Capítulo 3

—Venga, venga. Nos ponemos las mochilas y a la parada de autobús —apremió (TN) a las pequeñas del grupo.

Los mayores ya estaban en el vestíbulo del edificio y Corazón se estaba encargando de los pequeños.

El primer madrugón después de las vacaciones había sido algo duro para la mayoría de ellos, incluido el mismo tutor.

—¡Ya estamos todos! —anunció el rubio, mientras bajaban las escaleras hacia la plantas baja.

Se resbaló en el penúltimo escalón, pero logró mantener el equilibrio para no caer al suelo. Aún así, despertó carcajadas en prácticamente todos los que estaban presentes.

Él único que no encontraba aquella situación para nada divertida era cierto pequeño de ojos grises. Lo que menos quería era llegar tarde después del primer día de vacaciones y si no se daban prisa acabaría pasando.

Por suerte, llegaron a la parada escasos minutos antes de que el autobús llegara. Corazón y (TN) se encargaron de vigilar que todos subieran.

—Sabo, vigila que Ace no se duerma o despiértale si llegáis y se ha dormido —pidió el hombre de cabellos rubios al pequeño, el cual asintió. Una vez solos se giró hacia su compañera—. Tiene algunos problemas de sueño. Vamos, te pondré al día de los resultados académicos de todos.

Se sentaron en el despacho y la peli(t/c) escuchó con atención toda la explicación.

Al parecer Law y Robin eran unos jóvenes bastante brillantes que habían estado sacando sobresalientes durante toda su trayectoria académica.

El resto tenía notas bastante decentes, nada fuera de la media. Excepto el pequeño Luffy, que parecía tener algunas dificultades en varias de las materias debido a su falta de atención e hiperactividad.

—Como puedes ver, estas son las asignaturas que tiene más flojas cada uno... Aunque iremos viendo cómo va avanzando —continuó explicando Corazón—. Tendremos que echarles una mano con los deberes.

—Por supuesto. Y... ¿Qué hacemos mientras ellos están en el colegio? ¿Planeamos actividades? —inquirió la peli(t/c).

—Exacto —confirmó él, sonriente—. Por las tardes, entre semana, solemos dejar más tiempo libre después de hacer los deberes. Tras la cena solemos ver alguna película o algún corto antes de dormir.

—Yo conozco varios interesantes, aunque a lo mejor ya los habéis visto —comentó ella.

—Vamos a echarles un vistazo. Yo tengo varios cortos y películas guardadas y vamos haciendo votaciones para elegirlos. Podemos añadirlos.

Pasaron más o menos una hora buscando los títulos y pensando cómo explicar la moraleja de cada uno de ellos. Siempre era interesante hacer una pequeña reflexión sobre lo que veían.

—Bueno... Creo que nos merecemos un descanso, ¿no? —propuso el rubio, una vez acabaron esa tarea.

Se dirigieron hacia la cocina, en busca de algo fresco para beber. El mes de septiembre apenas acababa de comenzar y las temperaturas eran todavía cálidas.

Una vez cogieron la bebida, se dirigieron hacia el patio exterior. A Corazón no le gustaba fumar delante de ellos y, por esa razón, solía subir a la azotea una vez estaban acostados.

Sin embargo, cuando estaban en el colegio, podía disfrutar de un cigarro sentado en uno de los bancos de aquella zona.

—No me puedo creer que otra vez se haya estropeado —masculló, mientras trataba de encender el mechero.

De repente, en uno de los intentos, salió una llama algo más grande lo habitual, haciendo que ambos se sobresaltaran.

(TN) no pudo evitar quedarse mirando el rostro de su compañero durante unos segundos.

—¿No te quitas el maquillaje cuando no están los niños? —preguntó, con tono curioso.

—Me cuesta bastante ya hacérmelo por las mañanas... Así que solo me lo quito para ir a dormir —explicó—. Les hace gracia, bueno, tal vez no a todos... Pero a la mayoría, y me gusta verles sonreír.

