ya cuando estuvieron más adentrados en la maleza, la joven se soltó de él y él quedó dándole la espalda.

"¿Que sucede boni...?!"

Al girarse ya no estaba la hermosa joven, en su lugar, había una mujer de tres metros, con brazos largos, dientes de cual león feroz hubiera y ojos que parecían dos cuescas de fuego, y tras un grito desgarrador, Saga sintió que hasta la más mínima gota de alcohol en su sistema desaparecía, y así emprendió una carrera por su vida.

Pero aquel espectro estaba pegado a su oreja, dando incesantes gritos así oído, él se sentía de lo peor, pues con cada grito, sentía que se le iba a salir el alma. Para su suerte unos obreros venían pasando, él paró frente a ellos, con la cara más blanca que nunca y los ojos desorbitados.

"¡Ahhh!, ¡A-Ahh!"

Gritaba, los obreros se miraron asustados, creyendo que el hombre se estaba muriendo, pues no se daban cuenta del espectro que estaba detrás de él. Uno de ellos sacó una cruz de paja y se la colocó en frente, el espectro, al ver ese símbolo huyó despavorido, dejando a aquel patrón en paz.

Cayó de rodillas, jadeando, agradeciendo a Dios y a los obreros que se encontró en el camino.

*****

Uff, 477 palabras xd, pero bueno, estuvo bien uwu.

Estas vez volví a trabajar con el Fandum de Saint seiya uwu, el personaje fue mi padre Saga como ya han visto uwu, espero les haya gustado, sin mas, me despido nwn/.