—Eso es... Muy bonito —murmuró la joven—. Tal vez debería maquillarme yo también. ¿Crees que les hará gracia?

—¡Claro! Ellos mismos te han puesto el apodo, así que debería ser un maquillaje acorde con él —expuso, con emoción.

—Aunque yo no soy muy buena maquillando, la verdad. Tal vez les de más miedo que risa.

—Bueno, puedo ayudarte. No hay problema —propuso, con aquella amable sonrisa que casi siempre estaba dibujada en su rostro—, pero antes me gustaría que leyeras bien a fondo el historial de cada familia.

—Ah, sí, claro. —Le habían pasado la información resumida de cada caso, para ponerla en situación, pero no conocía todos los detalles con exactitud.

—No tardaremos en tener reuniones para continuar con el seguimiento... Para ver si la situación está avanzando y pueden recuperar a sus hijos —continuó explicando, mientras caminaban de nuevo hacia al interior del edificio—. Y sería genial que estuviéramos los dos presentes, para evaluar todo lo mejor posible.

—Por supuesto. —Cruzaron la puerta del despacho y la peli(t/c) de dirigió su mesa—. ¿Está todo en el ordenador?

—Sí, espera, que hay muchas carpetas —respondió él, colocándose detrás de su silla. Ambos fueron a coger el ratón a la vez y sus manos se rozaron. Corazón la apartó rápidamente—. Disculpa, te voy indicando.

Debía entrar en la carpeta general y, luego, había varias carpetas con el nombre y apellidos de cada niño. Dentro de cada una, había más carpetas y documentos sueltos. Debía entrar en una llamada «familias» y buscar un documento llamado «motivos pérdida de custodia».

Ahí había información muy detallada.

—Como puedes ver también hay algunas entrevistas y avances... También puedes echarles un vistazo si tienes tiempo —indicó el rubio—. Vendré a buscarte más tarde.

—Perfecto —dijo ella, regalándole una amable sonrisa.

Una vez sola, dirigió de nuevo su mirada hacia la pantalla del ordenador. Salió a la carpeta principal y soltó un profundo suspiro.

Aquello iba para largo, pero era necesario saber cada detalle para hacer su trabajo lo mejor posible. Iría entrando en orden en cada uno de los niños y leería los documentos.

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1. Ace: su madre murió en el parto y su padre no pudo sobrellevar la situación. Entró en una profunda depresión. Está en tratamiento, pero continúa teniendo crisis que le impiden hacerse cargo del niño. Evaluación trimestral para comprobar su mejora.

2. Franky: su madre lo abandonó de pequeño y él se quedó con su padre. Este trabajaba en una gasolinera y hacía que su hijo se saltara las clases y lo usaba como medio para intercambiar drogas.

3. Law: sus padres y su hermana murieron en un incendio que hubo en el pueblo donde vivían. Sus tíos, que vivían en la ciudad, decidieron acogerlo, pero tan solo les interesaba el dinero que recibían y no lo tenían bien atendido ni física ni emocionalmente.

4. Luffy: su madre está internada en un centro psiquiátrico y su padre, que se hizo cargo de él, desatendía sus necesidades por estar obsesionado con el grupo revolucionario al que pertenecía. La custodia pasó a su abuelo, pero tuvo un trágico accidente ejerciendo su profesión de policía.

5. Nami: su madre se quedó embarazada de un desconocido. Desde pequeña ha vivido en un ambiente de prostitución, aunque nunca ha llegado a sufrir ningún tipo de abuso. Poco atendida física y emocionalmente.

6. Nojiko: sus padres de divorciaron y ella se quedó con la madre, que buscó una nueva pareja. El hombre abusó en varias ocasiones de la pequeña y, en lugar de defenderla, le enfureció que sedujera a su novio apenas teniendo cinco años.

7. Robin: se crió tan solo con su madre, pero ella prefería viajar y pasarlo en grande abandonando a su hija y dejándola en ocasiones sola en casa o con sus abuelos. Ellos pensaban que la pequeña había estado consumiendo drogas junto a su madre, así que le sometían a análisis, exploraciones manuales y le medicaban ellos mismos.

8. Sabo: el pequeño convivía con una familia de alto nivel que no le dejaba juntarse con sus amistades e incluso llegaban al castigo físico y psicológico cuando no cumplía con sus exigencias.

9. Sanji: formaba parte de una prestigiosa familia dueña de una famosa empresa a nivel mundial. Tenía cuatro hermanos los cuales cumplían con las instrucciones de su padre para formar parte de la empresa. Él era el pequeño de la familia y le costaba seguir el ritmo de sus hermanos. Tampoco había heredado su carácter y eso le costaba fuertes reprimendas y abusos por parte del progenitor. Su madre estaba enferma y no podía hacerse cargo de él ni salvarle de aquel ambiente.

10. Usopp: vivía con un matrimonio de estafadores que no se preocupaba por las necesidades de su hijo. Vivía rodeado de mentiras, peleas, drogas y alcohol.

11. Vivi: su madre abandonó la familia cuando ella nació y su padre era un importante político. El hombre se suicidó por un gran escándalo y nadie podía hacerse cargo de la pequeña.

12. Zoro: sus verdaderos padres lo dejaron en un orfanato y fue adoptado por una familia. La pareja se divorció tres años después de adoptar al bebé. La madre se marchó del país y el padre, un adicto al alcohol se quedó con la criatura, desatendiendo sus necesidades.

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—¿Ya estás al día? —La voz de su compañero le hizo sobresaltarse y apartar la mirada de la pantalla.

—Sí, estaba acabando de leer las entrevistas con los padres —respondió ella—. Entonces... el único que de momento tiene posibilidades de volver con sus padres son Ace y Zoro, ¿no?

—Sería lo mejor... Están avanzando de manera positiva, cada uno son sus problemas —comentó Corazón—. Y lo ideal también sería encontrar alguna familia de acogida para el resto... No es lo mismo estar aquí que con una familia de verdad. De hecho, la semana que viene empezamos con las sesiones informativas.

El rubio le comentó que solían hacer reuniones en colegio, institutos, universidades e incluso puntos de información en centros comerciales. Todo ello para dar información sobre el acogimiento familiar, para que los pequeños y pequeñas que estaban en esa situación pudieran conocer lo que es pertenecer a una familia.

—Por supuesto, cuando se van no perdemos el contacto. Y no me refiero que estamos pendientes de la familia, si no que hacemos actividades en el centro —continuó explicando—. Estábamos de vacaciones, pero la semana que viene conocerás a más niños y niñas que estaban aquí.

—¡Oh, eso es genial! —exclamó la joven, emocionada.

—¡Sí! Estoy seguro de que os llevareis genial. Algunos están con sus abuelos o sus nuevos padres tienen mal horario para ayudarles con los deberes, así que suelen venir aquí un par de días a la semana —comentó—. Y, bueno, ahora es momento de encontrar el maquillaje perfecto para Rainbow. Verás sus caras cuando bajen del autobús y nos vean a los dos maquillados.

(TN) se levantó de la silla y siguió a su compañero. Ir maquillada de aquella forma iba a ser extraño, pero divertido.

—Vale, a ver... Siéntate aquí en la cama y yo cogeré esta silla —indicó el chico, tirando un par de libros que había sobre el escritorio al coger la silla.

Los colocó rápidamente de nuevo, sonriendo algo avergonzado.

Una vez sentados y con las pinturas de cara preparadas, le enseñó varias fotos que había encontrado para inspirarse.

Mientras le maquillaba, (TN) no sabía muy bien hacia dónde mirar. Era la primera vez que sus rostros estaban tan cerca el uno del otro.

Donquixote Rosinante no era para nada su tipo de chico, o al menos el tipo de chico en el que se había fijado siempre.

No estaba orgullosa y sabía que era algo típico, pero siempre le habían ido los chicos malos. No es que hubiera estado con muchos, de hecho solo había tenido un novio en serio. Sin embargo, siempre le había traído ese estilo.

La relación fue bastante caótica y sus padres no  estuvieron para nada contentos. Su hija, que era de las más responsables y estudiosas de clase, estaba saliendo con un crío que se saltaba la mitad de las clases, que sólo le importaba salir de fiesta y emborracharse...

(TN) de algún modo se sentía su salvadora. Que se juntaría con el chico malo y cambiaría por ella. Eso es lo que había leído en sus libros favoritos.

Con el tiempo se dio cuenta de la gran estupidez que era; pero aún así le seguían atrayendo ese tipo de chicos, aunque no para algo serio.

No entendía muy bien porque le venía todo aquello a la mente. No es que se sintiera atraída por su compañero o algo de eso.

Es decir, era mono, pero no su tipo. Definitivamente. ¿Por qué trataba tanto de dejárselo claro a sí misma?

—¿Qué te parece?

—Pues... Está bastante bien —respondió ella, observándose en el espejo de mano que Corazón estaba sujetando frente a ella.

El maquillaje estaba bien hecho, pero no acababa de gustarle como le quedaba.

—Oye, no me mientas... Tú cara al verte lo ha dicho todo —le aseguró él. La joven desvió la mirada, algo preocupada por si su comentario le había sentado mal—. Creo que te quedará mejor el segundo que habíamos dicho, pero bueno... ¡Había que probar!

La peli(t/c) respiró, aliviada. Asintió y se acomodó de nuevo en la silla, quedándose lo mas quieta posible para que el rubio comenzara de nuevo.

El chico posó los dedos en la barbilla de la joven, para poder retirar el maquillaje con más facilidad, paseando la toalla húmeda por su piel.

Unos minutos después, la segunda prueba estaba terminada.

—¡Este sí! —exclamó (TN), tras observar de nuevo su reflejo.

—Ahora tendrás que levantarte un poco antes para hacerlo todas las mañanas.

—Bueno, está bien. Lo que no entiendo es como lo haces tan rápido y queda tan bien —comentó, mientras continuaba mirándose en el espejo.

—Años de practica conmigo mismo.

El rubio no podía dejar de observar a su compañera mientras esta se seguía mirando, emocionada.

Ninguna persona de las que había estado trabajando en el centro había accedido a ponerse maquillaje. Tenía la sensación de que, con (TN), todo iba a ser más llevadero.

Tras el almuerzo y un rato de descanso, volvieron de nuevo al trabajo. De la lista de películas que habían hecho seleccionaron tres para ese día y los dos próximos y repasaron las preguntas para reflexionar.

Finalmente, llegó la hora de ir a la parada de autobús para recoger a los pequeños y pequeñas.

Tendrían muchas cosas que contar de su primer día después de las vacaciones.

—Mira, ahí vienen —anunció (TN), cuando divisó el autobús a lo lejos de la carretera.

Los colegios e institutos se asignaban por zonas, pero el centro de acogida estaba demasiado a las afueras.

Poco después, los pequeños ya estaban bajando del transporte y algunos de ellos se abalanzaron sobre sus tutores.

Law, Franky y Robin llegarían más tarde, ya que se quedaban a las actividades de sus respectivos clubes.

—¡Rainbow se ha pintado la cara! —exclamaban las tres pequeñas del grupo, emocionadas.

A la peli(t/c) le encantaba que estuvieran tan emocionadas, pero no podía evitar mirar de reojo para ver si la gente que pasaba estaba observando.

Después, dirigió la mirada hacia su compañero, el cual estaba totalmente centrado en los niños y sin fijarse en nada más.

No sabía si ya estaba acostumbrado a que la gente le mirara de forma extraña o si siempre habría sido así de despreocupado.

Fuera lo que fuera, y aunque todavía no era consciente de ello, esa sería una de las cosas que iban a ir enamorándola poco a poco.

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